Modelo de Guerra Desinformativo
El Barón Rojo
Parte V
Por Kelder Toti.
Napoleón decía a sus generales –“la guerra es un arte en su ejecución”. Y los norteamericanos la han convertido en una ciencia exacta, donde predicen las acciones del adversario y sus resultados, adecuando su estrategia y tácticas al dispositivo enemigo, infringiéndole el mayor daño posible con sus trompetas de Jericó.
Partiendo de la doctrina militar del general italiano Giulio Douhet, que preconiza el poder aéreo absoluto y que demostró sus posibilidades en: Grenada, Irak, Yugoslavia y Afganistán. En ella se pretende alcanzar la decisión con el solo empleo de la fuerza aérea y aeronaval. En la Segunda Guerra Mundial resultó infructuosa donde se contaba con una gran reserva central de caza, tropas capaces de resistir a los bombardeos de saturación y líneas fortificadas, preparadas para tal fin.
El mayor desafío provino de la doctrina soviética de Defensa Antiaérea (DCA) y sus ingenios; su medula espinal son las baterías SAM-2, SAM-3 y SAM-6, que atacan a los aviones a grandes altitudes, y si estos bajan para maniobrar o confundir el sistema de dirección del misil volando a baja altitud, por el rebote en tierra de las ondas de radiofrecuencia; serán atacados con baterías SAM-8, SAM-9 y SA-7 o mísiles portátiles y cañones antiaéreos, guiados por radar de 14,5 mm, 23 mm y 57 mm. Si se utiliza contramedidas electrónicas (ECM), que han transformado la guerra en el aire (gana quien tenga el último grito en microchip), inundando con la misma frecuencia de radio la dirección del misil, desviando su vuelo; en ese caso el misil es dirigido a control remoto y se gobierna visualmente. La ofensiva aérea americana tiene tres fases: en primer lugar, la destrucción de las defensas antiaéreas, seguido de la neutralización de las fuerzas terrestres y la anulación de su capacidad de combate.
Las operaciones comienzan con ataque de fuerzas helitransportadas a un grupo de estaciones de radar, mientras que grupos de comandos se infiltran para señalar con sus láser objetivos tácticos, facilitando la penetración de los aviones invisibles (su nombre correcto es furtivo), a los puestos de comando control y comunicación, atacándolos con F-117 Stealht, B-1 y B-2; destruyendo las estaciones amplificadoras de teléfonos, obligando al enemigo a utilizar la radio, descifrando los criptoanalistas de la marina y SNC sus claves, conociendo sus movimientos.
Identificados los blancos, los F-14 Tomcast, F-16 Falcón y F-18 Hornet dominan la fuerza aérea del adversario, con todas sus fuerzas a su mando, con ataques dirigidos a las estaciones de radar (desde los pasillos creados), unidades de vuelo, instalaciones en tierra, estaciones de comando, control y dirección de tiro, depósitos de suministros e infraestructura básica. Cortando la cadena de mando y el flujo de información, dificultando el desplazamiento de las unidades blindadas y de infantería.
Las acciones de interdicción se extienden con el fin de aislar al adversario de sus bases de suministros y logística, destruyendo cualquier tipo de vehículo, depósito de municiones, puertos, almacenes, fábricas de armas, etc. Mientras los F-15 Eagle vuelan a su máxima altitud, atrayendo el fuego antiaéreo y atacan a los cazas, que logren despejar, asimismo, los AWAC y Hawkeyes, triangulan la posición de los radares y las baterías SAM, por sus emisiones de ondas, ordenando atacarlas a los F-16 y F-18, con misiles antirradar. En los siguientes días, destruyen puentes, viaductos, punto de descargas, talleres de reparación y objetivos secundarios, utilizando bombas inteligentes o Tomahawks: puentes, represas, centrales eléctricas, navegación fluvial y marítima, y refinerías y depósitos de carburantes.
