EE.UU., con más presencia en la región

AICKE

Forista Sancionado o Expulsado
Anunció que restablecerá la Cuarta Flota para combatir el terrorismo y el narcotráfico en América del Sur y el Caribe

WASHINGTON.- Creada hace 65 años para enfrentar a los submarinos alemanes que atacaban los convoyes en América del Sur, la Cuarta Flota perdió razón de ser tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y fue disuelta en 1950.

Pero ahora vuelve. El Pentágono anunció su reactivación para "combatir el terrorismo" y "actividades ilícitas", como el narcotráfico. Y también, según explicó, para enviar un "mensaje" a Venezuela y al resto de la región.

Su "mensaje" comenzó a difundirse semanas después de que Venezuela, Ecuador y Colombia protagonizaran un incidente diplomático que tuvo en vilo a toda la región, a raíz del bombardeo contra un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio ecuatoriano. También se da en momentos en que varios países de la región, entre ellos Brasil, Venezuela, Colombia y Ecuador, se embarcan en una incipiente carrera armamentista.

La Cuarta Flota comenzará a operar el 1° de julio desde la base de Mayport, en el estado de Florida, donde hoy actúa el Comando Sur. Incorporará sus barcos -incluido un portaaviones-, submarinos y unos cientos de oficiales y suboficiales, con los que actuará en el Caribe, en América Central y en América del Sur, según explicó el Departamento de Defensa norteamericano. Y, aunque no implique la incorporación de más fuerzas a la región, la equipara en importancia dentro de la armada a las flotas vigentes, como la Quinta (en el golfo Pérsico) o la Sexta (en el Mediterráneo).

"[Esta decisión] le da a la armada un papel más amplio en la región. Tiene cierto peso simbólico y es una manera de compensar por los recursos limitados o, quizá, la falta de atención de Washington", afirmó Frank Mora, profesor de estrategia en seguridad nacional del Colegio Nacional de Guerra de esta capital.

Si de simbolismos se trata, la Cuarta Flota ya tiene su logo, según verificó LA NACION. En el centro aparece el globo terráqueo, en el que América del Sur aparece con un número 4 sobreimpreso en un color violáceo. Detrás, se ven un ancla y dos tridentes dorados. Arriba, un águila norteamericana con sus alas desplegadas y dos estrellas. Por debajo, su eslogan: "Asociación de las Américas".

Un mensaje a la región

La primera reacción a la noticia fue negativa. Cuba y Venezuela denunciaron de inmediato los planes "imperialistas" de Estados Unidos. El presidente venezolano, Hugo Chávez, afirmó que los planes de Washington no lo "asustan en lo más mínimo" (ver aparte).

El objetivo central de la Cuarta Flota será la seguridad, según adelantó el comandante de las fuerzas navales del Comando Sur, el contraalmirante James Stevenson. Servirá, dijo, para enviarle un mensaje a toda la región, no sólo a Venezuela.

"La flota podría aportarle más relevancia a la zona y aumentar nuestra capacidad para actuar", explicó Stevenson al diario El Nuevo Herald .

No será él, sin embargo, quien asuma al frente de la nueva Cuarta Flota. Será otro contraalmirante, Joseph Kernan, de 53 años, actualmente a cargo del Comando de Operaciones Especiales de la armada. A lo largo de su carrera, Kernan actuó como comando de la fuerza en Medio Oriente y el Pacífico.

Almirante de tres estrellas, Kernan se convertirá así en el primer comando de la armada en asumir al frente de una de sus flotas. Desde que el Pentágono anunció la reactivación de la Cuarta Flota y su designación, el jueves pasado, el militar optó por mantener un perfil bajo.

Las declaraciones quedaron a cargo de otros, como Stevenson y el jefe de operaciones navales de la armada, almirante Gary Roughead.

"Ese cambio incrementa nuestro énfasis en el empleo de fuerzas navales en la región para fomentar la confianza entre las naciones, a través de iniciativas de seguridad marítima que se centran en los peligros comunes e intereses mutuos", afirmó Roughead.

