El artículo del Dr. Diego Gallardo
ANATOMIA DE UN CORRESPONSAL DE GUERRA
Por Diego Gallardo
En marzo de 2007, por una resolución del ministerio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires se le quitó a Nicolas Kasanzew, quien cubrió el conflicto bélico de las Malvinas, el derecho de ser considerado veterano de guerra. Esta decision abre un intresante debate sobre la figura del corresponsal de guerra, tópico practicamente virgen en nuestro país.
Del 3 de abril de 1982, hasta la noche del 13 de Junio, último día del conflicto, Kasanzew fue enviado por el canal de televisión estatal, ATC, para cubrir en carácter de Corresponsal de Guerra los acontecimientos bélicos desarrollados en las Islas Malvinas.
Estuvo expuesto en forma constante a los riesgos propios de la guerra, padeciendo igual que cualquier combatiente los rigores del clima y el desgaste físico y psíquico inherente al combate.
Asimismo es necesario recordar que Kasanzew, en su carácter de Corresponsal de Guerra, y no de “corresponsal de ATC cumpliendo funciones índole periodísticas, no dependiendo de ninguna de las tres Fuerzas Armadas…”, como se expresa en la resolución mencionada, hubo de ser autorizado por el Ejército a acompañar a las fuerzas, estuvo durante todo el conflicto bajo las ordenes del capitan Fernando Rodriguez Mayo e incluso llegó a ser amenazado por este de que se le haría corte marcial si no seguía sus órdenes. Ademas disparó un cañón hacia el final de la guerra, el día 12 de Junio de 1982. Por su accionar en Malvinas, Kasanzew fue condecorado en 1995 con la Orden a los Servicios Distinguidos, concedida por el Ejército Argentino, otorgada por un veterano de Malvinas, a la sazon Teniente General Martín Antonio Balza
Es clave diferenciar los conceptos de “Corresponsal de Guerra” y de “periodista independiente en zona de conflicto”. Kasanzew fue enviado a cubrir el conflicto, por el canal oficial que obviamente dependía y depende del gobierno nacional, constitucional o de facto.
De hecho, la Convención de Ginebra establece como pasibles de ser prisioneros de guerra a quienes, perteneciendo a una de las siguientes categorías, caigan en poder del enemigo: “…4) las personas que sigan a las fuerzas armadas sin formar realmente parte integrante de ellas, tales como los miembros civiles de tripulaciones de aviones militares, corresponsales de guerra, proveedores, miembros de unidades de trabajo o de servicios encargados del bienestar de los militares, a condición de que hayan recibido autorización de las fuerzas armadas a las cuales acompañan,…” Tal es caso de Kasanzew. Cabe agregar que tras la entrada de las tropas britanicas en Puerto Argentino los comandos del Special Air Service buscaban a Kasanzew para apresarlo, tal como atestiguan oficiles de Inteligencia argentinos y como tambien consta en su libro “Malvinas a Sangre y Fuego” (Buenos Aires, 1982, Editorial Abril).
Por otra parte, en octubre de 1990, el Poder Ejecutivo Nacional promulgó la Ley N° 23.848, mediante la cual se otorga una pensión a los exsoldados conscriptos y a los civiles que hayan estado destinados en el Teatro de Operaciones Malvinas (TOM).
Kasanzew figuró en el mencionado listado, siendo por tanto beneficiario de la pensión que dicha ley estableció. Pero en modo alguno como afirma de manera agraviante la Resolución del ministerio de Derechos Humanos de la CABA, Kasanzew estuvo mal incluido en dicha lista, ni la misma estuvo “inflada” para incluirlo, ya que le sobraban motivos para formar parte de ella. Claramente Kasanzew realizó funciones de Corresponsal de Guerra para el Estado Nacional, resultando irrelevante ue este fuera de facto o constitucional, de modo que además de estar incluido en el mencionado listado, ha recibido del Ejército una certificación, donde consta que es Veterano de Guerra de Malvinas (como varios cientos de civiles de otras especialidades, por otra parte).
