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Rearme: los casos paradigmáticos de Chile y Venezuela y su impacto regional
Jun-27-07- Por Fabián Calle
“Venezuela está avanzando también en las negociaciones para adquirir, por un total de 290 millones de dólares, baterías de misiles antiaéreos de corto y mediano alcance rusos M1 Tor” Introducción
Según informes los países de la región que más han gastado en armas en los últimos años han sido Chile y Venezuela con 2785 y 2200 millones de dólares respectivamente. Seguidos por Brasil con 1342 millones de dólares. La Argentina presenta solamente montos cercanos a los 80 millones de dólares1 . A procesos endógenos como el peso decisivo que han alcanzado los militares en Venezuela a partir de la consolidación del gobierno bolivariano y el posicionamiento que aun conservan las FF.AA. chilenas de la mano de normativas como la Ley Secreta del Cobre y los escasos márgenes de control que aun tiene el Ministerio de Defensa en materia del gasto de estos recursos especiales 2, se le suma la casi cuadruplicación de los precios internacionales del petróleo y del cobre. El crecimiento en el precio del cobre y del petróleo entre el 2002 y el 2006 rondo casi el 400%. Luego de estos precios record, el FMI estimada que el cobre podría bajar entre 57% hasta el 2010 o sea manteniendo niveles históricamente elevados.
En el caso del petróleo, se estima que su baja seria menos del 5% o menos3. Recursos naturales controlados por los respectivos Estados que en los últimos tiempos han asumido el rol de cuasi "tipos ideales" de dos modelos de organización política, económica, social y de política exterior a primera vista opuestos y por ende con una fuerte influencia sobre el actual debate ideológico que se da en la región. Ambos países, lideran desde hace dos años el listado de gastos en compra de armamento por parte de los países latinoamericanos. No casualmente, un reciente informe publicado anualmente por "Military Power Review" afirma que Chile ha ascendido del 4to al 3er puesto en cuanto a capacidades militares en la región (superando por primera vez a la Argentina y solo por debajo de Brasil y muy cerca de Perú) y que Caracas ha escalado dos posiciones y llegado al 5to lugar4 . En mismo informe, no duda en proyectar la continuidad de este proceso y que por ende en el corto plazo el país trasandino desplazará a Perú y que en el mediano plazo, en caso que no haya un fuerte proceso de inversión por parte de Brasil, podría aspirar a disputas el primer puesto. Algo semejante afirma del caso venezolano.
Otro punto en común, es la existencia de diferendos limítrofes que tanto Chile como Venezuela tienen con sus vecinos. En el caso del país trasandino, se suma la cuestión aun irresuelta de la demarcación de los Hielos Continentales5 con la Argentina, la marítima con Perú y la salida al mar con Bolivia (o sea pleitos de demarcación con los tres países lindantes). En lo que respecta al caso venezolano, se combina la disputa con Colombia por la demarcación del Golfo de Venezuela (que casi genera un enfrentamiento armado en 1987), el reclamo de Caracas sobre el 60% de la Guyana y la demarcación marítima y de pesca con Dominicana.
Chile y su política de Estado en materia de Defensa
A lo largo del 2005 y 2006 se ha registrado en Sudamérica en salto cuantitativo y cualitativo en los gastos en Defensa, básicamente de la mano de "proyectos muy ambiciosos" encarados por Chile y Venezuela. Chile presenta un gasto en Defensa del 3,8% del PBI, seguido por Colombia con el 3.7%. En el caso de Venezuela, para el año 2005 ese monto se situaba en el 1,6% (vis a vis el 1,4% anterior al ascenso de Chávez al poder). En Chile hace una década el monto se situaba en 3,4%. La Argentina, una de las más retrasadas, presentaba 1,3% en 1998 y 1% en el 2005. Según un índice de "poder militar" desarrollados por la publicación Military Power Review en el 2005, en términos de capacidad y poder de batalla el ranking era encabezado por Brasil, seguido por Perú, Argentina y Chile.
Una mirada al mercado de compra de armamentos, nos muestra un EE.UU. que a partir del 2004-2005 incrementa las presiones sobre la transferencia de material bélico hacia Caracas (bloqueando un contrato con Israel por 100 millones de dólares para modernizar los F-16 venezolanos, sobre España y Brasil para no concretar la venta de aviones de transporte y de ataque a tierra respectivamente y, finalmente, la decisión en el 2006 de declara un embargo de armas hacia Venezuela). Como reacción de la acelerada modernización chilena, el Perú decidió en el 2006 impulsar un paquete de 600 millones de dólares para potenciar a sus aviones Mig-29 y Mirage 20006. Chile anunció su voluntad de avanzar en una zona de libre comercio con el Perú. Ello se da en un contexto, en el cual la Presidente Bachelet asistió a la asunción de Alan García.
