Cómo en una película de suspenso, para mañana les prometo la historia de otro correntino, Abel Ortiz.
Cuando lean como actuó este soldado en el combate de Darwin, cuál fue su actitud, van a conocer a otro olvidado... pero nosotros tenemos que dar a valor a su historia, y difundirla.
Oscar
Acá va:
"Eric Langer se despojó rápidamente del lanzacohetes, un elemento sumamente incómodo en caso de sostener un combate de encuentro, y de los seis proyectiles que llevaba repartidos entre su pecho y su espalda. Arrastrándose en medio de las balas que pegaban a un lado y otro de su cuerpo cayó de pronto en un pozo; ya estaban allí su compañero Brión y el cabo Zárate. Momentos después, desplazándose desde la derecha del sector, el teniente Estévez llegó corriendo hasta el mismo pozo, ubicado hacia el extremo oeste de las posiciones argentinas, y se tiró en él. Desde allí se asomó y le gritó al cabo primero Olmos:
- ¡Bien Olmito, bien esa MAG! ¡Organizame el fuego y no dejen de tirar!
Después se volvió y le preguntó a Langer:
- ¿Qué hiciste con el lanzacohetes?
Cuando este contestó que lo había dejado tirado, le ordenó que lo buscara. El soldado salió del agujero y nuevamente comenzó a ser acosado por decenas de impactos los que, milagrosamente, no dieron en su cuerpo. Regresó con el arma en sus manos y Estévez le dijo que la cargara y que se dispusiera a seguirlo. A su vez, Langer le pidió a Brión, su abastecedor de munición, que fuera con él. Cuando Estévez se expuso nuevamente para tratar de llegar corriendo hasta el pozo en donde veía una MAG disparando, dos proyectiles enemigos impactaron en él: uno en una pierna y el otro en un brazo, ambos del lado izquierdo, haciendo que su cuerpo diera una vuelta en el aire. Arrastrándose, el teniente llegó hasta la trinchera que buscaba.
Además del soldado Rodríguez, que se encontraba en el fondo de aquel pozo con su complicada herida, unos seis efectivos resistían desde aquella posición. La MAG que Estévez pudo observar en acción era la que pertenecía a Rodríguez y había sido empuñada con una gran decisión por Abel Ortiz, uno de los soldados de la Sección Exploración del Regimiento 12. Este conscripto logró tirar en dirección a la tropa enemiga desde los primeros momentos del combate hasta que una esquirla o un proyectil inglés pegó en el arco protector del gatillo del arma, quebró parte de la cola del disparador y le arrancó una porción del dedo. Sin titubear, el apuntador improvisó un vendaje sobre la herida y siguió combatiendo con su otra mano. Pero minutos más tarde, una bala impactó en su cabeza y cayó desmayado en el fondo del pozo; así permanecería hasta el final del combate, y Rodríguez creyó que había muerto."
Quizá este año, Ortiz sea reconocido como uno de los ignotos valientes del RI 12.
Oscar