Jefe del Ejército Uruguayo saltó ayer en paracaídas desde 1.200 metros
El comandante en jefe del Ejército, el teniente general Jorge Rosales, realizó ayer su primer salto de paracaidista del año 2008 junto a otros cien efectivos que desde mil doscientos metros de altura conmemoraron ayer el Día del Paracaidista Militar.
Descenso. El comandante se acerca al punto de aterrizaje.
Histórico. La primera mujer oficial paracaidista, Ana Lucas.
Aliento. Poco antes del salto, la tripulación.
Aprestos. El comandante se ajusta el casco en la Base Aérea Nº 1.
Felicitación. Rosales saluda a la oficial paracaidista tras el salto de ambos.
En el aire. El jefe del Ejército fue el primero en saltar
Desde tierra. La aeronave en pleno vuelo y su primer paracadista. El primero en saltar fue el comandante en jefe del Ejército, Jorge Rosales, quien además es jefe de salto en su especialidad de paracaidismo.
El primer vuelo, de un total de cinco, despegó ayer temprano a la mañana desde el Aeropuerto de Carrasco hasta el campo ubicado en ruta 7 km 46 de la ciudad de San Jacinto.
Realizar por lo menos una vez al año un salto es requisito fundamental para seguir activo en la especialidad que se imparte en el Centro de Instrucción de Paracaidistas del Ejército ubicado en la ciudad de Toledo y que ayer cumplió 32 años desde su creación.
Ayer se celebró el Día del Paracaidista Militar con lo que el Ejército realizó distintas actividades en las que la principal se centró en la ciudad de San Jacinto en donde cien efectivos militares entre los que se encontraban subalternos, tenientes y jefes militares se encontraron para realizar su salto anual.
El primer vuelo que partió del Aeropuerto de Carrasco trasladó hasta el lugar de aterrizaje para los paracaidistas -un campo militar ubicado en la Ruta 7 km 46 de la ciudad de San Jacinto- a catorce militares entre los que se destacaba la figura del comandante en jefe, Jorge Rosales, y la primera oficial mujer paracaidista, Ana Lucas.
Las condiciones climáticas acompañaron la jornada, fue una mañana sin vientos "especial para saltar" era lo que se escuchaba de forma reiterada por varios subalternos y oficiales que recorrían el extenso campo. Allí se instaló una pequeña base metereológica, se trasladó una ambulancia y se esperó el salto de casi cien efectivos.
Ser paracaidista militar requiere de un entrenamiento especial y luego que egresan el reglamento les obliga, para estar activos, por lo menos efectuar un salto anual; fue por eso que los festejos de ayer viernes son la excusa perfecta para que todos los paracaidistas militares puedan manifestar sus ganas de seguir manteniendo dicha especialidad y como ellos indican "seguir activos".
A eso se refirió el jefe de salto que es el propio comandante Rosales cuando expresó "la decisión de saltar" pero que el desempeño de su cargo no le permite muchas veces realizar este tipo de actividades. "Mi interés personal es mantener está especialidad, desde que la obtuve no la he perdido, por lo tanto, tengo que hacer lo posible para no perderla", dijo Rosales a los medios que estábamos presentes.
En Toledo funciona el Centro de Instrucción de Paracaidistas del Ejército y allí se imparten los cursos básicos de paracaidismo militar.
Esta unidad depende directamente del Comando del Ejército y forma parte del Batallón de Infantería Paracaidista Nº 14.
El tiempo de formación para ser paracaidista dentro de la órbita militar uruguaya es de dos semanas de entrenamiento en tierra. Luego, el recluta debe pasar por una segunda etapa donde el entrenamiento desde los aviones y el primer salto será fundamental.
"Es una técnica de transporte al campo de batalla y para poder graduarse cada individuo que ingresa al curso tiene que tener un mínimo de cuatro saltos. Esta especialidad es voluntaria dentro del Ejército y se caracteriza por ser abierta. Esto es, que incluye a todo el personal subalterno. Oficiales o tenientes pueden acceder, así como personal del resto de las fuerzas Aéreas y de la Armada Militar, explicó a LA REPUBLICA el Teniente Coronel Dorival Moraes.
Moraes también subrayó que a todos los individuos se los dota de la técnica de desplazamiento hacia el campo de batalla y todos son capacitados para actuar en cualquier parte del país así como para enfrentar situaciones de grandes despliegues como rescates de rehenes, actos terroristas entre otras.
La técnica que utiliza el paracaidista militar es la del salto común que a diferencia del libre se realiza de una altura de 1.000 a 1.200 metros, está el menor tiempo posible expuesto en el aire "ante la eventual acción de los adversarios" y la apertura del paracaída es manual. "Es un salto en el que uno está colgado poco tiempo", describió por su parte Jorge Rosales.