No obstante ello, en los últimos años se ha reabierto la disputa entre los dos países por la demarcación marítima. Asimismo, sectores militares del Perú se han expresado alarmados por el desequilibrio militar con Chile y la llegada al Norte de ese país de los nuevos aviones F-16 CD Block 50 y los tanques pesados Leopard II de fabricación alemana. No habría que descartar que en un tiempo prudencial, Chile decida desplazar parte de estos medios de alto rendimiento a la zona centro y sur como gesto hacia Perú. En ese caso, ello podría ser interpretado como un gesto poco amigable hacia la Argentina en momentos que ambos países ven pensionadas sus relaciones por la cuestión del gas. El Ejército chileno ha reducido a partir de la última década, dentro de un fuerte proceso de modernización y reestructuración, su total de efectivos de 120 mil a 40 mil, asimismo ha optado por reorganizarse a partir de la creación de 8 nuevas Brigadas (con fuerte énfasis en la movilidad y capacidad de fuego). Las centradas en operaciones de combate, de un total de 5, 3 serán desplegadas en el Norte y 2 en el Sur. En el centro se alistarán las Brigadas destinadas a Operaciones especiales, preparación-educación y logística. Cada Brigada tendrá un mínimo de 50 tanques pesados, 200 vehículos blindados y 100 vehículos a rueda.
Hasta fines de la presente década, los nuevos tanques Leopard II (poco más de 100) se centrarán el Norte y los Leopard 1 (de los 220 adquiridos están en servicio poco más de 100) se localizarán en el Sur. Los 118 tanques pesados Leopard II adquiridos por el Ejército de Chile tienen un costo de 124 de dólares7. Por último, se aumentará el número de soldados profesionales pasando de los 2000 actuales a 10 mil en el 2010 y los convocados por el servicio militar pasarán de 16 mil a 8 mil8. Medios especializados han concluido que tomando en cuenta los tamaños relativos de de los PBI de Brasil y de Chile, este último destina 6 veces más recursos económicos a reequipamiento militar que la principal potencia regional9.
El fuerte incremento del precio del cobre a partir del 2003 en el mercado internacional tiene un impacto positivo y fuerte en la economía de Chile. En términos reales son los precios más altos de los últimos 30 años y no existen signos de sostenidas bajas en el corto y mediano plazo. El boom del cobre obliga desarrollar políticas macroeconómicas anticíclicas para evitar un sobrecalentamiento de la economía. "Pensemos como si Chile se hubiera ganado la lotería, pero el premio se entrega en anualidades y en algún momento se terminará sin aviso"10 .
Según fuentes de la empresa Lockheed Martin de los EE.UU., los aviones F-16 CD adquiridos por Chile vienen provistos con misiles aire-aire de alcance intermedio (y guiados por radar) del tipo AIM-120 AMRAAM de fabricación estadounidense, misiles aire-aire de corto alcance de guía infrarroja Python IV de Israel y bombas GBU guiadas por láser de 250 y 500 kilos. El ingreso del misil AMRAAM y las bombas láser, son un factor inédito hasta el momento en la región. Los dos submarinos Scorpene adquiridos por la Armada de Chile y a sumarse a la flota durante el 2006 y 2007 (450 millones de dólares)11 contarán con misiles SM 39 Exocet (36 millones de dólares) capaces de ser lanzados desde submarinos y buscar blancos a 40 kilómetros12. Asimismo, el servicio militar obligatorio en Chile terminará definitivamente en un plazo de 8 años. Actualmente más del 70% de los efectivos de las FF.AA. son voluntarios. Cabe recordar que las FF.AA. profesionales son usualmente consideradas un elemento que potencia la capacidad militar y ofensiva de un Estado. Esos argumentos estuvieron muy presentes en Chile cuando la Argentina cambio hacia un servicio militar voluntario a mediados de los ´90.
La casi totalidad de los sistemas de armas adquiridos por Chile para sus FF.AA. estará operativo antes de fines del 2008: 8 fragatas misilísticas (1 clase 22 y 3 clase 23 británicas, dos clase M y dos clase L holandesas), 2 submarinos Scorpene franco-españoles, se adquirirán 2 buques petroleros (uno de los cuales se podría fabricar en Chile junto a 2 Patrulleras navales), un lote de aviones de patrullaje marítimo (el modelo Fokker es el principal candidato), 28 aviones de combate F-16 CD (provenientes de los EE.UU.) y F-16 AB (modernizados en Bélgica y con un costo de 185 millones de dólares), interés en radares 3D de uso militar (posiblemente Ericcson), y 100 tanques pesados Leopard II de Alemania (más la posibilidad de adquirir 100 a 200 más)13 .
