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Los medios de prensa en situaciones de crisis
Por el Capitán Angel Octavio Peluffo
La operación había comenzado hacía doce horas y el Subteniente Pérez regresaba con su jeep a su puesto comando, luego de haber recorrido la extensa zona en la cual había desplegado a su gente. Hasta entonces, no había sucedido nada fuera de lo planificado; pero él sabía que tal equilibrio podía cambiar de un momento a otro. Muchos interrogantes lo rondaban, aunque ninguno lo preparaba para lo que estaba a punto de enfrentar. Sin embargo, y esto no lo había previsto, al salir de la última curva, observó a un grupo de individuos que se encontraba en proximidades de su puesto comando. Al llegar, detuvo el jeep, se desabrochó el cinturón de seguridad y bajó del vehículo. Fue en ese momento cuando el grupo desvió su atención hacia el joven subteniente y se le acercó con un ímpetu inesperado. Uno de ellos, casi enarbolando lo que parecía ser una radio de bolsillo y hablando al mismo tiempo, dijo: "Buenos días, José González para Radio América, ¿Qué nos puede decir sobre lo que está pasando?" Entonces, el joven integrante del Ejército se sintió sobrepasado. Nada de lo que había estudiado lo había preparado para esto. Se suponía que los jefes de regimiento eran los que debían tratar con los periodistas, y sobre todo durante las elecciones. Antes de contestar, dudó: "¿Qué debo responder a esta pregunta?"
Puede afirmarse que, en muchos aspectos, los medios de comunicación son el nexo efectivo que, a través de la información certera y veraz, une a las Fuerzas Armadas y a la sociedad en general. Reconociendo, pues, el valor de esta herramienta y utilizándola de manera efectiva, podemos promover una imagen positiva de nuestra Fuerza.
Como integrantes del Ejército, debemos prepararnos, en consecuencia, para estar en capacidad de enfrentar a los representantes de estos medios y expresar conceptos cabales y certeros, aun cuando estemos en el campo de combate.
A través de los medios de comunicación, podemos promover una imagen positiva de la Fuerza.
Al respecto, debe tenerse en cuenta, que la mayoría de los periodistas, por no mantener una estrecha relación con las Fuerzas Armadas, desconoce el sistema, las funciones, las estrategias necesarias que imponen sus objetivos, así como también, el lenguaje militar propio y adecuado para este tipo de mensajes. Es por ello que, al concederles una entrevista o responder a sus requerimientos, podemos, con paciencia y a través de conceptos precisos, ubicarlos convenientemente en el tema tratado, guardando las formas de pensamiento y de lenguaje propias de la Institución.
Normas a tener en cuenta durante una entrevista
La condición básica a considerar, pues, cuando debamos dialogar con representantes de los medios en una situación de crisis es que la misión está primero. Ello implica, entonces, que, si el accionar de tal misión lo requiere, debe negarse la entrevista. Y en el caso de que se concediese, se deberá tener en cuenta siempre el momento oportuno y la duración conveniente de dicha entrevista.
Por ello, cuando los medios ingresan en un área de conflicto, los periodistas deberán ser controlados en una oficina central. Ese será el lugar preciso para recabar los datos personales, y solicitar las credenciales o los documentos probatorios de su pertenencia a un determinado medio de comunicación. Cumplido satisfactoriamente dicho trámite, los periodistas recibirán las identificaciones o credenciales correspondientes, que deberán llevar expuestas y fácilmente visibles en todo momento.
Las identificaciones revisten tal importancia que, incluso si los periodistas estuviesen acompañados por un oficial de comunicación institucional, el elemento entrevistado, antes de conceder la nota, deberá controlarlas, de manera tal de asegurase la procedencia y de estar en capacidad de corroborar sus propias acciones ante el comando superior.
