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Mensaje: <blockquote data-quote="EFDV" data-source="post: 1915930" data-attributes="member: 15609">La política reciente de Argentina (consensuada con sus vecinos, Brasil, Chile, Uruguay, etc.) consiste en apoyar sólo operaciones de mantenimiento de paz. No se participa en misiones de imposición de paz. Esta postura surgir, justamente, cuando los países de la región terminaron rechazando enviar cascos azules al Libano.Debido a la cantidad de países sudamericanos que comparten esta posición, de la que Argentina es un miembro más, es improbable que participen en esta guerra contra el Estado Islámico.Es interesante, en este sentido, varios discursos de la actual mandataria argentina, donde llama a no involucrar a nuestro país en estos conflictos foráneos, ajenos a nuestra agenda interna.Dicho esto, el hecho de que sea una resolución contundente del Consejo de Seguridad de la ONU que obliga a todos los países del mundo a colaborar, entonces es posible que algo tengan que hacer al respecto quienes vivimos en Sudamerica. Existe un abanico de alternativas que permiten cumplir con la resolución sin llegar a participar directamente en la misión de imposición de paz, como es el apoyo logístico y de inteligencia. O receptor algunos refugiados (ya que también terminan abarcados por la resolución).Cualquiera sean las acciones que se tomen, seguramente serían el resultado de un consenso sudamericano en la materia. Es improbable que Argentina adopte medidas que no sean acordadas con el resto de Sudamérica, especialmente Brasil y Chile.Ahora bien, en el más resiente debate presidencial uno de los candidatos propuesto que cualquiera sea el que ganara, tendría que promover la inmediata carta democrática y expulsar a Venezuela. Sería una forma, palabras más palabras menos, "de regresar al mundo". De prosperar esta iniciativa, sólo sería aplaudida por Estados Unidos ya que contaría con el rechazo de toda la comunidad sudamericana (ni siquiera países como Colombia o Chile apoyarían una iniciativa de este tipo). También enfrentaría el rechazo de la mayor parte del Congreso nacional.Como una política exterior así no prosperaría en la comunidad sudamericana, no sé qué haría Argentina después ¿mantener el consenso con la comunidad sudamericana y mantener las relaciones con Venezuela, haciendo de cuenta que esa propuesta en el debate presidencial nunca existió? ¿suspender las relaciones diplomáticas con Venezuela y alinearse en todo este tema con Estados Unidos y Canadá, pero abandonando en el mismo acto los consensos sudamericanos?Suponiendo lo segundo, estaríamos ante una nueva política exterior Argentina. Algunos recordarán las relaciones carnales, otros dirán que es necesario para volver a formar parte del mundo, regresar a la comunidad internacional. Más allá del debate interno, esta nueva política exterior, consistente en abandonar el consensos sudamericanos y a apoyar la política exterior estadounidense en este tema ¿Se aplicará sólo para el tema venezolano? ¿o también se trasladará al conflicto árabe, el conflicto ucraniano, etc.? no lo sé.</blockquote>

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