Noticia de La Voz de Cádiz.
El octavo patrullero que encargó Venezuela a España se hará en Cádiz. Este buque forma parte del acuerdo suscrito en 2005 entre ambos gobiernos, mediante el cual se aprobaba la construcción en los astilleros de la Bahía de cuatro patrulleros oceánicos (POL) y de otros cuatro de vigilancia del litoral (BVL) para el Gobierno de Hugo Chávez. En total ocho naves que servirían para la protección de las costas de aquel país. Sin embargo, el segundo contrato recogía que el cuarto barco se haría en el astillero venezolano de Dianca mediante transferencia tecnológica. Es decir, ingenieros españoles serían los encargados de la coordinación de esta obra.
Durante los últimos meses, varios equipos de Navantia han visitado el astillero y de hecho hay una misión española destinada en Venezuela para la puesta en marcha del programa. Pero ha surgido un contratiempo importante que beneficia de lleno a España y, sobre todo, a las plantas gaditanas.
El muelle caribeño no tiene capacidad para sacar adelante el proyecto. Los responsables de la Armada venezolana le han transmitido esta situación al presidente Hugo Chávez, que, pese a los inconvenientes, se muestra partidario de mantener el programa en Dianca. Los militares insisten en terminar en España el programa con el fin de evitar retrasos.
Carga pendiente
Navantia ha desarrollado con éxito la construcción de los tres barcos de vigilancia del litoral que integran este contrato. Así, el astillero de San Fernando, donde se ha hecho estos barcos, ya ha entregado al gobierno venezolano el 'Caribe', 'Yavire' y 'Naiguatá'. La compañía naval espera ahora la resolución definitiva sobre el 'Tamanaco' que, según el acuerdo inicial, estaba prevista su construcción en Venezuela. Como dato significativo, aún no se ha empezado la obra de este barco y ya se han entregado los otros tres que integran el programa de los buques de vigilancia.
La intención de que este barco también se construya en Cádiz no es nueva.
En 2009, la Armada venezolana no descartó esta posibilidad ante el resultado satisfactorio que llevaba el programa. Desde principios de 2011 se han intensificado las conversaciones para cerrar el tema y preparar a los astilleros gaditanos para recibir esta carga extra de trabajo que significaría un año más de empleo para algo más de 400 personas.
Navantia ha invertido hasta hoy una importante suma de dinero para adecuar la construcción del buque en Venezuela, pero aun así,
las características del astillero hacen «imposible cumplir con los estándares de calidad de los otros tres buques».
Las tareas para las que está específicamente diseñado el BVL, de 80 metros de eslora, son la vigilancia de la costa venezolana, la asistencia sanitaria a otros buques, lucha contraincendios, control de contaminación marina, intervenciones rápidas o guerra electrónica.
Mientras tanto, el astillero de Puerto Real sigue con el programa de patrulleros oceánicos, también para Venezuela. La importancia que tiene la construcción en la Bahía del octavo buque venezolano radica en que vendría a cubrir la falta de carga de trabajo que habría desde el próximo verano hasta la puesta en marcha de los nuevos BAM contratados por la Armada española.
Venezuela vuelve al rescate de Navantia. La Voz Digital