LA ADRENALINA DEL SALTO
Las condiciones de tiempo fueron excelentes para desarrollar ayer la actividad de paracaidismo. A la hora de los saltos que se iniciaron pasadas las 7.30 de la mañana -en total fueron 5 vuelos con 14 personas que saltaron en grupos de siete- no hubo viento y eso fue fundamental para que no surgiera ningún tipo de accidentes en el lugar a la hora de aterrizar.
Los primeros siete en caer lo hicieron con total éxito así como el resto del grupo que en estaba integrado por más de setenta paracaidistas.
El primero en saltar fue el comandante en jefe del Ejército y jefe de salto, Jorge Rosales; tras él la oficial y paracaidista Ana Lucas y luego el resto de los oficiales que integraron el primer grupo.
Como las posibilidades de salto son muy pocas, cada persona vive la jornada con mucha expectativa y nerviosismo.
Para Rosales "es una experiencia difícil de ser narrada" y expresa "hay que vivirla, pero sin duda es muy particular y muy disfrutable".
Por su parte, la oficial Ana Lucas, primera mujer que participa de esta actividad cuenta su experiencia como algo "inexplicable". "Existe nerviosismo, pero siempre estás nervioso así sea el primero, cuarto o lleves muchos saltos", expresó tras realizar haber realizado un buen salto. "Lo que a mí me gusta es ir y tirarme del avión; sentís esa adrenalina que no se siente en las otras actividades" a la vez que indica que la especialidad que se ubica dentro de la Fuerza que ella integra "abre puertas a otros caminos más profesionales" dentro de la carrera militar.
UN PREMIO MUNDIAL EN 2005
-En la historia del Ejército y desde que comenzó a practicarse el paracaidismo se han registrado cinco muertes debido a malos saltos.
-Los accidentes más comunes tienen que ver con las fracturas de pie y esguinces de tobillo.
-El paracaidismo militar sólo realiza saltos comunes. El salto se realiza a 1.000 o 1.200 metros de altura y la apertura del paracaídas es semi-automático.
Su exposición "libre" en el aire es muy corta y dura aproximadamente 5 segundos.
-En el año 2005 la unidad de paracaidistas del Batallón de Infantería Nº 5 fue Campeón Mundial en Estados Unidos en la categoría de saltos comunes.
El comandante en jefe del Ejército, el teniente general Jorge Rosales, realizó ayer su primer salto de paracaidista del año 2008 junto a otros cien efectivos que desde mil doscientos metros de altura conmemoraron ayer el Día del Paracaidista Militar.
Descenso. El comandante se acerca al punto de aterrizaje.
Histórico. La primera mujer oficial paracaidista, Ana Lucas.
Aliento. Poco antes del salto, la tripulación.
Aprestos. El comandante se ajusta el casco en la Base Aérea Nº 1.
Felicitación. Rosales saluda a la oficial paracaidista tras el salto de ambos.
En el aire. El jefe del Ejército fue el primero en saltar
Desde tierra. La aeronave en pleno vuelo y su primer paracadista. El primero en saltar fue el comandante en jefe del Ejército, Jorge Rosales, quien además es jefe de salto en su especialidad de paracaidismo.
El primer vuelo, de un total de cinco, despegó ayer temprano a la mañana desde el Aeropuerto de Carrasco hasta el campo ubicado en ruta 7 km 46 de la ciudad de San Jacinto.
Realizar por lo menos una vez al año un salto es requisito fundamental para seguir activo en la especialidad que se imparte en el Centro de Instrucción de Paracaidistas del Ejército ubicado en la ciudad de Toledo y que ayer cumplió 32 años desde su creación.
Ayer se celebró el Día del Paracaidista Militar con lo que el Ejército realizó distintas actividades en las que la principal se centró en la ciudad de San Jacinto en donde cien efectivos militares entre los que se encontraban subalternos, tenientes y jefes militares se encontraron para realizar su salto anual.
El primer vuelo que partió del Aeropuerto de Carrasco trasladó hasta el lugar de aterrizaje para los paracaidistas -un campo militar ubicado en la Ruta 7 km 46 de la ciudad de San Jacinto- a catorce militares entre los que se destacaba la figura del comandante en jefe, Jorge Rosales, y la primera oficial mujer paracaidista, Ana Lucas.
Las condiciones climáticas acompañaron la jornada, fue una mañana sin vientos "especial para saltar" era lo que se escuchaba de forma reiterada por varios subalternos y oficiales que recorrían el extenso campo. Allí se instaló una pequeña base metereológica, se trasladó una ambulancia y se esperó el salto de casi cien efectivos.
