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Area Militar General
Malvinas 1982
El Panhard En Malvinas
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<blockquote data-quote="Gerardo AML90" data-source="post: 514249" data-attributes="member: 5824"><p><strong>“HAY RECUERDOS QUE NO PARECEN SER DEL PASADO, SINO MAS BIEN, PARTE PERMANENTE DE NUESTRO PRESENTE. PERO SON ESTOS RECUERDOS LOS QUE ME HACEN DAR GRACIAS DE ESTAR VIVO.”</strong></p><p></p><p>Ex Combatiente c/63 Mancisidor Gerardo </p><p> </p><p>Durante los primeros días del mes de Mayo fuimos destacados como artillería movible junto al RI 6, cerca del aeropuerto, solo dos Panhard tomamos posición en una calle apuntando los cañones con dirección a la playa que se encontraba a unos trescientos metros.</p><p></p><p>El día 10 de junio de 1982 todavía nos encontrábamos en esta posición prácticamente aislados del resto de la sección Panhard, la única manera de poder llegar hasta donde estaban nuestros compañeros era ir caminando a una distancia de ocho kilómetros aproximadamente porque teníamos órdenes de no mover los tanques hasta que sean requeridos para combatir, sabíamos que en el punto de reunión ya estaban recibiendo ataques de artillería terrestre. En la mañana del día 10 de junio salimos caminando con mi jefe de tanque, cuando llegamos a la escuelita notamos que habían recibido varios ataque muy cerca del lugar que fuera nuestro primer punto de reunión, nos dirigimos a la zona rocosa a unos doscientos metros de distancia, encontramos a nuestros compañeros y nos dirigimos cuesta abajo para buscar en otra posición al jefe de sección, íbamos caminando con mi jefe de tanque (S/C 62 Acosta Juan)en la zona de Mody Bookes en los limites con la zona rocosa de Sapper Hill, buscábamos alguna correspondencia del Continente de algún familiar o amigo y a nuestro jefe de sección por si había alguna orden de volver a este punto debido a la incomunicación. Recuerdo que en esas horas de la mañana, cerca del mediodía, estaba todo muy tranquilo cuando se escucho un fuerte silbido acompañado de una fuerte explosión, inmediatamente me encontraba en el aire no sé a qué altura, con un fuerte dolor en mi cabeza, en mi hombro izquierdo y en el intercostal izquierdo. Cuando caí al suelo estaba medio inconsciente y no podía levantarme, no sé cuánto tiempo pasó, mientras escuchaba a lo lejos los estallidos de varias bombas. Me estaba quedando dormido cuando sentí que alguien tironeaba de mi brazo derecho, era un sub oficial del Ejército que en medio de las bombas vino con otros compañeros a buscarnos.</p><p></p><p>Cuando me levantó se me cayó la boina de mi cabeza y recargué todo mi peso en este hombre para recogerla con mi mano izquierda. (No debía perder ningún elemento de mi equipo) como pudo este muchacho me llevó hasta la zona de resguardo que se encontraba a casi cien metros cuesta arriba, cuando llegamos me revisó para ver si tenía más heridas a demás de la visible que se encontraba en mi parietal izquierdo en donde quedo una pequeña esquirla alojada, la cual me sacaron en Comodoro Rivadavia a mi regreso. </p><p>Como emanaba sangre de mi cabeza y sentía un fuerte dolor en mi hombro izquierdo, como pude le pregunté cómo estaba mi brazo izquierdo porque no lo podía ver, y este sub oficial me preguntó, quizás con otras palabras que, si me acordaba con que mano había recogido la boina que se me había caído, la cual todavía sostenía con fuerza. Después de eso no recuerdo nada, aunque mis compañeros me dijeron que fui en el camión que nos trasladó al hospital totalmente consiente pero sin pronunciar palabra, la llegada al hospital fue como un golpe más fuerte que la onda expansiva de la bomba que me acababa de caer, había heridos en un estado que aun hoy no puedo describir. Unas horas más tarde empecé a tomar conciencia de que me encontraba con un parche en la cabeza, una esquirla que me llevaría de recuerdo y con mi brazo intacto.</p><p></p><p>Cuando empecé a revisar mi ropa vi que tenía varios agujeros en la dubet de abrigo (campera) uno en el hombro de entrada y salida, uno a la altura del intercostal izquierdo, también de entrada y salida, y varios en la manga izquierda, yo solo tenía una pequeña esquirla incrustada en mi cabeza. </p><p>Según dicen los que vieron la zona donde fuimos heridos, que, mi compañero y yo nos salvamos de milagro, porque el proyectil nos cayó a unos 5 o 6 metros de distancia y sería imposible que sobreviviéramos a esa explosión, pero, debido a lo blando del terreno el proyectil se enterró antes de explotar dejando la mayor parte de las esquirlas enterradas en la turba.