Los B-52, empiezan a operar al ser destruida la aviación y los SAM, acomete bombarderos de saturación en contra de las tropas enemigas, desgastándolas material y psicológicamente, mientras los B-1 y B-2, se dedican a bombardear con bombas guiadas por satélite, los puntos fortificados. Los CH-130 lanzan bombas de altos poder explosivos de 6000 Kg (Daysi Culter) en contra de los bunkers de mando y suministros. Los CH-130 Spectre masacran con sus cañones de tiro rápido a los soldados que entren en pánico o se retiren sin cobertura aérea, aumentando la confusión entre sus filas.
Una opción es dispersar a los aviones y la defensa antiaérea, en el campo manteniendo sus radares apagados y por tanto resultan indetectables al radar a los misiles americanos, y se reservan para la fase dos y tres, cuando los aviones vuelen más bajo y más despacio. Esta estrategia es pasiva y resultó desastrosa en Irak y Yugoslavia, en los bombardeos destruyen su capacidad de contraataque y liquidan a su ejército, sometiéndolo por la “destrucción de los objetivos”, aunque permanezca intacta pierde su importancia estratégica, quien no utiliza un arma a su máxima potencia, tiene tanto como el que no tiene nada, a la larga lleva a un callejón sin salida… La rendición.
El doctor Edward Teller “el padre de la bomba de hidrógeno” opinó sobre los aviones invisibles en el The Wall Street Journal: -“parecen tan fáciles las contramedidas, que incluso en un par de años tiempo considerablemente menor que el necesario para la fabricación del avión, sería suficiente para ponerla en vigor” Las medidas tendentes a detener el ariete aéreo, es el primer paso para en la desorganización de sus planes. La tecnología Stealht utiliza ventajas tecnológicas, aplicadas al fuselaje, pintura antirreflactante que absorben las ondas de radar; la disminución de su perfil para que el radar no distinga la silueta; utilización de sistema de navegación nocturna, etc. Que hacen que el reflejo de las ondas no la distinga en toda su magnitud, confundiéndolo con un pájaro, desde distancias cortas se puede localizar y derribar, como ocurrió en Yugoslavia.
Atentamente
Kelder Toti
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MODELO DE GUERRA DESINFORMATIVO
El Barón Rojo
Parte VI
Por Kelder Toti.
Aunque los B-1, B-2 y F-117 están a la vanguardia de la aviación militar, son lentos antes cazas rápidos. Los aviones furtivos son un instrumento poderoso de destrucción y desmoralización, con un efecto similar al JU-87 Stuka de la Segunda Guerra Mundial, son muy efectivos de noche sin luna, sin un mando de caza agresivo y defensa antiaéreas estáticas, ya que las evade. Se puede desarrollar un sistema P.A.L, que ubique al avión por las emisiones de video, transmitiendo la información a los proyectiles, utilizando baterías móviles que los intercepten en su ruta de vuelo, donde son más vulnerables. Un mando de caza eficaz puede operar de manera diurna y nocturna, bajo cualquier condición meteorológica, y sea capaz de ubicar los escuadrones enemigos y atacarlos, logrando un paragua local, obligando a los cazas a escoltarlos, perdiendo sus ventajas tácticas.
Una de las aristas de la victoria, es la defensa aérea. La existencia de una flota de bombarderos y transporte, supone un gasto oneroso en hombre y material, combustibles y pistas; que delante de la doctrina aeroterrestre no tiene mucho futuro. Lo mejor es construir aviones ligeros, enchapados en madera, zinc y aluminio; de fácil mantenimiento y ensamblaje, dotados con lanzaderas de mísiles de alta densidad de fuego o antitanque, de características polivalentes y adecuado para alcanzar la superioridad aérea local, en todo tiempo, capacidad visual de 360 grados, y de gran radio de acción… Y baratos.
