Flakhelfer, 1943...
Pensando en el thread del horrendo bombardeo sobre Dresden, me interesé por tratar de contar algo respecto a cómo se intentaba de contrarestar los bombardeos aliados en Alemania por aquella época; así que busqué un poco en la biblioteca de casa y encontré este artículo de la revista de historia militar Serga, en la que se relatan las vivencias de Ernst Bruns, un jóven soldado de la Defensa Antiaérea de la Luftwaffe, quien sirvió como ayudante de pieza de 88mm en las cercanías de Hamburg durante los bombardeos de 1943-44. Es un relato corto, pero sin embargo no deja de ser interesante ya que refleja un poco el bajísimo nivel de preparación con el que los nuevos reclutas eran enviados a combatir hacia finales de la guerra, y lo jóvenes que eran al momento de luchar. Cómo se las arreglaban en inferioridad de condiciones y cómo manejaban los cañones antiaéreos.
En fín, espero les guste:
Guerra Total
En 1943, cuando Goebbels declaró la "guerra total", las autoridades alemanas tuvieron la idea de sacar a clases enteras de alumnos de las escuelas, y la de Ernst Bruns fue una de las primeras en ser reclutadas. El tenía 15 años, al igual que la mayoria de sus compañeros, y recuerda el gran alboroto que se organizó en su clase. Muchos no sabian exactamente que es lo que de ellos se esperaba. Muchos gritaron y se alegraron de poder, por fin, participar en la guerra, aunque nadie tenía ni idea de a donde irían. A Ernst Bruns se le dijo que iría destinado a la artillería antiaérea, a los Fliegerabwehrkanone.
Insignia de la Defensa Antiaérea de la Luftwaffe...
El entrenamiento duró seis semanas, e inmediatamente se dieron cuenta de que ellos estaban sustituyendo a chicos mayores que iban a ser enviados al frente. Su unidad fué mantenida en principio en torno a su pueblo natal, donde se les apodaba los Flakhelfer (ayudantes de Flak). En la práctica, aunque no oficialmente, ellos ya eran militares.
Bruns afirma que, a pesar de la época en que vivían, tampoco se pensaba mucho en la guerra. El, al igual que muchos jóvenes alemanes, había pertenecido a la Hitlerjügend (Juventud Hitleriana) desde los diez años, y estaban acostumbrados a la vida militar. Cumplían con su deber y no se preocupaban de mucho más.
Baterías Antiaéreas
La batería estaba situada cerca de Hamburg, a unos 15 kilómetros al este de la ciudad. El entrenamiento consistió en un periodo de manejo de armas individuales, y luego se les introdujo directamente a los cañones antiaéreos de 88 milímetros. El entrenamiento se llevó a cabo directamente en la batería operativa, mezclándolo con la acción real. Se les informó poco del manejo del cañón en general, y Bruns fué entrenado solamente en una posición, el giro lateral del arma. El se sentaba delante del dial y tenía que alinear una flecha con aquella establecida en el mismo. Cuando ambas coincidían, el cañón estaba apuntando según los datos suministrados por las estaciones de aviso, y posteriormente, por las estaciones de radar.
Posición de Bruns en el cañon de 88mm...
El grupo de entrenamiento estaba formado por entre 25 y 30 jóvenes, que eran asignados a diferentes piezas. Los Flakhelfer no podían ocupar ciertas posiciones, como la de cargador, que requerían una fuerza física que niños de 15 años no tenían. Debído a su corta edad, compaginaban aún su entrenamiento militar con la escuela, incluso dando clase en el mismo emplazamiento de la batería. Todos los días, a las 8:00am, debían estar en sus posiciones. A veces, cuando había alarmas nocturnas, las clases eran suspendidas a petición del jefe de pieza para dar descanso a la tropa.
Barracas de los artilleros...
Aunque eran muchachos de 15 y 16 años, se les exigía tanto como a los más mayores, pero recuerda que los oficiales al mando tenían un buen cuidado de sus "chicos" y les ayudaban bastante, aunque exigían, como en cualquier otro ejército, una obediencia ciega a las órdenes. Las clases se daban en barracones próximos a las piezas, Bruns recuerda cómo, cuando sonaba la alarma durante la clase, todo el mundo chillaba alegremente y salían corriendo a ocupar sus posiciones de combate.
Dotación del 88mm...
