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Area Militar General
Malvinas 1982
Conferencias, entrevistas y programas de Nicolás Kasanzew.-
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<blockquote data-quote="Nicolas Kasanzew" data-source="post: 1296810" data-attributes="member: 6939"><p>En mi libro "La pasión según Malvinas", reproduzco palabras de Daniel Becerra, uno de aquella pléyade de suboficiales de Villa Reynolds, que tanto pusieron de si, para que los Halcones pudieran combatir con la eficacia con que lo hicieron. Sus nombres tampoco pueden quedar en el olvido! Es por eso que adjunto a continuación la carta que recibí hoy de esa gran persona que es Daniel Becerra:</p><p></p><p>Estimado Nicolás:</p><p>Como siempre Ud. debe estar interesado en conocer anécdotas de los héroes de Malvinas, en esta oportunidad le hago llegar unas líneas referidas a un gran militar y mejor persona. Días atrás, falleció el S. M. (R) Pedro Santillan quien estuvo desplegado con el Grupo 5 de Caza de la V Brigada Aérea de Villa Reynolds (San Luis).</p><p>El era mecánico de aviones A4 B Skyhawk; he podido escuchar de sus superiores (Carballo y Zelaya más precisamente) algunas anécdotas que denotan el empeño y el gusto por el trabajo que realizaba. Era un trabajo casi personalizado, parecía que tenía un avión para cada piloto (en las buenas épocas en que la plataforma de la V Brigada estaba llena de A4): "¿Cuál me toca a mi?" le preguntaba un piloto "El C-224 que está llegando al Luria" (El hangar mayor que estaba a unos 100 mts. de donde ellos estaban parados); "No, dame uno que esté más cerca" "Bueno, súbase a éste señor" Le contestaba "El Negro".</p><p></p><p>El S. M. Santillan estaba en el grupo de los que agitaban esa bandera argentina (comprada en un negocio de Río Gallegos con dinero juntado por ellos) y tiraban sus gorras al aire frío de la Patagonia cuando despegaban los A4 hacia las Islas (una foto de su Libro "La Pasión según Malvinas da cuenta de ese hecho). Era también uno de los que sufrían cuando uno o más pilotos no regresaban del combate. Se quedaban sentados esperando el regreso y los sorprendía la noche como no resignándose a que no volverían a ver más ese piloto y ese avión que apenas dos horas y media antes habían preparado para combatir. A veces era tal la angustia y ansiedad por volverlos a ver que fijaban su vista en el horizonte (de donde aparecían cuando llegaban de las misiones) y era muy frecuente confundir la silueta de los aviones con las de aves; la euforia se esfumaba rápidamente y ... a seguir esperando. Era como si una parte de ellos hubiera quedado allá. Recuerdo que un piloto que era jefe de una escuadrilla, me contaba que un día que regresó solo del combate porque sus numerales habían sido derribados, el suboficial Santillan al ver que no regresaban, lo tomó de los arneses con sus manos apretadas mientras le preguntaba: "¿Por qué no me los trajo....?". Parecía que hubiera estado reclamando por un hijo más que por un camarada.</p><p>Cuando se retiró, no quiso recibir los honores que le correspondían, simplemente argumentó que él solamente había cumplido con su deber.</p><p>Afortunadamente hay varios como él de los cuales se podría dar testimonio. En esta oportunidad, vayan estas anécdotas como merecido homenaje de quien supo (callada y humildemente) ser en parte responsable de aquellas hazañas épicas de la guerra aeronaval del Atlántico Sur.</p><p>Mantengame informado siempre de sus publicaciones que dada la situación sociopolítica actual, ellas constituyen un documento único para echar luz sobre un tema sobre el cual reinan la hipocresia y la ignorancia.</p><p>Un fuerte abrazo.</p><p>Daniel Becerra</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Nicolas Kasanzew, post: 1296810, member: 6939"] En mi libro "La pasión según Malvinas", reproduzco palabras de Daniel Becerra, uno de aquella pléyade de suboficiales de Villa Reynolds, que tanto pusieron de si, para que los Halcones pudieran combatir con la eficacia con que lo hicieron. Sus nombres tampoco pueden quedar en el olvido! Es por eso que adjunto a continuación la carta que recibí hoy de esa gran persona que es Daniel Becerra: Estimado Nicolás: Como siempre Ud. debe estar interesado en conocer anécdotas de los héroes de Malvinas, en esta oportunidad le hago llegar unas líneas referidas a un gran militar y mejor persona. Días atrás, falleció el S. M. (R) Pedro Santillan quien estuvo desplegado con el Grupo 5 de Caza de la V Brigada Aérea de Villa Reynolds (San Luis). El era mecánico de aviones A4 B Skyhawk; he podido escuchar de sus superiores (Carballo y Zelaya más precisamente) algunas anécdotas que denotan el empeño y el gusto por el trabajo que realizaba. Era un trabajo casi personalizado, parecía que tenía un avión para cada piloto (en las buenas épocas en que la plataforma de la V Brigada estaba llena de A4): "¿Cuál me toca a mi?" le preguntaba un piloto "El C-224 que está llegando al Luria" (El hangar mayor que estaba a unos 100 mts. de donde ellos estaban parados); "No, dame uno que esté más cerca" "Bueno, súbase a éste señor" Le contestaba "El Negro". El S. M. Santillan estaba en el grupo de los que agitaban esa bandera argentina (comprada en un negocio de Río Gallegos con dinero juntado por ellos) y tiraban sus gorras al aire frío de la Patagonia cuando despegaban los A4 hacia las Islas (una foto de su Libro "La Pasión según Malvinas da cuenta de ese hecho). Era también uno de los que sufrían cuando uno o más pilotos no regresaban del combate. Se quedaban sentados esperando el regreso y los sorprendía la noche como no resignándose a que no volverían a ver más ese piloto y ese avión que apenas dos horas y media antes habían preparado para combatir. A veces era tal la angustia y ansiedad por volverlos a ver que fijaban su vista en el horizonte (de donde aparecían cuando llegaban de las misiones) y era muy frecuente confundir la silueta de los aviones con las de aves; la euforia se esfumaba rápidamente y ... a seguir esperando. Era como si una parte de ellos hubiera quedado allá. Recuerdo que un piloto que era jefe de una escuadrilla, me contaba que un día que regresó solo del combate porque sus numerales habían sido derribados, el suboficial Santillan al ver que no regresaban, lo tomó de los arneses con sus manos apretadas mientras le preguntaba: "¿Por qué no me los trajo....?". Parecía que hubiera estado reclamando por un hijo más que por un camarada. Cuando se retiró, no quiso recibir los honores que le correspondían, simplemente argumentó que él solamente había cumplido con su deber. Afortunadamente hay varios como él de los cuales se podría dar testimonio. En esta oportunidad, vayan estas anécdotas como merecido homenaje de quien supo (callada y humildemente) ser en parte responsable de aquellas hazañas épicas de la guerra aeronaval del Atlántico Sur. Mantengame informado siempre de sus publicaciones que dada la situación sociopolítica actual, ellas constituyen un documento único para echar luz sobre un tema sobre el cual reinan la hipocresia y la ignorancia. Un fuerte abrazo. Daniel Becerra [/QUOTE]
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