Sebastian
Colaborador
Las Fuerzas Armadas de Europa deben cumplir muchas tareas con pocos recursos
Gran Bretaña continúa reduciendo gastos militares. El plan de recortes prevé la reducción de la mayor parte de cazabombarderos Tornado GR4, todos los cazas interceptores Tornado F3, aviones de patrulla Nimrod y un gran número de otros armamentos y equipo bélico.
Hasta 2014 y 2015, el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña planea reducir gastos militares en un 7,5%, ó 8 mil millones de libras esterlinas. Además de una reducción de armamento y del efectivo orgánico, el Ministerio de Defensa británico revisará contratos vigentes para los trabajos de investigación y desarrollo y el volumen de suministros.
El departamento militar británico también debe revisar o cancelar próximamente unos 900 proyectos en materia de defensa. Estos recortes se llevan a cabo en el marco de un programa de reducción de gastos militares a corto plazo que concluirá en abril de 2011.
Según estimaciones preliminares, debido a la anunciada revisión, el presupuesto militar se reducirá en unos 2 mil millones libras esterlinas (3,23 mil millones de dólares).
Recortes generales en las Fuerzas Armadas de la OTAN
Gran Bretaña no es el único país de Europa que afronta una drástica reducción de la infraestructura militar. Procesos similares se han puesto en marcha en muchos países miembros de la OTAN.
Los Ejércitos de Noruega y Alemania deberán afrontar grandes recortes. Francia y otros países europeos reducirán los suministros de armamentos de perspectiva.
En general, se puede destacar tres tendencias del desarrollo en el marco de la OTAN.
1) Ante todo, los recortes drásticos afectan los países del oeste y del norte de Europa,
2) Estados Unidos también optó por reducir los gastos militares, pero conservando el equilibrio estratégico de fuerzas.
3) Aumento del potencial militar, ante todo, en Turquía.
Las razones de estos procesos son evidentes. Los países de la UE afectados por la crisis económica y financiera se ven obligados a reducir los gastos para ahorrar dinero.
Esta estrategia prevé, entre otras cosas, tanto el desarrollo de cooperación con Rusia con el fin de reducir amenazas mutuas y, por consiguiente, gastos presupuestarios, como la formación de coaliciones dentro de la OTAN, por ejemplo, Gran Bretaña y Francia firmaron convenios de cooperación militar y nuclear que permitirán a ambos Estados ahorrar recursos y evitar la duplicación de funciones.
Turquía, a su vez, no es miembro de la UE pero se encuentra en la zona de potenciales conflictos. Teniendo en cuenta la situación en el Oriente Próximo, es posible que este país tenga que participar en operaciones de combate en el futuro. Por está razón, Ankara no puede permitirse recortes de las Fuerzas Armadas turcas.
EEUU debe resolver dos tareas simultáneamente. Por un lado, necesita recortar el presupuesto militar para mejorar los indicadores económicos, por otro, se ve obligado a mantener el potencial militar para continuar cumpliendo su misión de líder global capaz de intervenir en cualquier conflicto.
En resultado, los países miembros de la OTAN están preparándose a varios tipos de guerras. Si EEUU y Turquía no descartan la posibilidad de participar en violentos conflictos regionales, la Europa Occidental y los países de la OTAN más pequeños están orientados a cumplir misiones de expedición en conflictos regionales.
Esto explica una atención especial al desarrollo de sistemas móviles, aviones de transporte y otros equipos necesarios para este tipo de operaciones.
¿Qué pasa en Rusia?
Las tendencias actuales observadas en la OTAN hacen posible explicar y prever el proceso de reformas militares en Rusia. Es evidente que Rusia, como Turquía, debe tener en cuenta la amenaza de ser involucrada en conflictos a gran escala dentro de sus fronteras, y como EEUU, debe mantener un potencial militar necesario para defender sus intereses estratégicos.
Teniendo en cuenta que la posibilidad de un conflicto militar con la OTAN es prácticamente nulo, Rusia puede reorientar sus esfuerzos y cesar de preparar su Ejército a una guerra de envergadura en Europa.
Por consiguiente, se puede suponer que el Ministerio ruso de Defensa establezca como su tarea principal el desarrollo de la infraestructura militar en el sur y el este del país, donde los conflictos son más probables.
Además, parece lógico el desarrollo de sistemas y unidades móviles que permitan a Moscú reaccionar ante las amenazas repentinas, al reforzar de manera rápida las tropas en la zona de conflicto y defender los intereses de Rusia en el extranjero.
En resultado, los actuales programas militares rusos combinan todas las tendencias anunciadas. Queda esperar que la estrategia del desarrollo de las Fuerzas Armadas rusas sea correcta y se base en las amenazas reales. Rusia pagará un precio muy alto por sus posibles errores estratégicos.
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