Brunner
Forista Sancionado o Expulsado
El Gobierno avanzará en los acuerdos de seguridad con EE.UU.-Lo definió Aníbal Fernández con Wayne-El gobierno de Néstor Kirchner volvió a dar ayer una fuerte señal de acercamiento a los Estados Unidos.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, recibió al nuevo embajador norteamericano, Earl Anthony Wayne, y acordaron "profundizar la cooperación" en los controles de migraciones, la seguridad, y la lucha contra el narcotráfico, terrorismo, y otros delitos transnacionales, como el lavado de dinero o la piratería.
El encuentro duró 40 minutos y ambas partes, una vez terminado, lo calificaron de "muy positivo". Según la Casa Rosada, Fernández y Wayne acordaron "mantener un contacto fluido" y quedar en contacto permanente, a cualquier hora, para resolver imprevistos que surjan en cuestiones sensibles como la seguridad.
Se trató de otro gesto que el gobierno de Kirchner envió a los Estados Unidos. Wayne se había reunido el martes último con los ministros de Economía, Felisa Miceli, y de Planificación, Julio De Vido; anteayer visitó a la titular de Defensa, Nilda Garré, y hoy lo hará con el canciller, Jorge Taiana.
No pocas señales amigables hacia Washington se sucedieron en los últimos días. Una es la colaboración con la comunidad judía y con la causa judicial del atentado a la AMIA, en la que se ordenó la captura de ex funcionarios de Irán acusados por ese ataque.
Otro mensaje que en la Casa Rosada no pasan por alto es el pedido de renuncia al ex funcionario piquetero Luis D Elía. No sólo porque apoyó a Irán en la causa AMIA, y denostó a los Estados Unidos e Israel, sino porque hace meses, en calidad de subsecretario de Tierras para el Hábitat Social, invadió y ocupó una propiedad privada de un empresario norteamericano, Douglas Tompkins, en Corrientes.
Más aún: se supo en las últimas horas que desde el propio núcleo de Kirchner se hizo trascender que D Elía acordó con Venezuela su apoyo a Irán.
La Casa Rosada envió así una señal de enfriamiento al líder venezolano Hugo Chávez.
En su encuentro con De Vido, Wayne subrayó la importancia que Estados Unidos le otorga a la construcción del gasoducto del Nordeste, que transportará en el futuro el gas desde Bolivia hacia la Argentina. El gasoducto le permitiría a petroleras de capitales norteamericanos, entre otras, asegurarse un mercado de 27,7 millones de metros cúbicos diarios desde 2010, a un precio actualizado. Por ello, Washington promueve a Kirchner como aliado del presidente de Bolivia, Evo Morales.
Los últimos encuentros entre Kirchner y altos funcionarios norteamericanos y el Comité Judío Americano dejaron claro en el Gobierno que la Casa Blanca busca que la Argentina pueda contener el avance de Hugo Chávez.
En este contexto, Aníbal Fernández acordó con Wayne "mantener una comunicación fluida ante cualquier tema en común que requiera la atención inmediata de ambos países".
La causa AMIA también fue parte de la conversación, con intercambio de elogios recíprocos. La agenda común es la seguridad; el control migratorio, la vigilancia conjunta en la Triple Frontera, junto a Brasil y Paraguay; la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y los delitos como contrabando y lavado de dinero, son de interés para los Estados Unidos.
"Puede llamarme en cualquier momento, en cualquier horario. Mi estilo de trabajo es igual al suyo", le dijo Wayne a Aníbal Fernández. Cerca del ministro del Interior aseguraron que Wayne tiene "un nivel de influencia muy importante en Washington". Wayne estuvo acompañado por funcionarios de su embajada: William Godoy, agregado en temas legales; Carlos Maza, oficial de inmigración, y Scott Campbell, del área de seguridad.
Por Mariano Obarrio
De la Redacción de LA NACION
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, recibió al nuevo embajador norteamericano, Earl Anthony Wayne, y acordaron "profundizar la cooperación" en los controles de migraciones, la seguridad, y la lucha contra el narcotráfico, terrorismo, y otros delitos transnacionales, como el lavado de dinero o la piratería.
El encuentro duró 40 minutos y ambas partes, una vez terminado, lo calificaron de "muy positivo". Según la Casa Rosada, Fernández y Wayne acordaron "mantener un contacto fluido" y quedar en contacto permanente, a cualquier hora, para resolver imprevistos que surjan en cuestiones sensibles como la seguridad.
Se trató de otro gesto que el gobierno de Kirchner envió a los Estados Unidos. Wayne se había reunido el martes último con los ministros de Economía, Felisa Miceli, y de Planificación, Julio De Vido; anteayer visitó a la titular de Defensa, Nilda Garré, y hoy lo hará con el canciller, Jorge Taiana.
No pocas señales amigables hacia Washington se sucedieron en los últimos días. Una es la colaboración con la comunidad judía y con la causa judicial del atentado a la AMIA, en la que se ordenó la captura de ex funcionarios de Irán acusados por ese ataque.
Otro mensaje que en la Casa Rosada no pasan por alto es el pedido de renuncia al ex funcionario piquetero Luis D Elía. No sólo porque apoyó a Irán en la causa AMIA, y denostó a los Estados Unidos e Israel, sino porque hace meses, en calidad de subsecretario de Tierras para el Hábitat Social, invadió y ocupó una propiedad privada de un empresario norteamericano, Douglas Tompkins, en Corrientes.
Más aún: se supo en las últimas horas que desde el propio núcleo de Kirchner se hizo trascender que D Elía acordó con Venezuela su apoyo a Irán.
La Casa Rosada envió así una señal de enfriamiento al líder venezolano Hugo Chávez.
En su encuentro con De Vido, Wayne subrayó la importancia que Estados Unidos le otorga a la construcción del gasoducto del Nordeste, que transportará en el futuro el gas desde Bolivia hacia la Argentina. El gasoducto le permitiría a petroleras de capitales norteamericanos, entre otras, asegurarse un mercado de 27,7 millones de metros cúbicos diarios desde 2010, a un precio actualizado. Por ello, Washington promueve a Kirchner como aliado del presidente de Bolivia, Evo Morales.
Los últimos encuentros entre Kirchner y altos funcionarios norteamericanos y el Comité Judío Americano dejaron claro en el Gobierno que la Casa Blanca busca que la Argentina pueda contener el avance de Hugo Chávez.
En este contexto, Aníbal Fernández acordó con Wayne "mantener una comunicación fluida ante cualquier tema en común que requiera la atención inmediata de ambos países".
La causa AMIA también fue parte de la conversación, con intercambio de elogios recíprocos. La agenda común es la seguridad; el control migratorio, la vigilancia conjunta en la Triple Frontera, junto a Brasil y Paraguay; la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y los delitos como contrabando y lavado de dinero, son de interés para los Estados Unidos.
"Puede llamarme en cualquier momento, en cualquier horario. Mi estilo de trabajo es igual al suyo", le dijo Wayne a Aníbal Fernández. Cerca del ministro del Interior aseguraron que Wayne tiene "un nivel de influencia muy importante en Washington". Wayne estuvo acompañado por funcionarios de su embajada: William Godoy, agregado en temas legales; Carlos Maza, oficial de inmigración, y Scott Campbell, del área de seguridad.
Por Mariano Obarrio
De la Redacción de LA NACION