Antes, la compra de aeronaves militares favorecía a la fuerza que los incorporaba y al fabricante, que recibía el pago del precio estipulado más docenas de contratos que se extendían por años para la provisión de partes, repuestos y consumibles. Hoy las cosas han cambiado y la adquisición de aeronaves militares beneficia no sólo a los militares sino también al país, generando nuevas posibilidades de inversión, desarrollo y empleo en diversos ámbitos industriales.
Los “offset” o compensaciones industriales, permiten al país comprador recuperar un alto porcentaje del dinero invertido en la compra de aeronaves militares. Dichas compensaciones generalmente se vuelcan hacia la creación de nuevas áreas de desarrollo tecnológico, investigación médica, servicios, comunicaciones, etc. Según datos suministrados por el departamento de comercio de EEUU, en el año 2004 un total de 18 países adquirieron armamento por 4.800 millones de dólares. De ése monto se celebraron 40 acuerdos de offset que representaron 4.300 millones, con lo cual recuperaron el 88% de los montos invertidos mediante compensaciones industriales de todo tipo. Dichas compensaciones también son aplicables a aquellos países que adquieren aeronaves de combate mediante el sistema de leasing. Así se sabe que tanto la República Checa como Hungría han conseguido compensaciones en torno al 80 % de los montos invertidos por su leasing de los Saab JAS 39 Gripen.
Si bien en cierto que nadie regala nada porque sí, han sido los principales fabricantes de aeronaves militares los que han debido incorporar éste mecanismo de compensaciones para que su producto sea más atractivo. La competencia es durísima, cada vez hay menos fabricantes y las competencias cada vez son más difíciles. Ofrecer un avión militar acompañado por docenas de acuerdos comerciales, es sin dudas un gancho más que interesante.
Pero la cosa parece no detenerse allí.
Aunque son casos muy puntuales, desde dos décadas atrás, muchos fabricantes aceptan como parte de pago bienes en especies. Fue en Medio Oriente donde ésta modalidad se hizo más común, ya que los barriles de crudo han financiado gran parte del equipamiento militar de Arabia Saudita, Oman, Qatar, Irak, Irán y los Emiratos Arabes. Actualmente los Typhoon saudíes serán pagados con crudo y Argelia cerró un acuerdo por Mig 29, Su-30Mk y Ya-131 con regalías petroleras. A principios de los 90’s Malasia pagó parte de sus Fulcrum con aceite de coco, ahora negocia la compra de Super Hornet’s con plantas medicinales y más aceite de coco para los SU-30MK, en tanto Tailandia sigue negociando pagar con pollos congelados sus Su-30MK.
Entonces si una compra es negociada de modo inteligente; no sólo se benefician los militares sino también la economía del país con la recepción de nuevas inversiones, tecnologías y desarrollos industriales. Y hasta quizás pueda potenciarse la industria existente al existir la posibilidad que parte de los pagos, sean con materias primas. Argentina es fuerte en granos, carne, tecnología nuclear e incluso es uno de los principales exportadores del mundo de limones..!!!
No soy economista ni político, pero creo que es interesante y hasta tentador realizar una inversión de digamos 500 millones de dólares para renovar algunas aeronaves y tener inversiones en el país por 300/400 millones, generando nuevas industrias, nuevos puestos de trabajo y en definitiva impulsando el desarrollo del país. Esas industrias y esos nuevos puestos también generan nuevas ganancias para el Estado a partir de la percepción de impuestos. No digo que es un negocio redondo, pero muy interesante ya que en algunos casos se consiguieron compensaciones del orden del 120%, con lo cual lo invertido superó al gasto de la compra.
Simplificando: la adquisición de aeronaves militares es una decisión política. Actualmente se pueden generar múltiples beneficios para la economía y la industria de un país, más allá del exclusivo beneficio militar. Hay un enorme abanico de posibilidades detrás de cada compra, yo sigo tratando de encontrar razones o excusas a la negativa de avanzar con la renovación del obsoleto parque aéreo de las FFAA’s argentinas , pero más allá del político no encuentro ningún otro. Me parece que el árbol, está tapando al bosque.
