CALIDAD POR CANTIDAD;¿CUAL ES EL LIMITE?
Para referirnos puntualmente al caso de nuestro país, desde el advenimiento de la democracia, hace ya casi un cuarto de siglo, nuestras Fuerzas Armadas han ido decreciendo en número y en capacidades y nuestros gobernantes esgrimiendo múltiples motivos por los cuales siempre fueron quedando relegadas para después.
Siempre, el factor con mas peso y determinante de ese retraso fue el achicamiento del presupuesto para la Defensa < por el desvío de fondos hacia otras áreas que seguramente también lo necesitaban con mas urgencia etc.; y pensando en el buen manejo de esos fondos, algo que supondremos y muy difícil de probar >
Se ha tratado de probar también, según las Comisiones de Defensa de turno, que debido a la falta de hipótesis de conflicto de Argentina con sus vecinos no era necesario un aparato militar que ejerciera una verdadera “disuasión”, ( cosa bastante ingenua, teniendo en cuenta que desde hace 25 años tenemos en nuestras Malvinas una base militar británica, que ciertamente tiene otras misiones pero que sin duda su razón de permanecer, es en esencia el conflicto con Argentina).
Tiene también este concepto, adeptos que han hecho y hacen para lograr en el mejor de los casos, unas FFAA compactas, pero contundentes, que tengan los instrumentos legales y materiales para cumplir objetivos que hasta el día de hoy, están poco claros, mas allá de la vieja frase de “las FFAA están para defender a la Patria”.
Esta modalidad de unidades sumamente compactas, pequeñas y muy móviles, es tremendamente relativo; y no es que no haya que modernizarse, al contrario, es bueno avanzar y consolidar el aparato militar necesario de acuerdo a las perspectivas políticas actuales, pero también planificando para el futuro. En este caso puntual, todos los países del mundo desde hace tiempo vienen sufriendo reducciones de fuerzas en cantidad de personal, pero mayormente se da por adelantos en la tecnología que pueden suplir tareas que antes demandaban mas personal, y por que no también por un giro en su planificación de acuerdo a su visión de cómo evoluciona el mundo.
Generalmente en países como el nuestro, las FFAA han tenido tal vez una cabeza burocrática mucho mas grande que su cuerpo, con esto quiero decir que muchas cosas fueron mas simbólicas que operativas y en ese aspecto si era necesario un achicamiento y concentración de recursos para su redistribución dentro de las mismas fuerzas, pero....conformar unidades livianas, para que cumplan misiones mayores, que deben cumplir unidades conformadas por efectivos de mayor magnitud, no parece la alternativa viable para lograr FFAA creíbles. Mucho puede ser el efecto que una pequeña fuerza cause al enemigo en un ataque por sorpresa, pero se debe estar en capacidad de sostenerlo hasta machacar a las fuerzas contrarias y dominar el territorio (estamos hablando del nuestro puntualmente), de lo contrario el golpe dado languidecerá por no tener continuidad y respaldo. Con la conformación de unidades que no alcancen el total de efectivos de los que debe tener tal unidad, estamos dejando de lado, o bien todos los servicios indispensables para su funcionamiento o una importante cantidad de tiradores o el apoyo de combate (para hablar solamente como ejemplo de unidades de infantería que en teoría deberían tener 750/800 efectivos y están muy lejos de eso, no solo en material, sino lo que es mas alarmante, también en equipamiento).
La IMARA fue pionera en el cambio propiamente dicho de “calidad por cantidad”; comenzó en 1988 adelantándose a las demás fuerzas, con la incorporación de Marineros de Tropa Voluntaria, luego en 1993 fue aprobada la reorganización de la Infantería de Marina y en ese año fueron radiados del servicio ocho unidades de combate. Los corazones emocionados de los infantes latieron con tristeza al guardar las banderas bajo las que habían servido. Después vinieron tiempos de la profundización de la reorganización donde se previó a la IMARA como una fuerza ágil y potente con una gran movilidad táctica de disposición inmediata que privilegie lo cualitativo a lo cuantitativo y que mantenga como elemento fundamental de toda la Infantería de Marina, la calidad de sus hombres.
Lo expuesto anteriormente es lo que se previó, pero la realidad golpeó duro y a principios de 1997 la situación se podía describir como: Sistemas de armas obsoletos y superados tecnológicamente, presupuesto insuficiente al punto que solo alcanzaba para la rutina administrativa; dispersión de cuarteles y degradación de infraestructura que eran imposibles de afrontar con el presupuesto actual; y lo que es mas significativo, se había perdido casi completamente la movilidad táctica y la capacidad de alistamiento.
