Ríos, millas náuticas y zonas ricas en recursos naturales: un repaso de estos focos de disputa de la región. Algunos se dirimen con arbitrajes internacionales, otros en forma bilateral
El sueño de la patria grande de Simón Bolívar quedó ya muy lejos. La mayoría de los países latinoamericanos transitan el bicentenario de sus independencias con sus fronteras más o menos consolidadas luego de un proceso jalonado de guerras y sangrientos enfrentamientos. Y aunque en cada foro los líderes regionales reiteran la necesidad de integración, los conflictos limítrofes persisten.
Algunos se han visto reactivados recientemente por gobiernos que saben que ese tipo de banderas alimentan una galvanización nacional que puede servir a fines electorales o a modo de distracción de problemas acuciantes. Otros son heridas de las que todavía se exploran formas de cicatrización. En medio de esto se resucitan peligrosas rivalidades, que suelen en realidad perseguir objetivos económicos. Veamos la lista.
SUDAMÉRICA
Chile-Bolivia
La Paz le reclama a Santiago una salida soberana al mar que perdió tras la Guerra del Pacífico (de la que también participó Perú) en 1879. El tratado de paz y amistad firmado en 1904 puso fin al conflicto con consecuencias que se mantienen hasta estos días: Bolivia entregó sus 400 kilómetros de costa (hoy provincia de Antofagasta), mientras que Chile se comprometió a conceder el libre tránsito de mercaderías desde y hacia su vecino (sin impuestos ni restricciones) a través de su territorio.
Esa solución nunca satisfizo a Bolivia, que desde 1978 decidió romper relaciones diplomáticas con Chile. Un nuevo horizonte de negociaciones se abrió con la llegada al poder de Evo Morales y Michelle Bachelet. Aunque el diálogo parecía tener un rumbo sereno, durante la gestión de Sebastián Piñera volvió a tensarse.
Actualmente, ambos gobiernos protagonizan duros cruces de declaraciones en torno al diferendo. A las amenazas bolivianas de acudir a tribunales internacionales por considerar "muerto" el pacto suscrito a comienzos del siglo XX, Chile ha respondido con un endurecimiento de su postura.
Chile-Perú
En 2008, Lima demandó a Santiago por 37.000 km2 de una zona de 90 mil km2 de mar territorial en su frontera (zona conocida en Perú como Triángulo Exterior), alegando, entre otras razones, la inexistencia de un tratado de límites, algo que Chile niega.
La disputa está en manos de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en La Haya. El entonces presidente peruano e impulsor de esa medida, Alan García, siempre se mostró optimista en cuanto al resultado. Consideró que los límites marítimos firmados ese mismo año con Ecuador eran una prueba suficiente de que los tratados firmados con Chile en 1952 y 1954 carecen de validez, ya que -a los ojos de Perú- sólo regulan el ámbito de la pesca, pero no atienen a la soberanía territorial.
Aunque las relaciones entre Piñera y Ollanta Humala han sido cordiales, el gobernante peruano sigue con atención la resolución del tribunal. En tanto, Chile -como con Bolivia- se muestra reacio a negociar.
Colombia-Venezuela
Las relaciones entre estos dos pueblos hermanos se han visto más alteradas en los últimos años por las diferencias políticas que por problemas limítrofes. De hecho, las negociaciones sobre el diferendo en torno al Golfo de Venezuela han estado congeladas por décadas sin que ningún gobierno posterior a 1990 exprese una voluntad seria de retomar el tema.
El conflicto en torno a ese golfo se remonta a 1939, momento en el que se discutían los alcances de la frontera terrestre. Lo que está en discusión es un conjunto de islas rocosas, deshabitadas y sin vegetación. El archipiélago Los Monjes (Venezuela) es considerado como la separación imaginaria con el mar Caribe. La importancia del lugar es su posición estratégica y su potencial petrolero.
Guyana-Venezuela
Ambos países mantienen un diferendo desde hace más de un siglo por el área conocida como Guayana Esequiba. Esa zona, de unos 160.000 km2, constituye unos dos tercios del territorio de la ex colonia británica y es rica en recursos minerales y bosques.
Venezuela siempre ha reclamado esa zona como propia, pero un laudo arbitral de 1899 resolvió que ese territorio era parte de su país vecino. Caracas reactivó su reclamo en 1962 y, cuatro años más tarde, se firmó el Acuerdo de Ginebra en el los dos países se comprometieron a resolver el diferendo de manera amistosa.