</p><p></p><p>Mi compañero sufrió una herida en el talón del pié izquierdo, debido a esta herida no pudo volver a la posición, después de ese día lo vi una vez en el hospital y luego al regresar al continente, nunca conversamos sobre ese suceso así que no sé como lo vivió el.</p><p></p><p>Luego de dos días en el Hospital y casi repuesto de los golpes ocasionados más que nada por la onda expansiva y algunas piedras volví a mi posición, muy dolido e impresionado por lo que vi en el hospital y muy enojado por haber sido herido sin tener la posibilidad de defenderme al encontrarme lejos de mi tanque, aunque también sentía mucho miedo de ser nuevamente herido pero con un perjuicio mayor, en ese caso prefería morir. Estaba convencido de que no saldría vivo de las islas, así que a partir de ese momento en mi interior sabía cómo tenía que proceder llegado el momento, no tenía experiencia, pero mi mejor aliado era el miedo aunque yo no sabía eso. Nunca me llegó el momento de combatir debido a que mi tripulación había quedado incompleta porque mi jefe de tanque no pudo volver a la posición. </p><p></p><p>Decepcionado y hasta con un poco de tristeza vi partir a mis compañeros el día 14 de junio de 1982 con sus Panhard mientras yo me quedaba cuidando el mío. Partieron nada menos que a combatir y, para mi desde ese momento todo fue una decepción tras otra, primero me quedé solo con mi Panhard, luego mis compañeros parten a cumplir con su juramento y por ultimo y lo que más calo en el fondo de mi alma fue ver a los comandos ingleses arriar, mejor dicho arrancar nuestro Pabellón Nacional para luego colgar un trapo que solo representa la viva imagen de los piratas.</p><p></p><p><em>Hoy solo espero ver llegar el día en que pueda visitar esa hermosa Provincia Argentina llamada Malvinas sin tener que sacar un pasaporte.</em></p><p></p><p><strong>Ex combatiente C/63 Mancisidor Gerardo, apuntador de Tanques Panhard del Destacamento de Exploraciones de Caballería Blindada 181 C3 Coraceros Gral. Pacheco – Esquel. </strong></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Gerardo AML90, post: 514249, member: 5824"] [B]“HAY RECUERDOS QUE NO PARECEN SER DEL PASADO, SINO MAS BIEN, PARTE PERMANENTE DE NUESTRO PRESENTE. PERO SON ESTOS RECUERDOS LOS QUE ME HACEN DAR GRACIAS DE ESTAR VIVO.”[/B] Ex Combatiente c/63 Mancisidor Gerardo Durante los primeros días del mes de Mayo fuimos destacados como artillería movible junto al RI 6, cerca del aeropuerto, solo dos Panhard tomamos posición en una calle apuntando los cañones con dirección a la playa que se encontraba a unos trescientos metros. El día 10 de junio de 1982 todavía nos encontrábamos en esta posición prácticamente aislados del resto de la sección Panhard, la única manera de poder llegar hasta donde estaban nuestros compañeros era ir caminando a una distancia de ocho kilómetros aproximadamente porque teníamos órdenes de no mover los tanques hasta que sean requeridos para combatir, sabíamos que en el punto de reunión ya estaban recibiendo ataques de artillería terrestre. En la mañana del día 10 de junio salimos caminando con mi jefe de tanque, cuando llegamos a la escuelita notamos que habían recibido varios ataque muy cerca del lugar que fuera nuestro primer punto de reunión, nos dirigimos a la zona rocosa a unos doscientos metros de distancia, encontramos a nuestros compañeros y nos dirigimos cuesta abajo para buscar en otra posición al jefe de sección, íbamos caminando con mi jefe de tanque (S/C 62 Acosta Juan)en la zona de Mody Bookes en los limites con la zona rocosa de Sapper Hill, buscábamos alguna correspondencia del Continente de algún familiar o amigo y a nuestro jefe de sección por si había alguna orden de volver a este punto debido a la incomunicación. Recuerdo que en esas horas de la mañana, cerca del mediodía, estaba todo muy tranquilo cuando se escucho un fuerte silbido acompañado de una fuerte explosión, inmediatamente me encontraba en el aire no sé a qué altura, con un fuerte dolor en mi cabeza, en mi hombro izquierdo y en el intercostal izquierdo. Cuando caí al suelo estaba medio