Como dijimos, generalmente un oficial de comunicación institucional acompañará a los periodistas y presentará al personal que será entrevistado. Como recomendación práctica, cabe señalar que si uno decide aceptar la entrevista, lo primero que deberá hacer es recordar las características propias de este tipo de divulgación informativa. Con seguridad, el oficial de comunicación institucional le indicará al personal a entrevistar qué es lo que los periodistas desean saber, al tiempo que le recordará las órdenes especiales emitidas al respecto y le advertirá sobre lo atinente a su seguridad operacional, además de otros asuntos relacionados con la situación.
Como entrevistado, deberá, por tanto, estar sólidamente preparado para hablar sobre su misión y describir los alcances de su participación en dicha operación. Recordará, también, que la formalidad de su vestimenta -uniforme completo y prolijo- es un aspecto a tener en cuenta cuando se presente ante los medios de comunicación, ya que el mínimo detalle será utilizado para valorar positiva o negativamente al Ejército.
Al respecto, es bueno advertir lo siguiente: si el entrevistador se presenta sin la compañía de un oficial de comunicación institucional, recuerde controlar sus credenciales. Asimismo, no olvide lo ya consignado: su misión está primero. Por ello, si interfiere en su acción, adviértale, educada pero firmemente, que usted tiene, ante todo, una misión que cumplir.
Téngalo en cuenta: ni usted ni sus hombres pueden detener a los reporteros o retener sus notas, grabaciones, etc. Nunca trate de tomar ni confiscar las cámaras.
Los periodistas siempre buscarán hablar primero con quien esté a cargo de la misión, y luego tratarán de recabar datos a través de otro personal. En consecuencia, y dada la complejidad de estas situaciones, deben existir órdenes claras, impartidas oportunamente, a sus subalternos.
Cómo reaccionar durante la entrevista
· Antes de iniciar la entrevista, establezca sus condiciones y advierta si el periodista las acepta. Tome contacto con el representante y fije el tiempo de que usted dispone para esa actividad. Cinco a diez minutos es lo preferible y adecuado.
· Recuérdele que usted no puede discutir ni ofrecer datos acerca de operaciones futuras o de su actual operación, así como tampoco de otros aspectos que puedan hacer peligrar la seguridad de sus hombres o la de los mismos periodistas.
· Nunca acceda a realizar una entrevista "off the record". Siempre asuma que está frente a un micrófono encendido y que todo lo que usted diga está siendo grabado.
· Generalmente, usted puede decir su nombre, grado, unidad y ubicación. Sin embargo, habrá circunstancias en las que solamente deberá proporcionar su nombre.
· En cuanto a la seguridad de la operación, y a favor de ello, evite proporcionar información sobre su unidad. Un ejemplo concreto se advierte en el fracaso que tuvo un equipo de fuerzas especiales de los EE.UU. en las costas de Somalía, merced a las respuestas obtenidas por los periodistas, quienes, con estrategias puntuales, lograron averiguar la ubicación y el momento en que se iba a realizar la operación.
· En sus respuestas, utilice conceptos generales. Por ejemplo, en lugar de decir: "Tengo 36 hombres en mi sección", diga: "Tengo una sección de infantería estándar".
· Si es presionado para proveer más información, continúe expresándose a través de los mencionados conceptos.
· Nunca cite fechas específicas ni hable sobre operaciones futuras o reglas de empeñamiento.
· Otra frase típica que se utiliza con demasiada frecuencia es: "Eso es clasificado". Pregúntese si realmente es clasificado. Por ejemplo, si su unidad tiene un equipamiento que se encuentra a la vista de todo el mundo, probablemente no sea clasificado. Si usted está seguro de que hay algo clasificado, diga que "no puede referirse al tema por razones de seguridad".
Antes de contestar a la pregunta periodística, tómese un tiempo para pensar su respuesta.
· Si durante la entrevista usted ofrece un dato clave que no debía expresar, manténgase calmo. Adviértale al reportero que lo que acaba de decirle no debería ser utilizado como información, ya que existen razones de seguridad que así lo aconsejan. Inmediatamente terminada la entrevista, informe de todo lo sucedido a su comando superior. Es sabido que los periodistas acceden a no publicar información "sensible", ya que, si lo hacen, quedan excluidos del área y, probablemente, también corra la misma suerte el medio al que pertenecen. Recuerde que, para ellos, resulta fundamental mantener el flujo de información.