Los pilotos deben ser la flor innata de su pueblo, y todo el dinero que se gaste será bien recompensado en campañas cortas, y estos deben tener un número de horas de vuelo real y de combate simulado impresionante, el promedio avión/hombre es de uno/siete.
Al impulsar la fabricación de armas autóctonas e improvisar a la hora de adaptar el equipo importado, para que tengan mejores prestaciones en el lugar, en las condiciones geográficas del lugar, así como estandarizar las armas y las piezas de recambio, para un manejo más fácil, y darle la mayor tolerancia posible, para que soporten el uso de reclutas toscos a medio instruir. Los centros fabriles deben estar descentralizados y resguardados en refugios antiaéreos, el equipo debe ser ensamblado en la misma fábrica o enviado por pieza, y conducido en tren o por carretera al campo de batalla.
El Guerrero del Futuro
Existen tres tipos de ejércitos: el conscripto, el profesional y el ideológico, que actúan en los albores del siglo XXI. El primero está compuesto por voluntarios, que tras un breve entrenamiento sobre el uso de las armas, cumplen un servicio de uno a dos años. Se destacan en la infantería, paracaidistas y unidades motorizadas, siendo indispensable oficiales políticos, que expliquen la importancia de la lucha y su misión. En conflicto prolongados tiende amotinarse y a desertar, y son indispensables como reemplazo a las bajas del frente, con rapidez. Por lo general, deben estar imbuidos en un nacionalismo agresivo, que las haga luchar, vencer y morir.
El soldado profesional es el que hace vida en el cuartel, y se convierte en un especialista de la guerra, se distingue: la actitud, los recursos, el dinero y el tiempo que pasa entrenándose. Su valoración se concentra en el desempeño físico y académico, esto le permite utilizar armamento sofisticado, costoso y obtener un mayor rendimiento que el recluta bisoño. La desventaja, es que se tiene que derogar en altos sueldos, sus dimensiones son reducidas, utiliza “armas enchapadas en oro” y sus ambiciones se profesionalizan, conduciéndose entre intrigas y desordenes palaciegos.
En campañas prolongadas es difícil reponer sus pérdidas en hombre y equipo, por su nivel alto de instrucción y calidad: Es poco dado a cambiar de estrategia y tácticas, y se le puede someter a toda clase de tensiones, para que las maneje en situaciones reales. Tiene una gran capacidad combativa, rindiéndose cuando se ve sin salida.
El soldado ideológico es el que lucha por un ideal, lo que lo conduce al fanatismo. La fe mueve montañas, el dinero mueve el mundo y el fanatismo lo conquista. Los oficiales y suboficiales provienen de la tropa, se estimula la camaradería y se mezclan entre ellos, para poder conocerlos personalmente, deben competir en equipos, uno contra otros, en acciones deportivas. Es más fácil construir una disciplina que haga hincapié en el trabajo en equipo e individual, en vez de una obediencia ciega. Esto se promueve con un gran programa estricto de educación física, a través de horarios rigurosos, comida escuálida, entrenamiento intensivo del personal y en armas. El entrenamiento debe ser independiente de una unidad a otra, reforzando el combate individual sobre el colectivo. El resultado será que los soldados pasarán más tiempo en el campo de instrucción que en los cuarteles, se les tiene que enseñar a luchar en el campo o en la ciudad. Se espera que llegue a unos niveles de resistencia física capaz de verdaderas proezas. Ellos deben tener un adoctrinamiento que presente una cosmovisión del mundo, que justifique su lucha, sus máximas deben ser: flexibles como el cuero, resistente como el acero y ligero como el caballo. Estos principios son norma en los campamentos de instrucción, buscando conciencia de cuerpo de combate, espíritu guerrero, capacidad de decisión, autodominio y reciedumbre.
El entrenamiento se prohíbe los ejercicios en los cuarteles, concediendo especial importancia al sentido de la astucia, tiene que aprender a vivir en el ejercito, o sea a sobrevivir sobre el terreno, él debe cuidarse así mismo, con un reducido servicio de abastecimiento que redundará en un problema táctico al enemigo, al limitar los suministros a combustibles y municiones, y si es preciso la población deben participar en ella.