La decisión del gobierno chileno de adherir a la Corte Penal Internacional, ha derivado en negociaciones con el Pentágono y el Departamento de Estado de los EE.UU. con el objeto de limitar las sanciones que sufriría Chile por no garantizar la inmunidad de los militares estadounidenses. El Ministerio de Defensa de Chile afirmó que las sanciones se limitaran a trabas en la venta de material bélico usado y financiamiento. Estos dos puntos, no resultan críticos para Chile dada la disponibilidad de fondos en efectivo y la compra de material nuevo tales como los F-16CD y misiles Harpoon II. También en lo respectivo a la relación entre Chile y la principal superpotencia, a partir del 2005 se han reforzado comentarios acerca de la eventual designación del país trasandino como "Aliado Mayor Extra OTAN" (categoría asignada a la Argentina en 1998 por su rol en Operaciones de Paz"). Asimismo, además de los crecientes flujos de sistemas de armas estadounidenses de última generación14 hacia Santiago al menos una unidad de la Armada chilena opera desde hace meses integrada a un grupo de batalla naval de los EE.UU. que opera en el Atlántico15.
Venezuela, petrodólares, confrontación y rearme
La Casa Blanca formalizó en el 2006 el embargo de armas, piezas y repuestos de uso militar para las FF.AA. y de seguridad de Venezuela. Asimismo, se informó del interés de Washington en lograr que otros países de la región y de Europa, Asia e Israel se sumen al embargo. Países como Suecia e Israel afirman adherir. En Mayo 2006 los EE.UU., Holanda y Gran Bretaña desarrollan el mayor ejercicio naval en la zona del Caribe desde la crisis de los misiles de Cuba en 1962. Esta acción, fue considerada por Caracas como una amenaza directa y H. Chávez ordenó llevar a cabo ejercitaciones militares con hipótesis en un eventual desembarco de fuerzas extranjeras.
En Agosto 2006 se crea en el ámbito de la Dirección Nacional de Inteligencia (agencia creada post 11-9, y con la tarea de coordinar la tarea de las 16 agencias de inteligencia civil y militar que operan en los EE.UU.) un cargo especial para tareas de inteligencia y operaciones especiales para Cuba y Venezuela (cargo que será ocupado por un veterano agente con 32 años de servicio en la CIA y en temas latinoamericanos). Ello es un reflejo de la creciente atención que genera Chávez y su eje con Cuba. Formalmente hasta el momento solo dos países tenían este tipo de "mesas especiales de seguimiento" en la estructura de inteligencia de los EE.UU., uno Corea del Norte y el otro Irán.
No obstante esta escalada verbal y política, un informe del GOA (organismo estatal e independiente de control) de los EE.UU. del año 2006 afirma que la dependencia del petróleo de Venezuela por parte de la economía de los EE.UU. se ha acentuado en los últimos años. La interrupción de las exportaciones de Caracas aumentaría el precio del petróleo internacional en al menos 11 dólares. Según el Departamento de Comercio de los EE.UU., las exportaciones de Venezuela a los EE.UU. (entre otras, el 65% del total de las exportaciones de petróleo de ese país sudamericano) pasaron de 15200 millones de dólares en el 2001 a 34 mil millones en el 2005 (básicamente por el aumento del precio del petróleo). Pero agrega, que en casi todos los otros rubros también se vienen incrementando las exportaciones e importaciones. Las exportaciones de los EE.UU. a Venezuela aumentaron de 5600 millones a 6400 millones. Durante el 2006, Venezuela ha sido el tercer exportador de petróleo hacia los EE.UU. con un total de 1,5 millones de barriles diarios (sobre una producción total de 2,4 millones de barriles diarios). Desplazando de ese puesto a Arabia Saudita. Los dos principales exportadores al mercado estadounidense son actualmente Canadá y México.
Venezuela está avanzando también en las negociaciones para adquirir, por un total de 290 millones de dólares, baterías de misiles antiaéreos de corto y mediano alcance rusos M1 Tor. Actuarían de manera combinada con tres radares chinos de largo alcance y por 16 . Más de 52 mil de los fusiles 100 mil AK-103 fueron entregados a Venezuela antes de fines del 2006. Se busca reemplazar a los 60 mil fusiles de asalto FAL de origen belga y que datan de la década del ´50 y otros de los años ´70. Uno de los resquemores que se generan es que el calibre 7,62.39 que usa el AK103 es el mismo que en su mayoría utilizan las FARC y otros grupos armados en Colombia17 .
Un común denominador desde el ascenso al poder de Chávez en 1999 es la inexistencia por parte de las agencias federales de los EE.UU. ligadas a temas de seguridad y Defensa de acusaciones directas a Caracas por un eventual respaldo material a las FARC18. En este sentido, a comienzos del 2007 el Canciller colombiano afirmó que a pesar "de ser Chávez un referente político e ideológico fundamental para la guerrilla" de su país no existen evidencias de ayuda a las mismas desde el gobierno bolivariano. Colombia destina desde hace casi un lustro poco más del 3,5% de su PBI a Defensa (similar al caso de Chile), a lo cual cabe agregar los más de 3000 mil millones de dólares en asistencia militar que ha recibido a partir del 2001 con el denominado Plan Colombia y Plan Patriota19 .
