Excelentes fotos, Andrés!
Muchas grácias por compartirlas.
En cuanto a tus palabras, concuerdo en todo con lo que decís. De hecho, hay que tener en cuenta que más allá de los grandes rallys del partido y el rígido movimiento de másas, la gente seguía siendo gente. Había que vivír, había que seguír laburando... incluso habiendo guerra. También hay que agregar que muchos eran rehénes de ésa Alemania. Muchos se vieron obligados a levantar el brazo porque no les quedaba otra. Llegó un momento en el que no se pudo escapar del Reich, como en la Cúba castrista; decir: "soy objetor de conciencia" para la guerra, era el fusilamiento inmediato. Decír: "Hitler nos está llevando a la ruina", era ganarse un viaje todo pago a las instalaciones de la Gestapo (en el mejor de los casos), o ser mandado a los campos, de donde no regresarías.
En cuanto a los que pudieron huír lo hicieron dejándolo todo atrás y con muchísima suerte. Familias llegaban a Buenos Aires, vía Dinamarca, vía Francia, España, Itala, sin nada... pero, nada; y la mayoría faltandolés alguien, sino el resto de la familia a la que ya mataron.
Para aquellos que tuvieron la desgracia de quedarse, el destino fué terrible. Con la guerra, se desmoronó toda la propaganda de los años 30 y ya no había qué comer. Alemania era como un paisaje lunar, en donde la gente se peleaba por carne de caballos muertos en la acera de las ciudades destruidas... Si tenías suerte ya eras demasiado viejo como para ir al frente ruso, o demasiado jóven para trabajar en las fábricas. Pero cuando el gran ejército de los hombres invencibles se desquebrajó, el frente de guerra era salir de casa a la calle. Viejo o jóven... todos al matadero.
Fué algo horrible...
Saludos!!!
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