Los componentes que servían una pieza eran ocho, incluyendo un cabo que se desempeñaba como jefe de pieza. Los puestos principales eran para el soldado que controlaba la elevación, el que controlaba el movimiento lateral, el responsable de la munición y puesto a punto de las espoletas, y el cargador. La espoleta de cada disparo era establecida de acuerdo a los datos facilitados por los telémetros ópticos o electrónicos. Los otros tres soldados actuaban como ayudantes para colocar y transportar la munición. Durante todo su servício militar, un Flakhelfer raramente cambiaba de posición en la pieza, como le ocurrió a Bruns.
Sólo había una dotación de sirvientes por pieza, y estaban en alerta las 24 horas del día. Podían disfrutar de dos días de permiso cada dos semanas. Una vez que sonaba una alarma, disponían de 4 minutos para ocupar sus posiciones, pero se podía esperar durante horas y horas antes de ver algúna acción. Siempre había una guardia de 24 horas en cada pieza, rotándose para ello los servidores de la misma. Por la noche los cañones estaban desatendidos, pero había patrullas nocturnas que se movían por toda la batería. Se disponía una cocina propia, con lo cual nunca faltaban las tres comidas calientes diarias.
Descanso entre bombardeo y bombardeo...
Todas las piezas disparaban al mismo tiempo una vez recibida la orden de fuego desde el centro de control. En 1944, la unidad constaba de tres baterías de seis piezas cada una, reforzadas desde las doce originales. En su pieza, la caña del cañón nunca fué cambiada, aunque recuerda incidentes en que, tras una prolongada campaña de bombardeo de una semana, uno de los cañones explotó y otro se dobló un poco. La presición no era un factor importante, los cañones disparaban en salvas a una cierta altitud y eso era todo. A principios de 1943, su batería intentó disparar por la noche a un avión ubicado por los reflectores, pero solamente podían disparar a estima.
Instantánea de la pieza que reventó tras un disparo...
Ese año, comenzaron los ataques diurnos de los B-17 estadounidenses, pero los artilleros no podían verlos, volaban muy alto. Se les disparaba a un punto estimado de su trayectoria con todas las piezas, una vez pasado ese punto, quedaban fuera del alcance. Había cañones de mayor calíbre, pero estaban situados, principalmente, en el centro de Hamburg.
La cantidad de disparos que se efectuaban sobre un avión dependía de si éste volaba por encima de la pieza o a los lados. Cuando pasaban por encima, se le podían hacer entre 6 y 10 disparos, antes de que saliera de alcance. Bruns reconoce que eran bastante ineficaces y estima que, de unos 1.500 bombarderos que pasaron por su zona, solamente 45 pudieron ser abatidos.
La actuación de la caza nocturna alemana era totalmente independiente de la actuación de los Flak. Si los cazas entraban en la zona de Hamburg era su problema, y debían de cuidar de sí mismos, ya que la Flak no distinguía entre amigos y enemigos. A partir de 1943, los bombarderos de la RAF comenzaron a atacar de noche y volaban muy bajo. La batería de Bruns tomaron a varios de ellos con sus reflectores, pero aún en esas situaciones, nunca vieron a un caza nocturno seguir a la misma presa que la Flak.
Ernst Bruns, al igual que los otros Flakhelfer, no tenía ni idea de cómo estaba estructurada más ampliamente la defensa antiaérea, ni tampoco le interesaba saberlo, solamente sabía hacer su trabajo y ya está.
Hamburg en guerra
La vida en Hamburg cambió mucho durante el transcurso de la guerra. Desde el principio se instituyeron los cupones de racionamiento, y no hubo hambre en la ciudad hasta los primeros meses de 1945, cuando todo empezó a colapsarse. Desde 1939, el gimnasio de la escuela de Bruns fué usado como almacén de trigo. A partir de 1940, el carbón comenzó a ser más importante que las armas, y extraerlo más importante que ir a la escuela, así que, a partír de enero, los alumnos de la escuela tuvieron lo que ellos llamaban las "vacaciones del carbón". A finales de julio de 1943, las cosas se pusieron difíciles en la ciudad, ya que los bombarderos aliados atacaban noche tras noche, y la ciudad estaba permanentemente ardiendo. En total hubo unos 32.000 muertos y más de 400.000 personas perdieron sus casas. Toda el ala este de la ciudad, que eran los barrios residenciales, era una gran ruina. A partir de ése momento, la batería de Bruns no dejó de disparar ni una sola noche y muchas veces agotaron su munición.
Ernst Bruns sirvió como Flakhelfer desde febrero de 1943 hasta octubre de 1944, cuando fué llamado a engrosar las filas del ejército regular. Debido a que tenía educación en la escuela superior, fué cualificado para recibir entrenamiento como oficial, el cual duraba cuatro meses y medio, frente al periodo de entrenamiento de los soldados, que duraba seis semanas. El entrenamiento tuvo lugar en la ciudad de Verden. Como aspirante a oficial, pudo elegir el tipo de servício y escogió, naturalmente, artillería, pero en este caso la hipomóvil, ya que anteriormente había sido granjero y conocía los animales.
