Islas Kuriles

Chan!

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17 horas??? sos muy optimista... no te olvides que andan al ruedo nuevamente algunos que no aparecían desde hace tiempo! :p

Siguiendo con la línea central del tema, los japoneses deberían saber que si hay alguien a quien no vas a correr con el palo es a Rusia. Si ellos están bien parados económicamente, deberían pensar en dar una compensación económica a Rusia por la cesión de la soberanía y la administración conjunta de los recursos pesqueros de la zona. El dinero va y viene... la tierra, queda. A Rusia le sobra, a Japón le falta.
 

Sebastian

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Japón reafirma sus pretensiones territoriales sobre islas Kuriles​

El ministro japonés de Asuntos Exteriores, Seiji Maehara, reafirmó hoy, en vísperas de una visita a Moscú, las pretensiones territoriales de Tokio sobre los llamados “territorios del norte”: cuatro islas rusas del archipiélago sur de las Kuriles que son objeto de una disputa entre ambas partes a raíz de la Segunda Guerra Mundial.

Maehara, citado por la agencia Kyodo Tsushin, manifestó que “los territorios del norte pertenecen a Japón” y que “su ocupación por Rusia es infundada desde la óptica del derecho internacional”.

“Por mucho que funcionarios rusos visiten esos territorios (…) y por más que aumente o afloje la presencia militar allí, la evaluación jurídica no va a cambiar”, declaró Maehara al agregar que la postura de Tokio al respecto es “imperturbable”.

Al mismo tiempo, resaltó la importancia de sacar adelante los contactos bilaterales y calificó de “ilimitadas” las oportunidades de cooperación. La relación entre Moscú y Tokio tiene sus altibajos pero durante la Guerra Fría la discusión en sí era inconcebible, señaló.

Maehara, quien viajará a Moscú el próximo viernes, hizo esas declaraciones después de que el presidente ruso, Dmitri Medvédev, anunciara la intención de consolidar la presencia estratégica en las islas Kuriles y desplegar armamento moderno en este archipiélago que, según recordó, es parte inalienable del territorio ruso.

Medvédev fue el primer jefe del Estado ruso que visitó en noviembre de 2010 una de las cuatro islas disputadas.

Su visita, seguida por las de funcionarios rusos de diverso rango, molestó profundamente a Tokio que la calificó de descortesía improcedente.

Japón reclama cuatro islas Kuriles del Sur (Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai) alegando un tratado bilateral de 1855. Terminada la II Guerra Mundial, las islas fueron traspasadas a la Unión Soviética en virtud de los acuerdos internacionales y Rusia, como heredera legal de la URSS, asumió la soberanía de estos territorios.

Japón reafirma sus pretensiones territoriales sobre islas Kuriles | Internacional | RIA Novosti
 
No!... ni marxista, ni comunista, ni socialista... nada, no tenían ideología!!!

Abrí un topic y ahí te explico el por qué...

Estas hablando en serio.

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Decir que Cuba fue una revolución comunista es no tener idea absolutamente de nada. Ya que nunca nunca fue una revolución comunista!!!

Nicaragua tuvo en 1978/79 una revolución contra una dictadura pro-yankee, formó un gobierno de izquierda que jamas persiguió a ningún rival político.... solo para los guerrilleros de la Contra destruyeran el país bajo el apoyo implícito de EEUU.

Chavez no es comunista... todo lo contrario.

Y los movimientos guerrilleros que menciones no son mas que elementos nacidos en oposición a dictaduras de derecha que destruyeron a América Latina durante una década. Fueron de tendencia Marxista-leninista pero fueron movimientos que la democracia lentamente fue apagando.

Allende fue un socialista (como los que están en España o Francia)... no un comunista... y fue derrocado por la mano militar de la derecha chilena.

O sea... Ya con Cuba y Allende le estas pifiando muuuy feo y los demás... bueno ya ves.

Lo mismo, que Polonia, Alemania del este Vietnam, Korea de Norte, Ucrania, Georgia, Rumania, etc, son revoluciones de los ciudadano a dictaduras pro derecha.?
Lo mismo que las FARC, senderos Luminoso, Montoneros, ERP? Todos que queria implantar dictaduras de izquierda?
 

Hattusil

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Cardenal, si te tomas el laburo de hacer ir al link abierto mas arriba por Olenka... fijate y después seguimos hablando...

Y sí, hablo muy en serio...
 

Shandor

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RUSIA INSTALARA MISILES ANTIAEREOS S-400 EN LAS ISLAS KURILES

Rusia reforzará con misiles antiaéreos una división de artillería que mantiene con fines de defensa en el archipiélago de las Kuriles, parte del cual es reclamado por Japón, reveló un alto cargo del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia. El militar desmintió los rumores sobre la transformación de ese grupo en una división de infantería motorizada, al señalar que no tiene ningún sentido en las Kuriles, y dijo que únicamente se le agregará una brigada de misiles antiaéreos. Para reforzarla, se requieren modernos sistemas de control y reconocimiento, así como recursos antiaéreos de corto y largo alcance, incluidos los misiles S-400. El presidente ruso Dmitri Medvédev se pronunció recientemente por emplazar armamento moderno en las Kuriles para garantizar la seguridad de ese archipiélago que forma parte inalienable de Rusia. Medvédev visitó en noviembre de 2010 una de las cuatro islas Kuriles del Sur que son objeto de un contencioso entre Moscú y Tokio a raíz de la Segunda Guerra Mundial. Su viaje provocó airadas protestas de Japón y reanimó la antigua disputa entre ambos países que siguen sin concertar un tratado de paz hasta la fecha. El titular de Defensa japonés, Toshimi Kitazawa, constató que hay una tendencia al incremento de actividad militar de Rusia en las Kuriles. Hay que seguirlo de cerca, señaló el ministro en una rueda de prensa celebrada en Tokio. Japón reclama cuatro islas Kuriles del Sur –Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai– alegando un tratado bilateral de 1855. Terminada la II Guerra Mundial, las islas fueron traspasadas a la Unión Soviética en virtud de los acuerdos internacionales y Rusia, como heredera legal de la URSS, asumió la soberanía de estos territorios.

