NACIONES UNIDAS (Reuters) - Bosnia, una nación étnicamente dividida, enfrenta su crisis más seria desde su formación como Estado hace 15 años, dijo el lunes un enviado internacional que acusó a funcionarios serbios de amenazar su estabilidad.
Bosnia sufrió en la década de 1990 el peor conflicto de Europa desde la II Guerra Mundial. El país sigue dividido entre los antiguos adversarios, que ocupan regiones autónomas: la separatista República Serbia y la federación croata musulmana.
La separación deriva del acuerdo de paz de Dayton de 1995, que puso fin a la guerra de Bosnia.
La rivalidad entre ambas regiones ha bloqueado las reformas y avances hacia su integración a Europa.
En su informe periódico al Consejo de Seguridad de la ONU, el diplomático austriaco Valentin Inzko acusó a las autoridades serbias de "acciones concretas que suponen la violación más seria de (Dayton) que hemos visto desde que se firmó el acuerdo".
En su último desafío a la autoridad central de Bosnia, el parlamento regional serbio aprobó el mes pasado el plan de celebrar un referéndum sobre la legalidad del tribunal nacional bosnio, que juzga a los acusados de crímenes de guerra, diciendo que tiene prejuicios contra los serbios.
El referéndum, previsto para mediados de junio, también se pronunciaría sobre la autoridad de Inzko, que como "alto representante" internacional para Bosnia tiene poder para revocar leyes y despedir a funcionarios públicos.
Inzko exigió que las autoridades de la República Serbia renuncien en los próximos días al plan de consulta pública.
"Si esto no ocurriera (...) no tendré más alternativa que revocar (...) la decisión del referéndum", señaló.
En un discurso inusualmente duro, el normalmente discreto Inzko dijo que la comunidad internacional se enfrenta a los "desafíos más serios y más directos a (el acuerdo de Dayton) desde que se firmó hace 15 años".
Las aspiraciones de Bosnia de incorporarse a la Unión Europea y a la OTAN han "quedado completamente paradas", dijo.
La República Serbia, y especialmente su presidente, Milorad Dodik, "han seguido cuestionando abiertamente la integridad territorial y la soberanía de Bosnia", dijo Inzko.
Siete meses después de las elecciones generales, la formación de un Gobierno estatal se ha vuelto "casi imposible," los partidos políticos "han seguido jugando políticas de suma cero" y la situación parece encaminada a mantenerse por el momento, añadió.
El dividido Consejo de Seguridad no tomó medidas inmediatas sobre el informe de Inzko. Las naciones occidentales dicen que respaldarán al enviado en cualquier medida que tome.
La enviada estadounidense Rosemary DiCarlo dijo, sin entrar en detalles, que Washington está "en proceso de considerar nuestras propias medidas de apoyo a Dayton y a las instituciones estatales bosnias, si fueran necesarias".
Pero el embajador ruso Vitaly Churkin, que respalda con firmeza a los serbios, criticó el discurso de Inzko como "emocional." El enviado ruso añadió que el referéndum no viola el acuerdo de Dayton y dijo que la crisis política en Bosnia la causaron los musulmanes e Inzko, que según dijo, ha hecho un uso "arbitrario" de sus poderes.
OTRA VEZ SOPA CON LOS SERBIOS
Bosnia sufrió en la década de 1990 el peor conflicto de Europa desde la II Guerra Mundial. El país sigue dividido entre los antiguos adversarios, que ocupan regiones autónomas: la separatista República Serbia y la federación croata musulmana.
La separación deriva del acuerdo de paz de Dayton de 1995, que puso fin a la guerra de Bosnia.
La rivalidad entre ambas regiones ha bloqueado las reformas y avances hacia su integración a Europa.
En su informe periódico al Consejo de Seguridad de la ONU, el diplomático austriaco Valentin Inzko acusó a las autoridades serbias de "acciones concretas que suponen la violación más seria de (Dayton) que hemos visto desde que se firmó el acuerdo".
En su último desafío a la autoridad central de Bosnia, el parlamento regional serbio aprobó el mes pasado el plan de celebrar un referéndum sobre la legalidad del tribunal nacional bosnio, que juzga a los acusados de crímenes de guerra, diciendo que tiene prejuicios contra los serbios.
El referéndum, previsto para mediados de junio, también se pronunciaría sobre la autoridad de Inzko, que como "alto representante" internacional para Bosnia tiene poder para revocar leyes y despedir a funcionarios públicos.
Inzko exigió que las autoridades de la República Serbia renuncien en los próximos días al plan de consulta pública.
"Si esto no ocurriera (...) no tendré más alternativa que revocar (...) la decisión del referéndum", señaló.
En un discurso inusualmente duro, el normalmente discreto Inzko dijo que la comunidad internacional se enfrenta a los "desafíos más serios y más directos a (el acuerdo de Dayton) desde que se firmó hace 15 años".
Las aspiraciones de Bosnia de incorporarse a la Unión Europea y a la OTAN han "quedado completamente paradas", dijo.
La República Serbia, y especialmente su presidente, Milorad Dodik, "han seguido cuestionando abiertamente la integridad territorial y la soberanía de Bosnia", dijo Inzko.
Siete meses después de las elecciones generales, la formación de un Gobierno estatal se ha vuelto "casi imposible," los partidos políticos "han seguido jugando políticas de suma cero" y la situación parece encaminada a mantenerse por el momento, añadió.
El dividido Consejo de Seguridad no tomó medidas inmediatas sobre el informe de Inzko. Las naciones occidentales dicen que respaldarán al enviado en cualquier medida que tome.
La enviada estadounidense Rosemary DiCarlo dijo, sin entrar en detalles, que Washington está "en proceso de considerar nuestras propias medidas de apoyo a Dayton y a las instituciones estatales bosnias, si fueran necesarias".
Pero el embajador ruso Vitaly Churkin, que respalda con firmeza a los serbios, criticó el discurso de Inzko como "emocional." El enviado ruso añadió que el referéndum no viola el acuerdo de Dayton y dijo que la crisis política en Bosnia la causaron los musulmanes e Inzko, que según dijo, ha hecho un uso "arbitrario" de sus poderes.
OTRA VEZ SOPA CON LOS SERBIOS