A pesar la mala fama que tienen los comisarios políticos, hay que recordar que tuvieron una tasa de muertes en combate alta, la más alta de los oficiales soviéticos.
Su trabajo era mantener la moral alta, controlar que los oficiales cumplieran sus ordenes, recordarles que el enemigo los veía como menos que perros, que iban a violar a sus hermanas, madres, esposas e hijas, mantener la cohesión y disciplina en combate y LIDERAR las acciones de combate.
El comisario soviético era el primero en exponerse arengando a los soldados y liderando las tropas, y a pesar de ser los blancos prioritarios del enemigo.
Si bien muchos eran fanáticos comunistas y no muy santos, no tenía ningún miedo de morir por su causa combatiendo al frente como le pedían a los soldados.
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