Estimado, asì es, parecen millones de km2 de espacio orbital, pero no es tan simple la cuestiòn. Las posiciones geosincrònicas asignadas deben su estricto control, organizaciòn y autorizaciòn al ente internacional que las fija, debido a las mismas condiciones físicas de la òrbita geosincrònica, la cual, de hecho permite el uso adecuado de los satèlites de comunicaciones y otros, para mantenerse en la misma posiciòn (los mismos artefactos deben contar obligadamente con impulsores de correcciòn y mantenimiento actitud orbital si el centro de mando y control decide un cambio posicional por cuestiones de venta o préstamo del satélite de servicio, como ocurrió con el antecesor canadiense de nuestro Nahuel, el cual lo alquilamos); la peculiar caracterìstica de una òrbita geosincrònica, tal como lo indica, sigue el curso de rotaciòn terrestre, de algùn modo acompañàndolo, ayudado por las mismas fuerzas fìsicas de rotaciòn, y a la vez, permitiendo a esos 36.000 km de altitud geosincrònicas de distancia, no afecte con sus potentes fuerzas gravitatorias y atractoras de nuestro planeta; porque de lo contrario sucumbirìan tanto en posiciòn como en distancia segura, y serìan vìctimas como los satèlites de òrbita cercana o media, los cuales deben mantener un constante control para equilibrar las fuerzas extraordinarias e inherentes que contrapone nuestro planeta gracias a su atmòsfera protectora. Esa es una de las pautas por medio de las cuales el ente internacional de comunicaciones por medios espaciales ha utilizado para administrar un espacio orbital que de por sì ya està restringido por la cantidad de pedidos de paìses y empresas interesadas por el uso comercial de las comunicaciones satelitales, de la cual depende toda la tecno que usamos hoy para conectar a todo el planeta que habitamos. Tampoco olvidemos que hay una infinidad de artefactos en funciòn, como nuestro Nahuel I, que, entre todos, han hecho no sòlo una constelaciòn artificial, sino que han acelerado el saturado de las posiciones orbitales... Al ente internacional sòlo le queda hacer respetar los convenios, y sacar del medio a quien no cumple, para que otro pueda ocuparlo, antes que los satèlites comiencen a interferir entre sì e incluso embestirse o rozarse tan sòlo...
De hecho ya hay un preocupante excedente de basura espacial, que va desde una tuerca a componentes pesados como baterìas, paneles, partes metàlicas estructurales, partes de sistemas, un sin fin de elementos que orbitan a diferentes niveles medios y bajos (donde existe la mayor acumulaciòn de basura espacial, sin olvidar etapas y elementos de los mismos lanzadores o cohetes desde el inicio de la historia espacial misma. Paradòjicamente donde existen tambièn la mayor cantidad de satèlites, sean militares (espìas, de alerta temprana, de comunicaciones, antisatèlites,etc), o civiles ( tanto de funciones cientìficas, de observaciòn terrestre, o como se los calificaba antes "sensores remotos", astronòmicos y astrofìsicos, de alerta climàtica, etc.), incluso sendos residuos de la infinidad de sondas lanzadas desde hace dècadas, de elevadas prestaciones que no llegaron a caer por la atracciòn terrestre y desintegrarse. Todos esos residuos desde los màs ìnfimos hasta los de mayor volumen ofrecen un problema harto difìcil de resolver. En un momento se pensò en utilizar la Space Shuttle para "la limpieza de zonas orbitales crìticas para las distintas y crecientes misiones, la cual podìa hacerse por medio de brazos o colectores remotos, o recurrir a astronautas de recolecciòn... teniendo en cuenta los arduos trabajos en la estaciòn orbital internacional, en la cual tambièn eran usuales las caminatas y operaciones espaciales realizadas por humanos con trajes reforzados; pero, donde un simple impacto de tornillo o simil podìa tener la potencia de penetraciòn, velocidad e impacto como para perforar el sistema de supervivenvia, el mismo traje en sì de lado a lado, e incluso la muerte sùbita del desdichado que tuviera el infortunio de un impacto de esas caracterìsticas. Vale decir que tales residuos espaciales humanos, tienen el mismo valor y magnitud de peligro representado por los micrometeoritos, los cuales han hecho estragos en paneles solares y estructuras, sistemas y demàs a lo largo de los años. Pero eso es parte de otro Thread que pienso preparar porque resulta un problema aùn mayor por resolver de cara al futuro en la era espacial que vivimos. Me extendí demasiado, perdón.
Me gustaría graficarlo, pero en este momento no puedo.
Estimados saludos!