Las compras venezolanas acordadas o con posibilidad de concretarse en el corto y mediano plazo son: 24 aviones cazabombarderos SU-30 MK2 de fabricación rusa (comenzarían a llegar a fines del 2006), 30 helicópteros de transporte y de ataque rusos incluyendo los modernos Mi-35, 100 mil fusiles de asalto rusos AK 103 y 104 (30 mil ya habrían llegado y los otros 70 mil serían armados en Venezuela en una fábrica a ser montada en el país, junto a otra destinada a fabricar municiones), media docena de corbetas y una docena de aviones de transporte de fabricación española y la reparación y modernización de 3 submarinos U209 alemanas que hace dos décadas están en servicio en la Armada venezolana. Voceros de Rusia y Venezuela han destacado la posibilidad de adquirir medio millar de vehículos a rueda para las FF.AA. así como 4 a 5 submarinos Clase Amur.
El único país de Sudamérica que está inmerso en un proceso equiparable es Chile. Tanto Venezuela como Chile se han visto beneficiados por el aumento de casi el 350 al 400% del precio del petróleo desde el 2001 y del 500% en el caso del cobre (en el mismo período productos como la soja solo aumentaron un 50%).
Reflexiones finales
El caso del rearme y modernización del poder bélico de Venezuela parece comenzar básicamente en el 2005 y acelerarse agudamente en el 2006, en tanto que en el caso de Chile es un proceso macizo pero gradual y que data desde hace por lo menos 15 años (si bien con una fuerte aceleración a partir del 2003-4, año de comienzo del auge en el precio del cobre). Si en el caso venezolano, las adquisiciones más importantes se han centrado en Rusia, España, China e Irán (en ese orden), el sector de la Defensa chileno parece haber logrado un pleno o casi pleno acceso a los mejores sistemas de armas de los arsenales convencionales de los EE.UU. y sus aliados de la OTAN.
O sea, material que solo es vendido o transferido a países aliados y considerados confiables a la estrategia de seguridad de la superpotencia. Si bien la autorización de la Casa Blanca para que la empresa Lockheed Martin se presentara con sus F-16 CD Block 50 en la licitación para aviones de combate y superioridad aérea lanzado por la Fuerza Aérea de Chile data de 1997-98, el salto cualitativo se da más recientemente por medio de un vía libre para la adquisición por parte Santiago de sistemas armas de última generación para equipar estos aviones así como unidades navales. En este sentido, de destacan los casos de los misiles aire-aire de alcance intermedio AMRAAM, misiles aire-aire de corto alcance Sidewinder X, los misiles antibuques Harpoon II con 140km de alcance, tierras aire-tierra Maverick guiadas por láser, bombas GBU también por direccionadas por láser y misiles mar-aire Standard de largo alcance (únicas en su tipo en la región), son un claro ejemplo en este sentido.
Como veremos posteriormente, países de la OTAN como el Reino Unido, Holanda, Bélgica y Alemania también se erigen en proveedores claves del reequipamiento militar chileno y en especial de su Marina y Ejército. Si bien los montos invertidos por Chile y Venezuela en la compra de armamentos en los últimos años resultan similares e impactantes para la media regional, el origen de sus sistemas de armas no podría ser más opuesto. Tal como vimos, el primero se nutre básicamente de los países de la "Alianza Occidental" en tanto que el segundo de aquellos países que parecen tener posturas de contención o directamente de confrontación con las políticas de Washington en materia de seguridad internacional.
De los vecinos de Chile, al parecer solamente Perú ha demostrado abierta preocupación por el flujo de armamento sofisticado del país trasandino. Ello se ve complementado por las tensiones generadas a partir dela decisión unánime del Parlamento peruano, en el año 2004, de rechazar la demarcación marítima existente entre los dos países y amenazar con elevar la cuestión a la Corte de la Haya. Asimismo, ligó las eventuales exportaciones de gas a Chile a una solución de ese litigio.
Por su parte, Lima ha impulsado la modernización de su poder aéreo por medio de acuerdos con Rusia y Francia, ha adquirido unidades de superficie italianas para la marina y busca potenciar la interacción y cooperación con los EE.UU. en materia de lucha contra el narcotráfico, terrorismo y la estabilidad regional (o contención del flujo bolivariano). Cabe destacar, que si el Perú logra estabilidad política en el mediano es posible que pueda hacer valer en Washington su eventual relevancia en mejorar la posición relativa de los intereses de la superpotencia en una zona andina signada por regímenes vistos como muy hostiles (Venezuela) y hostiles (Bolivia y Ecuador) así como por la crítica situación en materia de lucha contra el narcotráfico.