A la ley de carácter nacional, en el año 2003 se le sumó una ley de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que otorgó una pensión adicional a la ya existente y de la que Kasanzew es beneficiario.
Pero la ex ministra de Derechos Humanos de la CABA, Gabriela Cerrutti ha dejado sin efecto la pensión otorgada por su mismo organismo, causando un evidente daño a la imagen de Kasanzew presentado a la opinión pública como un aprovechador de pensiones y como un mentiroso, cuando fue un verdadero protagonista de la guerra y en numerosas ocasiones coopero en detalles de la vida diaria con muchísimos soldados, sin olvidar que, incluso, llegó a disparar con un cañón en pleno asedio inglés.
Siguiendo la línea argumental de la Resolución, Kasanzew habría faltado a la verdad al considerarse un veterano de guerra o ex – combatiente, pese a haberle sido conferida una medalla por el Honorable Congreso de La Nación por “su intervención en la lucha armada por la reinvindicación territorial de las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, 2 de Abril de 1982-14 de Junio de 1982”; de haber recibido del Ejército Argentino la Orden a los Servicios Distinguidos, y de constar en su D.N.I., con una intervención oficial, que es “Ex combatiente, Héroe de la Guerra de las Islas Malvinas”.
También la Resolución establece que “…Que las reiteradas denuncias existentes señalando que el padrón de Ex Combatientes se encontraría "inflado", la necesidad planteada a nivel nacional de redefinir el concepto de veterano, como así también las quejas periódicas de varios Ex Combatientes de la Ciudad de Buenos Aires sobre supuestos abusos por parte de algunos interesados, obliga a este organismo a profundizar la investigación de casos cuestionados y disponer la revisión de la resolución mencionada en los términos establecidos por el art. 118 del Decreto N° 1.510/97…” En relación a esta parte de la Resolución, sin perjuicio de la nueva afrenta que implica acusar indirectamente de “abusador” a Kasanzew, cabe destacar que “las reiteradas denuncias”, que dieron origen a la revocatoria del subsidio, según constancias del expediente se reducen a tres notas periodísticas bajadas de Internet, que en modo alguno muestran a Kasanzew como parte de la propaganda oficial alegada por la subsecretaria. Una de ellas, sin fecha, no solamente desvirtúa la Resolución N° 66 sino que más bien, es congruente con la postura de Kasanzew, pues dice “…Mientras tanto, el periodista Nicolás Kasanzew, quien estuvo como corresponsal en Malvinas durante el conflicto bélico, consideró que "en una situación de guerra, todos los gobiernos mienten y la mayoría de los medios repiten lo que el gobierno le provee”.
Consultado acerca del origen del triunfalismo que se vivía por entonces en el país, el comunicador afirmó que "surgió en el continente, porque en la isla teníamos una idea bastante aproximada de cómo se sucedían los combates. A pesar de estar sometidos a un férrea censura sabíamos cómo venía la mano", aseveró y acotó: "No sabíamos lo que se decía en el continente; nunca escuché una radio argentina, sino las uruguayas, que desinformaban a destajo".
"Me asombré muchísimo cuando llegó un Hércules y encontré una página del diario La Nación que publicaba la tapa de la revista Gente que decía "Hundimos la flota". Ahí me di cuenta de lo que ocurría en el continente", expresó Kasanzew y enseguida insistió: "Todos los medios repetían de manera servil las desinformaciones del Estado Mayor Conjunto".
Finalmente opinó que "no se preparó a la población ante un posible evento negativo. Parecíamos que entrábamos en Londres triunfalmente y de un momento a otro nos rendimos. Fue un shock tremendo". (APF.Digital)…”. La otra es de fecha Enero de 2001, es decir anterior al otorgamiento de la pensión, lo cual basta para desecharla como fundamento de su anulación.
