El "mejor" aeropuerto....
INSEGURIDAD EN EL AEROPUERTO MAS IMPORTANTE DEL PAIS
Casi no hay controles en Ezeiza para frenar a los delincuentes
Falta vigilancia en sectores clave como los de carga y descarga de equipajes. Las cámaras de seguridad son pocas y están mal ubicadas. Y la Policía aeroportuaria tiene 72 hombres por turno y dice que necesita 300. Por: Leonardo De Corso
PUNTOS DEBILES. 1)El alambrado. El perímetro de Ezeiza tiene 20 kilómetros y su única seguridad es un alambrado sin vigilancia que nadie patrulla. Por allí, algunos ladrones sacan lo robado
2) Los armarios.Dentro de este edificio están los armarios de los empleados que descargan las valijas, donde se hallaron objetos robados. No hay control policial ahí.
Vestuarios. Desde este subsuelo de la Terminal 'A' se accede a túneles que, por debajo de las pistas, permiten a empleados entrar y salir de zonas restringidas, sin control.
Carga y descarga.De esta manera se robaron los 80.000 dólares: los equipajes se manipulan sin presencia policial ni cámaras que filmen. Nadie mira lo que pasa en las bodegas.
Más de 20 kilómetros de alambrado perimetral
vulnerable por su altura y sin guardias. Cámaras de seguridad que
no filman de noche y sólo cubren algunos sectores. Mala iluminación. Túneles desde donde se puede pasar
sin restricciones de un lugar público a la pista de aterrizaje. Un solo puesto para vigilar la entrada y salida de miles de empleados que trabajan en sectores muy restringidos. Y 72 policías que tienen que arreglárselas para controlar a más de 19.000 pasajeros y a unos 12.000 trabajadores diariamente.
Estas son algunas de las falencias que Clarín pudo comprobar a simple vista en una recorrida hecha esta semana por el aeropuerto Internacional de Ezeiza después del robo de 80.000 dólares de la bodega de un avión que llegó desde los Estados Unidos, el cuarto escándalo en menos de un mes. (ver Antecedentes)
Los puntos débiles del aeropuerto favorecen a los ladrones, traficantes y a los que piden coimas. "La infraestructura de Ezeiza es deficiente desde el alambrado perimetral hasta la iluminación y ayuda a los delincuentes. Encima, acá hay ladrones adentro", asegura Marcelo Saín, el interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
La recorrida de Clarín empezó bordeando el alambrado perimetral que rodea el aeropuerto, donde no hay cámaras, ni vigilancia. Sólo el sector que da a la autopista Ricchieri está iluminado y mantiene el pasto cortado. Pero el otro lado es muy distinto. Arboles robustos, pasto crecido y basura acumulada hacen que casi no se vea el frágil cerco. A metros de allí están los talleres de Aerolíneas Argentinas y los de Intercargo.
"Cualquier persona que trabaje en el aeropuerto puede llegar hasta el alambrado y arrojar hacia afuera algo que robó. Luego lo busca cuando termina su horario. Lo ideal sería que los alambrados fueran dobles. Y poner garitas", dice Julio Postiglioni, subinterventor de Relaciones Institucionales de la PSA.
El aeropuerto tiene tres zonas. La Terminal "A", que es donde llegan el 85 por ciento de los vuelos internacionales; la Terminal "B", que era de Aerolíneas Argentina y está clausurada por pedido de la PSA; y el tercer sector, que es el de cargas.
Según fuentes oficiales, todos los días hay al menos un robo en el aeropuerto y más de la mitad de los hechos ocurren en el patio de valijas. Allí, los equipajes pasan por cinco personas distintas: dos empleados de Intercargo, dos policías de la PSA que miran los escáners y un vigilador de la aerolínea.
Intercargo es la empresa estatal que carga y descarga los equipajes. Algunos de sus empleados (son más de 600 en Ezeiza) están en la mira porque supuestamente meten la mano en las valijas que suben y bajan de los aviones.
Dos fueron detenidos por el robo de los 80.000 dólares.
En el patio de valijas, Clarín pudo comprobar que, cada vez que los empleados de Intercargo tienen que cargar un avión,
rodean con carritos las cintas por donde pasan los equipajes, como si fueran carretas del Far West. Así, las pocas cámaras no llegan a filmarlos.
"Intercargo está copado por la barra brava de Banfield. No es casual que usen ropa verde. Si quieren, paran el aeropuerto cuando quieren", cuentan fuentes del aeropuerto.
El dato circula en Ezeiza hace tiempo, pero se hizo público en octubre del año pasado, cuando un grupo de hinchas de Lanús se peleó con la Policía porque decían que empleados de la empresa Intercargo
les habían robado tres banderas de sus bolsos.
"Los grupos tácticos fueron los que pudieron parar la pelea, pero tardaron 20 minutos en llegar porque la base la tienen frente al complejo de la AFA,
fuera del aeropuerto. Esto es así porque Aeropuertos Argentina 2000 (la empresa que administra Ezeiza) no nos da espacios, ", cuenta Postiglioni a Clarín.
En ese mismo hall central de la Terminal "A" donde se produjo aquella pelea, entre lujosos televisores de plasma y un auto importado que exhibe una concesionaria, hay una puerta por la que se llega al primer subsuelo;
un lugar que contrasta por la suciedad y dejadez. Allí tienen la sala de descanso los empleados de limpieza del aeropuerto.
En ese subsuelo hay una puerta que comunica con un túnel que va por debajo de las pistas de aterrizaje, por donde va todo el cableado eléctrico. "Esta puerta está siempre abierta y desde allí
cualquier persona puede pasar de una zona pública a una restringida sin que nadie lo note", cuentan los jefes de la PSA.
Las personas que diariamente trabajan en el área restringida (personal de Intercargo, empleados de las aerolíneas y de limpieza, entre otros) tienen un sólo lugar para entrar y salir: el Puesto Fijo 1. Este lugar es un pequeño cuarto con paredes de durlock. Allí, tres agentes de la PSA con un escáner revisan a miles de personas diariamente.
"Hay horarios pico donde se juntan 50 ó 60 personas para que las revisen. Como los agentes no dan abasto, los empleados se enojan con ellos", coinciden en la PSA. En esos momentos,
los controles son muy deficitarios. "Encima no hay un espacio para hacer las requisas. Para que esto sea dinámico y más efectivo necesitamos varios puestos más", agregan.
La recorrida terminó en el primer subsuelo del edificio de Aeropuertos 2000, donde funciona el Centro Operativo de Control (C.O.C). Desde allí,
tres empleados de la PSA por turno observan las 176 cámaras que tiene el aeropuerto.
En el C.O.C ,Clarín pudo comprobar que las pocas cámaras que están en el patio de valijas
no llegan a tomar todos los sectores por donde pasa el equipaje hasta llegar al avión. Encima, de noche por un problema de iluminación, no se ve casi nada. El otro problema está en el hall central, donde hay carteles publicitarios que tapan la visión de las cámaras y, por eso, hay sectores que quedan ciegos.
"En una ocasión, estábamos siguiendo a un narco y, como se puso detrás de un cartel de publicidad, no llegamos a filmarlo en el momento clave. Pero al aeropuerto eso no le importa, porque el cartel le deja plata", concluye Postiglioni.
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