Las Mujeres en la Escuela de SubOficiales del ECh.

http://www.lanacion.cl/prontus_noticias/site/artic/20061112/pags/20061112211401.html


La campaña final de los soldados dragoneantes de la Escuela de Suboficiales del Ejército
Pelotón de mujeres

Adrenalina, rigor, disciplina. Estas son las palabras que definen a los soldados dragoneantes de la Escuela de Suboficiales del Ejército que el viernes terminaron una agotadora campaña de diez días. 80 de ellas son mujeres, la segunda generación que ingresa a la carrera de armas. Tienen carácter, son de temer y no se amilanan con la presencia masculina.

La Nación
Dalia Rojas


-Soldado ¿Y su fusil? Vaya a buscarlo. Pero en punta y codo, ordena la teniente Daniela Gómez a una joven dragoneante de la Escuela de Suboficiales del Ejército, que sin dudarlo repta por el suelo hasta alcanzar el arma. Regresa. -Todo en orden, mi teniente.

-Siga en lo que estaba entonces.

La joven, de no más de 20 años, viste uniforme de camuflaje, una trenza corta -obligatoria- y un gorro militar. Tiene cara de sueño y las manos llenas de picadas de insectos. A unos cuantos metros están sus 80 compañeras a quienes deberá cuidar el sueño. Son apenas las 02:00 AM.

Las soldados duermen en estrechas y poco cómodas carpas levantadas en un claro de un bosque donde los zancudos se dan un verdadero festín. La campaña dura diez días. Estamos en Pichicuy y ésta es la empresa que pone fin al primer año de los soldados dragoneantes de la Escuela de Suboficiales del Ejército.

“Me gusta la adrenalina, siempre quise ser militar”, responden cuando uno les pregunta por qué. Por qué las armas, los bototos que hieren los pies, y un uniforme que hace insoportable el calor del verano y el frío del invierno. Y sólo es posible entenderlo cuando se es parte de ese mundo, y se embarca con ellas. Aunque sea por un día.

La extenuante jornada comienza cerca de las 5 de la mañana y culmina cerca de las 2:00 AM. No hay descanso, sí mucho sueño.

Es de noche. Y los cuatro batallones en que se dividen los cerca de 800 alumnos becados de la Escuela de Suboficiales están en trincheras y centros de observación. Con visores infrarrojos para la noche, y la indumentaria necesaria –que incluye camuflaje- tienen que describir la situación del enemigo: posición, acciones en el campamento adversario, número y otras cosas útiles al momento del combate. Lo importante es hacerlo sin hacer ruidos.

No es juego

Es de día, y una ciudad destrozada por los bombardeos está llena de francotiradores solapados, agazapados y camuflados. Hay que entrar al pueblo. Mi grupo está compuesto por cuatro personas -dos de ellas mujeres- quienes revisan con las manos que no haya explosivos o detonadores en la puerta de una construcción de dos pisos a la que vamos a entrar. Antes de pasar por el dintel, de una lluvia de balas, una me da en la rodilla. Dolor: Agudo, intenso, que se intensifica con las granadas de humo y no deja respirar. Me retiro. Alcancé a disparar cuatro o cinco veces.

Si los proyectiles no fueran de pintura, me habría quedado sin pierna. Y sin grupo. Al final, el comandante tiene tinta en el pecho, la cabeza, las piernas. Habría durado menos de 10 minutos. El resto del grupo no está mucho mejor. Pero todas están extasiadas. “¿Le diste a alguno? ¿ Dónde estaban? ¡En la iglesia, al frente!, ¿no lo viste?”. Las risas y el festejo no dan tregua. Y no puedo negarlo: es fascinante.

Hoy no hay balas, es sólo estrategia. Las soldados deben informar qué ocurre con el enemigo, y aplicar técnicas de ayuda a heridos. Son unas cuantas hectáreas en las que se van a encontrar con una serie de experiencias que con suma dedicación el capitán Roberto Ovalle -camuflado, igual que ellos- ha preparado para los más jóvenes. Los alumnos llevan tenidas de camuflaje realizadas con sus propias manos. Corren, se arrastran, con mochilas, cantimploras y armas en mano.

“¡Mi pierna, mi pierna!”. Se escuchan los gritos y alaridos de alguien. Al llegar al lugar, hay sangre, pedazos de tripas y la ausencia de media pierna de un soldado que despavorido grita en lo que se supone fue el campo de batalla.

Un grupo de cuatro mujeres soldados llega.

-Torniquete- dice una de ellas, mientras le sostienen los brazos y sus compañeras tratan de hacer lo mejor.

- No, no hay que entablillar, un torniquete, presiona, se va a desangrar, presiona la herida.