Según el comunicado oficial del Pentágono, la reactivación de la Cuarta Flota "servirá para demostrar el compromiso de Estados Unidos con sus socios regionales", entre los que se destaca Colombia en su lucha contra el narcotráfico y las FARC, una organización que Estados Unidos califica de "terrorista", a la altura de Al-Qaeda, Hezbollah o Hamas.

La armada distribuyó un comunicado complementario en el que enumeró sus objetivos específicos, que incluyen "interactuar con las armadas de naciones aliadas" para operaciones de "entrenamiento bilateral y multilateral" y operaciones "contra el tráfico ilícito" proveniente de la región, sea de armas o drogas.

En los últimos años, los carteles colombianos se valieron incluso de submarinos de construcción clandestina para traficar droga.

Los carteles del narcotráfico no son los únicos que utilizan submarinos. Chávez buscó un acuerdo con Moscú en junio del año pasado para adquirir hasta nueve submarinos rusos por entre 1000 y 2000 millones de dólares. Eso alteraría el equilibrio de fuerzas en el Caribe, advierten los analistas.

"Restablecer la Cuarta Flota es un reconocimiento de la enorme importancia que tiene la seguridad marítima en el Sur-explicó el almirante Roughead-. E indica nuestro apoyo e interés en los servicios marítimos civiles y militares de América Central y del Sur."

En rigor, la armada estadounidense evaluaba aumentar su presencia en la región desde hacía años. El jefe del Comando Sur, almirante James Stavridis, lo anunció ante el Congreso el 6 de marzo, cuando respaldó el establecimiento de una nueva flota encabezada por un portaaviones nuclear para patrullar las aguas del Caribe y América latina, para respaldar las operaciones antiterroristas.

Dentro de la órbita del Comando Sur operan hoy 11 barcos, un número que podría aumentar en el futuro. Qué tipo de naves se desplegarán "es cuestión del momento, de las misiones específicas", explicó Stevenson.

Pero los primeros indicios apuntan al flamante portaaviones George H. W. Bush, que estará operativo desde fines de este año, como posible corazón de la Cuarta Flota.

Por Hugo Alconada Mon
Corresponsal en EE.UU.

Un portaaviones nuclear llega a la Argentina

El George Washingon participará de un ejercicio con la Armada, el mes próximo; es la tercera vez en 20 años

Un portaaviones nuclear norteamericano participará de un ejercicio con unidades de la Armada en aguas argentinas. A partir del 5 de mayo, el poderoso navío George Washington, junto con su grupo de buques de apoyo, participará del adiestramiento Gaucho-Gringo 2008. Es la tercera vez en los últimos 20 años que un portaaviones de Estados Unidos realiza un operativo en la Argentina.

Uno de los puntos más importantes del ejercicio será el paso de los aviones navales Super Etendard por la cubierta del George Washington. Para las aeronaves argentinas, las mismas que participaron con éxito en la guerra en las islas Malvinas, significa la importante oportunidad de realizar las maniobras de acercamiento a un portaaviones.

Al no contar la Armada con un buque de esas características desde la salida de servicio, en los años 90, del 25 de Mayo, los pilotos deben practicarsu capacidad de aterrizaje en alta mar gracias a convenios con Brasil, que permite el adiestramiento argentino en su portaaviones San Pablo.

Estas prácticas son vitales para la aviación naval argentina, que a comienzos de este mes dio de baja al sistema de armas Aermacchi, una aeronave de destacada participación en el conflicto de 1982. Los pilotos navales esperan el necesario reemplazo de esos aviones, ya que su adiestramiento sería imposible si tuviesen que saltar de un avión de entrenamiento básico Mentor al avanzado sistema de Super Etendard. Por el momento, los aviadores navales tienen una buena ocasión de perfeccionarse con la visita del portaaviones norteamericano.

El George Washington navegará por aguas argentinas después de participar del Operativo Unitas en Brasil, en el que también tomaron parte buques argentinos. El ejercicio naval con Estados Unidos fue aprobado el año pasado por el Congreso.

