Cómo blindar Europa ante una posible ofensiva rusa
Enrique Navarro, 11 de mayo de 2024
La
Unión Europea ha tomado conciencia de que las infraestructuras pueden ser determinantes de un posible conflicto de la
OTAN contra Rusia en Europa y, por ello, ha tomado cartas en el asunto. Durante siglos, los reinos europeos estaban incomunicados entre ellos, ya que se pasaron entre guerras. Los grandes ríos y las escasas cordilleras europeas se convirtieron en elementos definitorios de las grandes fronteras y los diferentes anchos de vía en un elemento de defensa.
En los grandes ríos, los estados se encuentran seguros, ya que en la guerra no hay una operación más costosa y complicada que atravesar un cauce bajo el fuego enemigo. Esta ha sido en parte la desgracia de Francia, que nunca pudo disponer del
Rhin como frontera natural con Alemania. Desde
París a
Moscú hay una enorme llanura, solo separada por grandes corrientes de agua y estas son el principal reto de la guerra europea.
Desde el punto de vista teórico, esta preocupación de la
Comisión Europea tiene todo el sentido, ya que el escenario más probable de conflicto sería un ataque ruso, ya fuera por el Norte, a través de Polonia a las repúblicas bálticas; o por el Sur, para controlar Moldavia y ocupar Rumanía y Bulgaria. Por tanto, debemos preparar las infraestructuras para acudir en auxilio rápido de nuestros aliados más orientales.
La cuestión que se plantea es cómo facilitar la llegada de material militar a un potencial frente contra Rusia en cualquiera de estos dos escenarios; y para ello hay que analizar con mucho detalle el estado de las vías y de las carreteras y, sobre todo, de los puentes para verificar la capacidad real de despliegue occidental para defendernos de una probable invasión rusa, ya sea en Polonia o en Moldavia.
Un ataque ruso sobre cualquiera de estos dos escenarios requerirá de la concurrencia de tres elementos básicos:
la derrota de Ucrania y su ocupación; la recuperación de la capacidad militar rusa perdida en Ucrania y un escenario de diversión que distraiga a Estados Unidos, que no sería otro que Taiwan o Corea. El latente conflicto entre Rusia y Europa, que cumple más de 150 años, después de un largo periodo de preparación, entraría en la fase de la justificación o de construcción del
casus belli.
Rusia no va a atacar a un país de la
OTAN sin una causa suficientemente relevante y construida a medida, que genere una profunda división en Occidente. Como ha ocurrido en Ucrania, gobiernos y voceros comenzarán a explicar que Polonia o Moldavia no son estados, que no son democráticos, que amenazan la seguridad de Rusia y que la paz en Occidente pasa por la cesión de estos territorios invadidos. Entonces vendrá la ofensiva.
Rusia sabe que no puede enfrentarse a toda Europa a la vez en un frente amplio, así que solo necesita alcanzar
Varsovia o
Bucarest antes de que las fuerzas europeas puedan responder en proporción. Para retrasar este refuerzo, que tomaría meses, Rusia necesita destruir todas las vías de acceso desde el Oeste y eso pasa por volar todos los puentes y las líneas férreas que cruzan el
Sena, el
Rhin, el
Danubio, el
Elba, el
Oder y el
Vístula y dispone de misiles hipersónicos que podrían ejecutar esta operación en un solo día......................................................
La Unión Europea ha tomado conciencia de que las infraestructuras pueden ser determinantes de un posible conflicto de la OTAN contra Rusia en Europa y, por ello, ha tomado cartas en el asunto. Durante siglos, los reinos europeos estaban incomunicados entre ellos, ya que se pasaron entre guerras...
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