- ¡Mi piernaaaaaa! grita el soldado, que si hubiera estado herido de verdad habría terminado peor de como lo encontraron. Y bueno, echando a perder se aprende.

Pero la cosa deja de ser juego para mí. Ellas y ellos se lo toman en serio, y es posible captarlo en el polígono de tiro, donde con fusiles SIG entrenan la puntería. Son 10 carriles, en cada uno de ellos se simulan pequeñas trincheras.

Me pasan un fusil y al poco rato pruebo con una ametralladora, que se usa para simular el ruido de un conflicto de verdad. Es sólo ruido, son balas de fogueo, grandes balas de fogueo. Cuando estamos en lo mejor, un sonido sordo. El silencio. La persona que debe levantar el blanco en el carril uno no lo levanta. No se oye nada. “¿Qué onda?”, le pregunto al que sostiene la corrida de balas de la ametralladora. “Puede estar muerto”, me responde. “¡Yiaaaaa!” Me burlo, hasta que me doy cuenta de que el fusil SIG tenía balas de verdad. No, no era un juego. Y no sería la primera vez que hay un accidente, me explican. Trago saliva. Y miro hacia el foso del carril uno: quien está adentro no responde. Trago saliva. De repente el silencio se rompe y vemos salir en buenas condiciones al soldado ausente. ¡La radio estaba mala, por eso no respondía!, dice alguien. Alivio. Parece juego, pero esta cosa es seria. De verdad seria. Y a ellas les gusta.

Ellas

Es el segundo año que las mujeres entran en la escuela a hacer carrera de armas, son el 10 por ciento del total de los alumnos y pocos espacios están vetados para ellas: infantería y caballería blindada. Carla Morales lleva 9 meses. “Siempre me ha gustado la disciplina, el rigor, el Ejército. Lo principal es la adrenalina”, dice una de las que participa a la par con sus compañeros hombres.

“Las mujeres son a veces más lentas, pero sin duda tienen mejor disciplina. En las mujeres la deserción es muy baja, me atrevería a decir que es de uno a diez, comparativamente. Tienen más resistencia, los hombres son más inmaduros. Este año hemos tenido solo dos bajas voluntarias. La mujer tienen alto estándar en calificaciones, en la parte intelectual. Decae en la parte física, por la conformación del cuerpo. En unos pocos años más vamos a poder ver de manera fehaciente cómo se van a desempeñar”, dice el mayor y comandante del primer batallón.

Armas de combate no pueden usar porque van en primera línea, y la moral de un equipo se ve mucho más afectada por la pérdida de una mujer que la de un hombre. Además el equipo es de casi 40 kilos, y por la estructura física no tienen la capacidad de correr y combatir con ése equipo. Aún así “nos hemos sorprendido con las mujeres, tienen una fortaleza y una capacidad que desconocíamos. No hay ninguna diferencia con respecto al hombre. Su presencia nos ha permitido abrir la mente, porque el pensamiento femenino es distinto. Las mujeres son más racionales y eso se conjuga con la forma de pensar de los hombres, esto permite tener un nivel de concentración distinto, se potencian mutuamente y a eso hay que sacarle ventaja”, agrega el mayor.

LN
 

Yamamoto

Forista Perseguido
Montero dijo:
Se la nota maquillada a la muchacha.

Estan obligadas a maquillarse todas las mañanas, es parte de su presentación personal. Los que no se afeitan se maquillan. :rolleyes:

Como lema de regimiento: "Todo lo que se mueve, se saluda, y lo que no se mueve, se pinta."

Cosmeticos saludos :D
 
Alguien tiene la foto de mi Teniente Chamorro?
la que hizo estragos en varios foros tiempo atras?

yo con ella voy a donde sea...
 
Yamamoto dijo:
Estan obligadas a maquillarse todas las mañanas, es parte de su presentación personal. Los que no se afeitan se maquillan. :rolleyes:

Como lema de regimiento: "Todo lo que se mueve, se saluda, y lo que no se mueve, se pinta."

Cosmeticos saludos :D

Guarda Yamamoto que esas nenas maquilladas te pueden hacer una segunda sonrrisa con el corbo...jajaja:D


Saludos.
 

jedi-knigth

Colaborador Flankeriano
Colaborador
Yamamoto dijo:
Estan obligadas a maquillarse todas las mañanas, es parte de su presentación personal. Los que no se afeitan se maquillan. :rolleyes:

Como lema de regimiento: "Todo lo que se mueve, se saluda, y lo que no se mueve, se pinta."

Cosmeticos saludos :D
a pero si no se mueven no me interesan.:D
 
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