También los americanos la cagan.
Ya durante la Guerra de las Malvinas, los ingleses, que se habían pasado a la entonces reciente moda de hacer las superestructuras de los barcos de guerra en aluminio en vez del "todo acero", sufrieron graves pérdidas y tuvieron que volver a la construcción naval tradicional (y dejarse de inventos del TBO).
El cambio era motivado por el deseo, legítimo, de ahorrar peso en los buques, sin perder volumen, lo que permitía incrementar el armamento instalado. Y, además, el ahorro de peso y por una ecuación de la construcción naval que nunca he comprendido (tengo mis limitaciones), influye directa y proporcionalmente en la cantidad de tripulación requerida y las marinas occidentales, cada vez más, tienen problemas de reclutamiento y de gastos de personal.
Pero el aluminio funde antes que el acero y arde con gran facilidad. Algunos buques ingleses alcanzados por missiles"Exocet" disparados por aviones Dassault Super Etendardde la aviación argentina (la unica que cumplió, por parte argentina, en aquel conflicto), ardieron como teas y no pudieron salvarse.
Ahora la US Navy ha creado una nueva clase de buque ligero de guerra, el LCS o Littoral Combat Ship. El primer prototipo, el USS Freedom, es un monocasco de acero y no tiene ningún problema. Pero el segundo prototipo, entrado en servicio hace algo más de un año, es un revolucionario trimarán, con todo el casco en aluminio, y primero de una serie prevista, el USS Independence (*).
Y resulta que el USS Independence ya se está desintegrando, molécula a molécula, por un problema de corrosión alrededor de sus motores, la llamada "corrosión galvánica".
No es la habitual oxidación, muy corriente en todos los buques y que cuesta millones de dólares anuales en mantenimiento pero ya se sabe, si no una corrosión por electrólisis, que se produce cuando, en ambiente húmedo y salino, dos metales distintos entran en contacto eléctrico y se corroen a diferentes grados o velocidad. Y los motores del USS Independence son, lógicamente, de hierro y sus"water jets" o turbinas de impulsión a chorro están en contacto con el aluminio del casco.
Lo peor del caso es que la US Navy culpa a los astilleros, una empresa australiana recientemente instalada en Mobile, Alabama, por el diseño (ya que la US Navy, anteriormente, ya había operado buques mixtos en aluminio y acero), mientras los astilleros culpan a la marina por mal mantenimiento. No parece la posición más acertada si quieren seguir siendo suministradores del Pentágono, salvo que lo puedan demostrar con razones poderosas...
Coronel Von Rohaut