Severa respuesta del gobierno de Turquía a los militares
Les dijo que deben someterse a la autoridad civil y respetar el orden democrático.
Agencias EFE y AP
Ankara. El gobierno turco advirtió ayer al ejército que debe someterse a la autoridad civil y calificó de antidemocrático el comunicado del Estado Mayor en el que mostraba su preocupación sobre el debate en torno al secularismo.
Cemil Cicek, ministro de Justicia y vocero del gobierno, tras una reunión extraordinaria del gabinete, leyó un comunicado con la posición del Ejecutivo y aseguró que “el primer ministro tuvo una conversación muy útil con el jefe del Estado Mayor (el general Yasar Buyukanit)”.
“Según nuestra Constitución, el jefe del Estado Mayor es responsable ante el primer ministro”, remarcó Cicek.
“Todos los problemas del país se solucionarán dentro de las reglas de la ley y la democracia. Es evidente, vistas las experiencias del pasado, que la búsqueda de soluciones por otros medios ha dañado gravemente al país”, indicó la declaración del gobierno en alusión a los golpes de Estado de los uniformados.
El ejército turco irrumpió en el proceso de elección presidencial con un comunicado de tono amenazante en el que recalcó su papel de bastión del laicismo, dirigido contra el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado y oficialista).
Los militares se mostraron preocupados por el debate en torno al secularismo y subrayaron que el “esfuerzo enmascarado del islamismo” destinado a socavar la república secular se ha convertido en “un desafío abierto al Estado”.
La declaración se publicó en la página digital del ejército horas después de la primera ronda de votación parlamentaria en la elección presidencial, en la que el único candidato, Abdula Gul, número dos del AKP, no logró el apoyo necesario.
La principal formación de la oposición laica, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), boicoteó el viernes la sesión para evitar que la jefatura del Estado quedara en manos del AKP y pidió al Tribunal Constitucional anular la votación por razones de procedimiento.
La alta corte deberá adoptar una decisión de forma urgente, antes de la segunda ronda de la elección presidencial prevista para el miércoles próximo.
Cicek dijo al respecto que el comunicado de los militares fue tomado como contrario al gobierno y supone una intervención en el proceso de toma de decisiones del Tribunal Constitucional.
Hasan Cemal, un conocido analista del diario Milliyet, aseguró que por primera vez un gobierno turco no retrocede ante una declaración militar y se atreve a definirla como una acción antidemocrática.
Por su parte, Erkan Mumcu, líder del opositor Partido de la Madre Patria (Anap) advirtió de la seriedad de la crisis y sus posibles consecuencias negativas para la economía del país y el aumento del desempleo.
“Lo que se debe de hacer ahora es olvidarse de conseguir la presidencia por tres meses. Retirar al candidato (Gul) e ir inmediatamente a las elecciones (parlamentarias)”, propuso Mumcu.
Los militares turcos tienen una tradición golpista con tres asonadas en 1960, y 1980 y otra llamada “golpe de Estado posmoderno” en 1997, que derrocó al primer ministro Necmettin Erbakan, al frente de una coalición gubernamental islamista.
División visceral. La sociedad turca está fuertemente divida entre laicos e islamistas, y para hoy está prevista una movilización en favor de la separación entre religión y Estado, así como para protestar contra la posible elección de un presidente islámico, como califican a Gul
La Unión Europea, que ha presionado a Turquía para que limite la influencia de los militares en la política, dijo ayer que la elección del nuevo presidente pondría a prueba el respeto de los militares por la democracia.
Les dijo que deben someterse a la autoridad civil y respetar el orden democrático.
Agencias EFE y AP
Ankara. El gobierno turco advirtió ayer al ejército que debe someterse a la autoridad civil y calificó de antidemocrático el comunicado del Estado Mayor en el que mostraba su preocupación sobre el debate en torno al secularismo.
Cemil Cicek, ministro de Justicia y vocero del gobierno, tras una reunión extraordinaria del gabinete, leyó un comunicado con la posición del Ejecutivo y aseguró que “el primer ministro tuvo una conversación muy útil con el jefe del Estado Mayor (el general Yasar Buyukanit)”.
“Según nuestra Constitución, el jefe del Estado Mayor es responsable ante el primer ministro”, remarcó Cicek.
“Todos los problemas del país se solucionarán dentro de las reglas de la ley y la democracia. Es evidente, vistas las experiencias del pasado, que la búsqueda de soluciones por otros medios ha dañado gravemente al país”, indicó la declaración del gobierno en alusión a los golpes de Estado de los uniformados.
El ejército turco irrumpió en el proceso de elección presidencial con un comunicado de tono amenazante en el que recalcó su papel de bastión del laicismo, dirigido contra el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado y oficialista).
Los militares se mostraron preocupados por el debate en torno al secularismo y subrayaron que el “esfuerzo enmascarado del islamismo” destinado a socavar la república secular se ha convertido en “un desafío abierto al Estado”.
La declaración se publicó en la página digital del ejército horas después de la primera ronda de votación parlamentaria en la elección presidencial, en la que el único candidato, Abdula Gul, número dos del AKP, no logró el apoyo necesario.
La principal formación de la oposición laica, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), boicoteó el viernes la sesión para evitar que la jefatura del Estado quedara en manos del AKP y pidió al Tribunal Constitucional anular la votación por razones de procedimiento.
La alta corte deberá adoptar una decisión de forma urgente, antes de la segunda ronda de la elección presidencial prevista para el miércoles próximo.
Cicek dijo al respecto que el comunicado de los militares fue tomado como contrario al gobierno y supone una intervención en el proceso de toma de decisiones del Tribunal Constitucional.
Hasan Cemal, un conocido analista del diario Milliyet, aseguró que por primera vez un gobierno turco no retrocede ante una declaración militar y se atreve a definirla como una acción antidemocrática.
Por su parte, Erkan Mumcu, líder del opositor Partido de la Madre Patria (Anap) advirtió de la seriedad de la crisis y sus posibles consecuencias negativas para la economía del país y el aumento del desempleo.
“Lo que se debe de hacer ahora es olvidarse de conseguir la presidencia por tres meses. Retirar al candidato (Gul) e ir inmediatamente a las elecciones (parlamentarias)”, propuso Mumcu.
Los militares turcos tienen una tradición golpista con tres asonadas en 1960, y 1980 y otra llamada “golpe de Estado posmoderno” en 1997, que derrocó al primer ministro Necmettin Erbakan, al frente de una coalición gubernamental islamista.
División visceral. La sociedad turca está fuertemente divida entre laicos e islamistas, y para hoy está prevista una movilización en favor de la separación entre religión y Estado, así como para protestar contra la posible elección de un presidente islámico, como califican a Gul
La Unión Europea, que ha presionado a Turquía para que limite la influencia de los militares en la política, dijo ayer que la elección del nuevo presidente pondría a prueba el respeto de los militares por la democracia.