Tras un pedido de Guyana, la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de las Naciones Unidas analiza el asunto. Está previsto que se pronuncie en 2012, aunque su resolución no tendrá un efecto vinculante.
Guyana-Surinam
Estas dos ex colonias pelean por el control de una pequeña zona conformada por los ríos Boven-Corantijn (en Guyana: New River) y el Koetari, en la cabecera del río Coeroeni.
La disputa sobre el área -conocida en Guyana como New River Triangle (triángulo del río nuevo), y región de Tigri en Surinam- motivó a comienzos de siglo una amenaza de Surinam de una invasión de ese territorio de unos 15.600 km2, cuya soberanía pertenece a Guyana, según confirmó la ONU.
CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE
Belice-Guatemala
Pasaron más de 150 años desde que se inició este diferendo y aún no hay signos de que se resolverá a corto plazo. Ejemplo claro de la herencia colonial en las Américas, este conflicto empezó entre británicos y españoles, y recién comenzó a dirimirse de modo bilateral entre Guatemala y Belice en 1981, cuando el segundo consiguió su independencia.
Cuatro años más tarde, Guatemala desconoció los tratados firmados con Gran Bretaña que delimitaban las fronteras y desde entonces reclama una porción de más de 11.000 km2 del territorio de Belice, así como centenares de islas e islotes.
Las autoridades de ambos países pactaron que el 6 de octubre de 2013 se realice un referéndum simultáneo para que las poblaciones de expresen a favor o en contra de que la disputa sea sometida a una votación en la CIJ. Hay dos escenarios posibles: en caso de que la moción sea aprobada en los dos países, se procederá a llevar el litigio al tribunal (la resolución demoraría al menos cuatro años); si en uno de ellos se impone el "no", entonces se deberá buscar otras formas de arbitraje.
Costa Rica-Nicaragua
El litigio comenzó en el último trimestre de 2010 y tuvo una primera respuesta en marzo de este año, cuando la corte de La Haya estableció medidas provisionales por el conflicto y desestimó su capacidad para pronunciarse por el reclamo de soberanía.
El cruce se produjo cuando el gobierno de Laura Chinchilla denunció que tropas nicaragüenses habían violado la soberanía costarricense al ingresar ilegalmente en territorio nacional. Daniel Ortega desestimó las acusaciones al entender que la zona inspeccionada por su ejército, la isla de Portillos, pertenece a Nicaragua, lo que abrió la disputa.
Si bien el Tribunal dictaminó una serie de medidas -como la prohibición del envío de personal civil o militar al lugar-, Managua se mostró disconforme con el fallo. El conflicto sigue su curso judicial. Tras la presentación de los alegatos escritos de San José ante la CIJ, Managua prepara su defensa para agosto de 2012. La resolución se conocería a mediados de 2013. Mientras tanto, la relación entre ambos gobiernos es tensa.
Nicaragua-Colombia
El conflicto se centra en la disputa por un archipiélago formado por las islas San Andrés, Providencia y Santa Catalina y de un grupo de islotes que se encuentran en un área de 50 mil kilómetros cuadrados del mar Caribe.
Colombia ejerce la soberanía basándose en un tratado firmado con Nicaragua en 1928, cuando ese país estaba ocupado por los Estados Unidos. Durante años, gobiernos nicaragüenses criticaron ese pacto hasta que, en 2001, fue presentada formalmente la demanda ante la Justicia internacional.
En 2007, la CIJ ratificó los derechos colombianos sobre el archipiélago, pero se declaró competente para atribuir el resto de islas y delimitar la demarcación marítima entre ambos países, lo que sucederá a mediados de 2012.
MALVINAS, UN RECLAMO APARTE
Aunque no es un contencioso limítrofe, el pedido de la Argentina por la restitución de la soberanía sobre las Islas Malvinas, en el Atlántico Sur, es uno de los conflictos más activos en la actualidad.
Tras la guerra librada en 1982, que terminó con un triunfo británico, Buenos Aires y Londres mantienen constantes cruces diplomáticos en torno al tema. Argentina reclama una y otra vez que Gran Bretaña acepte una mesa de negociación, como estipuló Naciones Unidas.
