La División Azul

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OLENKA no por nada los militares Alemanes respetan a los Españoles y se burlan de las otras nacionalidades por mas que les hayan ganado las dos ultimas guerras.
 

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«Sobre la División Azul hay leyenda negra y también blanca»


Fran Jaraba aporta su visión a este episodio histórico de España en un comic editado por la alicantina Edicions de Ponent

EDICIONS DE PONENT
Cubierta del cómic «División Azul», de Fran Jaraba



ABC
Fran Jaraba
Un joven comunista alistado en la División Azul cuya misión secreta tiene más que ver con mítico «Proyecto Uranio» que con reforzar el avance de las tropas nazis hacia Moscú. Este es el hilo conductor que une las viñetas del nuevo trabajo de Fran Jaraba. «División Azul» rescata a todo color y gracias a la alicantina Edicions de Ponent, un capítulo de la Historia de España sobre el que aún queda mucho por descubrir. Jaraba desvela para ABC Alicante las claves de su personalísima aportación, un relato «autoconclusivo» cuyo final destila la esencia de la última secuencia de Casablanca
-¿Cómo surge la idea para esta historia?
-Es un contexto histórico que me pareció muy interesante para situar una aventura de intriga y espionaje, engarzada con una situación de confrontación ideológica y conflicto personal interior. Al mismo tiempo se describe la vida en la División, que es algo poco conocido y también muy poco explotado. Cuando comencé el trabajo, hace casi tres años, apenas había ficción ambientada en este episodio histórico. Después, cuando estaba ya trabajando en el comic, apareció la película de Gerardo Herrero, «Silencio en la nieve», y un par de novelas. Esta escasez de narrativa se debe a una especie de «vergüenza histórica» que nos impide en España desarrollar ficciones relacionadas con nuestro pasado, si exceptuamos la guerra civil. Mi anterior trabajo estaba ambientado en la guerra de Cuba, y sucedía exactamente lo mismo, apenas había narrativa situada en ese contexto.
-¿Qué le pareció «Silencio en la nieve», parte de cuyo rodaje se llevó a cabo en Alicante?
-Está muy bien ambientada y el guión mantiene la intriga hasta el final.
-¿Existe mucho mito y leyenda negra sobre la DA?
-Hay un mito que dice que la División Azul fue usada por los alemanes como «carne de cañón», situándola entre ellos y los rusos sin reparar en el coste de vidas que pudiera suponer, y no es así: en realidad la División Azul operó siempre bajo mando español, supeditado al Alto Mando alemán como cualquier otra división de la Wehrmacht, y estuvo siempre flanqueada por otras divisiones alemanas, actuando en paralelo con ellas. Y luego hay leyenda negra y también blanca. Es difícil saber dónde está el punto justo. Sí es cierto que los españoles dieron a los rusos de las zonas ocupadas un trato infinitamente mejor que el que les dieron los alemanes: simplemente los trataron como a seres humanos.
«Los españoles dieron a los rusos un trato infinitamente mejor que los alemanes»
-¿Cuáles han sido sus fuentes de consulta y referencias?

-Últimamente se han publicado libros sobre el tema. También he visto películas antiguas ambientadas en la DA, como «Embajadores en el infierno», «La Patrulla»… Luego está internet, que es un mundo, donde encuentras desde información técnica y militar hasta testimonios personales. Para mí esa inmersión previa en la época es fascinante, disfruto mucho con ella. Y es necesario que yo me zambulla para después poder zambullir al lector. Si los divisionarios están combatiendo en una aldea rusa, el lector tiene que sentir que está allí. Es lo que pretendí y por lo que me dicen lo he conseguido.
-¿Por qué publicó con Edicions de Ponent?
-Cuando estaba trabajando en el comic le envié al editor Paco Camarasa unas páginas y se entusiasmó con la idea de publicarlo. Hay que decir que está haciendo una buena labor de promoción, como es habitual en él.
-¿Próximos proyectos?
-Le estoy dando vueltas a varias ideas para el próximo trabajo, pero aún no lo he decidido... Bueno, y seguir con la promoción de «División Azul». Ahora va a salir la edición en gallego, publicada por Edicións Xerais, y también va a traducirse a varias lenguas por medio del sello SAF Comics.
abc.es
 

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Muchos jóvenes deben desconocer la historia de la DIVISION AZUL cuerpo de elite del ejercito Español,​



Dejando de lado toda discusión moral o ideológica sobre la División Azul, es de lamentar que siempre que se hablan de este tipo de temas se falte a la verdad por la manía de poner frases rimbombantes.

La Div. Azul NO ERA un cuerpo de elite, como no lo eran las Waffen SS, y como no lo han sido muchas unidades de diferentes países que en batalla se han visto exaltadas (real o propagandísticamente).