· Nunca le mienta a un reportero. Su personalidad se verá afectada y perderá la credibilidad.
· Si no sabe la respuesta, expréselo de manera directa, no se sienta mal por decir "no lo sé".
· No especule ni conteste preguntas hipotéticas.
· Nunca diga "sin comentarios". Si usted responde de esa manera, surge de inmediato la hipótesis de que oculta algo.
· Si no posee información sobre algo, diga simplemente: "No poseo información al respecto".
Durante una entrevista, no revele fechas específicas ni hable sobre operaciones futuras o reglas de empeñamiento.
· El tono de la entrevista debe ser distendido, sin que por ello usted se muestre cuidadosamente alerta.
· No mire a las cámaras cuando responda. Observe fijamente al reportero y llámelo por su nombre cada vez que le dirige la palabra. De esta manera, personalizará la respuesta hacia ese determinado periodista y la respuesta no quedará diluida entre los millones de televidentes.
· Antes de responder, tómese un tiempo para pensar su respuesta.
· Formule los conceptos de manera tal que aquellos que no tengan instrucción militar también puedan comprender cabalmente su mensaje.
· Hable pausada y claramente.
· Cuando la entrevista haya finalizado, culmine su mensaje con un concepto positivo. Utilice esta oportunidad para aclarar algo que crea que no fue convenientemente expuesto.
· En caso de que el reportero le pregunte si tiene usted algo que agregar, evite esa expresión que es ya un desvalorizado lugar común: "Saludos a mi mamá que vive en ...".
· Recuerde que los medios de prensa siempre consiguen su noticia. Nosotros tenemos dos opciones: ayudarlos a "conseguir" esa noticia de modo que la Institución se beneficie con las respuestas, o bien, ignorar a los periodistas y atenernos a las nefastas consecuencias que tal actitud conlleva.
Willy
Los medios de prensa en situaciones de crisis
Por el Capitán Angel Octavio Peluffo
La operación había comenzado hacía doce horas y el Subteniente Pérez regresaba con su jeep a su puesto comando, luego de haber recorrido la extensa zona en la cual había desplegado a su gente. Hasta entonces, no había sucedido nada fuera de lo planificado; pero él sabía que tal equilibrio podía cambiar de un momento a otro. Muchos interrogantes lo rondaban, aunque ninguno lo preparaba para lo que estaba a punto de enfrentar. Sin embargo, y esto no lo había previsto, al salir de la última curva, observó a un grupo de individuos que se encontraba en proximidades de su puesto comando. Al llegar, detuvo el jeep, se desabrochó el cinturón de seguridad y bajó del vehículo. Fue en ese momento cuando el grupo desvió su atención hacia el joven subteniente y se le acercó con un ímpetu inesperado. Uno de ellos, casi enarbolando lo que parecía ser una radio de bolsillo y hablando al mismo tiempo, dijo: "Buenos días, José González para Radio América, ¿Qué nos puede decir sobre lo que está pasando?" Entonces, el joven integrante del Ejército se sintió sobrepasado. Nada de lo que había estudiado lo había preparado para esto. Se suponía que los jefes de regimiento eran los que debían tratar con los periodistas, y sobre todo durante las elecciones. Antes de contestar, dudó: "¿Qué debo responder a esta pregunta?"
Puede afirmarse que, en muchos aspectos, los medios de comunicación son el nexo efectivo que, a través de la información certera y veraz, une a las Fuerzas Armadas y a la sociedad en general. Reconociendo, pues, el valor de esta herramienta y utilizándola de manera efectiva, podemos promover una imagen positiva de nuestra Fuerza.
Como integrantes del Ejército, debemos prepararnos, en consecuencia, para estar en capacidad de enfrentar a los representantes de estos medios y expresar conceptos cabales y certeros, aun cuando estemos en el campo de combate.