El 1 de abril de 1945, su grupo debía dirigirse a la Académia de Oficiales de Braunschweig. Una de las ciudades por las que tuvieron que pasar fué Hannover, que esa noche estaba siendo sometida a un fuerte bombardeo por parte de los aliados. El tren se detuvo a la entrada de la ciudad, en el extremo oeste, y debieron marchar a través de la bombardeada ciudad para poder tomar otro tren en el otro extremo. Mientras tranto, los oficiales fueron mandados a la línea del frente que no se encontraba muy lejos, en el río Weser. El grupo de Bruns vió alguna acción, ya que tuvo que combatir en algunas zonas, aunque no con su artillería, sino con sus fusiles y cohetes anti tanque. Muy pronto, fueron rodeados por los aliados y, la mayoria de su grupo, capturados. El, junto con dos amigos, decidieron evitar la captura y huyeron. Se ocultaron en el bosque y comenzaron un lento camino de vuelta a casa, a Hamburg.
Estuvieron más de dos semanas caminando por la noche, hasta que, cansados ya, lo hicieron también de día. El 26 de abril de 1945 fueron capturados por las tropas britanicas, lo cual, en opinión de Bruns, fué una suerte, ya que habían oído que los estadounidenses trataban a los prisioneros de guerra bastante peor que los británicos. Tras unos días, en lugares improvisados de detención, fueron llevados a un campamento permanente para prisioneros de guerra en Bélgica. Allí se les trató bastante bien, considerando que la guerra aún no había terminado y se tenía que alimentar en primer lugar a las tropas propias: "no era el Hilton ni el Hanoi Hilton tampoco, pero estaba bien".
Ernst Bruns vive en la actualidad con su familia en un pequeño pueblo de la Columbia Británica, en Canadá.
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Fuente: "Experiencias de Guerra: Recuerdo de un artillero antiaéreo alemán durante la Segunda Guerra Mundial". Por Wilhelm Ratuszynski. Revista Serga, Historia Militar del Siglo XX, Nro 13. páginas 55 - 63.
Saludos!!!
Pensando en el thread del horrendo bombardeo sobre Dresden, me interesé por tratar de contar algo respecto a cómo se intentaba de contrarestar los bombardeos aliados en Alemania por aquella época; así que busqué un poco en la biblioteca de casa y encontré este artículo de la revista de historia militar Serga, en la que se relatan las vivencias de Ernst Bruns, un jóven soldado de la Defensa Antiaérea de la Luftwaffe, quien sirvió como ayudante de pieza de 88mm en las cercanías de Hamburg durante los bombardeos de 1943-44. Es un relato corto, pero sin embargo no deja de ser interesante ya que refleja un poco el bajísimo nivel de preparación con el que los nuevos reclutas eran enviados a combatir hacia finales de la guerra, y lo jóvenes que eran al momento de luchar. Cómo se las arreglaban en inferioridad de condiciones y cómo manejaban los cañones antiaéreos.
En fín, espero les guste:
Guerra Total
En 1943, cuando Goebbels declaró la "guerra total", las autoridades alemanas tuvieron la idea de sacar a clases enteras de alumnos de las escuelas, y la de Ernst Bruns fue una de las primeras en ser reclutadas. El tenía 15 años, al igual que la mayoria de sus compañeros, y recuerda el gran alboroto que se organizó en su clase. Muchos no sabian exactamente que es lo que de ellos se esperaba. Muchos gritaron y se alegraron de poder, por fin, participar en la guerra, aunque nadie tenía ni idea de a donde irían. A Ernst Bruns se le dijo que iría destinado a la artillería antiaérea, a los Fliegerabwehrkanone.
Insignia de la Defensa Antiaérea de la Luftwaffe...
El entrenamiento duró seis semanas, e inmediatamente se dieron cuenta de que ellos estaban sustituyendo a chicos mayores que iban a ser enviados al frente. Su unidad fué mantenida en principio en torno a su pueblo natal, donde se les apodaba los Flakhelfer (ayudantes de Flak). En la práctica, aunque no oficialmente, ellos ya eran militares.
Bruns afirma que, a pesar de la época en que vivían, tampoco se pensaba mucho en la guerra. El, al igual que muchos jóvenes alemanes, había pertenecido a la Hitlerjügend (Juventud Hitleriana) desde los diez años, y estaban acostumbrados a la vida militar. Cumplían con su deber y no se preocupaban de mucho más.