espejo aeronautico
 

Grulla

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El reforzamiento militar ruso en las islas Kuriles es garantía de paz


Iliá Krámnik, RIA Novosti


En perspectiva, estamos ante una nueva agudización de las relaciones ruso-japoneses en torno a las islas Kuriles.

Las autoridades rusas anunciaron la puesta en marcha de un programa estructural para el desarrollo de las islas. Entre otras cosas, se trata del reforzamiento de la infraestructura de defensa de las Kuriles ante un hipotético conflicto bélico en la región.

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, y ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, ya anunciaron planes sobre el emplazamiento de material bélico en las islas en caso de guerra.


Antecedentes atlánticos

El prolongado contencioso entre Rusia y Japón sobre las Islas Kuriles, en cierto grado recuerda la disputa de las islas Malvinas entre el Reino Unido y Argentina. La agudización del conflicto en el océano Atlántico fue precedida a largas negociaciones, e intentos de llevar a cabo tal o cual programa económico conjunto, etc.

Las autoridades argentinas siempre emplearon la cuestión de las Malvinas como elemento que les permitió resolver problemas internos, distrayendo la atención de la población hacia la lucha contra el “enemigo extranjero”.

La situación en Japón no es una copia exacta de la de Argentina de los años 50-80 del siglo pasado. Todo cambia. Pero ahora las islas Kuriles del Sur también pueden convertirse en un blanco para redirigir la agresión.

Será tanto más cómoda esta situación, cuanto más tardará Rusia en renovar y amplificar la infraestructura militar y económica de Lejano Oriente que necesita nuevos buques, bases, aeródromos, aviones, otra técnica y, sobre todo, población rusa que pueda vivir y trabajar allí constantemente.

Analizando los antecedentes del dicho conflicto de las Malvinas, se puede constatar que la decisión de las autoridades argentinas de iniciar la operación bélica se debió, en gran medida, a la degradación catastrófica de las Fuerzas Armadas y, sobre todo, de la Marina de Guerra, británicas en 70-80.
Una gran parte de buques grandes caducos condujo a que la flota tuviera más que todo, buques que portaban los VTOL (aviones de despegue y aterrizaje verticales).


¿Con qué cuenta Rusia?

En una situación semejante se encuentran hoy las fuerzas armadas de Rusia. En cuanto al armamento convencional, Japón supera numéricamente el contingente ruso en Lejano Oriente. Asimismo, cuenta con un potencial superior de material bélico moderno en la Marina, Fuerzas Aéreas y Terrestres.

En las Kuriles propiamente, la defensa rusa sólo cuenta con una división de artillería (la única división de tropas terrestres; las demás unidades militares de estas tropas ya han pasado a nivel de brigadas). Esta unidad no es capaz de garantizar la defensa a las islas sin apoyo de la fuerza aéreas, unidades de defensa antimisil y, por supuesto, de la marina de guerra.

No tiene ningún sentido reforzar la defensa de las Kuriles exclusivamente mediante el aumentó de las tropas emplazadas allí. Hace falta un cambio cualitativo de las fuerzas rusas en Lejano Oriente.

Es imprescindible mejorar la infraestructura en las propias islas para que las Fuerzas Aéreas y la Marina, en el caso de necesidad, puedan actuar exitosamente en ese teatro de operaciones de guerra.

También es necesario rearmar la flota del Océano Pacífico, la mayor parte de cuyos buques quedará obsoleta los próximos 15 años. Y los dos buques Mistral que serán enviados al Océano Pacífico no constituyen una solución, porque además, estos buques necesitan una escuadra de buques de ayuda logística fuerte.

La flota del Pacífico necesita con urgencia corbetas y fragatas que además de custodiar los portahelicópteros Mistral también cumplan otras misiones, desde la lucha contra submarinos hasta el apoyo de desembarco de tropas.

En fin, hace falta afianzar la fuerza aérea restableciendo las flotillas permanentes de los aviones de combate rusos en Sajalín. Esto permitiría reaccionar rápidamente a los cambios posibles.

En las Kuriles también se puede emplazar helicópteros de combate y multifuncionales, así como instalar aeródromos de base avanzada que permitan mantener en las islas los cazas siempre listos a actuar.
Crear allí una base aérea permanente para aviones de ataque no tiene mucho sentido porque una base de este tipo sería muy vulnerable.


Si quieres paz, prepárate para la guerra

Todas las medidas mencionadas no son más que planes para futuro, pero es necesario llevarlas a cabo para excluir de plano que los políticos japoneses incluso los más radicales consideren la vía militar como opción para volver el contencioso sobre las Kuriles.