La disputa subió de tono en los últimos meses con las denuncias argentinas acerca de una militarización en la zona, la voluntad británica de explorar el petróleo y el anuncio de un referéndum en las islas para que la población exprese su parecer.
infobae
El sueño de la patria grande de Simón Bolívar quedó ya muy lejos. La mayoría de los países latinoamericanos transitan el bicentenario de sus independencias con sus fronteras más o menos consolidadas luego de un proceso jalonado de guerras y sangrientos enfrentamientos. Y aunque en cada foro los líderes regionales reiteran la necesidad de integración, los conflictos limítrofes persisten.
Algunos se han visto reactivados recientemente por gobiernos que saben que ese tipo de banderas alimentan una galvanización nacional que puede servir a fines electorales o a modo de distracción de problemas acuciantes. Otros son heridas de las que todavía se exploran formas de cicatrización. En medio de esto se resucitan peligrosas rivalidades, que suelen en realidad perseguir objetivos económicos. Veamos la lista.
SUDAMÉRICA
Chile-Bolivia
La Paz le reclama a Santiago una salida soberana al mar que perdió tras la Guerra del Pacífico (de la que también participó Perú) en 1879. El tratado de paz y amistad firmado en 1904 puso fin al conflicto con consecuencias que se mantienen hasta estos días: Bolivia entregó sus 400 kilómetros de costa (hoy provincia de Antofagasta), mientras que Chile se comprometió a conceder el libre tránsito de mercaderías desde y hacia su vecino (sin impuestos ni restricciones) a través de su territorio.
Esa solución nunca satisfizo a Bolivia, que desde 1978 decidió romper relaciones diplomáticas con Chile. Un nuevo horizonte de negociaciones se abrió con la llegada al poder de Evo Morales y Michelle Bachelet. Aunque el diálogo parecía tener un rumbo sereno, durante la gestión de Sebastián Piñera volvió a tensarse.
Actualmente, ambos gobiernos protagonizan duros cruces de declaraciones en torno al diferendo. A las amenazas bolivianas de acudir a tribunales internacionales por considerar "muerto" el pacto suscrito a comienzos del siglo XX, Chile ha respondido con un endurecimiento de su postura.
Chile-Perú
En 2008, Lima demandó a Santiago por 37.000 km2 de una zona de 90 mil km2 de mar territorial en su frontera (zona conocida en Perú como Triángulo Exterior), alegando, entre otras razones, la inexistencia de un tratado de límites, algo que Chile niega.
La disputa está en manos de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en La Haya. El entonces presidente peruano e impulsor de esa medida, Alan García, siempre se mostró optimista en cuanto al resultado. Consideró que los límites marítimos firmados ese mismo año con Ecuador eran una prueba suficiente de que los tratados firmados con Chile en 1952 y 1954 carecen de validez, ya que -a los ojos de Perú- sólo regulan el ámbito de la pesca, pero no atienen a la soberanía territorial.
Aunque las relaciones entre Piñera y Ollanta Humala han sido cordiales, el gobernante peruano sigue con atención la resolución del tribunal. En tanto, Chile -como con Bolivia- se muestra reacio a negociar.
Colombia-Venezuela
Las relaciones entre estos dos pueblos hermanos se han visto más alteradas en los últimos años por las diferencias políticas que por problemas limítrofes. De hecho, las negociaciones sobre el diferendo en torno al Golfo de Venezuela han estado congeladas por décadas sin que ningún gobierno posterior a 1990 exprese una voluntad seria de retomar el tema.
El conflicto en torno a ese golfo se remonta a 1939, momento en el que se discutían los alcances de la frontera terrestre. Lo que está en discusión es un conjunto de islas rocosas, deshabitadas y sin vegetación. El archipiélago Los Monjes (Venezuela) es considerado como la separación imaginaria con el mar Caribe. La importancia del lugar es su posición estratégica y su potencial petrolero.
Guyana-Venezuela
Ambos países mantienen un diferendo desde hace más de un siglo por el área conocida como Guayana Esequiba. Esa zona, de unos 160.000 km2, constituye unos dos tercios del territorio de la ex colonia británica y es rica en recursos minerales y bosques.
Venezuela siempre ha reclamado esa zona como propia, pero un laudo arbitral de 1899 resolvió que ese territorio era parte de su país vecino. Caracas reactivó su reclamo en 1962 y, cuatro años más tarde, se firmó el Acuerdo de Ginebra en el los dos países se comprometieron a resolver el diferendo de manera amistosa.
