M
MIGUEL
Una vez cercados los ejércitos anglo-franceses durante los días de Dunkerque, los alemanes dispusieron de una inmejorable oportunidad para invadir Inglaterra.Las islas estaban casi desprotegidas ya que gran parte de su ejército se encontraba acorralado en tierras francesas.Sin embargo, Hitler recién el 2 de julio, es decir, un mes después de Dunkerque ordena que comience a estudiarse el plan de "invasión" de las islas británicas que se dió a conocer con el nombre de León Marino.La actitud de Hitler en esos días está plagada de contradicciones.El estratega audaz y decidido que había demostrado ser hasta ese momento, parecía haberse convertido súbitamente en un novato en las estrategias de guerra con decisiones que más que errores militares fueron horrores estratégicos que incidieron muy negativamente para los alemanes en el desarrollo posterior de los acontecimientos.Cuando casi un millón de soldados anglo-franceses quedaron atrapados en las cercanías de Dunkerque, Hitler inesperadamente ordena detener el avance de las divisiones panzer que se encontraban a sólo 16 kms al oeste de Dunkerque.En ese momento la única fuerza aliada que se interponía en su camino era un solo batallón de infantería británico!!!.Guderian que se aprestaba a darle el último golpe de gracia a las tropas cercadas recibió con estupor la orden del alto mando alemán.La descabellada orden de Hitler, provocó la colérica reacción de los jefes de las unidades blindadas y el general Von Kleist, comandante del grupo de ejércitos "A", decidió seguir por su cuenta el avance ocupando el centro de comunicaciones de Hazebrouck.La vía de escape hacia Dunkerque quedaba cerrada pero una nueva orden de Hitler le forzó a emprender la retirada y abandonar el terreno conquistado!!!.Ese 24 de mayo de 1940, Hitler frustró la posibilidad de que su Wehrmacht llevase a cabo el completo aniquilamiento de las fuerzas anglo-francesas.Su tremendo error tendría decisiva influencia en el ulterior desarrollo de la guerra.Después de permitir el reembarque y regreso de 338.000 soldados a Inglaterra, y de darle a ésta la posibilidad de reorganizarse durante un mes de tregua, Hitler decide planificar la invasión a las islas.Se trata de una conducta mussoliniana muy alejada de la genialidad y perspicacia demostrada por Adolf Hitler antes y aún después de Dunkerque.Aún sus más acérrimos críticos le reconocen a Hitler su manifiesta comprensión de las armas y de las distintas estrategias de guerra.Se interesaba personalmente por la construcción de armas, así como por los motores, los tipos de barcos y por las cuestiones técnicas de la construcción de fortificaciones.Hitler prefería ir personalmente a los distintos frentes de batallas no sólo para impartir ordenes sino también para hacer un estudio del terreno y para ajustar los más mínimos detalles técnicos.En consecuencia cuesta creer su comportamiento con respecto a Gran Bretaña.Es bien sabido que Hitler consideraba a los ingleses como a sus hermanos de raza y en su esquema mental con respecto al futuro de Europa, los alemanes controlarían el continente y los ingleses serían los gendarmes del mar por su magnífica tradición naval.Su deseo de ganarse la simpatía de de los ingleses era manifiesta aunque sus actitudes al respecto fueron también contradictorias.Por un lado trataba de congraciarse el favor de los ingleses con medidas militares como las de Dunkerque(si es que realmente esa fue su intención).Pero sus ataques aéreos sobre Londres y otras ciudades inglesas sólo sirvieron para inflamar el odio antialemán de la población civil inglesa.El sueño de una alianza con los ingleses se fue desvaneciendo con el pasar de los años.La abdicación del rey Eduardo VIII, que nutría simpatías por la causa nazi, fue un duro golpe en ese sentido y luego el nombramiento de Churchill como primer ministro condenó a muerte cualquier ilusión de establecer una alianza entre ambos pueblos.Sin embargo, siguen existiendo muchas aristas oscuras en las relaciones diplomáticas y secretas entre alemanes e ingleses durante esos años.Fue acaso una casualidad la decisión inglesa de cesar sus operaciones en Noruega simultáneamente con la orden de Hitler de frenar el avance hacia Dunkerque?.
Si Hitler realmente pensaba invadir las islas británicas entonces debió haberlo intentado en mayo de 1940 cuando los ingleses tenían a su ejército acorralado en tierras francesas y no un mes después cuando las tropas ya habían vuelto a la isla con tiempo suficiente para organizar una defensa.