Rusia, por muy sorprendente que parezca, puede verse beneficiada por el conflicto en la península Coreana (que amenaza ahora más a la seguridad de Japón) y, más aún, por el crecimiento del poderío militar de China que tiene también una larga historia de conflictos con Japón.

Si Rusia fortalece considerablemente su capacidad de defensa en las islas, los políticos japoneses, posiblemente, centrarán su atención en otras tareas, más acuciantes y perspectivas, para garantizar su seguridad.

También hay que tener en cuenta que ningún potencial militar puede garantizar la defensa al territorio de algún país sin voluntad política. Y al contrario, incluso fuerzas escasas pueden ser aplicadas con éxito a condición de que los políticos y militares estén dispuestos a defender los intereses y la dignidad del estado y de sus ciudadanos.

En 1982 el Reino Unido logró recuperar las Islas Malvinas, ocupadas tras una ofensiva inesperada de los argentinos. El éxito de la operación británica fue acondicionado, ante todo, por la postura firme de las autoridades del país encabezadas por la primera ministra británica Margaret Thatcher.

Hoy las autoridades rusas se enfrentan a otra tarea, más simple y complicada al mismo tiempo: tendrán que mostrar la disposición a defender los intereses de Rusia y su integridad territorial sin acciones bélicas, de tal manera que nadie tenga planes de probar esta disposición en la práctica.


LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
 

Grulla

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Rusia continuará cooperación militar con Japón pese al contencioso de Kuriles


Moscú, 21 de febrero, RIA Novosti
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Rusia continuará la cooperación militar con los países de Asia-Pacífico, incluido Japón, y podrá garantizar el necesario régimen operativo en la región antes que los portahelicópteros franceses Mistral integren la Flota Rusa del Pacífico, informó hoy un alto cargo del Ministerio de Defensa de Rusia.

“La Flota dispone de suficientes fuerzas capaces de formar un grupo de buques para mantener la estabilidad en la región. Junto con ello no planeamos suspender los planes de cooperación militar con los países de la región, incluido Japón, comunicó la fuente.

Indicó que Rusia tiene una serie de programas de cooperación con los países de Asia-Pacífico encaminados a fomentar la comprensión mutua y estabilidad regional. “Demuestran su eficiencia y son capaces de mantener un suficiente nivel de confianza”, subrayó la fuente.

A finales de diciembre pasado, Rusia y Francia anunciaron la firma del acuerdo para construir dos buques tipo Mistral en astilleros franceses y otros dos en territorio ruso bajo licencia francesa. Según la información oficial, dos primeros buques Mistral incorporarán la Flota Rusa del Pacífico.

La fuente recordó que la Flota del Pacífico cuenta con navíos portamisiles y buques antisubmarinos, así como submarinos estratégicos nucleares y aviación. No obstante, es necesario renovar el armamento de la Flota, indicó al agregar que “se trata de las fuerzas de superficie y aviación naval”.

“En los próximos cinco o diez años se emprenderán pasos prácticos para que la amplia zona de responsabilidad de la Flota del Pacífico no carezca de medios de control”, resaltó.

A principios de este mes de febrero Tokio reiteró sus reclamaciones a cuatro islas Kuriles que pertenecen a Rusia. El pasado 7 de febrero Japón celebró el llamado “Día de los territorios del norte” (denominación nipona para las islas reclamadas).

Militantes de ultraderecha profanaron la bandera de Rusia, mientras que el primer ministro, Naoto Kan, calificó de "descortesía improcedente" la visita que realizó el presidente ruso a las islas Kuriles en noviembre pasado. La embajada de Rusia en Tokio recibió una carta con una bala y un mensaje que decía “Los territorios del norte son japoneses”.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia rechazó todas las reclamaciones de Tokio, el canciller ruso declaró que las negociaciones con Japón sobre el tratado de paz (que no fue concluido tras la Segunda Guerra Mundial) carecen de perspectivas mientras en Tokio predominen posturas radicales sobre el problema.

Japón reclama cuatro islas Kuriles del Sur –Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai– alegando un tratado bilateral de 1855. Terminada la II Guerra Mundial, las islas fueron traspasadas a la Unión Soviética en virtud de los acuerdos internacionales y Rusia, como heredera legal de la URSS, asumió la soberanía de estos territorios.

Fuente: Rusia continuará cooperación militar con Japón pese al contencioso de Kuriles | Defensa | RIA Novosti
 

Grulla

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Durisimo el ruso con los japoneses!!!


Cada vez que Japón reclama las Kuriles debemos tener compasión


Dmitri Kósirev, RIA Novosti


Tras una reciente reunión entre el presidente de la comisión parlamentaria para el restablecimiento de la integridad territorial de Georgia, Shota Malashjia, y el embajador de Japón en Tbilisi, Malashjia, la prensa de Japón, Georgia y Rusia, difundieron detalles de la entrevista que se perfilan como noticias de primera plana.

Y no es para menos, de la entrevista se desprende que el parlamento de Japón puede estudiar “la ocupación de los territorios georgianos por parte de Rusia” y que la cúpula dirigente de Georgia, “está dispuesta a debatir el problema de ocupación de las islas japonesas por Rusia”.

Más aún, Malashjia indicó que georgianos con la participación japonesa rodarán una película sobre los “territorios ocupados”.


Ya no ocupan el segundo lugar

Este tipo de noticias parecen un absurdo absoluto. Cuesta creer que Japón, una de las potencias más influyentes del mundo, se rebaje hasta el extremo de urdir alianzas con el gobierno de Georgia que comprometió su reputación hasta más no poder tras la guerra en Osetia del Sur, en agosto de 2008.
¿Y por qué será que las declaraciones de Malashjia, parezcan tan probables a primera vista?

