El futuro del Ejército brasilero
El futuro del Ejército brasilero
Nov-20-09 - por Ignacio J. Osacar (Coordinador de la Comisión de Defensa del CENM)
La Estrategia Nacional de Defensa difundida a fines del 2008 expresa que el Ejército brasilero será reorganizado para el cumplimiento de su misión en tiempo de paz y de guerra dentro de los conceptos estratégicos de flexibilidad y elasticidad.
El concepto de flexibilidad contiene los requisitos de vigilancia, control y movilidad. Durante tiempo de paz flexibilidad significa versatilidad para substituir omnipresencia por la capacidad de asegurar presencia como resultado de la información recibida en forma oportuna. En la guerra esto exige dejar al enemigo en desequilibrio permanente, sorprendiéndolo mediante la alternancia de concentración y desconcentración de fuerzas, y el golpe audaz e inesperado.
Este concepto relativiza las diferencias entre el conflicto convencional y no convencional, capacitando a las fuerzas convencionales para desarrollar algunas de las capacidades propias de las fuerzas no convencionales. Se destaca que la inteligencia y la imaginación deben prevalecer por encima de la simple acumulación de medios y personal. Se rechaza la idea de considerar a la alta tecnología como alternativa al combate, sino que debe ser considerada como un refuerzo a la capacidad operacional.
La elasticidad impone la formación de una fuerza de reserva a movilizar cuando sea requerida, lo que hace necesario la integración de las Fuerzas Armadas dentro de la Nación, lo que se articula con el futuro del Servicio Militar Obligatorio y la Movilización Nacional. En caso de ser necesario, la multiplicación de los medios humanos y materiales de las Fuerzas Armadas, en su materialización más extrema, implica el empeño de la Nación toda en su propia defensa.
El Ejército activo es el mayor de America del Sur con unos 217.000 efectivos sobre un total de 342.000 de las Fuerzas Armadas. Se deben considerar adicionalmente a unos 385.000 efectivos clasificados como paramilitares (Policía Militar) bajo control operacional del Ejército. Las reservas instruidas se aproximaban a unos 1.340.000 de ciudadanos en 2007. Se destaca que para 2025 la población habrá crecido desde los actuales estimados 192 millones hasta los 217,5 millones, con más de un 85 % localizado en zonas urbanas, lo que crea la necesidad de reformulación de la organización del potencial humano.
Se introduce el concepto de que el Ejército constituye en su totalidad la vanguardia nacional, para lo cual se reorganizará la Brigada como módulo básico de combate de la fuerza terrestre. Las actuales Brigadas de Acción Estratégica Rápida (BAER) serán el mejor ejemplo del ideal de flexibilidad.
Sin seguir rígidamente el modelo de las BAER, las nuevas Brigadas deberán adecuarse a las características de los diferentes teatros de operaciones. Deberán contar básicamente con recursos humanos de elevada motivación y efectiva capacitación operacional, medios de comunicaciones y de observación que les permitan operar en red con las demás unidades del Ejército y conjuntamente con las otras Fuerzas, recibir información obtenida por medios aéreos y espaciales, contar con medios de movilidad, que les facilite desplazarse rápidamente entre teatros de operaciones o dentro de ellos, por tierra, agua y aire, además de disponer de recursos logísticos suficientes que permitan operar en forma independiente por varias semanas, en regiones aisladas e inhóspitas.
La Brigada deberá estar equipada con medios tecnológicos que abarcan desde radares portátiles y visores nocturnos hasta las formas más avanzadas de comunicaciones para las operaciones terrestres y el monitoreo espacial.
La movilidad debe orientar el diseño y evolución de los medios blindados, mecanizados y de la artillería, como así también se deben perfeccionar las tecnologías necesarias para incrementar la precisión en la ejecución del tiro.
Las unidades del Ejército en zonas de frontera, especialmente en la región amazónica, funcionaran como elementos avanzados de vigilancia y disuasión y las localizadas en los centros estratégicos industriales, políticos, tecnológicos y militares, asegurarán la capacidad de defensa antiaérea, sobre todo con artillería antiaérea contra blancos a mediana altitud.
Para la vigilancia y el control se incentivarán la investigación y desarrollo nacional, aunque admitiendo la participación selectiva de socios extranjeros. Estos proyectos incluyen vehículos lanzadores de satélites, satélites de orbita baja y alta - sobretodo geoestacionarios - sistemas de posicionamiento global, sensores aéreos y terrestres para obtener imágenes de alta resolución y la capacitación y el equipamiento cibernético necesario para asegurar las comunicaciones entre las plataformas aéreas y espaciales y las tropas terrestres.
La movilidad como parte del principio de flexibilidad requiere contar con vehículos de combate y transporte aéreos y terrestres, para lo cual se deberán replantear la relaciones entre la Armada y la Fuerza Aérea, tanto a nivel del planeamiento de los Estados Mayores como en el estrictamente operacional, para que todos actúen como una sola Fuerza.
La defensa de la región amazónica requiere la integración adaptada de medios para ese teatro de operaciones: la vigilancia espacial, aérea y terrestre, la transformación de la Brigada respecto a sus capacidades tecnológicas y operacionales, medios logísticos y aéreos para apoyar los elementos de frontera y la formación del combatiente individual con características de idoneidad y rusticidad necesarias para el combate en la selva. Se considera el imperativo para la asignación de fondos en forma regular, para afirmar el desarrollo sustentable en la región y la solución del conflicto generalizado por la posesión de la tierra y el estado de inseguridad jurídica en que se encuentra.
Debe ser prevista la situación de un conflicto armado contra fuerzas muy superiores de un país o de una coalición de países, que vulneren la soberanía brasilera sobre el Amazonía, en supuesto nombre de la Humanidad, lo que requerirá que el Ejército se multiplique, para librar una guerra asimétrica.
La preparación para ese tipo de guerra no solo consiste en evitar lo que se aprecia como una hipótesis remota -que Brasil quede envuelto en un conflicto armado de gran escala- sino también progresar en la elaboración de una doctrina militar definida y el adiestramiento en las capacitaciones operacionales respectivas. Si el Ejército domina los paradigmas de flexibilidad y elasticidad también podrá conjugar las acciones convencionales y no convencionales. La guerra asimétrica, en el marco de la guerra de resistencia nacional, es una posibilidad de esta doctrina.
La guerra de resistencia nacional requiere, que el pueblo de la Nación, esté identificado con la causa de la defensa; sumar las reservas movilizadas a los soldados regulares con perfil no convencional; que el soldado, además de su adiestramiento y rusticidad, tenga el atributo de la tenacidad; que se conserve la capacidad de comando y control y de apoyo logístico en condiciones adversas o extremas; y que se opere con máximo aprovechamiento de las características del terreno.
Para el logro de los objetivos de la END, puntualizados en forma amplia y conceptual, el Ejército será responsable de enormes exigencias, que son proporcionales a su magnitud de personal y medios, y que fundamentalmente implica cambios profundos, no solo desde la perspectiva de recursos científico-tecnológicos sino también desde la pauta impuesta para la formación de un nuevo tipo de ciudadano-combatiente.
Fuentes:
www.defesa.gov.br consultado 10-11-09
www.eclac.org 10-11-09
"Balance Militar de America del Sur" Nueva Mayoría, Buenos Aires, 2008
Notas relacionadas:
El futuro de la Armada brasilera (Oct-16-09)
El futuro de la Fuerza Aérea brasilera (Nov-10-09)
http://www.nuevamayoria.com/index.php?option=com_content&task=view&id=1951&Itemid=30