La Foto Histórica
1978: La misteriosamente fallida compra de 10 aviones de contrainsurgencia «Pucará» para la Fuerza Aérea de la Guardia Nacional de Nicaragua. Existen muchos misterios sobre la caída del gobierno del Gral. Anastasio Somoza Debayle, el último de los tres presidentes Somoza que gobernaron Nicaragua --especialmente las fuerzas armadas--, desde 1933 a 1979. Los 2 Somoza últimos descuidaron deliberadamente el equipamiento de la Guardia Nacional de Nicaragua, en más de una ocasión expresaron «lo peligroso que era suplir de armas modernas a la Guardia». Ese temor a sus propias fuerzas armadas estuvo basado en la gran cantidad de rebeliones de muchos Oficiales que se frustraban ante la contradicción de la doctrina de patriotismo, profesionalismo y respeto a la ley que se les enseñó y les inculcaron en la Academia Militar de Nicaragua, y las prácticas que se ejercían cuando se incorporaban a los comandos y cargos de la Guardia Nacional, donde prevalecía el favoritismo a los más leales y no a los más capaces. El mismo Gral. Somoza en su libro «Nicaragua traicionada», página 445 (en español), literalmente habla del temor a los oficiales de la Guardia Nacional, con estas palabras durante una reunión con su Estado Mayor el 15 de Julio de 1979: «Tuve la reunión que yo temía más. Era una situación con la que tenía que enfrentarme y estaba lleno de aprensiones. Era la reunión con mi Estado Mayor del Ejército y con los comandantes que estaban luchando en la batalla. Yo conocía bien a esos hombres. Eran fuertes, inteligentes y consagrados al servicio de su patria. Siempre habían sido leales a mi y sabían que lo que yo tenía que decirles iba a constituir una prueba suprema de dureza de su lealtad. Entré en esa reunión con la premonición de que tenía 50-50 por ciento de posibilidades de no salir de la misma vivo. Cualquiera de aquellos generales en batalla podía haber decidido que la rendición era imposible, y que la única alternativa para obtener la paz, era mi asesinato...» Esa vacilación entre la lealtad y la rebelión, que Somoza llevaba hasta su asesinato a manos de la Guardia Nacional, fue lo que más consideró siempre que sus oficiales le sugerían (porque no le podían reclamar), que modernizara el armamento de la Guardia Nacional.
En cada sugerencia de esta clase, Somoza veía un peligro de rebelión. Un ejemplo de esto fue cuando el gobierno de Israél en 1974 le ofreció al Gral. Somoza Debayle un crédito por US$300 millones de dólares (dó-lares de hace 33 años) para modernizar todo el armamento de la Guardia Nacional, incluyendo carros blindados para patrullas, tanques, aviones, cañones, lanzagranadas, ametralladoras, morteros, fusiles Galil y una ensambladora de municiones.
Un alto funcionario del gobierno de Israél, junto con Julio Pataky, representante de las fábricas de armas israelitas, visitaron a Somoza para hablar sobre el crédito blando para la compra del armamento, pero Somoza se limitó a una minúscula compra de fusiles Galil, metralletas Uzi, cascos y otras vituallas menores, para equipar a la Escuela de Entrenamiento Básico de Infanterían EEBI, que estaba bajo el comando de su hijo, el Cnel. Anastasio Somoza Portocarrero y un avión Arava para la Fuerza Aérea. Don Julio Pataky nos relató que el funcionario militar israelita le advirtió a Somoza de la ofensiva que se le avecinaba, y que Somoza le respondió que una Guardia Nacional muy armada era tanto o más peligrosa que una subversión. Efectivamente, las rebeliones de la Guardia Nacional datan desde la guerra contra el Ejército del Gral. Sandino, cuando el Sargento G.N. Fernando Larios el 6 de Octubre de 1929, en Telpaneca, mató al Tnte. Lewis Harold Trogler, del Cuerpo de Infantería de Marina de Estados Unidos, y jefe de Larios, en plena guerra de Las Segovias, donde hubo otras 9 rebeliones de Gaurdias Nacionales contra marinos norteamericanos.
Cuando Anastasio Somoza García tenía 7 días de haber asumido la jefatura de la Guardia Nacional, hubo otro conato de rebelión de Oficiales G.N. El Tnte G.N. Abelardo Cuadra Vega encabezó una fallida rebelión de los Sargentos. Cuadra fue capturado y condenado a muerte y no lo fusiló Somoza García porque lo impidió arthur Bliss Lane, Embajador de Estados Unidos. En 1947 más de cien Oficiales de la Guardia Nacional se rebela-ron a Somoza García y apoyaron al Presidente Argüello Barreto, pero Somoza tuvo éxito en el golpe de estado y los Oficiales fueron capturados, dados de baja y salieron al exilio. Esos mismos oficiales participaron en la insurrección de 1954 para matar al Gral. Somoza García y sus hijos, pero fracasaron y pagaron con sus vidas. Oficiales de la Guardia Nacional exiliados en El Salvador, especialmente el Tnte. G.N. Guillermo Marenco Lacayo y el Captn. G.N. Adolfo Alfaro, apoyaron con entrenamiento y el arma a Rigoberto López Pérez que logró matar a Somoza García en 1956. De modo que el temor de los Somoza a la Guardia Nacional tenía base, y ese temor era mayor con relación a la Fuerza Aérea de la Guardia Nacional (FAN-GN).
