¿Donde está el discurso común, los objetivos comunes y los medios asumidos entre todos?
Nunca el gobierno ha hecho gala de un espíritu de consenso, muchísimo menos con la oposición, ¿por que habría que tomarse el gesto como un avance para todo el arco político?
La ciudadanía es un mero expectador de asuntos en los cuales no se la tiene en cuenta ni se la respeta, simplemente asiste a las cosas, según se las presentan, eso no une, no convoca, no atrae ni inspira, no sirve entonces.
Insisto, los argumentos redundantes son una pérdida de tiempo, cuando no hace falta más que uno; si el canciller, como obligación de todos antes y después que él, acude a las Naciones Unidas para efectuar el constante, impostergable e irrenunciable reclamo, en nombre de la Nación Argentina como un todo indivisible en semejante causa, entonces pregunto:
¿Que sentido tiene si va acompañado de un grupo de senadores o del sindicato de pasteleros?
¿Los ingleses se van a asustar más porque vean a varios tipos en vez de a uno?
¿Eso va a demostrar más la solidez de nuestra posición o la validez de nuestros reclamos?
No sirve de nada, la malvinización debe hacerse hacia adentro, si realmente desean crear un espíritu común respecto al tema, sin diferencias políticas, sin partidismos, pues que lo hagan saber, porque hasta ahora nada ha podido escapar a los manejes y especulaciones electoralistas.
Nunca el gobierno ha hecho gala de un espíritu de consenso, muchísimo menos con la oposición, ¿por que habría que tomarse el gesto como un avance para todo el arco político?
La ciudadanía es un mero expectador de asuntos en los cuales no se la tiene en cuenta ni se la respeta, simplemente asiste a las cosas, según se las presentan, eso no une, no convoca, no atrae ni inspira, no sirve entonces.
Insisto, los argumentos redundantes son una pérdida de tiempo, cuando no hace falta más que uno; si el canciller, como obligación de todos antes y después que él, acude a las Naciones Unidas para efectuar el constante, impostergable e irrenunciable reclamo, en nombre de la Nación Argentina como un todo indivisible en semejante causa, entonces pregunto:
¿Que sentido tiene si va acompañado de un grupo de senadores o del sindicato de pasteleros?
¿Los ingleses se van a asustar más porque vean a varios tipos en vez de a uno?
¿Eso va a demostrar más la solidez de nuestra posición o la validez de nuestros reclamos?
No sirve de nada, la malvinización debe hacerse hacia adentro, si realmente desean crear un espíritu común respecto al tema, sin diferencias políticas, sin partidismos, pues que lo hagan saber, porque hasta ahora nada ha podido escapar a los manejes y especulaciones electoralistas.