"Por primera vez Argentina construirá tres satélites de comunicaciones"
La empresa estatal Invap construye y planifica el lanzamiento al espacio de tres satélites
de comunicaciones de fabricación nacional. El primero será enviado en 2013. En una entrevista concedida a
ámbito.com, el subgerente general de la firma Hugo Albani detalló los principales proyectos encargados por el Gobierno. Además del diseño y fabricación de los satélites, ya están en marcha la modernización y elaboración de radares móviles para la defensa.
Albani explicó la importancia de la inversión en productos científicos y tecnológicos, destacó la capacidad de los profesionales argentinos para afrontar desafíos de alta complejidad y advirtió por la necesaria continuidad de los trabajos de radarización y explotación de la órbita espacial asignada al país. "Si es una política de Estado que se puede sostener a través de los gobiernos tienen sentido la inversión. Si es una política efímera de dos años es tirar la plata. Ese es el cuidado que tienen que tener nuestros dirigentes", expresó en diálogo con este medio.
La compañía estatal, con 35 años en la industria local y 20 en el plano internacional, se dedica a implementar y gestionar productos y servicios nucleares y aeroespaciales en la Argentina y para todo el mundo (
Ver nota).
Periodista: ¿Cuáles son los principales proyectos en los que trabaja Invap para el país?
Hugo Albani: Estamos modernizando radares de la década del 70, que son propiedad del Estado, que estaban bajo el ámbito de la Fuerza Aérea. Es un proyecto interesante, de tres años. Junto con la modernización se desarrolla un radar primario 3D móvil banda S. Ya se hizo uno que está funcionando, el prototipo, que es un radar transportable, distinto al concepto de móvil. Los transportables se puede demorar un par de semanas en sacarlo de un lugar y ponerlo en otro. El móvil es un radar de despliegue rápido por eso tiene una antena mucho más chica. En 30 minutos o una hora se cambia de posición. Ese es el desarrollo que estamos encarando, el de radares militares primarios.
P.: ¿Para qué sirven?
H. A.: Es un elemento que sirve para defensa. Hacen falta radares móviles para que las fuerzas armadas lo puedan sacar de un lugar y llevarlo a otro de acuerdo a las necesidades que la defensa le exige. En vez de comprarlo, primero estamos arreglando y modernizando los que ya están. Como esos tienen una vida útil corta desarrollamos un móvil de banda S por requerimiento del Ministerio de Defensa.
P.: ¿Por qué no comprarlo?
H.A.: La diferencia es obvia. El 30 por ciento de lo que cuesta un radar es material componente importado, el resto es mano de obra argentina. ¿Cómo lo vamos a dudar? Si tuviéramos una hipótesis de conflicto mañana que tenemos que salir a buscar un radar puede ser, pero sin una hipótesis de conflicto en el corto plazo ¿cómo no lo vamos a intentar hacer con las capacidades que hay acá, si eso da trabajo a los argentinos prácticamente por la misma plata o menos?
P.: ¿La radarización del país alcanza para evitar el ingreso de drogas desde países de la región?
H. A.: Hay un concepto equivocado. Los radares son una herramienta en el control de las fronteras. Pero para controlarlas bien hace falta implementar un sistema, que implica recursos humanos entrenados, inteligencia de todo tipo, los radares, aeronaves que transportan radares que miran hacia la tierra, entre otras cosas. El radar es una parte, pero hay que completar el resto. Hay que tener un poco de paciencia. Si dejamos que este Gobierno siga apostando a la política que está apostando nos va a llevar un poco de tiempo pero lo vamos a lograr. El radar no resuelve el problema, resuelve una parte. El problema se resuelve implementando el funcionamiento de un sistema que es más complejo que el radar. Tenés que hacer inteligencia para saber quién te va a meter (la droga). Vos lo controlás por arriba, pero se te meten por abajo, es una cosa muy bien articulada, que no es sencillo de hacer.
P.: ¿En el área aeroespacial con qué innovaciones nos vamos a encontrar en los próximos años?
