Liberados tres generales mexicanos acusados de nexos con el narcotráfico
El general Tomás Ángeles, también acusado de vínculos con el crimen organizado, fue liberado en abril de este año
Uno de los últimos golpes contra el narcotráfico del expresidente Felipe Calderón resultó ser definitivamente un fiasco la madrugada del viernes. La liberación de tres altos mandos militares acusados de vínculos con el cártel de los Beltrán Leyva supone el golpe definitivo a la Operación Limpieza, que ya había quedado en evidencia el pasado mes de abril. Entonces, la fiscalía reconoció que no había pruebas contra el general Tomás Ángeles Dauahare, el militar de más alto rango acusado de narcotráfico en México, que pasó 11 meses en prisión.
Los tres generales Roberto Dawe González, Ricardo Escorcia Vargas y Rubén Pérez Ramírez y el teniente coronel Silvio Hernández Soto salieron libres la madrugada del viernes. Llevaban en prisión más de un año, desde su detención en plena campaña electoral para los comicios presidenciales de México. El mayor Iván Reyna Muñoz, que también ha quedado libre de los cargos de nexos con el narco, deberá permanecer en la cárcel, ya que sigue acusado de extorsión.
Las acusaciones contra los militares se basaban en informaciones de testigos protegidos, una figura impulsada por la Administración de Calderón para servirse de antiguos colaboradores de cárteles. Uno de ellos era Jennifer, apodo del abogado Roberto López Nájera. Sus acusaciones falsas contra el general Tomás Ángeles pusieron en duda la credibilidad del resto de informantes, casi 400 en el sexenio del PAN.
Escorcia Vargas fue subjefe de Administración y Logística del Estado Mayor a principios del sexenio de Calderón. El cargo era uno de los 12 puestos más importantes en el organigrama de Defensa. Este general retirado se vio salpicado por un escándalo en 2007, una época en la que comandaba la 24 Zona Militar. Militares y agentes de la Policía Federal Preventiva permitieron el aterrizaje de un avión cargado de cocaína procedente de Suramérica en el Estado de Morelos (centro del país). La tripulación y la droga desaparecieron de un avión monitoreado por la Agencia antidrogas de EE UU (DEA). Escorcia Vargas fue separado y degradado, pero finalmente salió limpio y fue enviado al Estado de Sinaloa (oeste) como jefe de la Tercera Región Militar. Dos meses después solicitó un año sabático.
Tras ser liberado, el general Tomás Ángeles, se mostró optimista en una entrevista con EL PAÍS acerca del mandato de Enrique Peña Nieto: "Hay que apoyar al presidente en su estrategia contra la violencia. Debe pasar algún tiempo para que se vean resultados".
elpais.es
El general Tomás Ángeles, también acusado de vínculos con el crimen organizado, fue liberado en abril de este año
Uno de los últimos golpes contra el narcotráfico del expresidente Felipe Calderón resultó ser definitivamente un fiasco la madrugada del viernes. La liberación de tres altos mandos militares acusados de vínculos con el cártel de los Beltrán Leyva supone el golpe definitivo a la Operación Limpieza, que ya había quedado en evidencia el pasado mes de abril. Entonces, la fiscalía reconoció que no había pruebas contra el general Tomás Ángeles Dauahare, el militar de más alto rango acusado de narcotráfico en México, que pasó 11 meses en prisión.
Los tres generales Roberto Dawe González, Ricardo Escorcia Vargas y Rubén Pérez Ramírez y el teniente coronel Silvio Hernández Soto salieron libres la madrugada del viernes. Llevaban en prisión más de un año, desde su detención en plena campaña electoral para los comicios presidenciales de México. El mayor Iván Reyna Muñoz, que también ha quedado libre de los cargos de nexos con el narco, deberá permanecer en la cárcel, ya que sigue acusado de extorsión.
Las acusaciones contra los militares se basaban en informaciones de testigos protegidos, una figura impulsada por la Administración de Calderón para servirse de antiguos colaboradores de cárteles. Uno de ellos era Jennifer, apodo del abogado Roberto López Nájera. Sus acusaciones falsas contra el general Tomás Ángeles pusieron en duda la credibilidad del resto de informantes, casi 400 en el sexenio del PAN.
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La detención de los altos cargos militares supuso un golpe devastador para el Ejército mexicano y generó un debate sobre la influencia del crimen organizado en las Fuerzas Armadas. Los detenidos tenían un papel destacado en la lucha antidrogas. No en vano, la guerra contra el narco iniciada por Calderón en 2007 tenía en los militares a sus aliados clave. Tomás Ángeles, retirado en el momento de su detención, participó en 1997 en la detención de Jesús Gutiérrez Rebollo, zar antidrogas que en realidad trabajaba para Armando Carrillo Fuentes, conocido como el Señor de los Cielos. El general Dawe, por su parte, dirigió una división del Ejército en el Estado de Colima, en el Pacífico, una ruta clave en el tráfico de drogas, y fue representante de la PGR (Procuraduría General de la República) en el Estado de Chihuahua, fronterizo con EE UU y con graves problemas de inseguridad.Escorcia Vargas fue subjefe de Administración y Logística del Estado Mayor a principios del sexenio de Calderón. El cargo era uno de los 12 puestos más importantes en el organigrama de Defensa. Este general retirado se vio salpicado por un escándalo en 2007, una época en la que comandaba la 24 Zona Militar. Militares y agentes de la Policía Federal Preventiva permitieron el aterrizaje de un avión cargado de cocaína procedente de Suramérica en el Estado de Morelos (centro del país). La tripulación y la droga desaparecieron de un avión monitoreado por la Agencia antidrogas de EE UU (DEA). Escorcia Vargas fue separado y degradado, pero finalmente salió limpio y fue enviado al Estado de Sinaloa (oeste) como jefe de la Tercera Región Militar. Dos meses después solicitó un año sabático.
Tras ser liberado, el general Tomás Ángeles, se mostró optimista en una entrevista con EL PAÍS acerca del mandato de Enrique Peña Nieto: "Hay que apoyar al presidente en su estrategia contra la violencia. Debe pasar algún tiempo para que se vean resultados".
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