inconsciente y no podía levantarme, no sé cuánto tiempo pasó, mientras escuchaba a lo lejos los estallidos de varias bombas. Me estaba quedando dormido cuando sentí que alguien tironeaba de mi brazo derecho, era un sub oficial del Ejército que en medio de las bombas vino con otros compañeros a buscarnos. Cuando me levantó se me cayó la boina de mi cabeza y recargué todo mi peso en este hombre para recogerla con mi mano izquierda. (No debía perder ningún elemento de mi equipo) como pudo este muchacho me llevó hasta la zona de resguardo que se encontraba a casi cien metros cuesta arriba, cuando llegamos me revisó para ver si tenía más heridas a demás de la visible que se encontraba en mi parietal izquierdo en donde quedo una pequeña esquirla alojada, la cual me sacaron en Comodoro Rivadavia a mi regreso. Como emanaba sangre de mi cabeza y sentía un fuerte dolor en mi hombro izquierdo, como pude le pregunté cómo estaba mi brazo izquierdo porque no lo podía ver, y este sub oficial me preguntó, quizás con otras palabras que, si me acordaba con que mano había recogido la boina que se me había caído, la cual todavía sostenía con fuerza. Después de eso no recuerdo nada, aunque mis compañeros me dijeron que fui en el camión que nos trasladó al hospital totalmente consiente pero sin pronunciar palabra, la llegada al hospital fue como un golpe más fuerte que la onda expansiva de la bomba que me acababa de caer, había heridos en un estado que aun hoy no puedo describir. Unas horas más tarde empecé a tomar conciencia de que me encontraba con un parche en la cabeza, una esquirla que me llevaría de recuerdo y con mi brazo intacto. Cuando empecé a revisar mi ropa vi que tenía varios agujeros en la dubet de abrigo (campera) uno en el hombro de entrada y salida, uno a la altura del intercostal izquierdo, también de entrada y salida, y varios en la manga izquierda, yo solo tenía una pequeña esquirla incrustada en mi cabeza. Según dicen los que vieron la zona donde fuimos heridos, que, mi compañero y yo nos salvamos de milagro, porque el proyectil nos cayó a unos 5 o 6 metros de distancia y sería imposible que sobreviviéramos a esa explosión, pero, debido a lo blando del terreno el proyectil se enterró antes de explotar dejando la mayor parte de las esquirlas enterradas en la turba. Mi compañero sufrió una herida en el talón del pié izquierdo, debido a esta herida no pudo volver a la posición, después de ese día lo vi una vez en el hospital y luego al regresar al continente, nunca conversamos sobre ese suceso así que no sé como lo vivió el. Luego de dos días en el Hospital y casi repuesto de los golpes ocasionados más que nada por la onda expansiva y algunas piedras volví a mi posición, muy dolido e impresionado por lo que vi en el hospital y muy enojado por haber sido herido sin tener la posibilidad de defenderme al encontrarme lejos de mi tanque, aunque también sentía mucho miedo de ser nuevamente herido pero con un perjuicio mayor, en ese caso prefería morir. Estaba convencido de que no saldría vivo de las islas, así que a partir de ese momento en mi interior sabía cómo tenía que proceder llegado el momento, no tenía experiencia, pero mi mejor aliado era el miedo aunque yo no sabía eso. Nunca me llegó el momento de combatir debido a que mi tripulación había quedado incompleta porque mi jefe de tanque no pudo volver a la posición. Decepcionado y hasta con un poco de tristeza vi partir a mis compañeros el día 14 de junio de 1982 con sus Panhard mientras yo me quedaba cuidando el mío. Partieron nada menos que a combatir y, para mi desde ese momento todo fue una decepción tras otra, primero me quedé solo con mi Panhard, luego mis compañeros parten a cumplir con su juramento y por ultimo y lo que más calo en el fondo de mi alma fue ver a los comandos ingleses arriar, mejor dicho arrancar nuestro Pabellón Nacional para luego colgar un trapo que solo representa la viva imagen de los piratas. [I]Hoy solo espero ver llegar el día en que pueda visitar esa hermosa Provincia Argentina llamada Malvinas sin tener que sacar un pasaporte.[/I] [B]Ex combatiente C/63 Mancisidor Gerardo, apuntador de Tanques Panhard del Destacamento de Exploraciones de Caballería Blindada 181 C3 Coraceros Gral. Pacheco – Esquel. [/B] [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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