Porque Japón ya no es el país que era hace unos años. En teoría, ahora en Japón es posible cualquier barbaridad que pueda cometer un gobierno débil e incompetente. Sobre todo después de que la gran mayoría de la nación nipona, desde hace unos años quedara sumida en un estado de depresión histérica.

Y hace poco, aparecieron más motivos para agravar esa depresión colectiva. A partir de cálculos establecidos desde 2009, en enero de 2010 escribí que en el curso del año 2011 la economía china superaría la japonesa por el PIB, y esa previsión ya se cumplió: Japón bajó al tercer lugar cediendo el segundo lugar a China adelantada por ahora sólo por EEUU.

Para otros países, como por ejemplo Guinea que sueña con alcanzar el 100º lugar, o incluso para Rusia que se esfuerza por mantenerse entre los diez primeros esta situación no es crítica. Pero los japoneses percibieron esa noticia como una tragedia nacional. Como comentó el Japan Times, si el espíritu de la nación sigue en estado de depresión, habrá más problemas complementarios.


Depresión como causa de problemas

Japón constituye un ejemplo singular: la depresión del pensamiento como tal ya es un problema aquí. Todo lo demás, incluidas la baja tasa de crecimiento económico es causa del mal humor.

Porque Japón es un país que tragó el polvo por parte de EEUU en dos ocasiones veces. Una primera vez, en 1945, y la segunda, a finales de la década de los años 80 y el comienzo de la década de 90, cuando los japoneses no sólo alcanzaron el segundo lugar por el volumen del PIB, sino, más aún, ocuparon el primer lugar por PIB per cápita (ahora son los 16 por este índice).

Los años 80 fue la época de bonanza de la burbuja financiera de Japón, que hasta le permitió adquirir rascacielos en Manhattan y otros bienes inmobiliarios. Pero a EEUU no le gustó nada aquel proceso, Washington obligó a Tokio subir la cotización del yen, lo que conllevó la crisis financiera japonesa y su recesión económica.

Lo grave fue que entonces empezó la crisis y la recesión moral. Japón como nación perdió su objetivo y el sentido de la vida. De allí se desprende el carácter amorfo de su política exterior que carece de una directriz clara.

Parece que se basa en alternar ataques de histeria cada vez más graves: una vez en torno a Corea del Norte, otra, con China, y hasta por las islas Kuriles.

Es verdad que a veces, Japón hace asignaciones muy considerables en el Fondo Monetario Internacional (es el segundo accionista del mundo, tras EEUU) o aporta dinero para financiar alguna guerra en el Golfo Pérsico. Pero lo hace sin entusiasmo alguno, sin entender, para qué. Asimismo, está claro que no tiene ningún sentido armar tanto alboroto en torno a las Kuriles, pero los japoneses ya no saben cómo superar la inercia que los mueve para detener tanto escándalo.

Esto se agrava con el colapso político que vive el país. Todos los éxitos del desarrollo después de la guerra fueron alcanzados gracias al sistema monopartidista, manteniéndose el Partido Liberal Democrático (PLD) al poder. Pero al reventar la “burbuja” también empezó la caída del partido. Ahora en el gobierno está el Partido Democrático (PD).

Pero los demócratas sufren una derrota tras otra. El pasado 6 de febrero perdieron las elecciones locales, en julio del año pasado, los comicios al parlamento nacional. El partido lo están abandonando sus partidarios.

Son bastantes las causas para el pesimismo. Además, como comentó hace poco un experto del PLD opositor, el gobierno nipón se las ingenió para estropear sus relaciones con China y Rusia y al mismo tiempo, tampoco pudo mejorar las relaciones con EEUU, algo sin precedente para Japón.

La decadencia del PLD fue lógica. Mientras tanto, el PD parece un grupo de reformadores ineptos e insignificantes que quedaron obsoletos porque siguen enarbolando consignas de comienzos de los años 90.

Como resultado, ahora el país quedó sin una idea nacional, y si hubiera alguna, pues tampoco hay un Gobierno en capacidad de ejecutarla.

Los japoneses viven sumidos en el pesimismo que se refleja en una tasa de natalidad baja y poder adquisitivo reducido (debido al bajo crecimiento de la economía).

El estado de depresión en Japón es total como en el siglo XII, cuando los clanes Minamoto y Taira se aniquilaban mutuamente y las damas escribían espléndidas obras literarias sobre la una vida triste y lóbrega.

Me arriesgo de exponer mi idea: en vez de condenar a Japón cada vez de que sus líderes vuelvan a plantear la pertenencia de las islas Kuriles para subrayar que son los territorios del norte (algo que harán sin falta), tenemos que compadecer a su población y acordarnos de que son una nación de espíritu muy sensible que está viviendo un período muy duro, los mismo que sus aliados y posibles coproductores de cine georgianos.

Eso si, sin mortificarles demasiado con nuestra compasión.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

Fuente: Cada vez que Japón reclama las Kuriles debemos tener compasión | Opiniones | RIA Novosti
 

Sebastian

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La postura de EEUU sobre las islas Kuriles puede cambiar

El escándalo en torno a las islas Kuriles continúa, pero, contrariamente a las leyes de lógica, el contencioso entre Rusia y Japón que se remonta a 1945 no evoluciona.