Los senadores de la Comisión de Defensa pudieron ver los preparativos para el ejercicio en su visita a Puerto Belgrano, la base principal de la Armada. Un grupo de legisladores, encabezado por la mendocina María Perceval, acompañó al almirante Jorge Godoy en una recorrida por el principal apostadero de la flota de mar y recibió un informe sobre los daños en el rompehielos Irízar.

El ejercicio de la Armada Argentina con el George Washington tiene antecedentes en las maniobras realizadas con los portaaviones nucleares Kitty Hawk y Ronald Reagan. Este último navío cruzó las aguas argentinas en junio de 2004, como parte de su viaje inaugural.

El ejercicio combinado es el reflejo de la etapa de buenas relaciones militares con Estados Unidos. Fue superada la crisis que había causado el rechazo del gobierno de Néstor Kirchner al pedido norteamericano de inmunidad para sus tropas. Esa decisión había provocado el congelamiento por unos años de los operativos militares argentino-nortamericano en nuestro país.

El portaaviones y su grupo escolta no amarrarán en puertos locales, por lo que no fue necesario solicitar inmunidad especial para los militares norteamericanos. De esta manera, se evitaron posibles trabas para la aprobación legislativa del ejercicio Gaucho-Gringo.

Apoyo a Brasil

La cooperación militar entre Buenos Aires y Washington no impide, sin embargo, que la Argentina mire con atención y buenas expectativas los pasos que da Brasil para consolidar la integración de un pensamiento castrense sudamericano. Así lo comentó en el Pentágono el secretario de Asuntos Internacionales de la Defensa, Alfredo Forti, que el jueves pasado se entrevistó con el subsecretario de Defensa norteamericano, Gordon England.

Forti señaló a England que la Argentina "trabaja activamente en la integración sudamericana y en la perspectiva militar de la misma, al estimar que es un tema pendiente en la agenda del Mercosur ampliado", según informó un comunicado del Ministerio de Defensa.

En forma paralela, en Buenos Aires, funcionarios del Ministerio de Defensa, que encabeza Nilda Garré, se reunieron con sus pares de Brasil para avanzar en posibles áreas de cooperación. Se definieron tres mesas de trabajo, para alternativas de producción de vehículos terrestres, navales y aéreos. Cada parte expuso sus proyectos de interés y se armó un cronograma de encuentros.

De todas formas, lo más importante fue la decisión política de avanzar con Brasil, en momentos en que el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva impulsa con fuerza la creación de un consejo sudamericano de defensa, cuyas líneas serán presentadas oficialmente este mes. No resulta un dato menor, ya que uno de los objetivos estratégicos previstos por Brasil es limitar, con un subloque castrense regional, la influencia de la Junta Interamericana de Defensa, que históricamente es controlada por Washington.

Entre ejercicios y encuentros, la Argentina busca un punto de equilibrio entre los dos pesos pesados del continente.

Por Daniel Gallo
De la Redacción de LA NACION
 

Finback Ale

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Creo que ya la había puesto la noticia.
No me parece mal hacer ejercicios que ayuden al entrenamiento de neustras fuerzas. Y más con portaaviones muejeje.
 
Creo que ya la había puesto la noticia.
No me parece mal hacer ejercicios que ayuden al entrenamiento de neustras fuerzas. Y más con portaaviones muejeje.

Lo lamentable es nuestra aviacion naval dos aviones de combate operativos:yonofui:
 
Esto salio en Infobae

El jefe del Comando Sur de los EEUU habló sobre la reactivación de la IV Flota

El almirante James Stavridis destacó que la unidad militar no tendrá un objetivo militar, sino sólo de cooperación. Destacó que no se va a destinar un portaaviones a la región y que la relación con los países es "excelente"

"Nunca se tendrá una posibilidad ofensiva en la IV Flota. Ese es un compromiso", dijo James Stavridis, durante una visita a la Argentina donde se encontró con el secretario de Asuntos Internacionales de la Defensa, Alfredo Forti.

