Los estudios realizados al pecio demuestran el posible impacto de un torpedo alemán que falló, pero provocó la explosión de las baterías
“U-Boot C Klasse vor Málaga versenk”.El hundimiento del submarino C-3, tumba de guerra y pecio
Karl Donitz. “Díez años y veinte días”.
Aquella tarde de 1936 las tripulaciones de los dos submarinos alemanes del tipo VII, borraban con pintura los numerales y todas las clases distintivas de las naves. Salían de “caza” y no debían reconocerles. Era el inicio de la operación “Úrsula”. Su destino las costas Españolas. Comenzaron su misión de patrulla separados por una línea imaginaria sobre la carta de navegación; el U-34 se movía al Oeste de esta línea en las proximidades de Cartagena, y el U-33 al Este. Su objetivo; todo barco republicano que navegase por aquellas aguas. Alemania era un estado neutral. Y sus máquinas de guerra estaban en combate.
U-34, junto a su flotilla en puerto.
Un post de Jesús García Calero hace unos días, aquí, en espejo de navegantes, alentó este artículo por diferentes motivos; la historia del C-3, sin comerlo ni beberlo, se ha vuelto demasiado cercana, y muchos de los datos que llegaron, para no marcharse, pueden aportar algo a mucha gente que gustan de estas historias . Tan sólo hacía falta dedicarle un par de días al asunto y ponerlo a disposición de todos. Existen ya numerosos magníficos trabajos, también sesudas hipótesis sobre aquello u esto (algo que suele acompañar a esas tragedias y “naufragios” allá donde se encuentran; máxime cuando se trata de pecios singulares -y el C-3 lo es-). Por otro lado se encuentra frente a mi hogar. Es asomarse y ver la hermosa bahía de Málaga, casi siempre azul radiante, algo similar al día que sufrió el ataque del submarino alemán. Justo allí, enfilando la costa, desde los baños del Carmen al centro de la bahía. La cercanía siempre ayuda en esto de la historia. Luego está la cuestión de la pasión y la profesionalidad por la mar y su historia.
Y aquí es donde nos encontramos con lo mejor; la historia contada por interesantísimas personas. José Ignacio González Aller es básico para comprender que pasó con el C3. Y lo es por diversos motivos. En primer lugar, porque fue el primer comandante de navío en subirse, y manejar los pedales de un u-boat en España (que se lo digan cuando estuvo patrullando por aguas del mar de Alboran sumergido en el mismo). Como contralmirante fue especialista en submarinos. Como marino y como historiador es simplemente, uno de sus principales eruditos de nuestro país. Sus aclaraciones son primordiales. Como casi todo lo que atañe a la marina de guerra de nuestro país y su memoria. Su obra, “Submarinos Republicanos en la Guerra Civil Española”, como decíamos antes, básica para comprender el tema. Rigurosa y sobre todo, tentadora a la hora de determinar el estudio de otra nave, la del submarino B-5, pero esa es otra historia, que además se la debo a un capitán de Corbeta que tan amablemente me llama a inicios del verano todos los años (ya toca) para saber del paradero de esta nave…Algún día se tendrá que desenpolvar la historia del capitán Barreda Terry. Y en esto de la documentación, si hablamos del arma submarina, de nuevo acudir a los que saben, principalmente porque lo han vivido. Y aquí tenemos que mencionar a Diego Quevedo Carmona y su “Arma submarina Española. 85 años de historia”.
Aún recuerdo perfectamente los paseos por la alameda principal de Málaga, contando vivamente la vida y miserias de Isaac Peral. Es un obligado en esto del arma submarina. Y desde la carrera militar no sería el último informe. Los Capitanes de Corbeta Luis Mollá Ayuso y Portolés Sanjuán dispondrían su vital impronta sobre la historia del submarino. Su testimonio integra eficazmente la labor de investigación, el conocimiento directo sobre la estructura del submarino y por último, una labor de campo al ser ellos mismos los que en el 98 localizan y exploran in situ, la nave republicana. El conocimiento directo en la forma de operar de los marinos y de las máquinas de guerra son muy esclarecedoras en sus hipótesis de trabajo para la historia y los historiadores. Sobre el C-3 podríamos seguir nombrando diferentes y numerosos magnífivo trabajos, siento no poder nombrar a todos sus autores, pero se trataba sencillamente de recordar brevemente en “espejo de navegantes” una historia cercana, que como nos recordaba Calero, que aún siguen revestidas de interés.
