Después de dos años de estudios, la Agencia de Protección Ambiental extendió el certificado que permitirá ponerlo en funcionamiento.
Es propiedad del grupo del empresario Cristiano Ratazzi. Costó un millón de dólares. Los ambientalistas lo repudian.
Luego de dos años de trámites y estudios sonoros, la Agencia de Protección Ambiental (APRA) del gobierno porteño le entregó el certificado de aptitud ambiental al helipuerto instalado frente a la Reserva Ecológica de la Costanera Sur. La estación aérea fue terminada a principios de 2007, y su inauguración fue frenada en abril de ese año por decisión del entonces jefe de Gobierno, Jorge Telerman, quien le exigió un estudio de impacto ambiental, tal como lo dispone la ley 123. A pesar de los preparativos para su lanzamiento y de los permisos otorgados por la Fuerza Aérea, la comuna impidió su funcionamiento por la ausencia de mediciones sonoras que definieran el impacto del ruido en la zona de la reserva. Desde entonces, el Buenos Aires Madero languideció a exactos 540 metros del límite norte del único humedal protegido de la ciudad. La instalación, cuyo costo llegó al millón de dólares, es propiedad de Servicios Helicenter S.A., del grupo Modena, que pertenece, entre otros, al presidente de Fiat, Cristiano Rattazzi. La superficie está emplazada sobre los predios que ocupó la Ciudad Deportiva del Club Boca Juniors y que ahora forman parte del proyecto Santa María del Plata, el megaproyecto inmobiliario del grupo IRSA, que le alquiló ese terreno al Helicenter.
Según sus propietarios, la pista tendrá capacidad para treinta helicópteros, pero la APRA sólo le permitió realizar cinco vuelos diarios, y le impidió efectuarlos entre las diez de la noche y las siete de la mañana.
Tras la negativa telermanista, el diputado Pablo Failde presentó un amparo donde exigió que se prohibiera su funcionamiento por no tener el certificado necesario. En mayo de 2007, el juez en lo contencioso administrativo Roberto Gallardo le dio la razón y prohibió su funcionamiento. Pero el rumbo del caso cambió el 8 de julio, cuando el Boletín Oficial de la Ciudad publicó la resolución 75 del organismo, donde le entregó el certificado de aptitud.
Fuentes del gobierno porteño confirmaron que con este permiso la estación puede operar. De hecho, hace dos años que tiene todos los trámites cumplidos, salvo el certificado porteño. El Baires Madero fue habilitado en 2006 por la Fuerza Aérea, cuando su Comando de Regiones Aéreas le otorgó la sigla HBM. El principal impedimento ambiental tenía que ver con el nivel de ruido, pero todos los estudios confirmaron que “los niveles están por debajo del valor límite admisible”, es decir, 60 decibeles para el día y 50 para la noche. Para la empresa propietaria de la aeroestación, “este negocio se encuentra en estado embrionario en la zona metropolitana”. De acuerdo con la memoria descriptiva que entregó la empresa a la APRA, se trata de un gran negocio en ciernes. “En la ciudad brasileña de San Pablo operan 220 helipuertos, mientras que dentro de la ciudad de Buenos Aires no superan una docena”. Según el documento al que tuvo acceso este diario, “hay dos de gestión privada y los demás restantes pertenecen a Prefectura, Gendarmería, Policía Federal, Presidencia de la Nación, los hospitales Churruca y Garrahan, Fuerza Aérea y Ministerio de Salud”.
En la actualidad, la hora de vuelo en los helicópteros Bell de Helicenter cuesta entre 900 y 3.000 dólares, de acuerdo con la ruta y la cantidad de pasajeros. Para la empresa, no se trata sólo de un gran negocio, sino que también puede servir como “helipuerto presidencial alternativo, como soporte para traslados médicos por trasplantes de órganos y por emergencias viales y de incendios. Entre los impactos negativos, la empresa asumió que el almacenamiento y suministro de combustible resultan importantes, pero aclaró que la acumulación de hidrocarburos “no está prevista en la etapa inicial de funcionamiento”, aunque la decisión de incorporar los tanques dependerá de la evolución del negocio. Diego Kravetz, presidente del bloque K en la Legislatura porteña, ratificó su rechazo y recordó que “con este permiso la Reserva entra en su peor momento”. Sin embargo, ya no existen trabas legales para que Puerto Madero tenga su helipuerto top.