El guerrero ideológico debe ser conocedor de su ambiente, y la única manera es explorarlo y entrenarse en él, con el fin de librar los combates sobre el terreno más adecuado, logrando que la geografía luche por él. En el “reino del ordenador”, las computadoras localizan los lugares más idóneos para atacar y defenderse, deduciendo el plan de ataque del enemigo. La única manera de vencer al enemigo tecnológico, es hacer que los elementos (flora, fauna, topografía y clima) luche por ti. En la planificación, la geografía es un factor importante, en la campaña puede tener un peso importante: un ejemplo la defensa flexible adoptada por los rusos ante la operación Barbarroja, lo que demoró el cerco a las principales fuerzas rusas, y facilitó que el “general invierno”, viniera en su auxilio.
Su entrenamiento se centra en el enmascaramiento, en contra de los detectores visuales, auditivos, magnéticos, térmicos, electrónicos y en el arte del camuflaje y zapa, que dificultarán su detección por la fuerza aérea. Y tiene una gran capacidad de burlar los aparatos de radio, resistencia de lucha cuerpo a cuerpo, de día y de noche, bajo fuego intenso (12).
Atentamente
Kelder Toti
(12) El haber inculcado estos principios a la Guardia Republicana, a la Guardia Republicana Especial y a los Feddayin de Saddam permitió tener voluntarios para emprender la guerra de guerrilla urbana.
La Batalla de las Hormigas
La doctrina terrestre americana implica movimientos de corta duración, en coordinación con la fuerza aérea, que aniquilen al enemigo, teniendo equipo de respaldo en alerta y a mano, recibiendo los problemas militares una solución militar, y no de acuerdo a un plan político. El Coronel de la U. S. Army, Ken Keen las definió: “La estructura de nuestra fuerza es muy parecida a la de una unidad ligera de infantería… (Sus operaciones) se hacen en cualquier lugar con operativos del tamaño de un pelotón, o como hicimos en La Tormenta del Desierto, con poco más de un batallón. Me gustaría decir que somos una fuerza táctica de impacto estratégico”.
Las operaciones de comando con soldados profesionales son espectaculares, y nunca determinan por sí sola la guerra, pero sirven para confundir y desconcertar al enemigo, carcome su moral, sustrae información y los presiona, y prepara mazazos demoledores a las fuerzas regulares. Por ello deben existir fuerzas motorizadas que hostiguen y casen a las fuerzas de elite del enemigo, y operen en contra de sus unidades, aeródromos, depósitos de suministros y cuarteles generales, desgastando su capacidad de repuesta.
Se ordenará un reconocimiento en profundidad, por delante del cuerpo principal para cerciorarse del orden de batalla del enemigo, en vez de fiarse exclusivamente de la inteligencia táctica que se pueda disponer, porque pudiera ser errática. Entre las medidas preventivas: un absoluto silencio de radio antes del ataque; las órdenes preparatorias no se transportarán en avión, ni se transmitirán por radio ni teléfono, ni siquiera en clave; se llevarán diarios de guerra especiales, las tropas que fueran poco dignas de confianza serán retiradas del frente y se amenazará con represalias de muerte a la familia de los desertores.
Las unidades destinadas a la ejecución de misiones especiales, se vestirán con uniforme del enemigo y sobre vehículos utilizados por él, aprovecharán la sorpresa creada por el ataque para confundirse entre las tropas enemiga en retirada, llegando con ella a puntos neurálgicos. Su misión consistirá en sabotaje y producir confusión en las filas enemigas, con objeto de simplificar el avance de las unidades, que alcanzarán sus objetivos mediante un rápido avance.
