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<blockquote data-quote="Nicolas Kasanzew" data-source="post: 2742147" data-attributes="member: 6939"><p>El primer combate de la Fuerza Aérea. Charly Perona, Halcón de Malvinas, me dice que cumple hoy 38 años. ¿Cómo, si en Malvinas tenía 30? Es que fue un volver a nacer lo que experimentó, después de haber sido abatido su avión el dia del bautismo de fuego. Al enfrentar en “pelea de perros” a los Harrier, Perona no logró desprenderse del segundo tanque complementario de combustible. Eso le frenó la trepada, que era lo que su Mirage III necesitaba para tener chance contra los aviones británicos, armados con el letal misil Sidewinder L. Al chocar en combate cerrrado con el piloto Thomas, el primer teniente Charly Perona no pudo evitar el misil que desde unos 1500 metros le disparó el otro aviador británico, Burton. Sintió una explosion, sonaron todas las alarmas y decidió tratar de eyectarse. Estaba sobre el mar y no tenía traje antiexposición. Si caia al agua helada, en pocos minutos era hombre muerto. Y el paracaidas no lo estaba llevando en dirección a tierra firme. Con un esfuerzo sobrehumano, logró direccionarlo, pero el fuerte viento hizo que cayera al suelo de espaldas. El tremendo porrazo le fracturó piernas y costillas. Por suerte, había aterrizado en la isla Borbón, donde estaba posicionado un destacamento argentino. Esa noche rezó más que en toda su vida junta. Recién ahí pudo pensar en Dios, en su hijo, en su mujer embarazada. Charly Perona me decía que hasta ese momento todo su ser, sin resto alguno, había estado concentrado en las maniobras de combate y supervivencia. En Borbón lo cuidaron dos infantes de marina. Al ser evacuado al continente, a uno le regaló su rosario y al otro, su pañuelo de vuelo.</p></blockquote><p></p>

[QUOTE="Nicolas Kasanzew, post: 2742147, member: 6939"] El primer combate de la Fuerza Aérea. Charly Perona, Halcón de Malvinas, me dice que cumple hoy 38 años. ¿Cómo, si en Malvinas tenía 30? Es que fue un volver a nacer lo que experimentó, después de haber sido abatido su avión el dia del bautismo de fuego. Al enfrentar en “pelea de perros” a los Harrier, Perona no logró desprenderse del segundo tanque complementario de combustible. Eso le frenó la trepada, que era lo que su Mirage III necesitaba para tener chance contra los aviones británicos, armados con el letal misil Sidewinder L. Al chocar en combate cerrrado con el piloto Thomas, el primer teniente Charly Perona no pudo evitar el misil que desde unos 1500 metros le disparó el otro aviador británico, Burton. Sintió una explosion, sonaron todas las alarmas y decidió tratar de eyectarse. Estaba sobre el mar y no tenía traje antiexposición. Si caia al agua helada, en pocos minutos era hombre muerto. Y el paracaidas no lo estaba llevando en dirección a tierra firme. Con un esfuerzo sobrehumano, logró direccionarlo, pero el fuerte viento hizo que cayera al suelo de espaldas. El tremendo porrazo le fracturó piernas y costillas. Por suerte, había aterrizado en la isla Borbón, donde estaba posicionado un destacamento argentino. Esa noche rezó más que en toda su vida junta. Recién ahí pudo pensar en Dios, en su hijo, en su mujer embarazada. Charly Perona me decía que hasta ese momento todo su ser, sin resto alguno, había estado concentrado en las maniobras de combate y supervivencia. En Borbón lo cuidaron dos infantes de marina. Al ser evacuado al continente, a uno le regaló su rosario y al otro, su pañuelo de vuelo. [/QUOTE]

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