Luego están los documentos, esos que esclarecen la historia, y aquí nos encontramos muchos informes. Entre ellos los del teniente de navío Remigio Verdía al jefe de la flota, sobre las causas que pudieron determinar la pérdida del submarino. Determinante en sus realidades. Perdieron un submarino, así como a su dotación, luego más valía contar la verdad y no inventarse historias. Su literalidad se acercó mucho a lo acaecido. Y más documentos. Mensajes Alemanes y diario de operaciones en las aguas del estrecho del contralmirante Boehm, “Sobre la operación Ursula”. Y luego, entre otras muchas cosas, está también la cuestión de los vivos. los presentes. El “sentido y la sensibilidad”. Y así encontrarnos como los marinos posicionan el buque en torno al submarino, en torno al mes de Noviembre de 1998 y hacen un homenaje a los marineros desaparecidos, durante las Maniobras Militares ALFEX-02, en las cuales toda la escuadra forma y rinde homenaje en la mar a la dotación caída en combate del C-3.Y si de corazones hablamos, entre otros muchos, el testimonio de la sobrina del marinero D. Joaquín Ruíz Baez, Doña Rita Campill. Podríamos disponer cualquiera de los testimonios de los familiares, en el caso del C-3 son una fuente a tener muy en cuenta. Sus palabras, pronunciadas en su discurso “in memorian”, realizado en el funeral castrense en homenaje a los tripulantes del C-3, resuenan en los seres queridos de aquellos marinos, fácilmente reconocibles uno a uno en esa “foto de familia” que mostramos, y que en su momento los inmortalizaron a todos junto a la vela del submarino. La mayor parte sonrientes. En el arma submarina sus tripulantes suelen ser una familia…
Y también están los descubridores del pecio. En este caso Olmedo Checa, jurista malagueño apasionado del tema. Y al final, entre esta historia tan humana, está la arqueología. Siempre la vanguardia de la historia. Pues al final se trata de un pecio singular.
Y allí nos encontramos realizando años ha, el estudio de geofísica submarina, localizando el pecio, dándole coordenadas en un trabajo de arqueología. Su Norte y su Sur en materia también de investigación; encardinado en el proyecto de exploración de la bahía de Málaga (tenemos que recordar que la tutela y protección del patrimonio submarino corresponde a la administración pública competente) que nos ha permitido estudiar, constatar y trazar algún tipo de hipótesis histórica que también aportara su granito de arena a la cuestión. En ocasiones, suele ocurrir que el arqueólogo queda para reunir el ramillete con sumo y respetuoso cuidado; el que les dan las flores de los marinos, los perfumes de las bibliotecas, la rigurosidad de los archivos, la cercanía y la emotovidad de los familiares, historiadores y descubridores.
Estamos ante lo que se denomina una tumba de guerra. Un sarcófago marino, como le gusta decir a los marinos. Además uno muy particular, en donde la sensibilidad tiene que ser el “libro de estilo”, en un hecho que apenas son dos generaciones las pasadas, y en el marco de una guerra. Una que nadie quiso y ante la cual se vieron abocados a matarse. Y para finalizar, y ya que la historia se lo merece. Incluso una película. La que los malagueños de MLK producciones hicieron en torno a toda esta historia y que la denominaron como hizo el alto mando mayor alemán, “operación Ursula”. Porque efectivamente. Como suele ocurrir con casi todos los naufragios. Es de película. Una que podemos empezar a reconocer, desde el primer momento que abro las hojas de las ventanas cada mañana. En el horizonte. Allí, en el espejo de la mar yace el C-3 con toda su tripulación.
Encardinando la historia
La experiencia investigadora en temas de naufragios siempre tiene por lo general un denominador común; en un primer momento la lógica confusión (la cual da origen a mitos y leyendas posteriores); y tras una profunda investigación histórica; la constatación de una auténtica tragedia humana y la aclaración de los hechos(muchos de los cuales se desconocen), casi siempre lleno de accidentes y situaciones límite que desembocan en el hundimiento de la nave. El proceso de investigación siempre suele cambiar radicalmente la historia del pecio. Giros en la mayor parte de 180 grados, que te ofrece una nueva historia, que no tiene nada que ver con la que hasta ese momento era conocida. En el caso del C-3 la aportación de “muchos”, ha dado entre “todos”, diferentes pinceladas que al final tienen como resultado un buen cuadro. Uno que dibuja al pecio, semienterrado, oscuro y que actualmente se encuentra cubierto de una maraña de redes.
ABC
Una de las últimas fotos de la tripulación del submarino republicano C3El Blog Espejo de Navegantes publica una revisión completa de las últimas investigaciones sobre el misterioso hundimiento del C-3, el submarino republicano hundido en aguas de Málaga que dejó solo 3 supervivientes. La tesis más plausible es que fuera impactado por un torpedo que no estalló pero pudo abrir una grieta en el casco y hacer estallar las baterías del sumergible. Ello bastó para un rápido hundimiento.