Baterías Antiaéreas
La batería estaba situada cerca de Hamburg, a unos 15 kilómetros al este de la ciudad. El entrenamiento consistió en un periodo de manejo de armas individuales, y luego se les introdujo directamente a los cañones antiaéreos de 88 milímetros. El entrenamiento se llevó a cabo directamente en la batería operativa, mezclándolo con la acción real. Se les informó poco del manejo del cañón en general, y Bruns fué entrenado solamente en una posición, el giro lateral del arma. El se sentaba delante del dial y tenía que alinear una flecha con aquella establecida en el mismo. Cuando ambas coincidían, el cañón estaba apuntando según los datos suministrados por las estaciones de aviso, y posteriormente, por las estaciones de radar.
Posición de Bruns en el cañon de 88mm...
El grupo de entrenamiento estaba formado por entre 25 y 30 jóvenes, que eran asignados a diferentes piezas. Los Flakhelfer no podían ocupar ciertas posiciones, como la de cargador, que requerían una fuerza física que niños de 15 años no tenían. Debído a su corta edad, compaginaban aún su entrenamiento militar con la escuela, incluso dando clase en el mismo emplazamiento de la batería. Todos los días, a las 8:00am, debían estar en sus posiciones. A veces, cuando había alarmas nocturnas, las clases eran suspendidas a petición del jefe de pieza para dar descanso a la tropa.
Barracas de los artilleros...
Aunque eran muchachos de 15 y 16 años, se les exigía tanto como a los más mayores, pero recuerda que los oficiales al mando tenían un buen cuidado de sus "chicos" y les ayudaban bastante, aunque exigían, como en cualquier otro ejército, una obediencia ciega a las órdenes. Las clases se daban en barracones próximos a las piezas, Bruns recuerda cómo, cuando sonaba la alarma durante la clase, todo el mundo chillaba alegremente y salían corriendo a ocupar sus posiciones de combate.
Dotación del 88mm...
Los componentes que servían una pieza eran ocho, incluyendo un cabo que se desempeñaba como jefe de pieza. Los puestos principales eran para el soldado que controlaba la elevación, el que controlaba el movimiento lateral, el responsable de la munición y puesto a punto de las espoletas, y el cargador. La espoleta de cada disparo era establecida de acuerdo a los datos facilitados por los telémetros ópticos o electrónicos. Los otros tres soldados actuaban como ayudantes para colocar y transportar la munición. Durante todo su servício militar, un Flakhelfer raramente cambiaba de posición en la pieza, como le ocurrió a Bruns.
Sólo había una dotación de sirvientes por pieza, y estaban en alerta las 24 horas del día. Podían disfrutar de dos días de permiso cada dos semanas. Una vez que sonaba una alarma, disponían de 4 minutos para ocupar sus posiciones, pero se podía esperar durante horas y horas antes de ver algúna acción. Siempre había una guardia de 24 horas en cada pieza, rotándose para ello los servidores de la misma. Por la noche los cañones estaban desatendidos, pero había patrullas nocturnas que se movían por toda la batería. Se disponía una cocina propia, con lo cual nunca faltaban las tres comidas calientes diarias.
Descanso entre bombardeo y bombardeo...
Todas las piezas disparaban al mismo tiempo una vez recibida la orden de fuego desde el centro de control. En 1944, la unidad constaba de tres baterías de seis piezas cada una, reforzadas desde las doce originales. En su pieza, la caña del cañón nunca fué cambiada, aunque recuerda incidentes en que, tras una prolongada campaña de bombardeo de una semana, uno de los cañones explotó y otro se dobló un poco. La presición no era un factor importante, los cañones disparaban en salvas a una cierta altitud y eso era todo. A principios de 1943, su batería intentó disparar por la noche a un avión ubicado por los reflectores, pero solamente podían disparar a estima.
Instantánea de la pieza que reventó tras un disparo...
Ese año, comenzaron los ataques diurnos de los B-17 estadounidenses, pero los artilleros no podían verlos, volaban muy alto. Se les disparaba a un punto estimado de su trayectoria con todas las piezas, una vez pasado ese punto, quedaban fuera del alcance. Había cañones de mayor calíbre, pero estaban situados, principalmente, en el centro de Hamburg.
La cantidad de disparos que se efectuaban sobre un avión dependía de si éste volaba por encima de la pieza o a los lados. Cuando pasaban por encima, se le podían hacer entre 6 y 10 disparos, antes de que saliera de alcance. Bruns reconoce que eran bastante ineficaces y estima que, de unos 1.500 bombarderos que pasaron por su zona, solamente 45 pudieron ser abatidos.