En el caso concreto de esta unidad, a los españoles les gusta atribuirles un mérito que no tuvieron; en el frente norte, todo el mundo mantenía a raya a todo el mundo, por la simple razón del clima. Es como si en la PGM se dijera: Los valientes franceses mantenían a raya a los alemanes, y, los valientes alemanes mantenían a raya a los franceses. ¡Ambas cosas son ciertas!. Por la sencilla razón que nadie podía moverse.

Esto no quita en modo alguno que hayan existido innumerables actos dignos de elogio militar, pero sencillamente no es correcto comparar su actuación con otros frentes en donde ceder en un punto se traducía en cientos de kms y miles de hombres perdidos, por la movilidad de fuerzas que era posible. Y además, porque las fuerzas involucradas eran mayores.



 

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Violentos y ladrones, pero más humanos que los nazis
Un historiador ruso rastrea a la División Azul española por la URSS y su impacto


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Soldados de la División Azul leen el 'Marca'. La imagen pertenece al documental 'Extranjeros de sí mismos'.


Los españoles de la División Azul que, en apoyo de los invasores nazis, lucharon en tierras de la URSS de 1941 a 1943 fueron percibidos por los habitantes de las provincias rusas donde se acuartelaron —Nóvgorod y Leningrado— como más benignos que los alemanes y, a diferencia de estos, no se vieron involucrados en represalias masivas a la población, según el historiador Boris Kovalev, profesor de la Universidad Estatal de Nóvgorod.
Para su libro Voluntarios en una guerra ajena, dedicado a la División Azul, el investigador ha consultado los archivos provinciales de los servicios de Seguridad e Interior y el archivo central del Ministerio de Defensa, además de entrevistar a medio centenar de personas que habitaron en pueblos del territorio controlado por los españoles a las orillas del lago Ilmén o en las riberas del río Vólkov, en la provincia de Nóvgorod, y en la de Leningrado.
Kovalev estudió también los diarios de los españoles caídos, la correspondencia incautada y más de 100 expedientes personales, entre transcripciones de interrogatorios de presos, desertores y tránsfugas, y actas de los procesos contra miembros de la División Azul. En conjunto, su obra presenta una visión polifacética del episodio histórico protagonizado por la Wehrmacht Alemana y los españoles que la siguieron a Rusia en una misión de solidaridad limitada que movilizó a más de 20.000 personas de diversos grupos, desde falangistas convencidos, voluntarios con motivaciones variadas, en gran parte económicas y de ascenso social, y una minoría deseosa de pasarse a la Unión Soviética.

Espoleados por el frío, prendían fuegos que amenazaban con incendiar sus modestas casas
El frio y el hambre dominan los testimonios de españoles y rusos. Desde Alemania, los españoles marcharon a pie por el oeste de la URSS en el verano de 1941. No tenían ropa de invierno y en los pueblos de la provincia de Nóvgorod donde tomaron posiciones ya en otoño se dedicaron a robar prendas de abrigo, desde pañuelos de lana de las campesinas a edredones, que se echaban sobre los uniformes cada vez más harapientos. También se apoderaban de las válenki, las botas de fieltro rusas, que arrebataban a vivos y a muertos. Espoleados por el frío, prendían fuegos que amenazaban con incendiar las modestas viviendas campesinas donde se alojaban.
Sin haberse bañado desde que salieron de Alemania, piojosos y hambrientos, los divisionarios abandonaban su mugrienta ropa interior y se llevaban todo lo que encontraban a su paso: gallinas, vacas, y hasta los gatos. Una anciana invitada por los divisionarios a comer lo que creía un conejo descubrió con horror que había degustado su propio gato, cuando buscó a este para darle las sobras del banquete.
Soldados irascibles
Los recuerdos de los habitantes de la zona ocupada y las actas de la Comisión Estatal Extraordinaria (ChGK, en ruso, la institución creada por la URSS para investigar los crímenes de guerra de los ocupante) indican que los españoles eran muy excitables y podían matar a alguien en una riña, como Fédor Morózov, el alcalde colaboracionista con los nazis en Nóvgorod, tiroteado por un soldado español al que empujó en un reparto de leche. La maestra Alexandra Ojapkina, en 1941 una niña de 12 años evacuada al pueblo de Shevélevo, calificaba a los divisionarios de “muy ladrones, pero no crueles y con cierta compasión por los habitantes locales”.
La población rusa aprendió pronto que los participantes en la “cruzada contra el bolchevismo” se distinguían entre ellos, señala Kovalev en una conversación con EL PAÍS y afirma que los españoles, “pese a todo, eran mucho más humanos que los alemanes”. Ojapkina recordaba que los alemanes acusaron a la población civil de Shevélevo del saqueo del almacén de provisiones de los españoles, situado en aquella localidad. Los alemanes hicieron salir a la calle a la gente para fusilarla y la pusieron en fila, siendo una mujer madre de seis hijos la última en salir. Con disimulo, un soldado español apartó a la mujer del grupo, salvándole así la vida. Los responsables del saqueo del almacén, aparentemente, eran los habitantes de un pueblo vecino, donde vivían descendientes de colonos alemanes.
En una ocasión, en diciembre de 1941, la artillería alemana comenzó a disparar contra un grupo de 11 presos españoles capturados por los soviéticos, matando a cuatro presos.
En Chudovo, a 100 kilómetros de Leningrado, había dos campos de prisioneros de la Wehrmacht donde fueron exterminados más de 53.000 personas. Al iniciarse la retirada, el comandante del campo hizo formar a los prisioneros y pidió dar varios pasos al frente a quienes no se valían por sí mismos. Los 55 hombres que avanzaron, esperando que les facilitaran el transporte, fueron fusilados a la vista del resto. Chudovo estaba 40 kilómetros al norte de la zona controlada por los españoles.
elpais.es