El 21 de febrero el embajador de EEUU en Moscú, John Beyrle, fue invitado al Ministerio del Exterior de Rusia, donde el vice ministro Alexey Borodavkin le explicó la “postura fundamental e inmutable de Rusia acerca de la soberanía rusa sobre las islas Kuriles del Sur.”

Esta declaración fue la respuesta a la postura igualmente fundamental e inmutable de EEUU reiterada por el Departamento de Estado el año pasado, que consiste en que el gobierno de EEUU apoya a Japón y reconoce la soberanía japonesa sobre los “Territorios del Norte”.

“La soberanía de la Federación de Rusia respecto a las islas Kuriles jamás puede ser sometida a ningún tipo de revisión”, según dijo el asesor del Kremlin, Serguei Prijodko, cuando el otro día vino a Moscú el ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Seiji Maehara.
Su homólogo ruso, Serguei Lavrov, afirmó, resumiendo las negociaciones con Maehara en la rueda de prensa, que Moscú “tiene voluntad de trabajar sobre el Tratado de Paz pero sin plazos ni condiciones previos y sin compromisos históricos unilaterales.”

Y de inmediato surge la pregunta: qué significa este intercambio de declaraciones y qué pueden acarrear.

Es difícil desprenderse de la sensación de que cada una de las partes está cumpliendo un rito inevitable, sin tener ganas de hacerlo en absoluto.
Como el portavoz del Departamento de Estado de EEUU mostró que la postura de su país no cambia, el Ministerio del Exterior Ruso no tuvo otro remedio que hacer lo mismo. Luego, todos pueden volver a sus asuntos más relevantes.

Es evidente que Rusia no está dispuesta a volver a Japón nada, así como los japoneses difícilmente volverán a China las islas Senkaku, consideradas por Pekín territorio chino.

La situación, que parece estar atrapada en un círculo vicioso, puede ser analizada desde dos puntos de vista.

El tradicionalista y conservador, según el cuál el presidente ruso debió abstenerse de visitar las Kuriles el 1 de noviembre del año pasado, y en su lugar, enviar a un funcionario de rango menor para impulsar las medidas aplicadas ahora en las islas: el desarrollo económico de estos territorios, la instalación de sistemas de defensa antimisil S-400, etc.

El nivel presidencial es como una artillería pesada, a la que se debe recurrir exclusivamente en caso de extrema necesidad.
Rusia debió seguir celebrando negociaciones con Japón sin concluirlas, sin dar pasos que pudieran interpretarse como provocación y en resumen, mantener el status quo es precisamente lo que Tokio necesita.

Los diplomáticos son gente de una paciencia diabólica, pueden tardar un siglo entero en negociar sobre tal o cual aspecto.

La segunda visión del asunto indica que la existente situación, es decir, las disputas territoriales entre Moscú y Tokio, inevitablemente debe llegar a alguna conclusión, y cualquier medida de carácter económico en las Kuriles puede desatar un escándalo. Por lo cual es mejor resolverla de una vez para todas, aunque sea de manera forzada.

Ya veremos, qué punto de vista es el más acertado.

Ahora, en este rito diplomático está involucrada una tercera parte, EEUU, pero todavía no está claro qué piensa de ello el verdadero Washington de hoy.

Claro que EEUU no reconoce la soberanía rusa sobre las Kuriles. Nunca la reconoció desde que en 1956, tras la Segunda Guerra Mundial, fue firmado el tratado ruso-japonés, según el cual cuatro islas no reguladas quedaron divididas entre las dos partes.
Pero con la escalada de la Guerra Fría, cuando EEUU hicieron de Japón, derrotado en la Segunda Guerra Mundial, su aliado en lucha contra la URSS y China, Japón se negó a cumplir este tratado. Es bien sabido que la disputa ruso-japonesa fue instigada por EEUU listos a defender Japón por sus bases militares.

Entonces, en 1956, la diplomacia rusa intentó impedir la conclusión del Acuerdo de Seguridad entre Japón y Estados Unidos, proponiendo el plan de normalización según el cual dos de 4 islas se retornarían a Japón. Pero el plan fracasó.

Pero, ¿cómo ven hoy los estadounidenses estas “posturas fundamentales e inmutables” del 1956, en un mundo totalmente diferente, cuando la política estadounidense en Asia Oriental consiste en apoyar a los que tengan reclamaciones, sobre todo territoriales, contra China y no contra Rusia? El duelo ruso-japonés obliga a Washington afrontarse a Rusia como si fuera China.

Pero, tal vez, optaría por olvidarse en esta situación de su postura inmutable, para no contribuir a que Rusia y China tengan otro punto común Y para no tener problemas personales con Moscú. Pero no tiene oportunidad de echar al olvido su actitud de hace un medio siglo.

Esta hipótesis la confirma además el que EEUU no plantea una segunda guerra fría. Al revés, tiene previsto reducir sus gastos militares un 21%, tomando en cuenta la inflación. Asimismo, reducirá ayuda a estados extranjeros. Todavía no se sabe cómo exactamente será la política exterior de EEUU, pero es cierto que va a depender de sus fondos. Así que, seguramente, Washington no se siente cómodo al tener que pronunciarse expresamente sobre la situación en Asia Oriental. Tanto menos ahora, cuando los intereses estadounidenses ya están muy perjudicados en Oriente Próximo.

