Complejo el contexto y compleja la decisión.
Hay dos aviones ofrecidos cuya logística no puede ser intervenida por los británicos: JF-17 y Mig-35. Pero cada uno tiene defectos, los del primero es que tenga componentes aeronáuticos-electrónicos chinos que no brinden confianza a los pilotos mientras que en el segundo avión, un costo de operación de bimotor que se escapa de un presupuesto regular. Quizá ente ambos la opción óptima sea dar paso a un lado.
Me refiero a que dada la situación económica con el país haciendo controles de precios, endeudado y dados los defectos de las opciones sobre la mesa, en la ventana de cinco años 2022-2027 se puede seguir mejorando el Pampa III Block II y manteniendo los A-4AR hasta que en el siguiente quinquenio 2027-2032 se haga un pedido por Su-75 que si me parece una opción de largo plazo disuasiva y potencialmente sostenible para la Argentina por ser monomotor multi-rol (reemplaza tanto deltas como A-4).
La razón es que el aparato de Sukhoi se concibió como un reciclaje de tecnologías del Su-50 teniendo en cuenta el mercado de exportación y las restricciones presupuestarias de los compradores: si hubiese que apostar por algo disruptivo que estuviese vigente por muchos años -además de ser disuasivo ante los británicos con F-35, brasileños con Gripen NG y chilenos con F-16V- iría por allí y no por Mig-35 cuyo peligro es quedarse con pocas unidades -junto con quedarse en tierra por no tener para volarlos- ni por JF-17BIII del cual varios tenemos reservas por su confiabilidad en el largo plazo.
En resumen, el principal supuesto para considerar esperar la opción de Sukhoi en el futuro es que el veto británico de componentes se mantiene en el largo plazo (eso no cambiará y lamentablemente afectan a las plataformas occidentales incluyendo las más abordables Gripen y F-16). El segundo supuesto es que el presupuesto de operación es escaso. El tercero es que los componentes aeronáuticos rusos derivados de equipos de línea de las VVS son más confiables que los chinos del segmento de entrada o económico que ni siquiera están en servicio en la PLAAF. El cuarto es que el Su-75 es un reciclaje de componentes probados en otro modelo de línea por lo que la maduración tendría que ser más rápida que en otros aviones de su generación que tuvieron que desarrollar tecnologías ad-hoc.
A veces, para tener algo mejor hay que ser pacientes y esperar la oportunidad.
Saludos
Hay dos aviones ofrecidos cuya logística no puede ser intervenida por los británicos: JF-17 y Mig-35. Pero cada uno tiene defectos, los del primero es que tenga componentes aeronáuticos-electrónicos chinos que no brinden confianza a los pilotos mientras que en el segundo avión, un costo de operación de bimotor que se escapa de un presupuesto regular. Quizá ente ambos la opción óptima sea dar paso a un lado.
Me refiero a que dada la situación económica con el país haciendo controles de precios, endeudado y dados los defectos de las opciones sobre la mesa, en la ventana de cinco años 2022-2027 se puede seguir mejorando el Pampa III Block II y manteniendo los A-4AR hasta que en el siguiente quinquenio 2027-2032 se haga un pedido por Su-75 que si me parece una opción de largo plazo disuasiva y potencialmente sostenible para la Argentina por ser monomotor multi-rol (reemplaza tanto deltas como A-4).
La razón es que el aparato de Sukhoi se concibió como un reciclaje de tecnologías del Su-50 teniendo en cuenta el mercado de exportación y las restricciones presupuestarias de los compradores: si hubiese que apostar por algo disruptivo que estuviese vigente por muchos años -además de ser disuasivo ante los británicos con F-35, brasileños con Gripen NG y chilenos con F-16V- iría por allí y no por Mig-35 cuyo peligro es quedarse con pocas unidades -junto con quedarse en tierra por no tener para volarlos- ni por JF-17BIII del cual varios tenemos reservas por su confiabilidad en el largo plazo.
En resumen, el principal supuesto para considerar esperar la opción de Sukhoi en el futuro es que el veto británico de componentes se mantiene en el largo plazo (eso no cambiará y lamentablemente afectan a las plataformas occidentales incluyendo las más abordables Gripen y F-16). El segundo supuesto es que el presupuesto de operación es escaso. El tercero es que los componentes aeronáuticos rusos derivados de equipos de línea de las VVS son más confiables que los chinos del segmento de entrada o económico que ni siquiera están en servicio en la PLAAF. El cuarto es que el Su-75 es un reciclaje de componentes probados en otro modelo de línea por lo que la maduración tendría que ser más rápida que en otros aviones de su generación que tuvieron que desarrollar tecnologías ad-hoc.
A veces, para tener algo mejor hay que ser pacientes y esperar la oportunidad.
Saludos
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