Antes de la insurrección contra Somoza Debayle, apoyada por varios gobiernos, incluyendo a Estados Unidos, hubo maniobras de inteligencia para desarmar a la Guardia. Por el año 1970 el Gral. Somoza recibió una oferta de comprarle los aviones de la FAN-GN de parte de un personaje norteamericano a quien se identificó solamente como señor Martin, de California. El Gral. Somoza Debayle aceptó venderle a Martin los aviones Mustangs P-51, Thunderbolts, Viudas Negras, AT-6 Texans, entre otros aparatos, a razón de US$25,000 cada uno (actualmente cada uno de estos aparatos vale un millón de dólares, pues ya son reliquias), dejando a la Fuerza Aérea de Nicaragua (FAN-GN) sin aviones de combate y en indefensión. En 1978 el Tnte. Cnel. (PA) Anastasio Somoza Portocarrero, comandante de la EEBI, habló con su padre y Presidente de Nicaragua para explorar la posibilidad de comprar aviones de combate.
Se nombró a una Comisión de pilotos de la FAN-GN para viajar a la Argentina a evaluar al avión de apoyo táctico Pucará, que en idioma indígena Quechua significa Fortaleza. El Pucará es fabricado en Argentina. La mision era volar y evaluar este avion, lo cual hizo la Comisión y encontraron que era una excelente maquina voladora, específica para acciones de contrainsurgencia, por lo que la Comisión le recomendó al Presidente Somoza la compra ya autorizada de diez (10) aviones de parte del gobierno argentino, incluyendo el crédito correspondiente.
Somoza ordenó a la Comisión regresar a Nicaragua, tuvieron una reunión en las oficinas presidenciales (El Bunker), los miembros de la Comisión le entregaron un detallado informe, pero por toda respuesta el Gral. Anastasio Somoza Debayle dijo que NO se comprarían los Pucará. Uno de los miembros de la Comisión escribió al respecto: «El Pucará, quizas hubiera sido la diferencia en el resultado de la guerra, pues es un avión de verdad, y no los Push-n-Pull o los viejos DC-3 con 2 ametralladoras o los entrenadores T-33 que casi no tenían armamento.
La falta de capacidad aérea fue probablemente la razón o una de ellas por la que Fidel Castro escogió a Nicaragua para empezar su conquista. La aviacion militar de Nicaragua estaba en cero, en el viaje a la Argentina fuimos acogidos espléndidamente por los miltares argentinos, se nos ofreció todo tipo de ayuda militar, no sólo el entrenamineto de los pilotos y mecánicos, sino también reparar los viejos tanques Sherman, actualizar a toda la Guardia Nacional con fusiles Fal, hechos en Argentina; pero todo fue rechazado por el Presidente Somoza. ¿Por qué?, esa pregunta me la haré toda la vida. Los sandinistas, además del apoyo politico y militar de muchas naciones, encontraron a una Guardia Nacional mal preparada, sin Fuerza Aérea y menos aún Fuerza Naval.
Así se escribe la historia, al final de la guerra, los guarditas todavía peleaban con viejos rifles Enfields, cal. 30, de cerrojo tiro a tiro, mientras que los insurrectos andaban con modernos Fal. Miren la foto cuando fusilaron al Sargento Gutiérrez (Macho Negro), todos portan fusiles automáticos proveídos por Carlos Andrés Pérez de Venezuela. El cuento de las pistolitas fue pura propaganda. Una tarde, cuando el Gral. Somoza regresaba de una inspección en la zona Sur, nos dijo que compraría los aviones y otros medios para defendernos, una decisión muy tardía, pues ya teníamos un embargo de armas de larte de Estados Unidos, no obstante y con mucho esfuerzo, se lograron comprar clandestinamente dos aviones T-28 en Africa, los trajimos volando desde allá y pudimos burlar el radar de Cuba, pasando en vuelo rasante por el estrecho de Cuba. Fue toda una epopeya llevarlos hasta Nicaragua.
Con estos aviones se volaron unas cuantas misiones, pero después todo terminó». En esta Foto Histórica, tomada en Argentina, vemos a los miembros de la Comisión para evaluar los diez aviones Pucará. #1- Representante de la fábrica de aviones Pucará. #2 Mayor GN-PA Roberto Amador Narváez (que colaboró grandemente con esta Foto Histórica). #3 Mayor G.N. Julio Chávez. #4- Piloto argentino de pruebas. #5 Tnte. Cnel. GN-PA Juan Gómez. #6 Captn. GN-PA Reynaldo Blanco y #7 Piloto argentino de pruebas. Los aviones Pucará son específicos para constrainsurgencia, tienen dos motores de héli-ce turboprop (Turbomeca Astazou), para dos tripulantes, velocidad máxima 750 kilómetros por hora, velocidad crucero de 480 kilómetros por hora, un range de operación de 3,710 kilómetros, está artillado con cuatro ametralladoras 7.62 mm y capacidad para 3,300 libras de bombas, cohetes, torpedos o minas. Vacío de armamentos y combustible el Pucará pesa 8,860 libras y su peso máximo para despegar es de 15,000 libras. El primer vuelo que realizaron en su estreno, fue el 20 de Agosto de 1969, y participó en la guerra de las Malvinas contra Inglaterra.
FUENTE: http://www.estrelladenicaragua.com/355-EDICION/355-fotohistorica.htm
Saludos!