 
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Sebastian

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Es un escándalo que Alemania pague pensiones a la División Azul

© AP Photo

20:30 16.10.2015URL corto

El Gobierno alemán continúa pagando una pensión a los excombatientes españoles de la División Azul que colaboraron con Hitler, una situación que la Secretaria General de Archivo, Guerra y Exilio (AGE), Dolores Cabra, califica en declaraciones a Sputnik Nóvosti de "escándalo".

© AP Photo

"Parece mentira que a estas alturas Alemania siga pagando estas pensiones a la División Azul, es un escándalo", señala Cabra.
Ante esta situación, el diputado alemán del grupo de La Izquierda, Andrej Hunko, ha presentado una batería de preguntas parlamentarias en el Bundestag (Parlamento) para exigir al Gobierno conocer el número de pensiones y si es oportuno continuar con estos pagos.

"Es una buena noticia que Die Linke haya hecho esa batería de preguntas, porque nos permitirá tener información a la ciudadanía sobre los motivos de continuar con esos pagos en pleno siglo XXI", afirma la dirigente de esta organización de memoria histórica española.

Cabra critica estas pensiones porque los combatientes de la División Azul "formaron parte del Ejército nazi para luchar contra las democracias, sembrar terror y destruir este continente".


© Sputnik/ Pyotr Bernstein

La activista considera esta situación "un insulto" para las víctimas del franquismo y no descartan hacer "una protesta pública" para denunciar estas "pensiones vitalicias" que Berlín está pagando a la División Azul.

El pago de estas pensiones se remonta a un acuerdo firmado por la República Federal Alemana (RFA) en 1962 con el Gobierno del dictador Francisco Franco y desde entonces no se ha modificado.

En ese acuerdo, el Ejecutivo germano se hacía cargo de las pensiones de excombatientes, viudas y huérfanos de la División Azul, mientras que Madrid pagaba una cantidad a las viudas de los caídos de la Legión Condor hitleriana, integrada por 26.113 hombres, que bombardeó España durante la Guerra Civil (1936-1939).

Tras las preguntas de La Izquierda se espera que en los próximos días se pueda obtener una respuesta por parte del Gobierno de la canciller Angela Merkel.

http://mundo.sputniknews.com/europa...ia-pensiones-division-azul.html#ixzz3olfeQ67B
 

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Cuantos quedan de estos soldados, después de 70 años, por que no se dejan de joder, equivocados o no, lucharon en una zona jodida, no fueron de pic nic a la costa azul .
 
"Entrevista en Barcelona, España, al divisionario Fernando Quintilla Manresa (95 años) veterano de guerra, y miembro integrante de la "División Azul", unidad militar voluntaria de españoles que combatió junto a los alemanes en el frente soviético en varias oleadas durante casi un tercio de la década de 1940, quién narra hechos y cuenta anécdotas de su participación en acontecimientos históricos que signaron la historia del Siglo XX y el Siglo XXI, y a los que aun hoy día, la historia oficial española se niega a hacer justicia".

 
A devolverle la visita a los comunistas y gratis, además.

A que bien, entonces que le sean funcionales a un Estado Autoritario para llevar a cabo una Guerra de Exterminio en tierra que no-les-pertenece.

Voluntarios, todos ellos, sabian donde se metían.
 
Entonces los voluntarios alaveses y guipuzcoanos que tomaron Irún, le dieron en la boca a los del PNV en Villarreal, tomaron el cinturón de acero de Bilbao y junto a un buen puñado de vizcainos se chuparon todo hasta el 39 y bastantes se fueron a las puertas de Leningrado a combatir en realidad estaban disimulando...
 
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