Los “offset” o compensaciones industriales, permiten al país comprador recuperar un alto porcentaje del dinero invertido en la compra de aeronaves militares. Dichas compensaciones generalmente se vuelcan hacia la creación de nuevas áreas de desarrollo tecnológico, investigación médica, servicios, comunicaciones, etc. Según datos suministrados por el departamento de comercio de EEUU, en el año 2004 un total de 18 países adquirieron armamento por 4.800 millones de dólares. De ése monto se celebraron 40 acuerdos de offset que representaron 4.300 millones, con lo cual recuperaron el 88% de los montos invertidos mediante compensaciones industriales de todo tipo. Dichas compensaciones también son aplicables a aquellos países que adquieren aeronaves de combate mediante el sistema de leasing. Así se sabe que tanto la República Checa como Hungría han conseguido compensaciones en torno al 80 % de los montos invertidos por su leasing de los Saab JAS 39 Gripen.
Si bien en cierto que nadie regala nada porque sí, han sido los principales fabricantes de aeronaves militares los que han debido incorporar éste mecanismo de compensaciones para que su producto sea más atractivo. La competencia es durísima, cada vez hay menos fabricantes y las competencias cada vez son más difíciles. Ofrecer un avión militar acompañado por docenas de acuerdos comerciales, es sin dudas un gancho más que interesante.
Pero la cosa parece no detenerse allí.
Aunque son casos muy puntuales, desde dos décadas atrás, muchos fabricantes aceptan como parte de pago bienes en especies. Fue en Medio Oriente donde ésta modalidad se hizo más común, ya que los barriles de crudo han financiado gran parte del equipamiento militar de Arabia Saudita, Oman, Qatar, Irak, Irán y los Emiratos Arabes. Actualmente los Typhoon saudíes serán pagados con crudo y Argelia cerró un acuerdo por Mig 29, Su-30Mk y Ya-131 con regalías petroleras. A principios de los 90’s Malasia pagó parte de sus Fulcrum con aceite de coco, ahora negocia la compra de Super Hornet’s con plantas medicinales y más aceite de coco para los SU-30MK, en tanto Tailandia sigue negociando pagar con pollos congelados sus Su-30MK.
Entonces si una compra es negociada de modo inteligente; no sólo se benefician los militares sino también la economía del país con la recepción de nuevas inversiones, tecnologías y desarrollos industriales. Y hasta quizás pueda potenciarse la industria existente al existir la posibilidad que parte de los pagos, sean con materias primas. Argentina es fuerte en granos, carne, tecnología nuclear e incluso es uno de los principales exportadores del mundo de limones..!!!
No soy economista ni político, pero creo que es interesante y hasta tentador realizar una inversión de digamos 500 millones de dólares para renovar algunas aeronaves y tener inversiones en el país por 300/400 millones, generando nuevas industrias, nuevos puestos de trabajo y en definitiva impulsando el desarrollo del país. Esas industrias y esos nuevos puestos también generan nuevas ganancias para el Estado a partir de la percepción de impuestos. No digo que es un negocio redondo, pero muy interesante ya que en algunos casos se consiguieron compensaciones del orden del 120%, con lo cual lo invertido superó al gasto de la compra.
Simplificando: la adquisición de aeronaves militares es una decisión política. Actualmente se pueden generar múltiples beneficios para la economía y la industria de un país, más allá del exclusivo beneficio militar. Hay un enorme abanico de posibilidades detrás de cada compra, yo sigo tratando de encontrar razones o excusas a la negativa de avanzar con la renovación del obsoleto parque aéreo de las FFAA’s argentinas , pero más allá del político no encuentro ningún otro. Me parece que el árbol, está tapando al bosque.