La postura de EEUU sobre las islas Kuriles puede cambiar | Opiniones | RIA Novosti
 

cosmiccomet74

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Fotos de las Islas Kuriles

En uno de mis vuelos desde Anchorage/Alaska a Taipei saque unas fotos de las islas Kuriles.

Saludos.

Ariel





 

Grulla

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Seria interesante buscar notas actuales sobre el tema, pero desde la optica japonesa. A ver quién se pone las pilas!


Las posibilidades de una estabilidad sin guerra


04/03/2011 - Fiodor Lukiánov, RIA Novosti

El agravamiento inesperado del contencioso territorial entre Moscú y Tokio es una cuestión de coyunturas relacionadas con la política interna de Rusia y de Japón.

Pero es más importante enfocarlo a través del prisma de los procesos globales que se iniciaron hace 20 años, en la época de la revolución geopolítica de Europa y de la caída de la Unión Soviética.

Las fronteras definitivas e inmutables no existen. El status quo que fija la intangibilidad de las fronteras en un periodo determinado, aparece, normalmente, como resultado de una guerra y los consiguientes acuerdos entre vencedores y vencidos.

Con el correr del tiempo, la correlación de fuerzas va cambiando y los acuerdos van deteriorándose. Estos trastornos conllevan un nuevo reparto de las influencias, y, en correspondencia, con la aparición de nuevas potencias, capaces de garantizar la estabilidad de las relaciones interestatales, entre ellas, las cuestiones fronterizas.

El punto de referencia del actual sistema todavía vigente es la Segunda Guerra Mundial y los hechos consiguientes, los cuales propiciaron un equilibrio a nivel mundial bastante estable hasta la mitad de la década de los años 60.
Los acuerdos de Yalta y Potsdam, que delimitaron las esferas de influencia en Europa (y que por cierto, estipularon el actual estatuto de las islas Kuriles), fueron el primer paso para crear ese status quo.

Las siguientes etapas fueron la crisis de Suez de 1956, que demostró la pérdida, por parte de las potencias colonizadoras europeas, de la capacidad para gobernar el mundo, lo que llevó a una gran ola de descolonización; y la crisis de los misiles de 1962, que determinó los límites de la disuasión nuclear entre la URSS y EEUU.

Después de todo esto llegó la estabilidad, época en que Moscú y Washington poseían el mayor (pero no absoluto) número de posibilidades para regular los procesos globales, entre ellos la intangibilidad de las fronteras.

No es casual que la iniciativa para refrendar definitivamente el equilibrio de fuerzas y la delimitación territorial de Europa apareciera precisamente en 1966 y concluyera con la firma del Acta Final de Helsinki en 1975.

Hay que remarcar de nuevo que el punto de referencia fue el más importante resultado de la Segunda Guerra Mundial, o sea, la aparición de dos líderes nuevos en el panorama político internacional: la URSS y EEUU. Y fueron precisamente sus relaciones, en el marco de una Europa en decadencia, las que predeterminaron las tendencias generales.

La desintegración de la Unión Soviética marcó el fin de la etapa anterior de equilibrio.

Esta conmoción de por sí es homologable con los acontecimientos del pasado que daban impulso a la formación del ordenamiento mundial. Dado que la Guerra Fría no tuvo una evolución clara, su final tampoco se celebró con la firma de una paz formal.

No hubo una distribución global del nuevo poder, aunque durante una época parecía que este poder había pasado plenamente a la única gran potencia para aquel entonces, Estados Unidos. Pero a principios del siglo XXI quedó claro que Washington no podía ejercer la función de fuerza predominante global, la que tampoco pudo desempeñar ningún otro país.

La ausencia de un “marco” sólido se manifiesta en todos los aspectos de las relaciones internacionales, y 20 años sin URSS, además, se han convertido en una época de transformación de fronteras.

15 Estados nuevos en el espacio de la ex Unión Soviética (sin tener en cuenta las repúblicas reconocidas parcialmente como Abjasia, Osetia del Sur y los no-reconocidos como Alto Karabaj y Transnistria).

Siete en el territorio de la antigua Yugoslavia. República Checa y Eslovaquia, Eritrea, Timor Oriental, Sudán del Sur...

Hay una serie de Estados que se encuentran en camino de la desintegración, por la vía pacífica (el caso de Bélgica) o cargado de conflictos (Irak); el destino del Oriente Próximo, teniendo en cuenta los últimos sucesos, no está nada claro.

Lo que sí queda claro, pues, es que las causas y los escenarios son distintos, pero hay una tendencia general muy clara, de que las fronteras son movibles.
Esto se puso en especial evidencia a finales de la primera década del 2000, cuando las fronteras de las ex repúblicas soviéticas dejaron de ser algo inamovible.

Hasta 2008, las líneas divisorias interiores de las antiguas URSS y Yugoslavia se consideraban intocables, pero con el reconocimiento de Kosovo, Osetia del Sur y Abjasia se abrió camino también a la revisión de estas fronteras.

Es evidente que el problema de Alto Karabaj no se presta a solución si se conservan las fronteras de la ex República Soviética de Azerbaiyán.

La nueva generación de dirigentes de Moldavia no da prioridad a restablecer la integridad territorial en la configuración soviética, sino a la integración en Europa, lo que se ve obstaculizado por existencia en el suelo de este país de la república autoproclamada de Transnistria.

En Asia, la presencia de la URSS y EEUU también frenaba en seco la situación, aunque allí el nivel de control era más bajo que en Europa, las relaciones entre las mismas potencias asiáticas (China e India, India y Pakistán) siempre tuvieron su lógica.