Se insistirá en la decepción destinada a confundir al adversario, engañándolo para que crea que el ataque se va a producir en un sitio, atacando en otro, empeñando sus reservas. La fuerza aérea contribuirá en la concentración en un lugar y atacando en otro, cosa que solo se pondrá lograr disponiendo de un gran número de aviones. Una conseguida la sorpresa de las divisiones motorizadas y de cañones de asalto se abrirán paso, ayudada por fuerzas de asalto, que atacarán con lanza cohete y mísiles antitanques, en la oscuridad de la noche. Las fuerzas acorazadas no entrarán en juego hasta que no éste abierto la brecha, con intención de preservar su potencia de fuego, hasta los momentos cruciales de loa batalla.
Las fuerzas acorazadas explotarán la brecha, sin esperar a que se consolide su posición. Su misión es ocupar los sitios dominantes, y dependerán de su puntería y manejo de sus armas. El avance de los blindados será precedido de un nutrido fuego de ametralladora y artillería de fragmentación, ante la posibilidad del enemigo usar lanzacohetes y mísiles antitanque a mansalva, superándola y abriéndose paso. Utilizando las divisiones motorizadas que se apoderarán de encrucijadas, puentes y lugares donde se embotelle el enemigo, desorganizando su marcha y formación de combate. Se pudo apreciar su efecto devastador de los batallones motorizados con cañones de tiro rápido, mísiles portátiles y ametralladoras pesadas, en la guerra de Libia-Chad, donde columnas de Toyotas, vencieron a batallones completos de T-54 y T-55 libios.
Las fuerzas blindadas tendrán prohibidos ataque frontales contra puntos fortificados, así contra la infantería que posea armas antitanque, su objetivo es rebasarlos y cerrar el cerco, perseguirlos cuando se retiren y atacarlos al huir, dejando a la infantería la tarea de destruirlos, dando un golpe tan certero como el del martillo a la nuez.
La función de las fuerzas acorazadas en combinación de las divisiones motorizadas, es ofensiva y defensiva, sostendrán el frente ante la embestida de fuerzas contrarias y dará apoyo artillero a la infantería, y contraatacará con tácticas de guerrilla, protegiendo los flancos de la infantería, reuniéndose para emboscar o en ataques locales a los suministros o columnas motorizadas, donde cuenten con una superioridad abrumadora, dispersándose cuando aparezcan tanques en masa (a menos que las circunstancias sean muy favorables, desconociendo el enemigo su número y dispositivo). El éxito de una defensa flexible del frente, dependerá de una poderosa reserva móvil de cara al frente, que se infiltre y ataque, ya que la aplastante superioridad aérea de los americanos, jamás permitiría que tomen posiciones defensivas, llegando demasiado tarde, si es que llega a ver al enemigo, limitándose a cortar su logística, atacar sus depósitos y cuarteles, mientras las unidades motorizadas penetran hasta donde puedan soportar sus líneas de suministros, en función similar a la caballería, destruyendo todo a su paso, perdiendo la ofensiva su capacidad demoledora.
La actuación de la Guardia Republicana, en la Guerra del Golfo, con una potente artillería, con los excelentes tanques T-72 y fuerza de cobertura, nada pudieron hacer contra fuerza preparadas, dotadas de artillería anticarro y cobertura aérea. Los ejércitos que se baten en campo abierto, tienen pocas oportunidades de defenderse si no cuentan con protección aérea, las grandes batallas de este siglo serán de asedio, en ciudades altamente urbanizadas como: Mogadiscio, Beirut o Saigón, y nunca en campo abierto, donde los atacantes perderán su homogeneidad, con la ventaja que las ciudades se prestan para acciones defensivas, de ahí la importancia de que cada unidad se forme en una localidad o barrio en concreto, y conserve su nombre de pila, esto les dará una mayor cohesión al verse rodeado de amigos, con quienes comparten un pasado común, el soldado gozará de una moral a toda prueba, que lo ayudará ante el diluvio de fuego de los bombarderos de saturación.