Tras un pedido de Guyana, la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de las Naciones Unidas analiza el asunto. Está previsto que se pronuncie en 2012, aunque su resolución no tendrá un efecto vinculante.
Guyana-Surinam
Estas dos ex colonias pelean por el control de una pequeña zona conformada por los ríos Boven-Corantijn (en Guyana: New River) y el Koetari, en la cabecera del río Coeroeni.
La disputa sobre el área -conocida en Guyana como New River Triangle (triángulo del río nuevo), y región de Tigri en Surinam- motivó a comienzos de siglo una amenaza de Surinam de una invasión de ese territorio de unos 15.600 km2, cuya soberanía pertenece a Guyana, según confirmó la ONU.
CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE
Belice-Guatemala
Pasaron más de 150 años desde que se inició este diferendo y aún no hay signos de que se resolverá a corto plazo. Ejemplo claro de la herencia colonial en las Américas, este conflicto empezó entre británicos y españoles, y recién comenzó a dirimirse de modo bilateral entre Guatemala y Belice en 1981, cuando el segundo consiguió su independencia.
Cuatro años más tarde, Guatemala desconoció los tratados firmados con Gran Bretaña que delimitaban las fronteras y desde entonces reclama una porción de más de 11.000 km2 del territorio de Belice, así como centenares de islas e islotes.
Las autoridades de ambos países pactaron que el 6 de octubre de 2013 se realice un referéndum simultáneo para que las poblaciones de expresen a favor o en contra de que la disputa sea sometida a una votación en la CIJ. Hay dos escenarios posibles: en caso de que la moción sea aprobada en los dos países, se procederá a llevar el litigio al tribunal (la resolución demoraría al menos cuatro años); si en uno de ellos se impone el "no", entonces se deberá buscar otras formas de arbitraje.
Costa Rica-Nicaragua
El litigio comenzó en el último trimestre de 2010 y tuvo una primera respuesta en marzo de este año, cuando la corte de La Haya estableció medidas provisionales por el conflicto y desestimó su capacidad para pronunciarse por el reclamo de soberanía.
El cruce se produjo cuando el gobierno de Laura Chinchilla denunció que tropas nicaragüenses habían violado la soberanía costarricense al ingresar ilegalmente en territorio nacional. Daniel Ortega desestimó las acusaciones al entender que la zona inspeccionada por su ejército, la isla de Portillos, pertenece a Nicaragua, lo que abrió la disputa.
Si bien el Tribunal dictaminó una serie de medidas -como la prohibición del envío de personal civil o militar al lugar-, Managua se mostró disconforme con el fallo. El conflicto sigue su curso judicial. Tras la presentación de los alegatos escritos de San José ante la CIJ, Managua prepara su defensa para agosto de 2012. La resolución se conocería a mediados de 2013. Mientras tanto, la relación entre ambos gobiernos es tensa.
Nicaragua-Colombia
El conflicto se centra en la disputa por un archipiélago formado por las islas San Andrés, Providencia y Santa Catalina y de un grupo de islotes que se encuentran en un área de 50 mil kilómetros cuadrados del mar Caribe.
Colombia ejerce la soberanía basándose en un tratado firmado con Nicaragua en 1928, cuando ese país estaba ocupado por los Estados Unidos. Durante años, gobiernos nicaragüenses criticaron ese pacto hasta que, en 2001, fue presentada formalmente la demanda ante la Justicia internacional.
En 2007, la CIJ ratificó los derechos colombianos sobre el archipiélago, pero se declaró competente para atribuir el resto de islas y delimitar la demarcación marítima entre ambos países, lo que sucederá a mediados de 2012.
MALVINAS, UN RECLAMO APARTE
Aunque no es un contencioso limítrofe, el pedido de la Argentina por la restitución de la soberanía sobre las Islas Malvinas, en el Atlántico Sur, es uno de los conflictos más activos en la actualidad.
Tras la guerra librada en 1982, que terminó con un triunfo británico, Buenos Aires y Londres mantienen constantes cruces diplomáticos en torno al tema. Argentina reclama una y otra vez que Gran Bretaña acepte una mesa de negociación, como estipuló Naciones Unidas.
La disputa subió de tono en los últimos meses con las denuncias argentinas acerca de una militarización en la zona, la voluntad británica de explorar el petróleo y el anuncio de un referéndum en las islas para que la población exprese su parecer.
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