Pero en cuanto a los diferendos territoriales de Asia del Este, la Guerra Fría sirvió para congelar el problema, la situación dependía del equilibrio de intereses de la URSS y EEUU, y en ello China jugaba un gran papel, primero poniéndose de parte de uno y después de otro.

El ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Seiji Maehara, tiene razón al afirmar que entre Moscú y Tokio todavía no ha finalizado el periodo de posguerra.

Pero esto es sólo una parte de la verdad porque, realmente, este periodo no ha concluido en ninguna parte de Asia oriental.

Todas las controversias más enconadas -la Corea dividida, las Kuriles, Taiwán- son consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, imposibles de solucionar en las últimas décadas. Y el final de la Guerra Fría, en contra de toda predicción, no supuso su rápida normalización.

Todo el continente asiático se está convirtiendo en arena estratégica del siglo XXI, y los focos de los conflictos susceptibles de estallar entrañan un gran peligro. Y esto sin tener en cuenta que en Asia se encuentra China, país con una influencia regional y mundial creciente.

Precisamente el factor chino determinará la distribución de las fuerzas, de la que depende el destino de los conflictos que hunden sus raíces en el pasado.
El agravamiento de la tirantez en la zona (sobre todo, la rivalidad entre EEUU y China) podría exacerbar las disputas interestatales, ejemplo de lo cual es la situación en la península de Corea.

En este contexto, fue muy acertada la decisión de Moscú de hacer concesiones para regular los diferendos territoriales con Pekín a principios de la primera década del 2000.

Si hubiera decidido hacerlo 10 ó 15 años más tarde, las concesiones habrían tenido que ser mucho más importantes.

En el filo de los años 80 y 90 empezó un experimento histórico para establecer el orden mundial que excluyera una guerra de envergadura y la victoria en la misma. El experimento continúa y, mientras no termine de una u otra forma, debemos de estar preparados para cualquier eventualidad.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

fuente: Las posibilidades de una estabilidad sin guerra | Opiniones | RIA Novosti
 

Grulla

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Hasta ahora no se que valor económico tendrán para los rusos, me parece que solo estratégico o de orgullo para joder a los ponjas
 

Sebastian

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Rusia y Japón impulsarán la negociación del tratado de paz pendiente desde 1945

La disputa sobre las islas Kuriles frena las relaciones económicas entre los dos países

Rusia y Japón impulsarán las negociaciones para firmar un tratado de paz, el gran tema pendiente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Ese ha sido el resultado de la visita realizada a Moscú por el primer ministro nipón Shinzo Abe, quien se ha entrevistado este lunes con el presidente Vladímir Putin en el Kremlin. Abe, el primer jefe de gabinete de su país que visita oficialmente Rusia desde 2003, ha llegado a Moscú acompañado de una cincuentena de altos ejecutivos de las grandes empresas japonesas.

Sobre el desarrollo de las relaciones entre Tokio y Moscú gravita hasta hoy el contencioso territorial sobre las Kuriles, cuatro islas que la Unión Soviética ocupó al término de la Segunda Guerra Mundial, en agosto de 1945, cuando Japón ya había capitulado.

Las Kuriles están al norte de la isla de Hokkaido y son conocidas como los Territorios del Norte en Japón. Hasta ahora, los dos países han tenido enfoques contrapuestos sobre la resolución del problema, aunque en la política de la URSS y posteriormente de Rusia ha habido momentos de mayor flexibilidad (con Nikita Jruschov en la URSS y con Boris Yeltsin en Rusia).

Japón considera la devolución de las Kuriles como condición previa para invertir a fondo en la economía rusa y en el desarrollo de Siberia. Rusia, por su parte, mantiene la prioridad de cooperar en el sector económico y humanitario antes de negociar sobre el futuro de las islas.

Las Kuriles, un bello entorno semisalvaje, están precariamente desarrolladas y su infraestructura es muy deficiente. En dos ocasiones, Dmitri Medvédev, el actual jefe de Gobierno, gran amante de la fotografía, ha visitado las islas, lo que ha provocado protestas en Japón.

Al termino de su encuentro, Abe y Putin han dado orden a sus ministros de exteriores para que dinamicen sus contactos con el fin de encontrar variantes aceptables para la firma de un tratado de paz.

Las conversaciones a este efecto deberán ir en paralelo al desarrollo de todos los temas de las relaciones bilaterales, segúnha manifestado Putin en la rueda de prensa conjunta. El presidente ruso ha advertido de que la reanudación de las conversaciones no significa que “este problema se resuelva mañana”. "

El desarrollo de relaciones económicas y contactos humanitarios es el mejor instrumento para solucionar el problema del tratado de paz”, ha afirmado el líder del Kremlin, quien ha contestado airadamente a un periodista japonés que ha preguntado a bocajarro por el futuro de las Kuriles.

Abe ha dicho que las posiciones entre Moscú y Tokio siguen alejadas, pero ha calificado de “anormal” el hecho de que 67 años después del fin de la guerra entre Japón y Rusia no se ha firmado un tratado de paz.

Putin, que visitó Japón oficialmente en 2005, ha aceptado la invitación de Abe para viajar de nuevo a aquel país. Pese a los problemas no resueltos, los líderes de Japón y de Rusia se ven regularmente en el marco de los foros internacionales, como el G-20, y el comercio bilateral fue de 33.000 millones de dólares en 2012.

