Comparto este articulo, en donde se analiza como se ha ido concretando un
diseño del ECh que nace hace 15 años, para que se conozca un poco a que
responde la transformacion del ECh, su reinvencion y como esto ha permitido
llegar al momento actual.
saludos.
diseño del ECh que nace hace 15 años, para que se conozca un poco a que
responde la transformacion del ECh, su reinvencion y como esto ha permitido
llegar al momento actual.
Modernización del Ejército: un caso para mirar
Manuel José Pau
Profesor U Adolfo Ibáñez
Hace precisamente 15 años, el 21 de agosto de 1992, el entonces Comandante en Jefe del Ejército, Augusto Pinochet, dictaba la clase magistral “Ejército de Chile: Trayectoria y Futuro” con ocasión del inicio de las festividades del mes del Ejército. Exponía entonces, por primera vez, su visión sobre la necesidad de la institución castrense de "conformar una fuerza militar adecuada a los tiempos”.
Así, se daba inicio al más ambicioso plan de modernización castrense de las últimas décadas y que sería conocido como “Plan Alcázar” a partir del año 1994.
La difícil transición a la democracia y ciertos momentos que aún permanecen en la memoria colectiva –los llamados “pinocheques” o los “ejercicios de enlace” por mencionar algunos–, producían resquemores frente al plan de modernización anunciado. Se temía un “amarre” a sus sucesores, una forma de influir en el Ejército una vez que dejara el mando. Sin embargo, los analistas consideraban el plan antes mencionado un intento serio, profesional, necesario y despolitizado del avance de la institución hacia los nuevos tiempos.
Se planteaba una exhaustiva revisión de toda la institución: definir el rol que le correspondería a la industria militar, la profundización de relaciones con otros ejércitos, establecer revisiones al sistema de salud y al polémico sistema presupuestario y de adquisiciones, definir el rol de la mujer y de la conscripción, la profesionalización de los soldados, etc. No era una reforma pequeña la que se proyectaba. Todos estos cambios necesitaban apoyarse en nuevas estructuras y maneras de pensar dentro del Ejército. Implicaban el perfeccionamiento del sistema de gestión y de las necesidades de recursos humanos, precisar actividades y verificar cargos, adecuar la organización territorial y la estructura institucional, la implementación y adquisición de nuevas tecnologías y el perfeccionamiento de las personas en el ámbito extra-institucional, a nivel universitario y a nivel técnico-profesional.
Más aun, se proyectaba un Ejército inmerso en la sociedad, participativo del quehacer nacional y respetuoso de los valores democráticos. ¿Sería esto posible?
La envergadura de la visión que se planteaba y la deteriorada imagen de Pinochet hacían difícil avanzar efectivamente en las líneas que se habían trazado. Por eso, el trabajo de Pinochet en esta materia se centró en transmitir dicha visión a sus subordinados y preparar el camino para la transformación que vendría.
Los Comandantes en Jefe que han sucedido a Pinochet han hecho suya la misión de transformación, llevándolo al campo de la implementación de manera acertada, estudiando la realidad de la institución, generando las discusiones que corresponden en cada nivel, formando a su gente, informando oportuna y adecuadamente a la institución y apoyándose en la fuerte cohesión que produce la estructura jerárquica militar. En definitiva, graduando un trabajo complejo, que se proyecta hasta el Bicentenario de la República, en el año 2010.
Mientras al General (r) Ricardo Izurieta se le reconocen los avances por la estructuración orgánica del proyecto, el saneamiento de las finanzas castrenses y las reformas educativas, al General (r) Juan Emilio Cheyre se le ha destacado su labor de desmarcar a la institución de la temática de los Derechos Humanos, que culminaron en el comentado “Nunca más” de noviembre de 2004 y el Seminario de Derechos Humanos realizado en la Escuela Militar en diciembre del mismo año. Asimismo, se le reconocen importantes labores internas al implementar muchos de los proyectos pendientes, continuar con el orden financiero impuesto y concluir la reestructuración y reducción de batallones y unidades existentes.
De esta manera, hoy nos encontramos con un Ejército más moderno y despolitizado, que ha profesionalizado sus funciones y su gente, que ha implementado tecnologías de punta en sus procedimientos, que ha logrado insertarse con éxito en campañas de ayuda internacional y en ejercicios conjuntos con otros Ejércitos, pero que, por sobre todo, se encuentra inmerso en la sociedad y cumple las funciones que le corresponden. Esto no quiere decir que el proceso ha terminado.
Deudas pendientes son las discusiones sobre servicio militar voluntario, la ley del cobre y financiamiento de las FF.AA., y el sistema de previsión de las mismas. Pero estas discusiones no se podrán llevar a cabo sin la relación que hoy existe con el mundo civil gracias al fructífero camino que se ha pavimentado.
Manuel José Pau
Profesor Centro de Liderazgo Estratégico
Universidad Adolfo Ibáñez
saludos.