INVAP era una empresa a la que nadie le daba importancia. Cuando ganaban un contrato tenían que llamar a los diarios y pedir por favor que le publicaran una nota. Estaba desperdigada en siete locaciones diferentes (muy pedorras por cierto) de Bariloche.
Vino un gobierno que fue el primero en visitar la empresa, que les construyó una sede nueva y acorde a la jerarquía de la institución, le construyó el CEATSA, le dio el proyecto de los ARSAT, los radares, el SARA, la TV digital, etc, etc, etc. La planta de personal se multiplicó por cuatro.
Si los científicos cada vez que tiene la oportunidad o un micrófono enfrente dicen “gracias Nestor”, me parece bien. En la vida hay que ser agradecido. ¿Tan difícil es de entender?
Vino un gobierno que fue el primero en visitar la empresa, que les construyó una sede nueva y acorde a la jerarquía de la institución, le construyó el CEATSA, le dio el proyecto de los ARSAT, los radares, el SARA, la TV digital, etc, etc, etc. La planta de personal se multiplicó por cuatro.
Si los científicos cada vez que tiene la oportunidad o un micrófono enfrente dicen “gracias Nestor”, me parece bien. En la vida hay que ser agradecido. ¿Tan difícil es de entender?