El 22 de junio, tras la rendición de Francia, Hitler ordenó la desmovilización de 35 divisiones y el 19 de julio formulaba en una alocución pública lo que equivalía a una oferta de paz a Gran Bretaña.Churchill, en un discurso histórico, responde a la invitación de Hitler afirmando ante su pueblo que la victoria costaría sangre, sudor y lágrimas, pero que el Imperio no dejaría de luchar hasta el triunfo final.Hitler recién el 13 de agosto pone en marcha una gran ofensiva conocida como el día del águila.El tanteo del canal de la Mancha demostró que un posible desembarco solo tendría lugar después de destruir a los cazas británicos en sus aeródromos.Durante cuatro meses la Luftwaffe de Goering atacó los aeródromos del sur de Inglaterra en distintas oleadas que partían desde las bases de Francia y Bélgica.Los campos de Manston, Hawkinge y Lympne sufren graves daños y algunas estaciones de radar quedan momentáneamente fuera de servicio pero las pérdidas inglesas en aviones son mucho menores de lo previsto por los alemanes.Es que Churchill, el viejo zorro de siempre, previendo el ataque alemán se había anticipado trasladando sus cazas a los aeródromos del norte del país.Sabiendo de la escasa autonomía de los aviones alemanes, la decisión de Churchill apuntaba a forzar a los aviones alemanes a un viaje más largo.Los bombarderos alemanes que se salvaban de los cazas ingleses, en su viaje de regreso, caían como pétalos en el canal de la Mancha por falta de combustible.La enorme ventaja del radar y las astucias de Churchill le permitieron a los ingleses salir airosos de la llamada batalla de Inglaterra.De julio a fines de octubre de 1940, la aviación alemana perdió 1733 aparatos contra 915 cazas británicos, muchos menos de los 3.000 cazas que Goering había previsto destruir.Si la batalla de Inglaterra desprestigió a la Luftwaffe que era el orgullo de los nazis, marcó también la primera caída de la hasta entonces invencible Wehrmacht.Si la batalla de Inglaterra dejó al desnudo las falencias de Goering como comandante en jefe de la Luftwaffe, sirvió también para realzar la figura de Winston Churchill, un anciano de 66 años que había sido rescatado del olvido después de un pasado pródigo en responsabilidades ministeriales y diplomáticas.A pesar de su avanzada edad, Churchill demostró poseer dotes de estratega que nada tenían que envidiarle a las virtudes militares de Hitler.Su capacidad de anticipación a los hechos fue realmente admirable durante toda la guerra.La importancia estratégica del radar y de la isla de Malta(despreciada por Mussolini) solo fueron apreciadas en su total dimensión por Winston Churchill.Durante las horas más críticas de la batalla de Inglaterra, cuando los alemanes bombardeaban los centros poblados del país causando estragos en vidas humanas, Churchill se reveló un extraordinario motivador de masas mediante discursos y frases célebres.Un juicio justo debería decir que la batalla de Inglaterra fue ganada por el valor y coraje de los cazas ingleses, la casi infalibilidad de los radares y la capacidad de mando de un viejo sabio llamado Winston Churchill.
Si Hitler realmente pensaba invadir las islas británicas entonces debió haberlo intentado en mayo de 1940 cuando los ingleses tenían a su ejército acorralado en tierras francesas y no un mes después cuando las tropas ya habían vuelto a la isla con tiempo suficiente para organizar una defensa.
El 22 de junio, tras la rendición de Francia, Hitler ordenó la desmovilización de 35 divisiones y el 19 de julio formulaba en una alocución pública lo que equivalía a una oferta de paz a Gran Bretaña.Churchill, en un discurso histórico, responde a la invitación de Hitler afirmando ante su pueblo que la victoria costaría sangre, sudor y lágrimas, pero que el Imperio no dejaría de luchar hasta el triunfo final.Hitler recién el 13 de agosto pone en marcha una gran ofensiva conocida como el día del águila.El tanteo del canal de la Mancha demostró que un posible desembarco solo tendría lugar después de destruir a los cazas británicos en sus aeródromos.Durante cuatro meses la Luftwaffe de Goering atacó los aeródromos del sur de Inglaterra en distintas oleadas que partían desde las bases de Francia y Bélgica.Los campos de Manston, Hawkinge y Lympne sufren graves daños y algunas estaciones de radar quedan momentáneamente fuera de servicio pero las pérdidas inglesas en aviones son mucho menores de lo previsto por los alemanes.Es que Churchill, el viejo zorro de siempre, previendo el ataque alemán se había anticipado trasladando sus cazas a los aeródromos del norte del país.Sabiendo de la escasa autonomía de los aviones alemanes, la decisión de Churchill apuntaba a forzar a los aviones alemanes a un viaje más largo.Los bombarderos alemanes que se salvaban de los cazas ingleses, en su viaje de regreso, caían como pétalos en el canal de la Mancha por falta de combustible.La enorme ventaja del radar y las astucias de Churchill le permitieron a los ingleses salir airosos de la llamada batalla de Inglaterra.De julio a fines de octubre de 1940, la aviación alemana perdió 1733 aparatos contra 915 cazas británicos, muchos menos de los 3.000 cazas que Goering había previsto destruir.Si la batalla de Inglaterra desprestigió a la Luftwaffe que era el orgullo de los nazis, marcó también la primera caída de la hasta entonces invencible Wehrmacht.Si la batalla de Inglaterra dejó al desnudo las falencias de Goering como comandante en jefe de la Luftwaffe, sirvió también para realzar la figura de Winston Churchill, un anciano de 66 años que había sido rescatado del olvido después de un pasado pródigo en responsabilidades ministeriales y diplomáticas.A pesar de su avanzada edad, Churchill demostró poseer dotes de estratega que nada tenían que envidiarle a las virtudes militares de Hitler.Su capacidad de anticipación a los hechos fue realmente admirable durante toda la guerra.La importancia estratégica del radar y de la isla de Malta(despreciada por Mussolini) solo fueron apreciadas en su total dimensión por Winston Churchill.Durante las horas más críticas de la batalla de Inglaterra, cuando los alemanes bombardeaban los centros poblados del país causando estragos en vidas humanas, Churchill se reveló un extraordinario motivador de masas mediante discursos y frases célebres.Un juicio justo debería decir que la batalla de Inglaterra fue ganada por el valor y coraje de los cazas ingleses, la casi infalibilidad de los radares y la capacidad de mando de un viejo sabio llamado Winston Churchill.