"Fui personalmente a conversar sobre la IV Flota como una señal de respeto a él y a la ministra [Nilda] Garré", explicó el representante norteamericano. Y desde el Ministerio de Defensa aseguró que el jefe del Comando Sur aceptó como un error de comunicación que la reapertura de la IV Flota se hubiera sabido públicamente antes de ser informada a los ministros de la región.

Stavridis procuró además llevar tranquilidad ante las versiones alarmistas sobre el nuevo componente naval de su comando y se encargó de aclarar que "el portaaviones George Washington está pasando por la región en su camino a Japón".

Y agregó: "No tenemos ninguna intención de tener un portaaviones como parte de la IV Flota. En los últimos tres años sólo hubo dos viajes de portaaviones por esta zona y no fueron por más de 20 días; es un paso transitorio, claramente".

Además, el almirante explicó que "la IV Flota está designada específicamente para cinco misiones: respuesta a desastres naturales, operaciones humanitarias, de asistencia médica, contra el narcotráfico y cooperación en asuntos de medio ambiente y tecnología".

Stavridis insistió en "resaltar que no hay ni habrá una capacidad ofensiva en la IV Flota" y que "el buque más grande que va a operar es un buque hospital"; y, comentó también que las relaciones con la Argentina, Brasil y Chile son "excelentes".

"La IV Flota podrá cooperar con esas naciones. El último verano, durante cuatro meses, un buque hospital visitó doce países y los médicos trataron a 400.000 pacientes. Ese es un excelente ejemplo de las misiones que tenemos previstas para la IV Flota", explicó en una conferencia de prensa según publica hoy La Nación.

Fuente: Infobae
Link: http://www.infobae.com/contenidos/3...ur-los-EEUU-habló-la-reactivación-la-IV-Flota

En la Nacion

Visita a la Argentina del almirante James Stavridis
"La IV Flota no tendrá capacidad ofensiva"

El jefe del Comando Sur de EE.UU. dijo que no se consideraba destinar un portaaviones a la región

Jueves 8 de mayo de 2008 | Publicado en la Edición impresa

El anuncio de los Estados Unidos de reactivar la IV Flota provocó cierta inquietud en los países latinoamericanos, que desde la década del 50 no sentían cercana la presencia de un grupo de batalla norteamericano.

Rispideces políticas, compras de sofisticados sistemas de armas y movimientos de tropas en algunas fronteras latinoamericanas volvieron quisquilloso al ambiente militar de la región. En ese contexto, el jefe del Comando Sur norteamericano, almirante James Stavridis, minimizó las posibles tensiones en su visita a la Argentina.

"Nunca se tendrá una posibilidad ofensiva en la IV Flota. Ese es un compromiso", dijo Stavridis durante una conferencia de prensa.

Minutos antes de dar su opinión a los periodistas, Stavridis visitó al secretario de Asuntos Internacionales de la Defensa, Alfredo Forti. "Fui personalmente a conversar sobre la IV Flota como una señal de respeto a él y a la ministra [Nilda] Garré", explicó. En el Ministerio de Defensa se aseguró que el jefe del Comando Sur aceptó como un error de comunicación que la reapertura de la IV Flota se hubiera sabido públicamente antes de ser informada a los ministros de la región. Stavridis procuró además llevar tranquilidad ante las versiones alarmistas sobre el nuevo componente naval de su comando.

"La IV Flota está designada específicamente para cinco misiones: respuesta a desastres naturales, operaciones humanitarias, de asistencia médica, contra el narcotráfico y cooperación en asuntos de medio ambiente y tecnología. Quiero resaltar que no hay ni habrá una capacidad ofensiva en la IV Flota. El buque más grande que va a operar es un buque hospital", dijo Stavridis.

-Usted afirma que no se tendrá capacidad ofensiva, pero ¿no contará con un portaaviones ?