H. A.: Lo más notorio es un proyecto nacional de una envergadura sin precedentes que es la construcción de tres satélites de comunicaciones. Es la primera vez que la Argentina hace una incursión en este tema. Son satélites de más de 2.500 kilogramos que van a funcionar más de 15 años en el espacio. Con ellos se podrá visualizar gran parte del mundo y esas comunicaciones son vendibles. Son proyectos autosostenibles desde el punto del vista económico, y eso lo está haciendo Invap. En otras circunstancias se hubieran comprado al exterior, pero se están haciendo con trabajo argentino. Nuevamente un 30 o 40 por ciento es material importado y el resto es trabajo argentino.
P.: ¿Hay fechas de lanzamientos, se conocen los plazos de puesta en funcionamiento de los satélites?
H. A.: Son proyectos que llevan entre tres y cinco años. El primer satélite se va a largar el año que viene, y hay dos más en construcción. La Argentina tiene que ocupar una órbita que tiene asignada en el espacio. Si no la ocupamos la perdemos. De ahí también la premura en resolver este problema con productos nacionales.
P.: ¿Está previsto desde dónde se va a lanzar el primer satélite?
H. A.: Todavía estamos negociando, tenemos varios lugares. El lanzamiento cuesta mucho dinero. (Nota del redactor: el 9 de junio de 2011 se puso en órbita el satélite SAC-D Aquarius desde la base de Vanderberg, en la ciudad californiana de Lompoc, en los Estados Unidos).
P.: ¿Cuánto puede costar un lanzamiento?
H. A.: No sé en este caso en particular, este tipo de satélite que va solo puede llegar a costar varios millones de dólares, es un monto muy importante.
P.: En algún momento se habló de la instalación de una base de lanzamiento de naves aeroespaciales en la región, o en particular en la Argentina. ¿Es posible?
H. A.: Todo es factible. Hay que destinar los recursos. Desde el punto de vista tecnológico las cosas se resuelven, tardarán un poquito más de tiempo, costarán un poco más de plata, pero talento y formación hay. Y lo que no hay se puede buscar y conseguir, depende del objetivo del Estado. Si es una política de Estado que se puede sostener a través de los gobiernos tienen sentido ese tipo de inversión. Si es una política efímera de dos años es tirar la plata. Ese es el cuidado que tienen que tener nuestros dirigentes.
P.: ¿Qué importancia tiene en el trabajo del Invap el programa de repatriación de científicos argentinos?
H. A.: El programa está bien, aunque también hay que mirar el lado positivo (de que haya científicos en otros países) porque la gente en el exterior suele tener información y es fuente de consulta permanente. Es una buena actitud del gobierno, pero también es cierto que hay que meter recursos en los científicos que se fabrican acá, en los profesionales que se producen aquí, asegurarle trabajo a la gente joven para que no se vaya. El movimiento liderado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología es importantísimo. Apunta no solamente a traer, sino a conservar los recursos que tenemos y se forman en la Argentina. Invap es una gran tomadora de mano de obra local.
P.: ¿Qué tipo de comunicación proveerá el satélite?
H. A.: De todo tipo. Voz datos, comunicación telefónica, relevamiento de la formación de la Tierra. Todo lo que hacen los satélites de comunicaciones.
P.: Actualmente, ¿cómo se provee la Argentina de ese servicio?
H. A.: Se compra a empresas que venden esas comunicaciones y que usan otros satélites.
P.: ¿Con la puesta en órbita se puede hablar de lograr la soberanía de las comunicaciones satelitales?
H. A.: La gran importancia que tiene el satélite es que se hace en la Argentina. ¡Imaginá la confiabilidad que debe tener! Está allá, no se puede descomponer. Lo más relevante es desarrollar los recursos propios, las facilidades industriales, utilizar a la industria nacional. Con el tiempo se paga todo el esfuerzo, levantás enormemente el nivel de capacitación de nuestros profesionales y técnicos al meterlos en objetivos como esos.
P.: El desafío es planificar y realizar...