Sigue el texto de la Resolucion: “…Que, asimismo, resulta relevante pensar qué objetivo persigue la Ciudad al entregar este subsidio, a quiénes quiere reconocer como "Héroes" y en este sentido corresponde señalar que cuando se quiere distinguir a un sector, debe establecerse la igualdad entre los iguales, por cuanto igualar entre desiguales también discrimina, desmereciendo en este caso el reconocimiento que se pretende…” Sin perjuicio de la oscuridad del párrafo, creo que merecen idéntico reconocimiento todos los que, de una u otra manera enfrentaron en las islas al usurpador británico. Desde el lugar que le tocó, Kasanzew, enviado por un Canal estatal, siguió a las tropas a efectos de informar al pueblo argentino sobre los aconteceres de la guerra (censura al margen), y estableció nexos entre los soldados y sus familias, según surge del pasaje que sigue del libro “Malvinas a Sangre y Fuego” “…con mucha frecuencia recibí cartas, telegramas o pedidos telefónicos transmitidos por ATC, de padres que me pedían novedades de sus hijos. Era muy difícil satisfacer…Así y todo hice lo que pude para tratar de localizar a la gente. A veces con éxito…También, cuando los soldados nos daban sus números de teléfono, se los comunicábamos a nuestros familiares o a compañeros de ATC para que a su vez llamaran a los padres de esos conscriptos y les dijeran que los habiamos visto eso día…” .
Tambien dice la Resolucion sobre Kasanzew que este “… no tenía una obligación ciudadana de "armarse en defensa de la patria". Además, en su carácter de periodista contribuyó a la propaganda de la dictadura militar engañando a la sociedad argentina acerca de los avances de la guerra…” La propia Constitución Nacional prevé en su Artículo 21 la obligación de cualquier ciudadano argentino a armarse en defensa de la patria, razón por la que suena absurda y hasta inconstitucional tal manifestación vertida en el considerando previo a la Resolución. Y respecto a la última y poco feliz frase, que tiñe de subjetividad toda la Resolución, cabe destacar que el mismo Kasanzew siempre denunció la censura a la que fue sometido por el gobierno, que recién conoció al volver a Buenos Aires y enterarse cual había sido la difusión conferida a su trabajo en el archipiélago. Al respecto expresa en su libro: “…en los últimos días en las Malvinas, la censura de nuestro trabajo dentro de Puerto Argentino se hizo cada vez más estricta y nuestros desplazamientos más limitados…además al material se lo examinaba en Puerto Argentino y se nos hacia borrar algunas cosas, luego era sometido a inspección en Comodoro Rivadavia y, por último en Buenos Aires. Al volver pude comprobar que ni un diez por ciento de nuestro trabajo había ido al aire…” , “…con respecto a la alimentación era buena en algunas unidades y deplorable en muchas otras. Había lugares donde se comía una vez por día y el rancho llegaba frío…obviamente para un chico de dieciocho o diecinueve años inmerso en un clima gélido esto significaba pasar hambre…” ,…si a mi mismo me taladraba los pies un dolor intensísimo, punzante, es de imaginar lo que sentirían los soldados en sus pozos…en cuanto al agua para beber, cuando la planta potabilizadora fue dañana, nuestros soldados sufrieron sed…” , “…Pero por sobre todas las cosas, lo que nos horrorizaba en los pocos medios de difusión del continente que llegaban a nuestras manos, era el triunfalismo rampante que exudaban: que ya habiamos ganado la guerra, que la escuadra inglesa estaba destruida en su totalidad…Nos fulminaba el estupor, al leer ese tipo de titulares…Pero además nos asombraban las notas que pretendían relatar las acciones bélicas: podían estar describiendo…cualquiera menos la de las Malvinas. Las crónicas no solo eran inexactas, sino inverosímiles. Hasta las fotos, en su mayoría, eran apócrifas...” .
Como inexactas, inverosimiles y apocrifas fueron las razones esgrimidas por la funcionaria ya renunciada para atacar al Corresponsal de Guerra en Malvinas.