Jun-27-07- Por Fabián Calle
“Venezuela está avanzando también en las negociaciones para adquirir, por un total de 290 millones de dólares, baterías de misiles antiaéreos de corto y mediano alcance rusos M1 Tor” Introducción
Según informes los países de la región que más han gastado en armas en los últimos años han sido Chile y Venezuela con 2785 y 2200 millones de dólares respectivamente. Seguidos por Brasil con 1342 millones de dólares. La Argentina presenta solamente montos cercanos a los 80 millones de dólares1 . A procesos endógenos como el peso decisivo que han alcanzado los militares en Venezuela a partir de la consolidación del gobierno bolivariano y el posicionamiento que aun conservan las FF.AA. chilenas de la mano de normativas como la Ley Secreta del Cobre y los escasos márgenes de control que aun tiene el Ministerio de Defensa en materia del gasto de estos recursos especiales 2, se le suma la casi cuadruplicación de los precios internacionales del petróleo y del cobre. El crecimiento en el precio del cobre y del petróleo entre el 2002 y el 2006 rondo casi el 400%. Luego de estos precios record, el FMI estimada que el cobre podría bajar entre 57% hasta el 2010 o sea manteniendo niveles históricamente elevados.
En el caso del petróleo, se estima que su baja seria menos del 5% o menos3. Recursos naturales controlados por los respectivos Estados que en los últimos tiempos han asumido el rol de cuasi "tipos ideales" de dos modelos de organización política, económica, social y de política exterior a primera vista opuestos y por ende con una fuerte influencia sobre el actual debate ideológico que se da en la región. Ambos países, lideran desde hace dos años el listado de gastos en compra de armamento por parte de los países latinoamericanos. No casualmente, un reciente informe publicado anualmente por "Military Power Review" afirma que Chile ha ascendido del 4to al 3er puesto en cuanto a capacidades militares en la región (superando por primera vez a la Argentina y solo por debajo de Brasil y muy cerca de Perú) y que Caracas ha escalado dos posiciones y llegado al 5to lugar4 . En mismo informe, no duda en proyectar la continuidad de este proceso y que por ende en el corto plazo el país trasandino desplazará a Perú y que en el mediano plazo, en caso que no haya un fuerte proceso de inversión por parte de Brasil, podría aspirar a disputas el primer puesto. Algo semejante afirma del caso venezolano.
Otro punto en común, es la existencia de diferendos limítrofes que tanto Chile como Venezuela tienen con sus vecinos. En el caso del país trasandino, se suma la cuestión aun irresuelta de la demarcación de los Hielos Continentales5 con la Argentina, la marítima con Perú y la salida al mar con Bolivia (o sea pleitos de demarcación con los tres países lindantes). En lo que respecta al caso venezolano, se combina la disputa con Colombia por la demarcación del Golfo de Venezuela (que casi genera un enfrentamiento armado en 1987), el reclamo de Caracas sobre el 60% de la Guyana y la demarcación marítima y de pesca con Dominicana.
Chile y su política de Estado en materia de Defensa
A lo largo del 2005 y 2006 se ha registrado en Sudamérica en salto cuantitativo y cualitativo en los gastos en Defensa, básicamente de la mano de "proyectos muy ambiciosos" encarados por Chile y Venezuela. Chile presenta un gasto en Defensa del 3,8% del PBI, seguido por Colombia con el 3.7%. En el caso de Venezuela, para el año 2005 ese monto se situaba en el 1,6% (vis a vis el 1,4% anterior al ascenso de Chávez al poder). En Chile hace una década el monto se situaba en 3,4%. La Argentina, una de las más retrasadas, presentaba 1,3% en 1998 y 1% en el 2005. Según un índice de "poder militar" desarrollados por la publicación Military Power Review en el 2005, en términos de capacidad y poder de batalla el ranking era encabezado por Brasil, seguido por Perú, Argentina y Chile.
Una mirada al mercado de compra de armamentos, nos muestra un EE.UU. que a partir del 2004-2005 incrementa las presiones sobre la transferencia de material bélico hacia Caracas (bloqueando un contrato con Israel por 100 millones de dólares para modernizar los F-16 venezolanos, sobre España y Brasil para no concretar la venta de aviones de transporte y de ataque a tierra respectivamente y, finalmente, la decisión en el 2006 de declara un embargo de armas hacia Venezuela). Como reacción de la acelerada modernización chilena, el Perú decidió en el 2006 impulsar un paquete de 600 millones de dólares para potenciar a sus aviones Mig-29 y Mirage 20006. Chile anunció su voluntad de avanzar en una zona de libre comercio con el Perú. Ello se da en un contexto, en el cual la Presidente Bachelet asistió a la asunción de Alan García.