H. A.: Son actividades que en el transcurso que se logran derraman conocimiento para otro tipo de emprendimientos, y eso da ánimo a meterse en otros desarrollos más complejos porque has consolidado conocimiento. Eso es lo que tienen estos grandes proyectos, y eso es mucho más relevante. Soberanía es conocimiento y capacidad de hacer cosas, de dar respuesta a una situación determinada.
http://www.ambito.com/noticia.asp?id=653735
Los proyectos más ambiciosos de Invap
Invap ha coronado 35 años de experiencia en el desarrollo de tecnología aplicada a la actividad aeroespacial en junio de 2011, con el lanzamiento del satélite SAC-D Aquarius desde la base de Vanderberg, en la ciudad californiana de Lompoc, en los Estados Unidos. Pero esa meta será superada ampliamente con la conclusión de media docena de planes que ya están en marcha.
Según contó el subgerente general de la empresa estatal con sede en Bariloche, Hugo Albani, en la actualidad existen contratos firmados con los ministerios de Planificación, de Defensa y de Seguridad para la construcción de una docena de radares, más satélites y aviones robóticos no tripulados.
En el plano de la actividad nuclear Invap ya construyó cuatro reactores: uno para la Argentina y tres a pedido de otros países. En los próximos meses se conocerán los resultados de tres concursos internacionales donde la compañía compite para empezar el quinto, y quizás, dos más.
Como toda industria Invap sufrió la desaprensión de la década del '90. En ese año, cuando se construyó el satélite SAC- B a pedido de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), la plantilla de personal llegaba a 1100 personas, entre profesionales y técnicos. Dos años más tarde, eran 330. Albani explicó en el acto por el día de la industria para la defensa que encabezó el ministro Arturo Puricelli en Córdoba la semana pasada, que por decisión del gobierno de Carlos Menem, "se cayeron todos los planes de producción de bienes y servicios para la industria nuclear" y sólo quedó en pie la incipiente actividad aeroespacial liderada por la Conae.
Luego de una tormentosa agonía, recién a partir del 2003 Invap recibió de la mano del Estado "un impulso enorme". Para ese año, la plantilla era de 350 y desde ese entonces ya se han incorporado casi 700 personas más, recuperando la cantidad de expertos que tuvo 22 años atrás.
Hasta la ecuación económica de la empresa se alteró: en 2002 el 80% de la facturación provenía del exterior; hoy es exactamente al revés, el 80% proviene de los contratos firmados con el Estado. "Ahora trabajamos para atender los requerimientos del Gobierno en materia de desarrollo de tecnología para la defensa y la actividad espacial", detalló Albani en su exposición.
A pedido de Planificación se desarrollan y construyen tres satélites de geoestacionales de comunicaciones que servirán para realizar observaciones de la Tierra y transportar todo tipo de datos y telecomunicaciones. Aunque no hay fecha precisa, el primero está previsto que vuele a la órbita en 2013. (
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Los científicos de Invap también trabajan en la fabricación de ocho radares secundarios, que permiten la identificación y seguimiento de blancos específicos en el aire. Los RSS (por sus siglas en inglés) se sumarán progresivamente desde el año próximo a los 16 en funcionamiento. El día que los 22 estén en actividad prácticamente todo el territorio del país va a quedar cubierto, bajo permanente vigilancia.
En la pequeña localidad de Las Lomitas, en el corazón de Formosa, se instaló el primer prototipo del Radar Primario Argentino (RPA), que actualmente está en operaciones de prueba. Este radar 3D proporciona datos de largo alcance y se utiliza para tareas de detección, identificación y control en el espacio aéreo. Uno similar, pero de medio alcance, opera en Santiago del Estero. Los dos son de producción nacional.
Para los próximos años, la Fuerza Aérea Argentina (FAA) encargó a Invap la provisión de seis radares primarios banda L, de iguales características al montado en Las Lomitas. Por su parte, la Subsecretaría de Recursos Hídricos, que depende de la cartera de Julio De Vido, solicitó 11 radares metereológicos.
De todos los proyectos encarados por Invap el más ambicioso, según lo definió Albani, es el SARA. Por iniciativa conjunta de los ministerios de Defensa y de Seguridad en Bariloche se trabaja en el desarrollo de un Sistema Aéreo Robótico Argentino compuesto por dos aviones no tripulados de clase II (medianos) y clase III (grandes). Estas naves sin piloto cumplen misiones militares o civiles de gran dificultad para las personas o que resultan peligrosas, con menores costos operativos. Cumplir este proyecto demandará seis años de trabajo.
http://www.ambito.com/noticia.asp?id=653740
Saludos.