Toda victoria se basa en el empleo de medios masivos y la capacidad industrial aparejada. Las armas que dispone el soldado deben darle confianza en la victoria, la moral de los americanos no se encuentra en sus mandos, sino en sus nuevos juguetes, y solo con armas confiables, uso adecuado y abundante, se podrá obtener un empleo eficiente. La técnica y la tecnología no son nada, sin una instrucción masiva de sus mandos, dotaciones y personal técnico, aquí radica el mayor problema del Tercer Mundo. Los países subdesarrollados deben instruir y organizar en poco tiempo a comandantes, instructores y artilleros, etc. Lo que sería una hazaña, que requerirá de instalaciones, instructores y escuelas a gran escala, todos preparados para soportar el peso de una de las maquinarias militares más impresionante del planeta.
Conclusión.
Las fuerzas armadas norteamericanas tienen cuatro fallos fundamentales. El primer fallo reside en su concepto estratégico de la logística y de las fuerzas de acción rápida, que las hace depender de aliados volubles, en los diferentes teatros de operaciones, extendiendo excesivamente sus comunicaciones, si se proyectan submarinos de reconocimientos y ataque, capaces de hacer travesías interoceánicas, sin repostar y lanzar ataque a instalaciones aeroportuarias, con mísiles tácticos o con mísiles tierra-aire a los aviones de transporte y con torpedos a los barcos mercantes, con agresividad; destruyendo y retardando los suministros. En vez de empeñarse en hacerlo operar en combinación de la flota de superficie, como el caso argentino en la guerra de Las Malvinas, la historia del conflicto se hubiera escrito de manera muy diferente.
El segundo fallo es la irritante cuestión de la infabilidad de la tecnología Stealht. Se tiene que experimentar con técnica alternativas y desarrollar nuevos sistemas operativos, aplicado a los aviones, tanques y barcos. Los norteamericanos no consideran necesario otros sistemas, que no sea relacionado con el procesamiento de información, porque creen asegurada la superioridad estratégica sobre sus contrincantes. Quizás desarrollando nuevas armas se lograría una ventaja técnica que sería decisiva en guerras prolongadas.
El tercer fallo reside en la superioridad de la fuerza aérea, el problema militar más peliagudo del siglo XXI. Se tiene que aumentar la cadencia, movilidad y el techo de los cañones antiaéreos y sus cantidad, los mísiles antiaéreos tienen que ser lo más versátiles posible y se debe contar con una sombrilla aérea para el ejército y la marina costera. Y no contar con una cobertura aérea, es estar indefenso a sus ataques y a la derrota.
Y el último fallo, es que las fuerzas armadas estadounidense son extremadamente heterogéneas, siendo muy difícil que en circunstancias apremiantes puedan cambiar sus tácticas, dependiendo en exceso de las directrices del Pentágono, de ahí la importancia de la interrupción de la transmisión de datos, que deben ser interferidas antes de comenzar o en medio del combate.
BIBLIOGRAFIA
John Pimlott: Luftwaffe: La historia ilustrada de la Fuerza Aérea Alemana en la II Guerra Mundial. (Agata, Madrid, 2002).
Ladislao Farago: El juego de los zorros. (Lasser Press, Mexico, 1980).
A.J.Baker: La Guerra del Yom Kippur: enfrentamiento árabe-israelí 1973. (San Martín, Madrid, 1975).
Arthur Swinson: Incursiones: fuerzas de choque del desierto. (San Martín, Madrid, 1971).
David Irving: La Guerra de Hitler. (Planeta, Barcelona, 1989)
Richard Humble: La flota de altamar japonesa. (San Martín, Madrid, 1980).
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Kelder Toti
--- merged: Apr 10, 2012 5:57 PM ---
Es posible, la estrategia que se aplicó en Irak, fue una mezcla de varias doctrinas militares.
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Kelder Toti