No obstante ello, en los últimos años se ha reabierto la disputa entre los dos países por la demarcación marítima. Asimismo, sectores militares del Perú se han expresado alarmados por el desequilibrio militar con Chile y la llegada al Norte de ese país de los nuevos aviones F-16 CD Block 50 y los tanques pesados Leopard II de fabricación alemana. No habría que descartar que en un tiempo prudencial, Chile decida desplazar parte de estos medios de alto rendimiento a la zona centro y sur como gesto hacia Perú. En ese caso, ello podría ser interpretado como un gesto poco amigable hacia la Argentina en momentos que ambos países ven pensionadas sus relaciones por la cuestión del gas. El Ejército chileno ha reducido a partir de la última década, dentro de un fuerte proceso de modernización y reestructuración, su total de efectivos de 120 mil a 40 mil, asimismo ha optado por reorganizarse a partir de la creación de 8 nuevas Brigadas (con fuerte énfasis en la movilidad y capacidad de fuego). Las centradas en operaciones de combate, de un total de 5, 3 serán desplegadas en el Norte y 2 en el Sur. En el centro se alistarán las Brigadas destinadas a Operaciones especiales, preparación-educación y logística. Cada Brigada tendrá un mínimo de 50 tanques pesados, 200 vehículos blindados y 100 vehículos a rueda.
Hasta fines de la presente década, los nuevos tanques Leopard II (poco más de 100) se centrarán el Norte y los Leopard 1 (de los 220 adquiridos están en servicio poco más de 100) se localizarán en el Sur. Los 118 tanques pesados Leopard II adquiridos por el Ejército de Chile tienen un costo de 124 de dólares7. Por último, se aumentará el número de soldados profesionales pasando de los 2000 actuales a 10 mil en el 2010 y los convocados por el servicio militar pasarán de 16 mil a 8 mil8. Medios especializados han concluido que tomando en cuenta los tamaños relativos de de los PBI de Brasil y de Chile, este último destina 6 veces más recursos económicos a reequipamiento militar que la principal potencia regional9.
El fuerte incremento del precio del cobre a partir del 2003 en el mercado internacional tiene un impacto positivo y fuerte en la economía de Chile. En términos reales son los precios más altos de los últimos 30 años y no existen signos de sostenidas bajas en el corto y mediano plazo. El boom del cobre obliga desarrollar políticas macroeconómicas anticíclicas para evitar un sobrecalentamiento de la economía. "Pensemos como si Chile se hubiera ganado la lotería, pero el premio se entrega en anualidades y en algún momento se terminará sin aviso"10 .
Según fuentes de la empresa Lockheed Martin de los EE.UU., los aviones F-16 CD adquiridos por Chile vienen provistos con misiles aire-aire de alcance intermedio (y guiados por radar) del tipo AIM-120 AMRAAM de fabricación estadounidense, misiles aire-aire de corto alcance de guía infrarroja Python IV de Israel y bombas GBU guiadas por láser de 250 y 500 kilos. El ingreso del misil AMRAAM y las bombas láser, son un factor inédito hasta el momento en la región. Los dos submarinos Scorpene adquiridos por la Armada de Chile y a sumarse a la flota durante el 2006 y 2007 (450 millones de dólares)11 contarán con misiles SM 39 Exocet (36 millones de dólares) capaces de ser lanzados desde submarinos y buscar blancos a 40 kilómetros12. Asimismo, el servicio militar obligatorio en Chile terminará definitivamente en un plazo de 8 años. Actualmente más del 70% de los efectivos de las FF.AA. son voluntarios. Cabe recordar que las FF.AA. profesionales son usualmente consideradas un elemento que potencia la capacidad militar y ofensiva de un Estado. Esos argumentos estuvieron muy presentes en Chile cuando la Argentina cambio hacia un servicio militar voluntario a mediados de los ´90.
La casi totalidad de los sistemas de armas adquiridos por Chile para sus FF.AA. estará operativo antes de fines del 2008: 8 fragatas misilísticas (1 clase 22 y 3 clase 23 británicas, dos clase M y dos clase L holandesas), 2 submarinos Scorpene franco-españoles, se adquirirán 2 buques petroleros (uno de los cuales se podría fabricar en Chile junto a 2 Patrulleras navales), un lote de aviones de patrullaje marítimo (el modelo Fokker es el principal candidato), 28 aviones de combate F-16 CD (provenientes de los EE.UU.) y F-16 AB (modernizados en Bélgica y con un costo de 185 millones de dólares), interés en radares 3D de uso militar (posiblemente Ericcson), y 100 tanques pesados Leopard II de Alemania (más la posibilidad de adquirir 100 a 200 más)13 .