El arqueólogo malagueño Javier Noriega repasa en su extenso estudio los testimonios de la época, de los expertos de la Armada, de los familiares y nos cuenta el destino del U-boat que provocó su tragedia. Y una cuestión inquietante: ¿Es ya material de interés arqueológico el pecio y la investigación alrededor de una nave tan importante para nuestra historia? [lee la historia completa en el blog Espejo de Navegantes]
ABC.ES
--- merged: 12 Jul 2013 a las 18:57 ---“U-Boot C Klasse vor Málaga versenk”.El hundimiento del submarino C-3, tumba de guerra y pecio
“Mientras tanto en los años 1936 y 1937, la nueva táctica de grupos o en jauría había ido ganando formas más concretas. En lo esencial era una táctica de superficie y de movimiento, que, adoptando determinadas formaciones tácticas, salía a la busca del adversario, tomaba contacto con el bajo el agua y guiaba a otros submarinos para realizar en lo posible un ataque en común, principalmente de noche y en superficie. Para esta misión táctica conjunta de los submarinos, el maniobrero y rápido tipo VII resultaba especialmente adecuado.
Karl Donitz. “Díez años y veinte días”.
Aquella tarde de 1936 las tripulaciones de los dos submarinos alemanes del tipo VII, borraban con pintura los numerales y todas las clases distintivas de las naves. Salían de “caza” y no debían reconocerles. Era el inicio de la operación “Úrsula”. Su destino las costas Españolas. Comenzaron su misión de patrulla separados por una línea imaginaria sobre la carta de navegación; el U-34 se movía al Oeste de esta línea en las proximidades de Cartagena, y el U-33 al Este. Su objetivo; todo barco republicano que navegase por aquellas aguas. Alemania era un estado neutral. Y sus máquinas de guerra estaban en combate.
U-34, junto a su flotilla en puerto.
Un post de Jesús García Calero hace unos días, aquí, en espejo de navegantes, alentó este artículo por diferentes motivos; la historia del C-3, sin comerlo ni beberlo, se ha vuelto demasiado cercana, y muchos de los datos que llegaron, para no marcharse, pueden aportar algo a mucha gente que gustan de estas historias . Tan sólo hacía falta dedicarle un par de días al asunto y ponerlo a disposición de todos. Existen ya numerosos magníficos trabajos, también sesudas hipótesis sobre aquello u esto (algo que suele acompañar a esas tragedias y “naufragios” allá donde se encuentran; máxime cuando se trata de pecios singulares -y el C-3 lo es-). Por otro lado se encuentra frente a mi hogar. Es asomarse y ver la hermosa bahía de Málaga, casi siempre azul radiante, algo similar al día que sufrió el ataque del submarino alemán. Justo allí, enfilando la costa, desde los baños del Carmen al centro de la bahía. La cercanía siempre ayuda en esto de la historia. Luego está la cuestión de la pasión y la profesionalidad por la mar y su historia.
Y aquí es donde nos encontramos con lo mejor; la historia contada por interesantísimas personas. José Ignacio González Aller es básico para comprender que pasó con el C3. Y lo es por diversos motivos. En primer lugar, porque fue el primer comandante de navío en subirse, y manejar los pedales de un u-boat en España (que se lo digan cuando estuvo patrullando por aguas del mar de Alboran sumergido en el mismo). Como contralmirante fue especialista en submarinos. Como marino y como historiador es simplemente, uno de sus principales eruditos de nuestro país. Sus aclaraciones son primordiales. Como casi todo lo que atañe a la marina de guerra de nuestro país y su memoria. Su obra, “Submarinos Republicanos en la Guerra Civil Española”, como decíamos antes, básica para comprender el tema. Rigurosa y sobre todo, tentadora a la hora de determinar el estudio de otra nave, la del submarino B-5, pero esa es otra historia, que además se la debo a un capitán de Corbeta que tan amablemente me llama a inicios del verano todos los años (ya toca) para saber del paradero de esta nave…Algún día se tendrá que desenpolvar la historia del capitán Barreda Terry. Y en esto de la documentación, si hablamos del arma submarina, de nuevo acudir a los que saben, principalmente porque lo han vivido. Y aquí tenemos que mencionar a Diego Quevedo Carmona y su “Arma submarina Española. 85 años de historia”.
Aún recuerdo perfectamente los paseos por la alameda principal de Málaga, contando vivamente la vida y miserias de Isaac Peral. Es un obligado en esto del arma submarina. Y desde la carrera militar no sería el último informe. Los Capitanes de Corbeta Luis Mollá Ayuso y Portolés Sanjuán dispondrían su vital impronta sobre la historia del submarino. Su testimonio integra eficazmente la labor de investigación, el conocimiento directo sobre la estructura del submarino y por último, una labor de campo al ser ellos mismos los que en el 98 localizan y exploran in situ, la nave republicana. El conocimiento directo en la forma de operar de los marinos y de las máquinas de guerra son muy esclarecedoras en sus hipótesis de trabajo para la historia y los historiadores. Sobre el C-3 podríamos seguir nombrando diferentes y numerosos magnífivo trabajos, siento no poder nombrar a todos sus autores, pero se trataba sencillamente de recordar brevemente en “espejo de navegantes” una historia cercana, que como nos recordaba Calero, que aún siguen revestidas de interés.