Ser paracaidista militar requiere de un entrenamiento especial y luego que egresan el reglamento les obliga, para estar activos, por lo menos efectuar un salto anual; fue por eso que los festejos de ayer viernes son la excusa perfecta para que todos los paracaidistas militares puedan manifestar sus ganas de seguir manteniendo dicha especialidad y como ellos indican "seguir activos".
A eso se refirió el jefe de salto que es el propio comandante Rosales cuando expresó "la decisión de saltar" pero que el desempeño de su cargo no le permite muchas veces realizar este tipo de actividades. "Mi interés personal es mantener está especialidad, desde que la obtuve no la he perdido, por lo tanto, tengo que hacer lo posible para no perderla", dijo Rosales a los medios que estábamos presentes.
En Toledo funciona el Centro de Instrucción de Paracaidistas del Ejército y allí se imparten los cursos básicos de paracaidismo militar.
Esta unidad depende directamente del Comando del Ejército y forma parte del Batallón de Infantería Paracaidista Nº 14.
El tiempo de formación para ser paracaidista dentro de la órbita militar uruguaya es de dos semanas de entrenamiento en tierra. Luego, el recluta debe pasar por una segunda etapa donde el entrenamiento desde los aviones y el primer salto será fundamental.
"Es una técnica de transporte al campo de batalla y para poder graduarse cada individuo que ingresa al curso tiene que tener un mínimo de cuatro saltos. Esta especialidad es voluntaria dentro del Ejército y se caracteriza por ser abierta. Esto es, que incluye a todo el personal subalterno. Oficiales o tenientes pueden acceder, así como personal del resto de las fuerzas Aéreas y de la Armada Militar, explicó a LA REPUBLICA el Teniente Coronel Dorival Moraes.
Moraes también subrayó que a todos los individuos se los dota de la técnica de desplazamiento hacia el campo de batalla y todos son capacitados para actuar en cualquier parte del país así como para enfrentar situaciones de grandes despliegues como rescates de rehenes, actos terroristas entre otras.
La técnica que utiliza el paracaidista militar es la del salto común que a diferencia del libre se realiza de una altura de 1.000 a 1.200 metros, está el menor tiempo posible expuesto en el aire "ante la eventual acción de los adversarios" y la apertura del paracaída es manual. "Es un salto en el que uno está colgado poco tiempo", describió por su parte Jorge Rosales.
LA ADRENALINA DEL SALTO
Las condiciones de tiempo fueron excelentes para desarrollar ayer la actividad de paracaidismo. A la hora de los saltos que se iniciaron pasadas las 7.30 de la mañana -en total fueron 5 vuelos con 14 personas que saltaron en grupos de siete- no hubo viento y eso fue fundamental para que no surgiera ningún tipo de accidentes en el lugar a la hora de aterrizar.
Los primeros siete en caer lo hicieron con total éxito así como el resto del grupo que en estaba integrado por más de setenta paracaidistas.
El primero en saltar fue el comandante en jefe del Ejército y jefe de salto, Jorge Rosales; tras él la oficial y paracaidista Ana Lucas y luego el resto de los oficiales que integraron el primer grupo.
Como las posibilidades de salto son muy pocas, cada persona vive la jornada con mucha expectativa y nerviosismo.
Para Rosales "es una experiencia difícil de ser narrada" y expresa "hay que vivirla, pero sin duda es muy particular y muy disfrutable".
Por su parte, la oficial Ana Lucas, primera mujer que participa de esta actividad cuenta su experiencia como algo "inexplicable". "Existe nerviosismo, pero siempre estás nervioso así sea el primero, cuarto o lleves muchos saltos", expresó tras realizar haber realizado un buen salto. "Lo que a mí me gusta es ir y tirarme del avión; sentís esa adrenalina que no se siente en las otras actividades" a la vez que indica que la especialidad que se ubica dentro de la Fuerza que ella integra "abre puertas a otros caminos más profesionales" dentro de la carrera militar.
UN PREMIO MUNDIAL EN 2005
-En la historia del Ejército y desde que comenzó a practicarse el paracaidismo se han registrado cinco muertes debido a malos saltos.
-Los accidentes más comunes tienen que ver con las fracturas de pie y esguinces de tobillo.
-El paracaidismo militar sólo realiza saltos comunes. El salto se realiza a 1.000 o 1.200 metros de altura y la apertura del paracaídas es semi-automático.
Su exposición "libre" en el aire es muy corta y dura aproximadamente 5 segundos.
-En el año 2005 la unidad de paracaidistas del Batallón de Infantería Nº 5 fue Campeón Mundial en Estados Unidos en la categoría de saltos comunes.