La semana pasada, la Fuerza Aérea Argentina llevó a cabo una misión muy particular: realizar el abastecimiento por aire a la base antártica Belgrano 2, situada a 1.300 kilómetros del Polo Sur y con una dotación que no supera las 20 personas cuya función se centra en el estudio de la capa de ozono y las auroras boreales mediante un convenio con Italia, aparte de analizar el comportamiento del campo magnético, ionosfera y hasta los ruidos cósmicos.
La operación fue realizada por el KC-130 TC-69, el cual fue configurado internamente con un enorme depósito adicional de combustible con capacidad para portar hasta 11.000 litros de combustible y así poder cubrir los casi 5.800 kilómetros que insume el vuelo desde Ushuaia hasta la base Belgrano y el consecuente regreso.
Tras despegar del aeropuerto Malvinas Argentinas de Ushuaia, el TC-69 se dirigió rumbo a la Base Marambio, la cual sobrevolaron solamente y desde allí se dirigieron hasta la base Belgrano. El trayecto insumió 6 horas de vuelo y ya sobre la base la operación estuvo a punto de fracasar debido a las condiciones meteorológicas que impedían tener contacto visual con la zona estipulada para el lanzamiento de la carga: dos contenedores con todo tipo de pertrechos, víveres e insumos.
La tripulación optó por realizar un lanzamiento a ciegas, guiados exclusivamente por el receptor GPS del TC-69, que les permitió lanzar los contenedores conforme a la posición en coordenadas que indicaba el receptor. La carga se lanzó a ciegas y desde tierra recién divisaron los paracaídas cuando éstos perforaron la capa de nubes que impedía un contacto visual recíproco entre el avión y el personal de la base. Con la confirmación de tierra de que la carga había sido recibida, el TC-69 adoptó rumbo Norte hacia Ushuaia tras haber cumplido la misión, regresando al día siguiente a Palomar.
Una operación que puede ser considerada como “rutinaria” pero que demuestra la importancia y necesidad de disponer un medio de transporte de largo alcance, ya que los KC-130 gracias a su depósito extra, son los únicos en condiciones de poder cubrir un trayecto tan extenso de modo directo y sin escala técnica en Marambio.
Sin el Irizar ni los Super Puma, las "chanchas" hoy son vitales para sostener logísticamente las bases antárticas. Lo acaban de demostrar´y confiemos que nadie lo olvide, especialmente a la hora de aprobar y cancelar presupuestos.
La operación fue realizada por el KC-130 TC-69, el cual fue configurado internamente con un enorme depósito adicional de combustible con capacidad para portar hasta 11.000 litros de combustible y así poder cubrir los casi 5.800 kilómetros que insume el vuelo desde Ushuaia hasta la base Belgrano y el consecuente regreso.
Tras despegar del aeropuerto Malvinas Argentinas de Ushuaia, el TC-69 se dirigió rumbo a la Base Marambio, la cual sobrevolaron solamente y desde allí se dirigieron hasta la base Belgrano. El trayecto insumió 6 horas de vuelo y ya sobre la base la operación estuvo a punto de fracasar debido a las condiciones meteorológicas que impedían tener contacto visual con la zona estipulada para el lanzamiento de la carga: dos contenedores con todo tipo de pertrechos, víveres e insumos.
La tripulación optó por realizar un lanzamiento a ciegas, guiados exclusivamente por el receptor GPS del TC-69, que les permitió lanzar los contenedores conforme a la posición en coordenadas que indicaba el receptor. La carga se lanzó a ciegas y desde tierra recién divisaron los paracaídas cuando éstos perforaron la capa de nubes que impedía un contacto visual recíproco entre el avión y el personal de la base. Con la confirmación de tierra de que la carga había sido recibida, el TC-69 adoptó rumbo Norte hacia Ushuaia tras haber cumplido la misión, regresando al día siguiente a Palomar.
Una operación que puede ser considerada como “rutinaria” pero que demuestra la importancia y necesidad de disponer un medio de transporte de largo alcance, ya que los KC-130 gracias a su depósito extra, son los únicos en condiciones de poder cubrir un trayecto tan extenso de modo directo y sin escala técnica en Marambio.
Sin el Irizar ni los Super Puma, las "chanchas" hoy son vitales para sostener logísticamente las bases antárticas. Lo acaban de demostrar´y confiemos que nadie lo olvide, especialmente a la hora de aprobar y cancelar presupuestos.