A través de los medios de comunicación, podemos promover una imagen positiva de la Fuerza.
Al respecto, debe tenerse en cuenta, que la mayoría de los periodistas, por no mantener una estrecha relación con las Fuerzas Armadas, desconoce el sistema, las funciones, las estrategias necesarias que imponen sus objetivos, así como también, el lenguaje militar propio y adecuado para este tipo de mensajes. Es por ello que, al concederles una entrevista o responder a sus requerimientos, podemos, con paciencia y a través de conceptos precisos, ubicarlos convenientemente en el tema tratado, guardando las formas de pensamiento y de lenguaje propias de la Institución.
Normas a tener en cuenta durante una entrevista
La condición básica a considerar, pues, cuando debamos dialogar con representantes de los medios en una situación de crisis es que la misión está primero. Ello implica, entonces, que, si el accionar de tal misión lo requiere, debe negarse la entrevista. Y en el caso de que se concediese, se deberá tener en cuenta siempre el momento oportuno y la duración conveniente de dicha entrevista.
Por ello, cuando los medios ingresan en un área de conflicto, los periodistas deberán ser controlados en una oficina central. Ese será el lugar preciso para recabar los datos personales, y solicitar las credenciales o los documentos probatorios de su pertenencia a un determinado medio de comunicación. Cumplido satisfactoriamente dicho trámite, los periodistas recibirán las identificaciones o credenciales correspondientes, que deberán llevar expuestas y fácilmente visibles en todo momento.
Las identificaciones revisten tal importancia que, incluso si los periodistas estuviesen acompañados por un oficial de comunicación institucional, el elemento entrevistado, antes de conceder la nota, deberá controlarlas, de manera tal de asegurase la procedencia y de estar en capacidad de corroborar sus propias acciones ante el comando superior.
Como dijimos, generalmente un oficial de comunicación institucional acompañará a los periodistas y presentará al personal que será entrevistado. Como recomendación práctica, cabe señalar que si uno decide aceptar la entrevista, lo primero que deberá hacer es recordar las características propias de este tipo de divulgación informativa. Con seguridad, el oficial de comunicación institucional le indicará al personal a entrevistar qué es lo que los periodistas desean saber, al tiempo que le recordará las órdenes especiales emitidas al respecto y le advertirá sobre lo atinente a su seguridad operacional, además de otros asuntos relacionados con la situación.
Como entrevistado, deberá, por tanto, estar sólidamente preparado para hablar sobre su misión y describir los alcances de su participación en dicha operación. Recordará, también, que la formalidad de su vestimenta -uniforme completo y prolijo- es un aspecto a tener en cuenta cuando se presente ante los medios de comunicación, ya que el mínimo detalle será utilizado para valorar positiva o negativamente al Ejército.
Al respecto, es bueno advertir lo siguiente: si el entrevistador se presenta sin la compañía de un oficial de comunicación institucional, recuerde controlar sus credenciales. Asimismo, no olvide lo ya consignado: su misión está primero. Por ello, si interfiere en su acción, adviértale, educada pero firmemente, que usted tiene, ante todo, una misión que cumplir.
Téngalo en cuenta: ni usted ni sus hombres pueden detener a los reporteros o retener sus notas, grabaciones, etc. Nunca trate de tomar ni confiscar las cámaras.
Los periodistas siempre buscarán hablar primero con quien esté a cargo de la misión, y luego tratarán de recabar datos a través de otro personal. En consecuencia, y dada la complejidad de estas situaciones, deben existir órdenes claras, impartidas oportunamente, a sus subalternos.
Cómo reaccionar durante la entrevista
· Antes de iniciar la entrevista, establezca sus condiciones y advierta si el periodista las acepta. Tome contacto con el representante y fije el tiempo de que usted dispone para esa actividad. Cinco a diez minutos es lo preferible y adecuado.
· Recuérdele que usted no puede discutir ni ofrecer datos acerca de operaciones futuras o de su actual operación, así como tampoco de otros aspectos que puedan hacer peligrar la seguridad de sus hombres o la de los mismos periodistas.
