EE.UU. enviará más barcos al Golfo

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Colaborador
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EE.UU. enviará más barcos al Golfo

Washington se prepara para aplicar un posible embargo de la ONU a Teherán y hace una nueva demostración de fuerza.


El País, de Madrid

Nueva York. Estados Unidos va a enviar más barcos de guerra y aviones de combate al golfo Pérsico, informó ayer el diario The New York Times, que cita fuentes del Pentágono.


El objetivo es doble: prepararse para aplicar un posible embargo aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU en respuesta al desafío nuclear iraní (algo que aún no ha sucedido) y lanzar un mensaje al régimen de Teherán. El hecho de que Estados Unidos tenga decenas de miles de soldados desplegados en Irak no le impide mantener la vigilancia en Irán. Se espera que el nuevo jefe del Pentágono, Robert Gates, apruebe la próxima semana el envío de un segundo portaaviones con su correspondiente grupo de combate, que podría llegar a la zona en los primeros días de enero.

Los rumores de un eventual reforzamiento del operativo naval estadounidense en la región empezaron a circular tras el encuentro del presidente George W. Bush con el primer ministro británico, Tony Blair. El Pentágono, según precisan varios medios, quiere incrementar la flexibilidad de sus efectivos en la zona, a la vez que refuerza su capacidad disuasoria. El Departamento de Defensa estaría revisando ahora la propuesta para determinar la manera de realizar estos movimientos.

El segundo portaaviones estaría estacionado lo suficientemente cerca del Golfo como para responder con rapidez ante cualquier provocación.

El Reino Unido estaría considerando movilizar más efectivos, según The New York Times, que cita fuentes militares del Pentágono. El rotativo precisa que estos movimientos no deben verse como preparativos de una intervención militar. Es más, diplomáticos occidentales en la ONU aseguran que esta decisión está totalmente desvinculada de las decisiones que adopte el Consejo de Seguridad para castigar a Irán por sus ambiciones nucleares.

Estados Unidos cuenta ya en la zona con el portaaviones Eisenhower, que está escoltado por varios buques de ataque y un submarino. Estas naves suelen transportar hasta 80 cazabombarderos. También son utilizados para operaciones que no son de combate.

Los estrategas creen que este refuerzo de efectivos navales será útil también para apoyar o proteger a los contingentes desplegados en Irak y Afganistán, aunque el mensaje va dirigido directamente a Teherán y Damasco.

Más control. El último informe del Pentágono presentado ante el Congreso acusa directamente a Irán y Siria de minar el proceso de conciliación política en Irak "dando apoyo a las fuerzas que están contra el gobierno y la coalición".

El aumento de la presencia militar en la región del golfo Pérsico permitirá también controlar el flujo de materiales que puedan ser utilizados por las milicias en Irak y aplicar el régimen de sanciones que se decida en la ONU contra el programa nuclear de Irán.

El mando central de las fuerzas navales, según el NYT, considera que el tono y la retórica iraní está creando "un clima de intimidación y miedo". Aunque precisa que Estados Unidos será "cuidadoso en los movimientos para no contribuir a una escalada". Además, concluyen con la aseveración de que se trata de una estrategia a largo plazo para demostrar que "el Pentágono está comprometido en garantizar la seguridad y la estabilidad en la zona".

Más flexibilidad. El rotativo neoyorquino explicó que al duplicar el número de portaaviones, los comandantes dispondrán de la flexibilidad necesaria para mantener un grupo de ataque cerca de Irán y otro fuera del golfo Pérsico para hacer patrullas en Afganistán.

El calendario de los estrategas militares coincide con el plazo de 60 días que daría el Consejo de Seguridad a Irán para que cumpla con las exigencias de la comunidad internacional en materia nuclear.

Sin embargo, la resolución que estaría a punto de adoptarse en la ONU excluye cualquier referencia al uso de la fuerza y limita la reprimenda al ámbito económico y diplomático.

Estados Unidos acusa a Irán de apoyar a los insurgentes en Irak y de desarrollar armas atómicas de forma clandestina.

Bush había dicho el miércoles que no se sentará con Irán mientras su régimen no decida suspender el programa nuclear "de una forma verificable". Es lo que le exigen el Consejo de Seguridad de la ONU y la Organización Internacional de Energía Atómica (Oiea), mientras Bush acusa a Teherán de querer aislarse en la escena internacional "contra su pueblo". "Hay otra vía mejor", remachó.

La dureza del mensaje utilizado por la Casa Blanca preocupa en Siria y Damasco, que ya se han mostrado dispuestos a sentarse a discutir con Washington cuestiones relacionadas con la crisis en Medio Oriente y la espiral de violencia en Irak.
 
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