La actuación de la caza nocturna alemana era totalmente independiente de la actuación de los Flak. Si los cazas entraban en la zona de Hamburg era su problema, y debían de cuidar de sí mismos, ya que la Flak no distinguía entre amigos y enemigos. A partir de 1943, los bombarderos de la RAF comenzaron a atacar de noche y volaban muy bajo. La batería de Bruns tomaron a varios de ellos con sus reflectores, pero aún en esas situaciones, nunca vieron a un caza nocturno seguir a la misma presa que la Flak.
Ernst Bruns, al igual que los otros Flakhelfer, no tenía ni idea de cómo estaba estructurada más ampliamente la defensa antiaérea, ni tampoco le interesaba saberlo, solamente sabía hacer su trabajo y ya está.
Hamburg en guerra
La vida en Hamburg cambió mucho durante el transcurso de la guerra. Desde el principio se instituyeron los cupones de racionamiento, y no hubo hambre en la ciudad hasta los primeros meses de 1945, cuando todo empezó a colapsarse. Desde 1939, el gimnasio de la escuela de Bruns fué usado como almacén de trigo. A partir de 1940, el carbón comenzó a ser más importante que las armas, y extraerlo más importante que ir a la escuela, así que, a partír de enero, los alumnos de la escuela tuvieron lo que ellos llamaban las "vacaciones del carbón". A finales de julio de 1943, las cosas se pusieron difíciles en la ciudad, ya que los bombarderos aliados atacaban noche tras noche, y la ciudad estaba permanentemente ardiendo. En total hubo unos 32.000 muertos y más de 400.000 personas perdieron sus casas. Toda el ala este de la ciudad, que eran los barrios residenciales, era una gran ruina. A partir de ése momento, la batería de Bruns no dejó de disparar ni una sola noche y muchas veces agotaron su munición.
Ernst Bruns sirvió como Flakhelfer desde febrero de 1943 hasta octubre de 1944, cuando fué llamado a engrosar las filas del ejército regular. Debido a que tenía educación en la escuela superior, fué cualificado para recibir entrenamiento como oficial, el cual duraba cuatro meses y medio, frente al periodo de entrenamiento de los soldados, que duraba seis semanas. El entrenamiento tuvo lugar en la ciudad de Verden. Como aspirante a oficial, pudo elegir el tipo de servício y escogió, naturalmente, artillería, pero en este caso la hipomóvil, ya que anteriormente había sido granjero y conocía los animales.
El 1 de abril de 1945, su grupo debía dirigirse a la Académia de Oficiales de Braunschweig. Una de las ciudades por las que tuvieron que pasar fué Hannover, que esa noche estaba siendo sometida a un fuerte bombardeo por parte de los aliados. El tren se detuvo a la entrada de la ciudad, en el extremo oeste, y debieron marchar a través de la bombardeada ciudad para poder tomar otro tren en el otro extremo. Mientras tranto, los oficiales fueron mandados a la línea del frente que no se encontraba muy lejos, en el río Weser. El grupo de Bruns vió alguna acción, ya que tuvo que combatir en algunas zonas, aunque no con su artillería, sino con sus fusiles y cohetes anti tanque. Muy pronto, fueron rodeados por los aliados y, la mayoria de su grupo, capturados. El, junto con dos amigos, decidieron evitar la captura y huyeron. Se ocultaron en el bosque y comenzaron un lento camino de vuelta a casa, a Hamburg.
Estuvieron más de dos semanas caminando por la noche, hasta que, cansados ya, lo hicieron también de día. El 26 de abril de 1945 fueron capturados por las tropas britanicas, lo cual, en opinión de Bruns, fué una suerte, ya que habían oído que los estadounidenses trataban a los prisioneros de guerra bastante peor que los británicos. Tras unos días, en lugares improvisados de detención, fueron llevados a un campamento permanente para prisioneros de guerra en Bélgica. Allí se les trató bastante bien, considerando que la guerra aún no había terminado y se tenía que alimentar en primer lugar a las tropas propias: "no era el Hilton ni el Hanoi Hilton tampoco, pero estaba bien".
Ernst Bruns vive en la actualidad con su familia en un pequeño pueblo de la Columbia Británica, en Canadá.
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Fuente: "Experiencias de Guerra: Recuerdo de un artillero antiaéreo alemán durante la Segunda Guerra Mundial". Por Wilhelm Ratuszynski. Revista Serga, Historia Militar del Siglo XX, Nro 13. páginas 55 - 63.
Saludos!!!