Critica digital
Ratazzi se ve que con el sueldo y ser heredero de la FIAT no alcanza, qlp
Es propiedad del grupo del empresario Cristiano Ratazzi. Costó un millón de dólares. Los ambientalistas lo repudian.
Luego de dos años de trámites y estudios sonoros, la Agencia de Protección Ambiental (APRA) del gobierno porteño le entregó el certificado de aptitud ambiental al helipuerto instalado frente a la Reserva Ecológica de la Costanera Sur. La estación aérea fue terminada a principios de 2007, y su inauguración fue frenada en abril de ese año por decisión del entonces jefe de Gobierno, Jorge Telerman, quien le exigió un estudio de impacto ambiental, tal como lo dispone la ley 123. A pesar de los preparativos para su lanzamiento y de los permisos otorgados por la Fuerza Aérea, la comuna impidió su funcionamiento por la ausencia de mediciones sonoras que definieran el impacto del ruido en la zona de la reserva. Desde entonces, el Buenos Aires Madero languideció a exactos 540 metros del límite norte del único humedal protegido de la ciudad. La instalación, cuyo costo llegó al millón de dólares, es propiedad de Servicios Helicenter S.A., del grupo Modena, que pertenece, entre otros, al presidente de Fiat, Cristiano Rattazzi. La superficie está emplazada sobre los predios que ocupó la Ciudad Deportiva del Club Boca Juniors y que ahora forman parte del proyecto Santa María del Plata, el megaproyecto inmobiliario del grupo IRSA, que le alquiló ese terreno al Helicenter.
Según sus propietarios, la pista tendrá capacidad para treinta helicópteros, pero la APRA sólo le permitió realizar cinco vuelos diarios, y le impidió efectuarlos entre las diez de la noche y las siete de la mañana.
Tras la negativa telermanista, el diputado Pablo Failde presentó un amparo donde exigió que se prohibiera su funcionamiento por no tener el certificado necesario. En mayo de 2007, el juez en lo contencioso administrativo Roberto Gallardo le dio la razón y prohibió su funcionamiento. Pero el rumbo del caso cambió el 8 de julio, cuando el Boletín Oficial de la Ciudad publicó la resolución 75 del organismo, donde le entregó el certificado de aptitud.
Fuentes del gobierno porteño confirmaron que con este permiso la estación puede operar. De hecho, hace dos años que tiene todos los trámites cumplidos, salvo el certificado porteño. El Baires Madero fue habilitado en 2006 por la Fuerza Aérea, cuando su Comando de Regiones Aéreas le otorgó la sigla HBM. El principal impedimento ambiental tenía que ver con el nivel de ruido, pero todos los estudios confirmaron que “los niveles están por debajo del valor límite admisible”, es decir, 60 decibeles para el día y 50 para la noche. Para la empresa propietaria de la aeroestación, “este negocio se encuentra en estado embrionario en la zona metropolitana”. De acuerdo con la memoria descriptiva que entregó la empresa a la APRA, se trata de un gran negocio en ciernes. “En la ciudad brasileña de San Pablo operan 220 helipuertos, mientras que dentro de la ciudad de Buenos Aires no superan una docena”. Según el documento al que tuvo acceso este diario, “hay dos de gestión privada y los demás restantes pertenecen a Prefectura, Gendarmería, Policía Federal, Presidencia de la Nación, los hospitales Churruca y Garrahan, Fuerza Aérea y Ministerio de Salud”.
En la actualidad, la hora de vuelo en los helicópteros Bell de Helicenter cuesta entre 900 y 3.000 dólares, de acuerdo con la ruta y la cantidad de pasajeros. Para la empresa, no se trata sólo de un gran negocio, sino que también puede servir como “helipuerto presidencial alternativo, como soporte para traslados médicos por trasplantes de órganos y por emergencias viales y de incendios. Entre los impactos negativos, la empresa asumió que el almacenamiento y suministro de combustible resultan importantes, pero aclaró que la acumulación de hidrocarburos “no está prevista en la etapa inicial de funcionamiento”, aunque la decisión de incorporar los tanques dependerá de la evolución del negocio. Diego Kravetz, presidente del bloque K en la Legislatura porteña, ratificó su rechazo y recordó que “con este permiso la Reserva entra en su peor momento”. Sin embargo, ya no existen trabas legales para que Puerto Madero tenga su helipuerto top.
Critica digital
Ratazzi se ve que con el sueldo y ser heredero de la FIAT no alcanza, qlp