Y por lo que he podido leer en algunos lugares, aún tiene gran parte de los cargos directivos vacantes..............
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El Derru
FABIÁN IRINEO PELÁEZ
Increíble nombramiento del vocero de Puricelli y su vergonzosa expulsión
Mal debut de Arturo Puricelli en el Ministerio de Defensa: entre la emergencia de la Fuerza Aérea por Medical Jet y los problemas que le provocó la designación de un vocero que solamente reveló la ignorancia del ministro acerca de los temas castrenses.
28/01/2011
Increíble nombramiento del vocero de Puricelli y su vergonzosa expulsión
El ministro de Defensa, Arturo Puricelli, en la 1ra. Brigada Aérea de El Palomar. Foto: Enrique Cabrera/Télam (18/01/2011).
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CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El suboficial 2do. de la Armada Argentina, Fabián Irineo Peláez, pasó buena parte de sus 38 años de vida alternando su vocación naval y su no menor pasión por el periodismo y la escritura.
Hijo de un empleado civil de la Base Naval de Puerto Belgrano, ingresó en la ESMA en 1987 y alterno destinos a bordo de unidades navales , la propia base naval y el Edificio Libertad entre otros.
Al mismo tiempo cursó estudios de periodismo en entidades zonales y gremiales de Bahia Blanca, y comenzó a despuntar el vicio en el diario naval Gaceta Marinera y en el para nada afín diario provincial La Nueva Provincia, de la familia Massot.
Por esas cosas de la carrera militar, Fabián Irineo fue destinado a Fabricaciones Militares con tareas propias del personal militar subalterno (administrativas), al servicio directo del director de la planta, Arturo Puricelli.
En forma progresiva, Fabián Irineo fue ganándose la confianza de su jefe, el santacruceño Puricelli. Entre tramitación de expedientes, compañías en el vehiculo oficial y alguna mateada, la confianza creció.
Ya nadie duda que la designación de Puricelli al frente del Ministerio de Defensa fue tan veloz e improvisada como la creación del Ministerio de Seguridad para Nilda Garré.
Tampoco es secreto que Garré puso diversas condiciones para hacerse cargo, algunas de las cuales pasaron por seguir ocupando inmuebles propios de su anterior cargo y otras fue la de arrasar con cuanto funcionario fuera de su confianza.
Asi fue que don Arturo llegó a un Ministerio que aún hoy, a 2 meses de haber asumido, tiene la mayor parte de los cargos directivos sin cubrir.
En su desesperación, Puricelli ofreció la estratégica Dirección General de Comunicación Social del Ministerio a su "amigo periodista" el suboficial 2do. de la Armada Argentina, Fabián Irineo Peláez.
Fabián Irineo Pelaez se presentó así en una web:
"Nació en la Base Naval Puerto Belgrano, Buenos Aires, Argentina, el 26 de agosto de 1972.
Escritor, periodista y marino. Recibido de periodista en el Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social de Bahía Blanca. Estudió guión de cine y TV en el Sindicato del Cine Argentino (SICA), Dramaturgia con el Dramaturgo Mauricio Kartún y literatura con la escritora Iris Rivera.
Realizó cursos y especializaciones técnicas y artísticas relacionadas con los diversos modos de comunicación, experimentando vivencias durante 4 viajes, cumplimentado un total de 16 meses de navegación por diversas áreas que componen el Continente Antártico e Islas del Atlántico Sur.
Publicó en las antologías “Poesía y prosa a vuelo de gaviota” y “Unidos por la poesía”. Publicó cuentos y poemas en su libro “Cofradía de Sentimientos”.
Trabajó como redactor y fotógrafo en los periódicos “Indice del Sur” y “Gaceta Marinera”. Publicó en los periódicos “7 de junio” y “Viento Sur”, además en la revista “Puestos de Maniobra”, entre otros. También para radio y TV."
Pero, dentro de la estructura administrativa del Ministerio de Defensa, el cargo de Director General se equipara protocolarmente al de general de Brigada (Ejército), Brigadier (Fuerza Aérea) o Contraalmirante (Armada).
Es decir que el suboficial cebador de mate superó ampliamente el record que ostentaba otro gran cebador de mate -y otras ciencias, más ocultas- José Lopéz Rega
Por otra parte, la designación de un militar en actividad en un cargo de caracter político era algo que solia verse en épocas de dictadura militar pero no registra antecedentes en la democracia recuperada en 1983.
Cabe recordar que en días de Garré, el anterior director de Comunicación, Jorge Bernetti, era poco menos que la sombra de la ministro.
Bernetti participaba en todas las reuniones internas y también en aquellas que se realizaban con funcionarios extranjeros, a los efectos de preparar luego la sintesis de prensa, que era sometida a la aprobación de Garré antes de difundirse.
La presencia de un suboficial en actividad de la Armada en reuniones a las que ni los propios edecanes ministeriales tienen acceso, resultaba impensado hasta la llegada de Peláez.
Según se comenta en Defensa, el roce inicial ya lo tuvo Fabián Irineo con el edecán naval del ministro Puricelli, el capitán de Corbeta Juan Carlos Campana, ya que el suboficial no le guardó el debido respeto militar al oficial.
Campana apenas es un ayudante de órdenes, de muy poca jerarquia en la estructura del ministerio, pero el suboficial es un funcionario relevante: una ridiculez propia de los tiempos Cristinistas, más cercanos a una parodia de Fuerzas Armadas que, tan siquiera, a un ejército popular como el que preferían varios de los funcionarios...
Hábil, y leal solo a sí mismo, el acomodaticio almirante Jorge Godoy omitió puntillosamente cualquier mención sobre el tema al ministro ignorante Puricelli.
Godoy se limitó a fraguar una licencia para el suboficial ahora vocero, al tiempo que le ordenó que 2 veces por semana se reporte al 5to. piso del edificio Libertad (Servicio de Inteligencia Naval).
En medio de tanta improvisación y desprolijidad, nadie pareció advertirle al inexperto marino devenido en funcionario, que la gestión Cristinista no se ha caracterizado por su buena relación con los medios de prensa, en especial con aquellos medios que no dicen lo que ellos quieren escuchar.
Así fué que Don Irineo se despachó el 12/01 con una emotiva carta al diario La Nación con motivo de su aniversario, la que encendió más luces rojas que una rebelión en un cuartel.
Cuando en la Quinta de Olivos tomaron nota que se trataba de un militar en actividad, introducido en las entrañas mismas del poder, la orden fue terminante e incluyó una reprimenda al novel ministro y al veterano Godoy, quien como corresponde ya inició el proceso de pase a retiro del ahora caído en desgracia suboficial Peláez.
Mientras tanto, en el Ministerio de Defensa, los despachos siguen vacios y los papeles se apilan esperando una firma que los haga circular.