Después de estos reveses sufridos, se tuvo que encarar nuevamente el asunto y el cambio comenzó a vislumbrarse, al punto que se podría decir que hoy, diez años después de eso la IMARA es una “fuerza compacta capaz de generar durante un ataque un grado de violencia muy superior a lo que es en realidad” y por que no también, aguantar un embate de una fuerza superior por un tiempo limitado.
Este esfuerzo realizado por la IMARA, aún no ha sido satisfecho en su totalidad, en primer lugar porque todavía no se ha completado y el tiempo llevado para hacer la reestructuración y reequipamiento es demasiado largo, y una causa primordial de que ese esfuerzo quedara trunco es que aún no posee uno/dos buques de Asalto Anfibio, elementales para su misión.
Así y todo, supongamos que esta fuerza está mas o menos al día con su actualización, de no ser por la FDR ( Fuerza de Despliegue Rápido) de conformación tipo núcleo del EA a la cual se le prestó un poco mas de atención por tener el carácter de móvil, y la FAA con los A 4 AR y AT-63 (Armamento de limitada capacidad por ahora), lo demás parece languidecer en el tiempo, pues no se concreta la transformación, ni se actualiza con tecnología creíble a los tiempos que vivimos, y lo que es mas alarmante, estamos generando una desproporción de las fuerzas militares con respecto a nuestros vecinos, no porque ellos generen una carrera armamentística, sino por nuestra incapacidad para resolver este tema que es “Una cuestión de Estado”, y bien sabemos que lo que no se haga hoy mañana será mucho mas caro y arriesgando a que se pierdan capacidades completas como ya viene sucediendo.
Lo que se trata de plantear aquí, es que al cabo de todos estos años el resultado de lo que se pretendió hacer (suponiendo que las intenciones fueron buenas y esto puede ser dudoso ) fue muy parcial, y tan parcial como que no tenemos ni una cosa ni la otra, ni la calidad por estar menos que a medias su completamiento, ni mucho menos la cantidad que en todo caso con capacidades perdidas, de poco serviría. Con algunas fuerzas modernizadas en parte, estamos condenando al fracaso a todas; un motor con algunas piezas nuevas generalmente hace que estas se gasten mal antes que las viejas mejoren, la rectificación debe ser completa y contundente para en el corto y mediano plazo tener un aparato militar creíble del que se pueda decir que “disuade”. El planeamiento a largo plazo servirá a mi entender para desarrollar y fortalecer la industria nacional, la cual sin la menor duda debe tener su lugar en la defensa nacional.
Willypicapiedra
Para referirnos puntualmente al caso de nuestro país, desde el advenimiento de la democracia, hace ya casi un cuarto de siglo, nuestras Fuerzas Armadas han ido decreciendo en número y en capacidades y nuestros gobernantes esgrimiendo múltiples motivos por los cuales siempre fueron quedando relegadas para después.
Siempre, el factor con mas peso y determinante de ese retraso fue el achicamiento del presupuesto para la Defensa < por el desvío de fondos hacia otras áreas que seguramente también lo necesitaban con mas urgencia etc.; y pensando en el buen manejo de esos fondos, algo que supondremos y muy difícil de probar >
Se ha tratado de probar también, según las Comisiones de Defensa de turno, que debido a la falta de hipótesis de conflicto de Argentina con sus vecinos no era necesario un aparato militar que ejerciera una verdadera “disuasión”, ( cosa bastante ingenua, teniendo en cuenta que desde hace 25 años tenemos en nuestras Malvinas una base militar británica, que ciertamente tiene otras misiones pero que sin duda su razón de permanecer, es en esencia el conflicto con Argentina).
Tiene también este concepto, adeptos que han hecho y hacen para lograr en el mejor de los casos, unas FFAA compactas, pero contundentes, que tengan los instrumentos legales y materiales para cumplir objetivos que hasta el día de hoy, están poco claros, mas allá de la vieja frase de “las FFAA están para defender a la Patria”.
Esta modalidad de unidades sumamente compactas, pequeñas y muy móviles, es tremendamente relativo; y no es que no haya que modernizarse, al contrario, es bueno avanzar y consolidar el aparato militar necesario de acuerdo a las perspectivas políticas actuales, pero también planificando para el futuro. En este caso puntual, todos los países del mundo desde hace tiempo vienen sufriendo reducciones de fuerzas en cantidad de personal, pero mayormente se da por adelantos en la tecnología que pueden suplir tareas que antes demandaban mas personal, y por que no también por un giro en su planificación de acuerdo a su visión de cómo evoluciona el mundo.