-El portaaviones George Washington está pasando por la región en su camino a Japón [N. de la R.: realizó ejercicios con la Argentina y Brasil, y tiene previstos adiestramientos con Chile, Perú, Colombia y Ecuador]. No tenemos ninguna intención de tener un portaaviones como parte de la IV Flota. En los últimos tres años sólo hubo dos viajes de portaaviones por esta zona y no fueron por más de 20 días; es un paso transitorio, claramente.

-¿Cuál es su visión sobre la iniciativa de Brasil de crear un consejo de defensa sudamericano?

-Estoy a favor de cualquier forma de cooperación entre los países de la región. El aspecto más fuerte de nuestra región es que somos, en su mayoría, naciones democráticas y que tienen una buena cooperación entre sí. En términos generales estoy a favor de la cooperación entre los países de la región, pero no tengo los detalles sobre la iniciativa brasileña, así que no voy a comentar sobre eso. Sí quiero decir que tenemos excelentes relaciones con la Argentina, Brasil, Chile y virtualmente con todas las naciones de la región. La IV Flota podrá cooperar con esas naciones. El último verano, durante cuatro meses, un buque hospital visitó doce países y los médicos trataron a 400.000 pacientes. Ese es un excelente ejemplo de las misiones que tenemos previstas para la IV Flota.

-¿Considera al populismo radicalizado una nueva amenaza en la región?

-No. No hay amenaza. Creo que en esta región existen ideas diferentes en términos de política y economía. Para Estados Unidos, son la democracia, el mercado libre, la libertad y los derechos humanos. Hay otras ideas en la región que compiten con aquéllas, pero no son amenazas. Cada país tiene que tomar su propia decisión respecto de esas ideas. El populismo radical no es una amenaza; es una idea.

-Una de las misiones de la IV Flota es combatir el narcotráfico, pero no en todos los países de la región se usan las fuerzas armadas para eso. ¿Cómo van a compatibilizar esa situación?

-Nosotros aceptamos en cada país su perspectiva de cómo decide emplear sus fuerzas armadas. Con la Argentina continuaremos trabajando para tener áreas de cooperación en mantenimiento de la paz, en respuesta a desastres naturales, ayudas médicas. Como las fuerzas armadas argentinas no participan en las operaciones contra el narcotráfico, no vamos a buscar cooperación militar en esa área, pero sí vamos a seguir trabajando en otras áreas para continuar con nuestra amistad. Las fuerzas armadas de Estados Unidos y de la Argentina disfrutan de una cooperación excelente.

Por Daniel Gallo
De la Redacción de LA NACION

Fuente: La Nacion
Link: http://www.lanacion.com.ar/EdicionImpresa/exterior/nota.asp?nota_id=1010585&pid=4401415&toi=5942
 

pulqui

Colaborador
Una flota que agita las aguas en Latinoamérica


"No cayó bien". La ministra de Defensa, Nilda Garré, resumió así el sentimiento de la mayoría de los gobiernos de América latina por la reactivación de la IV Flota de la Armada estadounidense, que operará en la región luego de 58 años, en medio de tensiones crecientes y una incipiente carrera armamentista.

El malestar le fue transmitido por el Gobierno argentino al comandante del Comando Sur, del que depende la flota, James Stavridis, el 7 de mayo pasado durante una visita a Buenos Aires.

"Nunca se contemplará una posibilidad ofensiva en la IV Flota. Ese es un compromiso", sostuvo Stavridis aquella vez y garantizó que la fuerza fue designada para dar respuesta a desastres naturales, operaciones humanitarias, de asistencia médica, contra el narcotráfico, y cooperación en medio ambiente y tecnología".

Pero la posibilidad de que las embarcaciones de guerra además puedan combatir el terrorismo -un término controvertido en el glosario de las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica- también está contemplada entre sus misiones.

"Esto plantea el riesgo de que la guerra contra el terrorismo se latinoamericanice", escribió el especialista en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales Juan Gabriel Tokatlian.

