Malas administraciones, funcionarios negligentes y falta de control con los recursos estatales. Todos esos condimentos confluyen en esta historia. El protagonista es un Beechcraft Baron, un bimotor de color azul valuado en más de 550 mil dólares . Actualmente es el único avión que tiene el Servicio Penitenciario Federal.
Pero desde 2010 está varado en el aeropuerto de San Fernando. ¿El motivo?
Hay una deuda de casi 70 mil dólares con la empresa encargada de la repararlo. Mientras tanto, cientos de presos se trasladan a diario sin las normas de seguridad adecuadas.
La historia se puso en marcha hace dos años con una licitación pública. “El Servicio Penitenciario no tenía la logística para repararlo”, explicaron dentro de la fuerza.
Los trabajos en la avioneta, matrícula LQ-ASY, incluyeron el reemplazo de los instrumentos de navegación y radios “por completo” y el desmonte de “ambas hélices con los respectivos motores”. “Durante la reparación se descubrieron novedades. Todo quedó asentado en un informe de ingeniería”, contó una fuente aeronaútica.
Aunque esos anexos fueron autorizados, nunca se pagaron. Al día de hoy, la deuda con el taller oficial de la firma Bombardier, ascendería a casi US$ 70.000.
La reparación finalizó en octubre del año pasado. Desde entonces, el avión, con capacidad para diez personas, permanece en un hangar de San Fernando. Más de un piloto especuló que estaba a la venta. “Tienen buena voluntad, si lo sacan del hangar y lo dejan en la pista en seis meses se arruina”, contó un piloto.
Clarín se comunicó en los últimos días varias veces con los voceros del Ministerio de Justicia para saber más detalles, pero nadie respondió las consultas. “Desde que se hizo la licitación hubo cambio de autoridades en el Servicio Penitenciario, muchos pasaron a retiro forzoso y otros renunciaron, pero hay un área específica que debería resolver esto”, se quejó una fuente que conoce los detalles de la trama.
La fuerza está a cargo de Víctor Hortel, que saltó a la fama por haber impulsado a la agrupación Vatayón Militante dentro de las cárceles federales. Pese a los desmanejos oficiales, el diálogo con la empresa ya estaría restablecido.
Con todas las reparaciones hechas, el Beechcraft Baron E-55, utilizado para trasladar autoridades del SPF e incluso presos, hoy no está habilitado para volar porque vencieron las inspecciones reglamentarias, un trámite en el que interviene la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). Antes, debería aparecer el dinero. Nada más y nada menos.
clarin
Pero desde 2010 está varado en el aeropuerto de San Fernando. ¿El motivo?
Hay una deuda de casi 70 mil dólares con la empresa encargada de la repararlo. Mientras tanto, cientos de presos se trasladan a diario sin las normas de seguridad adecuadas.
La historia se puso en marcha hace dos años con una licitación pública. “El Servicio Penitenciario no tenía la logística para repararlo”, explicaron dentro de la fuerza.
Los trabajos en la avioneta, matrícula LQ-ASY, incluyeron el reemplazo de los instrumentos de navegación y radios “por completo” y el desmonte de “ambas hélices con los respectivos motores”. “Durante la reparación se descubrieron novedades. Todo quedó asentado en un informe de ingeniería”, contó una fuente aeronaútica.
Aunque esos anexos fueron autorizados, nunca se pagaron. Al día de hoy, la deuda con el taller oficial de la firma Bombardier, ascendería a casi US$ 70.000.
La reparación finalizó en octubre del año pasado. Desde entonces, el avión, con capacidad para diez personas, permanece en un hangar de San Fernando. Más de un piloto especuló que estaba a la venta. “Tienen buena voluntad, si lo sacan del hangar y lo dejan en la pista en seis meses se arruina”, contó un piloto.
Clarín se comunicó en los últimos días varias veces con los voceros del Ministerio de Justicia para saber más detalles, pero nadie respondió las consultas. “Desde que se hizo la licitación hubo cambio de autoridades en el Servicio Penitenciario, muchos pasaron a retiro forzoso y otros renunciaron, pero hay un área específica que debería resolver esto”, se quejó una fuente que conoce los detalles de la trama.
La fuerza está a cargo de Víctor Hortel, que saltó a la fama por haber impulsado a la agrupación Vatayón Militante dentro de las cárceles federales. Pese a los desmanejos oficiales, el diálogo con la empresa ya estaría restablecido.
Con todas las reparaciones hechas, el Beechcraft Baron E-55, utilizado para trasladar autoridades del SPF e incluso presos, hoy no está habilitado para volar porque vencieron las inspecciones reglamentarias, un trámite en el que interviene la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). Antes, debería aparecer el dinero. Nada más y nada menos.
clarin