Luego están los documentos, esos que esclarecen la historia, y aquí nos encontramos muchos informes. Entre ellos los del teniente de navío Remigio Verdía al jefe de la flota, sobre las causas que pudieron determinar la pérdida del submarino. Determinante en sus realidades. Perdieron un submarino, así como a su dotación, luego más valía contar la verdad y no inventarse historias. Su literalidad se acercó mucho a lo acaecido. Y más documentos. Mensajes Alemanes y diario de operaciones en las aguas del estrecho del contralmirante Boehm, “Sobre la operación Ursula”. Y luego, entre otras muchas cosas, está también la cuestión de los vivos. los presentes. El “sentido y la sensibilidad”. Y así encontrarnos como los marinos posicionan el buque en torno al submarino, en torno al mes de Noviembre de 1998 y hacen un homenaje a los marineros desaparecidos, durante las Maniobras Militares ALFEX-02, en las cuales toda la escuadra forma y rinde homenaje en la mar a la dotación caída en combate del C-3.Y si de corazones hablamos, entre otros muchos, el testimonio de la sobrina del marinero D. Joaquín Ruíz Baez, Doña Rita Campill. Podríamos disponer cualquiera de los testimonios de los familiares, en el caso del C-3 son una fuente a tener muy en cuenta. Sus palabras, pronunciadas en su discurso “in memorian”, realizado en el funeral castrense en homenaje a los tripulantes del C-3, resuenan en los seres queridos de aquellos marinos, fácilmente reconocibles uno a uno en esa “foto de familia” que mostramos, y que en su momento los inmortalizaron a todos junto a la vela del submarino. La mayor parte sonrientes. En el arma submarina sus tripulantes suelen ser una familia…
Y también están los descubridores del pecio. En este caso Olmedo Checa, jurista malagueño apasionado del tema. Y al final, entre esta historia tan humana, está la arqueología. Siempre la vanguardia de la historia. Pues al final se trata de un pecio singular.
Y allí nos encontramos realizando años ha, el estudio de geofísica submarina, localizando el pecio, dándole coordenadas en un trabajo de arqueología. Su Norte y su Sur en materia también de investigación; encardinado en el proyecto de exploración de la bahía de Málaga (tenemos que recordar que la tutela y protección del patrimonio submarino corresponde a la administración pública competente) que nos ha permitido estudiar, constatar y trazar algún tipo de hipótesis histórica que también aportara su granito de arena a la cuestión. En ocasiones, suele ocurrir que el arqueólogo queda para reunir el ramillete con sumo y respetuoso cuidado; el que les dan las flores de los marinos, los perfumes de las bibliotecas, la rigurosidad de los archivos, la cercanía y la emotovidad de los familiares, historiadores y descubridores.
Estamos ante lo que se denomina una tumba de guerra. Un sarcófago marino, como le gusta decir a los marinos. Además uno muy particular, en donde la sensibilidad tiene que ser el “libro de estilo”, en un hecho que apenas son dos generaciones las pasadas, y en el marco de una guerra. Una que nadie quiso y ante la cual se vieron abocados a matarse. Y para finalizar, y ya que la historia se lo merece. Incluso una película. La que los malagueños de MLK producciones hicieron en torno a toda esta historia y que la denominaron como hizo el alto mando mayor alemán, “operación Ursula”. Porque efectivamente. Como suele ocurrir con casi todos los naufragios. Es de película. Una que podemos empezar a reconocer, desde el primer momento que abro las hojas de las ventanas cada mañana. En el horizonte. Allí, en el espejo de la mar yace el C-3 con toda su tripulación.
Encardinando la historia
La experiencia investigadora en temas de naufragios siempre tiene por lo general un denominador común; en un primer momento la lógica confusión (la cual da origen a mitos y leyendas posteriores); y tras una profunda investigación histórica; la constatación de una auténtica tragedia humana y la aclaración de los hechos(muchos de los cuales se desconocen), casi siempre lleno de accidentes y situaciones límite que desembocan en el hundimiento de la nave. El proceso de investigación siempre suele cambiar radicalmente la historia del pecio. Giros en la mayor parte de 180 grados, que te ofrece una nueva historia, que no tiene nada que ver con la que hasta ese momento era conocida. En el caso del C-3 la aportación de “muchos”, ha dado entre “todos”, diferentes pinceladas que al final tienen como resultado un buen cuadro. Uno que dibuja al pecio, semienterrado, oscuro y que actualmente se encuentra cubierto de una maraña de redes.