· Nunca acceda a realizar una entrevista "off the record". Siempre asuma que está frente a un micrófono encendido y que todo lo que usted diga está siendo grabado.
· Generalmente, usted puede decir su nombre, grado, unidad y ubicación. Sin embargo, habrá circunstancias en las que solamente deberá proporcionar su nombre.
· En cuanto a la seguridad de la operación, y a favor de ello, evite proporcionar información sobre su unidad. Un ejemplo concreto se advierte en el fracaso que tuvo un equipo de fuerzas especiales de los EE.UU. en las costas de Somalía, merced a las respuestas obtenidas por los periodistas, quienes, con estrategias puntuales, lograron averiguar la ubicación y el momento en que se iba a realizar la operación.
· En sus respuestas, utilice conceptos generales. Por ejemplo, en lugar de decir: "Tengo 36 hombres en mi sección", diga: "Tengo una sección de infantería estándar".
· Si es presionado para proveer más información, continúe expresándose a través de los mencionados conceptos.
· Nunca cite fechas específicas ni hable sobre operaciones futuras o reglas de empeñamiento.
· Otra frase típica que se utiliza con demasiada frecuencia es: "Eso es clasificado". Pregúntese si realmente es clasificado. Por ejemplo, si su unidad tiene un equipamiento que se encuentra a la vista de todo el mundo, probablemente no sea clasificado. Si usted está seguro de que hay algo clasificado, diga que "no puede referirse al tema por razones de seguridad".
Antes de contestar a la pregunta periodística, tómese un tiempo para pensar su respuesta.
· Si durante la entrevista usted ofrece un dato clave que no debía expresar, manténgase calmo. Adviértale al reportero que lo que acaba de decirle no debería ser utilizado como información, ya que existen razones de seguridad que así lo aconsejan. Inmediatamente terminada la entrevista, informe de todo lo sucedido a su comando superior. Es sabido que los periodistas acceden a no publicar información "sensible", ya que, si lo hacen, quedan excluidos del área y, probablemente, también corra la misma suerte el medio al que pertenecen. Recuerde que, para ellos, resulta fundamental mantener el flujo de información.
· Nunca le mienta a un reportero. Su personalidad se verá afectada y perderá la credibilidad.
· Si no sabe la respuesta, expréselo de manera directa, no se sienta mal por decir "no lo sé".
· No especule ni conteste preguntas hipotéticas.
· Nunca diga "sin comentarios". Si usted responde de esa manera, surge de inmediato la hipótesis de que oculta algo.
· Si no posee información sobre algo, diga simplemente: "No poseo información al respecto".
Durante una entrevista, no revele fechas específicas ni hable sobre operaciones futuras o reglas de empeñamiento.
· El tono de la entrevista debe ser distendido, sin que por ello usted se muestre cuidadosamente alerta.
· No mire a las cámaras cuando responda. Observe fijamente al reportero y llámelo por su nombre cada vez que le dirige la palabra. De esta manera, personalizará la respuesta hacia ese determinado periodista y la respuesta no quedará diluida entre los millones de televidentes.
· Antes de responder, tómese un tiempo para pensar su respuesta.
· Formule los conceptos de manera tal que aquellos que no tengan instrucción militar también puedan comprender cabalmente su mensaje.
· Hable pausada y claramente.
· Cuando la entrevista haya finalizado, culmine su mensaje con un concepto positivo. Utilice esta oportunidad para aclarar algo que crea que no fue convenientemente expuesto.
· En caso de que el reportero le pregunte si tiene usted algo que agregar, evite esa expresión que es ya un desvalorizado lugar común: "Saludos a mi mamá que vive en ...".
· Recuerde que los medios de prensa siempre consiguen su noticia. Nosotros tenemos dos opciones: ayudarlos a "conseguir" esa noticia de modo que la Institución se beneficie con las respuestas, o bien, ignorar a los periodistas y atenernos a las nefastas consecuencias que tal actitud conlleva.
Willy