Noticias de Afganistán

El Gobierno afgano apoya un informe del Senado en Washington que pide extender
más allá del 1 de mayo la retirada de las tropas de EEUU.
 

Más de 500 vehículos estallaron en llamas en la frontera entre Afganistán e Irán después de que la tarde del sábado un camión cisterna explotara en la provincia afgana de Herat, en el oeste del país, cerca del puesto fronterizo de Eslam Qaleh, informa la agencia iraní IRNA.


Jalil Ahmad / Reuters
Según la agencia, la explosión, cuya causa aún se desconoce, dejó al menos 60 heridos y provocó un gran incendio que se extendió a cientos de camiones que transportaban gas natural y combustible. Por su parte, las autoridades afganas informaron de que al menos 17 heridos fueron trasladados a un hospital.


Jalil Ahmad / Reuters
El gobernador de Herat, Waheed Qatali, indicó que solicitó ayuda a las autoridades del país vecino para contener el incendio, que dañó la infraestructura eléctrica y dejó sin energía partes de la provincia. Las autoridades de Irán enviaron camiones de bomberos y ambulancias a través de la frontera.


Jalil Ahmad / Reuters
Por su parte, Younus Qazizada, director de la Cámara de Comercio e Industrias de Herat, señaló a la agencia Reuters que el incendio ha causado "más de 50 millones de dólares en daños".

 

Sebastian

Colaborador

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Un soldado australiano, que fue hallado muerto en el estacionamiento de un cuartel del Ejército en diciembre del año pasado, supuestamente planeaba divulgar información clasificada sobre presuntos crímenes de guerra del Grupo de Trabajo de Operaciones Especiales de Australia en Afganistán, informa The Sunday Telegraph, citando una fuente familiarizada con el asunto.

Según el reporte, el miembro de inteligencia estaba sosteniendo un disco duro que contenía información sobre el comportamiento de los militares australianos en Afganistán cuando encontraron su cuerpo. Los informes policiales establecieron que su muerte no era sospechosa, ya que aparentemente se había suicidado.

En noviembre, Paul Brereton, el inspector general de las Fuerzas de Defensa australianas, presentó un reporte especial de 465 páginas en el que concluyó que los integrantes del Grupo de Trabajo de Operaciones Especiales de Australia, que operó en la República Islámica entre 2005 y 2016, ejecutaron ilegalmente a 39 personas. Asimismo, el jefe de la Fuerza de Defensa de Australia (FDA), Angus Campbell, identificó a 25 militares vinculados a estos actos, a lo que se refirió como "posiblemente el episodio más vergonzoso en la historia militar de Australia".

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Sin embargo, la fuente del diario británico asegura que los datos almacenados en el disco duro podrían revelar lo que realmente sucedió en Afganistán.

"Se entiende que el oficial de inteligencia iba a hacer pública la información porque el reporte de Brereton es una cacería de brujas errónea y unilateral contra el Regimiento de Servicio Aéreo Especial para tratar de apaciguar a los afganos", agregó.

Asimismo, el informante considera que los datos del dispositivo "cambiarían mucho la postura pública y la opinión sobre lo que pasó en Afganistán", si se difundían después de las declaraciones de Brereton en noviembre de 2020.

En ese entonces, el primer ministro australiano, Scott Morrison, llamó al presidente afgano, Ashraf Ghani, para expresar su "más profundo pesar" por el descubrimiento. Por su parte, el general Campbell ofreció una conferencia de prensa para pedir disculpas al pueblo de Afganistán en nombre de las Fuerzas Armadas de su país y enfatizó que los datos del documento dañan "nuestra autoridad moral como fuerza militar".
 

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Y creo que al final la voy a pegar con mi pronostico para el 2022 ...
 
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El video que presuntamente muestra a una unidad del Servicio Aéreo Especial del Reino Unido (SAS, por sus siglas en inglés), que mató a cuatro miembros de una familia durante una misión en Afganistán, ha desaparecido en medio de una investigación sobre las presuntas "masacres" del escuadrón durante el conflicto militar, informa The Times.

Saifullah Yar tenía solo 19 años cuando su familia fue asesinada a tiros en una aldea afgana mientras se llevaba a cabo una redada del SAS en 2011. Cuando los investigadores militares británicos se trasladaron a Kabul en 2017 para investigar lo ocurrido, el joven declaró que durante el ataque fue esposado y alejado de su padre, hermano y dos primos. Luego, escuchó dos rondas de disparos, y cuando las fuerzas especiales se habían ido, sus familiares ya estaban muertos.

Aparentemente, las grabaciones de la incursión fueron captadas por el equipo de apoyo aéreo de EE.UU., pero según el periódico, las autoridades estadounidenses perdieron misteriosamente las imágenes y no pudieron proporcionarlas a un tribunal británico, que está llevando a cabo una revisión judicial de la redada ante la demanda de Saifullah.

"Amnesia colectiva"​


Según el reporte, no es la primera vez que la evidencia clave de ese ataque desaparece o se oculta intencionalmente. El viaje de los investigadores de la Real Policía Militar (RMP) a Kabul en 2017 fue una de sus últimas tareas en una indagación de tres años y medio sobre las acusaciones de crímenes de guerra contra la unidad SAS. Durante la visita, descubrieron que los operadores británicos manipularon informes de la misión para implicar a las fuerzas especiales afganas en asesinatos similares entre 2011 y 2013.

Los investigadores entrevistaron a 42 soldados quienes aseguraron que no podían recordar la misión. Los documentos legales sobre los que informó The Times indicaron que un juez calificó este caso de "amnesia colectiva". Las armas utilizadas en la redada en la aldea de Saifullah fueron destruidas el mismo año en que el RMP abrió su investigación.

"La última masacre"

Sin embargo, se han acumulado suficientes pruebas contra las tropas del SAS. La pesquisa encontró que para matar a las víctimas se emplearon balas británicas de 5,56 milímetros, en lugar de las municiones de 7,62 milímetros utilizadas por los comandos afganos.

Los primeros informes que siguieron a la redada de 2011 indicaron que la familia de Saifullah murió cuando intentaron alcanzar armas mientras el SAS registraba su propiedad. Pero estos reportes fueron recibidos con escepticismo por los altos mandos del Ejército del Reino Unido, quienes en una cadena de correos electrónicos describieron la redada como "la última masacre".

El Gobierno británico cerró la indagación a fines de 2017 sin procesar un solo caso. Con el SAS normalmente exento de la supervisión parlamentaria, los tribunales son ahora la esperanza de Saifullah para hacer justicia. "Nuestro cliente está buscando una nueva investigación sobre la muerte de sus seres queridos y quiere averiguar si sus decesos fueron parte de un patrón de asesinatos ilegales de civiles afganos", declaró su abogada, Tessa Gregory, a The Times.
 
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