La energía fue uno de los temas destacados en la visita de Abe. Putin ha afirmado que Rusia puede satisfacer la demanda de energía de Japón sin perjuicio para sus socios habituales y ha propuesto la extracción conjunta de hidrocarburos y la construcción conjunta de fábricas de gas licuado.

El presidente ha dicho también que Gazprom, el monopolio exportador de gas ruso, está dispuesto a aumentar sus capacidades para suministrar gas en territorio de Japón, así como a invertir en el sistema de gasoductos japoneses y a desarrollar nuevas capacidades en territorio de la Federación Rusa para el suministro a Japón.

Tras el accidente de la central nuclear de Fukushima, Japón firmó un acuerdo de cooperación en el sector de la energía atómica con Rusia que entró en vigor en mayo de 2012. Un 10% del gas natural que consume Japón procede de Rusia, que se lo suministra a partir de las instalaciones de gas licuado en la isla de Sajalín, en el océano Pacífico.

Tras su visita a Rusia, Abe visitará también Turquía y los Emiratos Árabes. Especialistas rusos sobre temas de energía opinaban que, de cara al suministro a Japón, Rusia tiene importantes competidores en otros suministradores energéticos, como Australia, Catar y eventualmente Turkmenistán, que hoy por hoy pueden ofrecer unos precios más atractivos que los rusos.

El comunicado conjunto suscrito al término de la visita de Abe señala que la construcción del sistema de oleoductos Siberia Oriental-Océano Pacífico debe permitir el suministro de recursos energéticos a precios competitivos. Entre los proyectos de posible desarrollo está la participación de Japón en la puesta a punto en Vladivostok, en la costa rusa del Pacífico, de una fábrica para licuar el gas procedente de Siberia Oriental.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/04/29/actualidad/1367260694_746892.html
 

Sebastian

Colaborador
Rusia reforzará la presencia militar en las islas Kuriles

22 de abril de 2014 ITAR-TASS
Se anuncia la construcción de ciudades militares para 2016. Se trata de un territorio disputado con Japón desde finales de la Segunda Guerra Mundial.


El Ministerio de Defensa construirá para 2016 ciudades militares autónomas en este territorio disputado con Japón. Fuente: Alamy / Legion Media
Serguéi Surovikin, coronel general al mando de la región militar oriental, afirmó que para 2016 se construirán en las islas Iturup y Kunashir ciudades militares completamente autónomas con una desarrollada infraestructura social.

En opinión de Surovikin "además de las instalaciones militares los proyectos prevén la construcción de viviendas y de instalaciones de uso social, cultural, de ocio y deportivo".

Las relaciones entre Rusia y Japón han estado dominadas desde finales de la Segunda Guerra Mundial por la reivindicación japonesa sobre cuatro de las islas Kuriles. En 2010 Dmitri Medvédev se convirtió en el primer jefe de Estado ruso que visitaba las islas. El año pasado Abe y Putin acordaron reanudar las conversaciones de paz.

También señaló que en el futuro, hasta 2020, se modernizarán las ya existentes y se construirán nuevas ciudades militares en la isla de Sajalín.

El plan de desarrollo de la infraestructura militar en la región prevé el desarrollo no solo de puntos de emplazamiento de formaciones y unidades militares sino de una red operativa de transporte, así como la modernización y el reequipamiento de los tres polígonos ya existentes, el equipamiento de los complejos científico.

Esto permitirá elevar la calidad de la preparación militar y ampliar, de forma significativa, la posibilidad de realizar entrenamientos y formación de grandes unidades militares.

Quejas de Japón
Japón mantiene su reclamación territorial sobre cuatro de las islas Kuriles meridionales (Iturup, Kunashir, Shikotan y una serie de islas más pequeñas que en japonés se llaman Habomai) que al final de la Segunda Guerra Mundial acabaron bajo la soberanía soviética.


Infografía: El contencioso de las islas Kuriles

Hasta 1945 el archipiélago de las Kuriles, en el que se incluyen las Kuriles del Sur, estaba bajo el dominio de Japón, su población era de unos 16.500 habitantes, entre japoneses y los habitantes originarios de las Kuriles, los ainúes.

Actualmente el estatus de estas islas queda establecido por el acuerdo de Crimea entre los tres gobiernos para cuestiones de Extremo Oriente del 11 de febrero de 1945, la declaración de Postdam del 26 de julio de 1945, el Tratado de paz de San Francisco del 8 de septiembre de 1951 y el artículo 107 de los estatutos de la ONU.

El 19 de octubre de 1956 en Moscú se firmó una declaración conjunta entre la URSS y Japón para terminar con el estado de guerra entre los dos estados y establecer relaciones diplomáticas y consulares.

En el artículo noveno del documento, el gobierno soviético accedía de forma explícita a la entrega a Japón de las islas de Habomai y Shikotan después de la firma del acuerdo de paz entre los dos países. La declaración fue ratificada por los parlamentos de los dos estados. En 1960 la URSS anuló la obligación de la entrega de las islas, sin embargo ahora la parte rusa declara que reconoce este documento.

Japón prohíbe a sus ciudadanos visitar las Kuriles del Sur con visados rusos para no confirmar el derecho de Rusia sobre estas islas.

Artículo publicado originalmente en ruso en ITAR-TASS.
http://es.rbth.com/internacional/20...encia_militar_en_las_islas_kuriles_39499.html
 
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