La decisión del gobierno chileno de adherir a la Corte Penal Internacional, ha derivado en negociaciones con el Pentágono y el Departamento de Estado de los EE.UU. con el objeto de limitar las sanciones que sufriría Chile por no garantizar la inmunidad de los militares estadounidenses. El Ministerio de Defensa de Chile afirmó que las sanciones se limitaran a trabas en la venta de material bélico usado y financiamiento. Estos dos puntos, no resultan críticos para Chile dada la disponibilidad de fondos en efectivo y la compra de material nuevo tales como los F-16CD y misiles Harpoon II. También en lo respectivo a la relación entre Chile y la principal superpotencia, a partir del 2005 se han reforzado comentarios acerca de la eventual designación del país trasandino como "Aliado Mayor Extra OTAN" (categoría asignada a la Argentina en 1998 por su rol en Operaciones de Paz"). Asimismo, además de los crecientes flujos de sistemas de armas estadounidenses de última generación14 hacia Santiago al menos una unidad de la Armada chilena opera desde hace meses integrada a un grupo de batalla naval de los EE.UU. que opera en el Atlántico15.
Venezuela, petrodólares, confrontación y rearme
La Casa Blanca formalizó en el 2006 el embargo de armas, piezas y repuestos de uso militar para las FF.AA. y de seguridad de Venezuela. Asimismo, se informó del interés de Washington en lograr que otros países de la región y de Europa, Asia e Israel se sumen al embargo. Países como Suecia e Israel afirman adherir. En Mayo 2006 los EE.UU., Holanda y Gran Bretaña desarrollan el mayor ejercicio naval en la zona del Caribe desde la crisis de los misiles de Cuba en 1962. Esta acción, fue considerada por Caracas como una amenaza directa y H. Chávez ordenó llevar a cabo ejercitaciones militares con hipótesis en un eventual desembarco de fuerzas extranjeras.
En Agosto 2006 se crea en el ámbito de la Dirección Nacional de Inteligencia (agencia creada post 11-9, y con la tarea de coordinar la tarea de las 16 agencias de inteligencia civil y militar que operan en los EE.UU.) un cargo especial para tareas de inteligencia y operaciones especiales para Cuba y Venezuela (cargo que será ocupado por un veterano agente con 32 años de servicio en la CIA y en temas latinoamericanos). Ello es un reflejo de la creciente atención que genera Chávez y su eje con Cuba. Formalmente hasta el momento solo dos países tenían este tipo de "mesas especiales de seguimiento" en la estructura de inteligencia de los EE.UU., uno Corea del Norte y el otro Irán.
No obstante esta escalada verbal y política, un informe del GOA (organismo estatal e independiente de control) de los EE.UU. del año 2006 afirma que la dependencia del petróleo de Venezuela por parte de la economía de los EE.UU. se ha acentuado en los últimos años. La interrupción de las exportaciones de Caracas aumentaría el precio del petróleo internacional en al menos 11 dólares. Según el Departamento de Comercio de los EE.UU., las exportaciones de Venezuela a los EE.UU. (entre otras, el 65% del total de las exportaciones de petróleo de ese país sudamericano) pasaron de 15200 millones de dólares en el 2001 a 34 mil millones en el 2005 (básicamente por el aumento del precio del petróleo). Pero agrega, que en casi todos los otros rubros también se vienen incrementando las exportaciones e importaciones. Las exportaciones de los EE.UU. a Venezuela aumentaron de 5600 millones a 6400 millones. Durante el 2006, Venezuela ha sido el tercer exportador de petróleo hacia los EE.UU. con un total de 1,5 millones de barriles diarios (sobre una producción total de 2,4 millones de barriles diarios). Desplazando de ese puesto a Arabia Saudita. Los dos principales exportadores al mercado estadounidense son actualmente Canadá y México.
Venezuela está avanzando también en las negociaciones para adquirir, por un total de 290 millones de dólares, baterías de misiles antiaéreos de corto y mediano alcance rusos M1 Tor. Actuarían de manera combinada con tres radares chinos de largo alcance y por 16 . Más de 52 mil de los fusiles 100 mil AK-103 fueron entregados a Venezuela antes de fines del 2006. Se busca reemplazar a los 60 mil fusiles de asalto FAL de origen belga y que datan de la década del ´50 y otros de los años ´70. Uno de los resquemores que se generan es que el calibre 7,62.39 que usa el AK103 es el mismo que en su mayoría utilizan las FARC y otros grupos armados en Colombia17 .
Un común denominador desde el ascenso al poder de Chávez en 1999 es la inexistencia por parte de las agencias federales de los EE.UU. ligadas a temas de seguridad y Defensa de acusaciones directas a Caracas por un eventual respaldo material a las FARC18. En este sentido, a comienzos del 2007 el Canciller colombiano afirmó que a pesar "de ser Chávez un referente político e ideológico fundamental para la guerrilla" de su país no existen evidencias de ayuda a las mismas desde el gobierno bolivariano. Colombia destina desde hace casi un lustro poco más del 3,5% de su PBI a Defensa (similar al caso de Chile), a lo cual cabe agregar los más de 3000 mil millones de dólares en asistencia militar que ha recibido a partir del 2001 con el denominado Plan Colombia y Plan Patriota19 .
