En la ciudad promocionan un amistoso de polo
En Londres promocionan amistoso de polo
BAE en Londres, enviado especial
A pocos días del 30° aniversario de la guerra de Malvinas y pese a la escalada verbal de los últimos meses entre los gobiernos de Argentina y Gran Bretaña, la disputa por la soberanía de las islas no figura en la agenda de los medios de comunicación londinenses ni se debate entre sus habitantes. Así lo pudo comprobar BAE durante el fin de semana en la capital inglesa, donde los principales temas de conversación son las Olimpíadas, la crisis económica europea y la ocupación de Afganistán por parte de la OTAN.
El desinterés del hombre y la mujer de a pie por Malvinas en Londres contrastan notoriamente con la importancia que le asignó al asunto el primer ministro David Cameron en lo que va de 2012, mientras la Unasur y el Mercosur decidían apoyar con mayor firmeza el reclamo argentino contra la ocupación británica del archipiélago del Atlántico Sur, bajo dominio de la Corona por la fuerza desde 1833. De una docena de transeúntes consultados por BAE en distintos barrios de esta ciudad, ninguno se mostró demasiado interesado en el tema ni dejó entrever animadversión por la Argentina a raíz del reclamo o de la guerra emprendida por la dictadura militar en 1982.
Las charlas surgieron antes de un seminario organizado por la Foreign Office (Cancillería) para periodistas latinoamericanos especializados en economía, que comienza hoy y que incluirá reuniones con financistas y funcionarios de alto rango. El encuentro estaba previsto para esta fecha por razones de agenda, pero coincide con el aniversario de la guerra y el renovado ímpetu del reclamo argentino de soberanía.
Lejos de haberse instalado un clima “antiargentino” por la efeméride o por la acusación de “colonialista” que dedicó Cameron a la presidenta Cristina Kirchner por haber insistido ante la ONU con el reclamo, los pasillos del tube (subterráneo) londinense están plagados de afiches que invitan a un amistoso de polo que disputarán aquí Inglaterra y Argentina la semana próxima bajo el título de “Gaucho International”.
Con la gente, a diferencia de lo que ocurre en Malvinas con los periodistas y turistas argentinos, el trato siempre es muy amable. “Yo estoy de acuerdo con su reclamo. Hay mucho prejuicio y algo de racismo en las políticas del gobierno respecto de las colonias. Acá se ve como extraño al irlandés por católico, al afgano por árabe y antes al indio también”, protestó Shah, un vendedor callejero paquistaní de la feria de Notting Hill.
En otros estratos sociales, Malvinas tampoco es un issue de relevancia. “No queremos una guerra con ustedes, muchachos”, rió en la estación de trenes de Euston un estudiante de clase media llamado Hugh. “Ninguna guerra en el extranjero tendría apoyo aquí en este momento. Salvo quizás si la iniciara la otra parte, pero Malvinas además está muy lejos geográficamente, y Cameron no es Thatcher”, agregó.
Para Adam, un músico callejero de 50 años de Camden Town, “no hay ninguna ventaja económica en tener las Malvinas sino más bien algo sentimental, porque el Imperio tenía un montón de colonias y ahora no quiere dejar ir las últimas”. Adam apenas sabe de las riquezas petroleras e ictícolas de Malvinas, pero cree que “no tiene sentido gastar todo ese dinero en mantener las tropas y los barcos allá lejos, cuando acá están recortando las pensiones”.
Si bien los diarios no hablan de Malvinas, hoy el London Evening Standard aportó un dato interesante para decodificar la posición de Washington, que públicamente propone “que ambas partes hallen una solución”. En una entrevista con ese vespertino, el embajador estadounidense en Londres, Louis Susman, dijo que “ante una crisis de cualquier tipo, la primera llamada que haría (el presidente Barack) Obama sería a (el premier británico, David) Cameron”.
BAE
En Londres promocionan amistoso de polo
BAE en Londres, enviado especial
A pocos días del 30° aniversario de la guerra de Malvinas y pese a la escalada verbal de los últimos meses entre los gobiernos de Argentina y Gran Bretaña, la disputa por la soberanía de las islas no figura en la agenda de los medios de comunicación londinenses ni se debate entre sus habitantes. Así lo pudo comprobar BAE durante el fin de semana en la capital inglesa, donde los principales temas de conversación son las Olimpíadas, la crisis económica europea y la ocupación de Afganistán por parte de la OTAN.
El desinterés del hombre y la mujer de a pie por Malvinas en Londres contrastan notoriamente con la importancia que le asignó al asunto el primer ministro David Cameron en lo que va de 2012, mientras la Unasur y el Mercosur decidían apoyar con mayor firmeza el reclamo argentino contra la ocupación británica del archipiélago del Atlántico Sur, bajo dominio de la Corona por la fuerza desde 1833. De una docena de transeúntes consultados por BAE en distintos barrios de esta ciudad, ninguno se mostró demasiado interesado en el tema ni dejó entrever animadversión por la Argentina a raíz del reclamo o de la guerra emprendida por la dictadura militar en 1982.
Las charlas surgieron antes de un seminario organizado por la Foreign Office (Cancillería) para periodistas latinoamericanos especializados en economía, que comienza hoy y que incluirá reuniones con financistas y funcionarios de alto rango. El encuentro estaba previsto para esta fecha por razones de agenda, pero coincide con el aniversario de la guerra y el renovado ímpetu del reclamo argentino de soberanía.
Lejos de haberse instalado un clima “antiargentino” por la efeméride o por la acusación de “colonialista” que dedicó Cameron a la presidenta Cristina Kirchner por haber insistido ante la ONU con el reclamo, los pasillos del tube (subterráneo) londinense están plagados de afiches que invitan a un amistoso de polo que disputarán aquí Inglaterra y Argentina la semana próxima bajo el título de “Gaucho International”.
Con la gente, a diferencia de lo que ocurre en Malvinas con los periodistas y turistas argentinos, el trato siempre es muy amable. “Yo estoy de acuerdo con su reclamo. Hay mucho prejuicio y algo de racismo en las políticas del gobierno respecto de las colonias. Acá se ve como extraño al irlandés por católico, al afgano por árabe y antes al indio también”, protestó Shah, un vendedor callejero paquistaní de la feria de Notting Hill.
En otros estratos sociales, Malvinas tampoco es un issue de relevancia. “No queremos una guerra con ustedes, muchachos”, rió en la estación de trenes de Euston un estudiante de clase media llamado Hugh. “Ninguna guerra en el extranjero tendría apoyo aquí en este momento. Salvo quizás si la iniciara la otra parte, pero Malvinas además está muy lejos geográficamente, y Cameron no es Thatcher”, agregó.
Para Adam, un músico callejero de 50 años de Camden Town, “no hay ninguna ventaja económica en tener las Malvinas sino más bien algo sentimental, porque el Imperio tenía un montón de colonias y ahora no quiere dejar ir las últimas”. Adam apenas sabe de las riquezas petroleras e ictícolas de Malvinas, pero cree que “no tiene sentido gastar todo ese dinero en mantener las tropas y los barcos allá lejos, cuando acá están recortando las pensiones”.
Si bien los diarios no hablan de Malvinas, hoy el London Evening Standard aportó un dato interesante para decodificar la posición de Washington, que públicamente propone “que ambas partes hallen una solución”. En una entrevista con ese vespertino, el embajador estadounidense en Londres, Louis Susman, dijo que “ante una crisis de cualquier tipo, la primera llamada que haría (el presidente Barack) Obama sería a (el premier británico, David) Cameron”.
BAE