La IV Flota comenzará a operar el 1° de julio desde la base de Mayport en Florida entre el Mar Caribe y el Atlántico Central y Sur. Inicialmente estará compuesta por once navíos, entre los que sobresalen un portaaviones y un submarino nuclear.

Precisamente en el Mar Caribe el gobierno de Hugo Chávez hizo una sorpresiva prueba de misiles, en medio de una escalada armamentista inédita en los últimos años en la región.

La flota estadounidense fue creada en 1943 para hacer frente a los submarinos del eje durante la Segunda Guerra Mundial y disuelta en 1950, cuando ya no tenía razón de ser. Su regreso al patrullaje fue anunciado por el Pentágono el 25 de abril pasado.

Hasta ahora las cinco flotas de los Estados Unidos eran la II que operaba en todo el Atlántico, la III en el Pacífico Oriental, la V en el Golfo Pérsico y el Océano Indico, la VI en el Mediterráneo y la VII en el Pacífico Occidental, detalló Ignacio Osacar, analista del Centro de Estudios Nueva Mayoría. La nueva escuadra será equipada en forma similar a la V y VI.

"La verdad es que no se entiende por qué semejante despliegue para objetivos humanitarios", razonó Garré ante una consulta periodística.

El jefe naval estadounidense, quien fue recibido por el secretario de Asuntos Internacionales para la Defensa, Alfredo Forti, y no por la ministra, reconoció como un "error comunicacional" la ausencia de información previa al gobierno argentino sobre la reactivación de la IV Flota.

RAZONES

Pero en la antesala del desembarco de un nuevo presidente en Estados Unidos, las razones para la resurrección de una flota de estas características, según los analistas, son varias.

En primer lugar, existe una estrategia de recuperar posiciones en una región que fue relegada por el Gobierno de George W. Bush, quien centró su política internacional en Oriente Medio.

Estados Unidos probablemente perderá su única base militar permanente en Sudamérica, ubicada en la ciudad ecuatoriana de Manta, cuando caduque el acuerdo con el gobierno de ese país en noviembre del año próximo. Sucede que el presidente Rafael Correa ya adelantó su intención de no renovarlo.

El Pentágono busca nuevas localizaciones para potenciales bases y una de esas posibilidades es Paraguay, aunque la llegada al poder de Fernando Lugo, otro de los mandatarios que parece decidido a tomar distancia de la Casa Blanca, seguramente conspirará contra esa ambición.

Además, la región que no ha padecido guerras en los últimos años, tuvo recientemente una fuerte controversia diplomática entre Colombia, principal aliado de Estados Unidos en la región, y Ecuador, que a su vez fue respaldado por Venezuela. Otros países, más cercanos ideológicamente a Caracas que a Washington también defendieron a Quito, entre ellos la Argentina.

Por otra parte, los barcos estadounidenses comenzarán a navegar una zona geopolíticamente cada vez más valiosa, donde se encuentran reservas importantes de las materias primas más codiciadas del momento: hidrocarburos y alimentos.

La flota reaparece justo cuando Brasil lanza un Consejo Sudamericano de Defensa, que precisamente excluye a Washington de colaborar en su tarea predilecta; y en medio de un proceso de rearme en la región liderado por países como Colombia y Venezuela.

Precisamente, Caracas trabaja desde hace años con una hipótesis de conflicto basada en una eventual invasión a través de su porosa frontera con Colombia.

Y este viernes la Fuerza Armada venezolana lanzó por primera vez tres misiles italianos y una bomba teledirigida de 500 kilogramos, en una maniobra para demostrar la capacidad defensiva del país.

La escuadra, entonces, vuelve a tener un leitmotiv para el centro del poder mundial: "El objetivo central de la IV Flota será más que militar y político el de seguridad y estabilidad".

En esos términos lo definió el comandante de las fuerzas navales para el Comando Sur, vicealmirante James Stevenson.

Por GABRIEL PROFITI

09/06/08
EL DIA – LA PLATA


http://www.nuestromar.org/noticias/...08_una_flota_que_agita_las_aguas_en_latinoame
 
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