Generalmente en países como el nuestro, las FFAA han tenido tal vez una cabeza burocrática mucho mas grande que su cuerpo, con esto quiero decir que muchas cosas fueron mas simbólicas que operativas y en ese aspecto si era necesario un achicamiento y concentración de recursos para su redistribución dentro de las mismas fuerzas, pero....conformar unidades livianas, para que cumplan misiones mayores, que deben cumplir unidades conformadas por efectivos de mayor magnitud, no parece la alternativa viable para lograr FFAA creíbles. Mucho puede ser el efecto que una pequeña fuerza cause al enemigo en un ataque por sorpresa, pero se debe estar en capacidad de sostenerlo hasta machacar a las fuerzas contrarias y dominar el territorio (estamos hablando del nuestro puntualmente), de lo contrario el golpe dado languidecerá por no tener continuidad y respaldo. Con la conformación de unidades que no alcancen el total de efectivos de los que debe tener tal unidad, estamos dejando de lado, o bien todos los servicios indispensables para su funcionamiento o una importante cantidad de tiradores o el apoyo de combate (para hablar solamente como ejemplo de unidades de infantería que en teoría deberían tener 750/800 efectivos y están muy lejos de eso, no solo en material, sino lo que es mas alarmante, también en equipamiento).
La IMARA fue pionera en el cambio propiamente dicho de “calidad por cantidad”; comenzó en 1988 adelantándose a las demás fuerzas, con la incorporación de Marineros de Tropa Voluntaria, luego en 1993 fue aprobada la reorganización de la Infantería de Marina y en ese año fueron radiados del servicio ocho unidades de combate. Los corazones emocionados de los infantes latieron con tristeza al guardar las banderas bajo las que habían servido. Después vinieron tiempos de la profundización de la reorganización donde se previó a la IMARA como una fuerza ágil y potente con una gran movilidad táctica de disposición inmediata que privilegie lo cualitativo a lo cuantitativo y que mantenga como elemento fundamental de toda la Infantería de Marina, la calidad de sus hombres.
Lo expuesto anteriormente es lo que se previó, pero la realidad golpeó duro y a principios de 1997 la situación se podía describir como: Sistemas de armas obsoletos y superados tecnológicamente, presupuesto insuficiente al punto que solo alcanzaba para la rutina administrativa; dispersión de cuarteles y degradación de infraestructura que eran imposibles de afrontar con el presupuesto actual; y lo que es mas significativo, se había perdido casi completamente la movilidad táctica y la capacidad de alistamiento.
Después de estos reveses sufridos, se tuvo que encarar nuevamente el asunto y el cambio comenzó a vislumbrarse, al punto que se podría decir que hoy, diez años después de eso la IMARA es una “fuerza compacta capaz de generar durante un ataque un grado de violencia muy superior a lo que es en realidad” y por que no también, aguantar un embate de una fuerza superior por un tiempo limitado.
Este esfuerzo realizado por la IMARA, aún no ha sido satisfecho en su totalidad, en primer lugar porque todavía no se ha completado y el tiempo llevado para hacer la reestructuración y reequipamiento es demasiado largo, y una causa primordial de que ese esfuerzo quedara trunco es que aún no posee uno/dos buques de Asalto Anfibio, elementales para su misión.
Así y todo, supongamos que esta fuerza está mas o menos al día con su actualización, de no ser por la FDR ( Fuerza de Despliegue Rápido) de conformación tipo núcleo del EA a la cual se le prestó un poco mas de atención por tener el carácter de móvil, y la FAA con los A 4 AR y AT-63 (Armamento de limitada capacidad por ahora), lo demás parece languidecer en el tiempo, pues no se concreta la transformación, ni se actualiza con tecnología creíble a los tiempos que vivimos, y lo que es mas alarmante, estamos generando una desproporción de las fuerzas militares con respecto a nuestros vecinos, no porque ellos generen una carrera armamentística, sino por nuestra incapacidad para resolver este tema que es “Una cuestión de Estado”, y bien sabemos que lo que no se haga hoy mañana será mucho mas caro y arriesgando a que se pierdan capacidades completas como ya viene sucediendo.
Lo que se trata de plantear aquí, es que al cabo de todos estos años el resultado de lo que se pretendió hacer (suponiendo que las intenciones fueron buenas y esto puede ser dudoso ) fue muy parcial, y tan parcial como que no tenemos ni una cosa ni la otra, ni la calidad por estar menos que a medias su completamiento, ni mucho menos la cantidad que en todo caso con capacidades perdidas, de poco serviría. Con algunas fuerzas modernizadas en parte, estamos condenando al fracaso a todas; un motor con algunas piezas nuevas generalmente hace que estas se gasten mal antes que las viejas mejoren, la rectificación debe ser completa y contundente para en el corto y mediano plazo tener un aparato militar creíble del que se pueda decir que “disuade”. El planeamiento a largo plazo servirá a mi entender para desarrollar y fortalecer la industria nacional, la cual sin la menor duda debe tener su lugar en la defensa nacional.
Willypicapiedra