Las compras venezolanas acordadas o con posibilidad de concretarse en el corto y mediano plazo son: 24 aviones cazabombarderos SU-30 MK2 de fabricación rusa (comenzarían a llegar a fines del 2006), 30 helicópteros de transporte y de ataque rusos incluyendo los modernos Mi-35, 100 mil fusiles de asalto rusos AK 103 y 104 (30 mil ya habrían llegado y los otros 70 mil serían armados en Venezuela en una fábrica a ser montada en el país, junto a otra destinada a fabricar municiones), media docena de corbetas y una docena de aviones de transporte de fabricación española y la reparación y modernización de 3 submarinos U209 alemanas que hace dos décadas están en servicio en la Armada venezolana. Voceros de Rusia y Venezuela han destacado la posibilidad de adquirir medio millar de vehículos a rueda para las FF.AA. así como 4 a 5 submarinos Clase Amur.
El único país de Sudamérica que está inmerso en un proceso equiparable es Chile. Tanto Venezuela como Chile se han visto beneficiados por el aumento de casi el 350 al 400% del precio del petróleo desde el 2001 y del 500% en el caso del cobre (en el mismo período productos como la soja solo aumentaron un 50%).
Reflexiones finales
El caso del rearme y modernización del poder bélico de Venezuela parece comenzar básicamente en el 2005 y acelerarse agudamente en el 2006, en tanto que en el caso de Chile es un proceso macizo pero gradual y que data desde hace por lo menos 15 años (si bien con una fuerte aceleración a partir del 2003-4, año de comienzo del auge en el precio del cobre). Si en el caso venezolano, las adquisiciones más importantes se han centrado en Rusia, España, China e Irán (en ese orden), el sector de la Defensa chileno parece haber logrado un pleno o casi pleno acceso a los mejores sistemas de armas de los arsenales convencionales de los EE.UU. y sus aliados de la OTAN.
O sea, material que solo es vendido o transferido a países aliados y considerados confiables a la estrategia de seguridad de la superpotencia. Si bien la autorización de la Casa Blanca para que la empresa Lockheed Martin se presentara con sus F-16 CD Block 50 en la licitación para aviones de combate y superioridad aérea lanzado por la Fuerza Aérea de Chile data de 1997-98, el salto cualitativo se da más recientemente por medio de un vía libre para la adquisición por parte Santiago de sistemas armas de última generación para equipar estos aviones así como unidades navales. En este sentido, de destacan los casos de los misiles aire-aire de alcance intermedio AMRAAM, misiles aire-aire de corto alcance Sidewinder X, los misiles antibuques Harpoon II con 140km de alcance, tierras aire-tierra Maverick guiadas por láser, bombas GBU también por direccionadas por láser y misiles mar-aire Standard de largo alcance (únicas en su tipo en la región), son un claro ejemplo en este sentido.
Como veremos posteriormente, países de la OTAN como el Reino Unido, Holanda, Bélgica y Alemania también se erigen en proveedores claves del reequipamiento militar chileno y en especial de su Marina y Ejército. Si bien los montos invertidos por Chile y Venezuela en la compra de armamentos en los últimos años resultan similares e impactantes para la media regional, el origen de sus sistemas de armas no podría ser más opuesto. Tal como vimos, el primero se nutre básicamente de los países de la "Alianza Occidental" en tanto que el segundo de aquellos países que parecen tener posturas de contención o directamente de confrontación con las políticas de Washington en materia de seguridad internacional.
De los vecinos de Chile, al parecer solamente Perú ha demostrado abierta preocupación por el flujo de armamento sofisticado del país trasandino. Ello se ve complementado por las tensiones generadas a partir dela decisión unánime del Parlamento peruano, en el año 2004, de rechazar la demarcación marítima existente entre los dos países y amenazar con elevar la cuestión a la Corte de la Haya. Asimismo, ligó las eventuales exportaciones de gas a Chile a una solución de ese litigio.
Por su parte, Lima ha impulsado la modernización de su poder aéreo por medio de acuerdos con Rusia y Francia, ha adquirido unidades de superficie italianas para la marina y busca potenciar la interacción y cooperación con los EE.UU. en materia de lucha contra el narcotráfico, terrorismo y la estabilidad regional (o contención del flujo bolivariano). Cabe destacar, que si el Perú logra estabilidad política en el mediano es posible que pueda hacer valer en Washington su eventual relevancia en mejorar la posición relativa de los intereses de la superpotencia en una zona andina signada por regímenes vistos como muy hostiles (Venezuela) y hostiles (Bolivia y Ecuador) así como por la crítica situación en materia de lucha contra el narcotráfico.