Panteón guerrero del Paraguay cementerio municipal de San Nicolás.
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Triste olvido de los muertos por la Patria
Disparador
Cristina Kirchner. Al llegar al Paraguay el miércoles pasado.
Autor: Marcelo A. Moreno
La ideología, y no es ningún descubrimiento, suele cegar cuando no estupidizar, entre el cúmulo de sus males. Millones de españoles durante décadas y décadas creyeron que el dictador Franco era el “Caudillo por la Gracia de Dios”, como instituyeron sus aduladores. Lin Piao, presentido como sucesor del líder chino Mao Tsé Tung, aseguró que éste era inmortal. Otros de sus seguidores sostuvo que viviría más de 10 mil años y millones y millones de chinos, que era el nadador más importante del mundo. En la Unión Soviética de Stalin, los términos “líder” y “maestro” se reservaban para el déspota y en la escuela se ensañaba que era “el mejor amigo de los niños”. Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, asegura que el extinto Hugo Chávez se le aparece, después de muerto, en forma de pajarito para propinarle mensajes.
Se sabe, porque nos lo ha repetido a lo largo de estos años, que la doctora de Kirchner guarda una enorme simpatía por el bando, por así llamarlo, jacobino de la Revolución de Mayo (Moreno, Castelli y Monteagudo) y también por el partido Federal, con Rosas y Dorrego como emblemas, en la Guerra Civil que desangró a la Patria. Sus opiniones, las del revisionismo histórico, son tan válidas como las que se inclinan por la moderación de Saavedra en 1810 y las que prefieren el bando unitario en la Guerra Civil y reivindican a Rivadavia, José María Paz y Sarmiento. Los historiadores profesionales, en general, no se enrolan en las facciones del pasado y prefieren una mirada aséptica sobre los hechos que ocurrieron hace casi dos centurias. Pero la Presidenta es abogada y no historiadora, y tiene todo el derecho de expresar lo que siente.
En la semana que pasó, la doctora de Kirchner visitó al Paraguay y entregó muebles que pertenecieron al mariscal Solano López y que estaban en Entre Ríos en calidad de trofeos de la Guerra del Paraguay.
La Presidenta dijo: “Yo sé que para todos los paraguayos y paraguayas que llevan muy adentro muchas cosas que les pasaron, que tuvieron que sufrir y que tal vez les fueron relatadas por sus abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, el de hoy no es un día más, es un día donde un país, que en algún momento fue conducido por autoridades que eran manejadas desde afuera y pasó lo que pasó, está reparado esos… que no fueron errores tampoco, fueron políticas, yo me resisto a decir que se equivocaron, nadie se equivocó cuando vino acá a destruir al Paraguay, querían que ese Paraguay industrial, que fabricaba locomotoras, rieles de trenes, que tenía fundiciones de hierro, no fuera un país industrial sino apenas un país de materias primas con mano de obra esclava y barata. Que esto es lo que siempre quisieron para nuestros países. Así que aquí no hubo errores, hubo políticas claras y deliberadas, que nosotros no compartimos y venimos hoy a reparar.” Paso a relatar hechos, no opiniones. El dictador paraguayo Francisco Solano López, viéndose perdido en su guerra contra Brasil, le pidió al gobierno argentino que le permitiera pasar por la provincia de Corrientes para invadir Uruguay. Como Bartolomé Mitre, presidente de la Nación, se negó, en virtud de la neutralidad que proclamaba la Argentina en el conflicto, en marzo de 1865 Paraguay declaró la guerra a nuestro país, acusándolo de complicidad con Brasil y con uno de los bandos que pugnaba por el poder en Uruguay. De inmediato, una fuerza armada paraguaya invadió la ciudad de Corrientes e intentó pasar hacia Uruguay. La Argentina se defendió y recién en septiembre logró liberar a Corrientes de la ocupación. Después, aliada con Brasil y Uruguay, tras una ardua y sangrienta lucha, ganó la guerra contra Paraguay.
Las cifras varían tras la niebla de la historia. Algunos afirman que 5.000 argentinos perdieron la vida en la contienda. Otros, algo exagerados, llevan el número a 30 mil. Peor, mucho peor, les fue a los paraguayos que, conducidos por un líder que no admitió la inminencia de su derrota, llevó a su pueblo al sacrificio en una masacre horrible. La guerra fue polémica y tuvo críticos acérrimos también en Argentina. Pero la sangre derramaba por tantos miles de compatriotas no merece el desprecio por más razones ideológicas que se esgriman.
Ojalá dentro de una centuria no haya un gobernante argentino que les restituya los pocos trofeos de la guerra de Malvinas a los ingleses con el argumento de que fue una contienda decidida por un déspota y, olvidando a los cientos de vidas que se inmolaron en combate, termine instalando un busto de la Thatcher en alguna plaza.
Y la ideología del que escribió la nota?
Nada, bien echo lo de la devolución, continuando los pasos de Alfonsin.
Saludos
Vos decís que también habría que devolverles a los Ingleses los trofeos de Guerra de 1982 que tenemos de ellos?
Por otro lado...que tiene que ver la ideología del que escribió la nota?, porque en general los K o quienes los apoyan reducen todo de una manera simplista a un tema ideológico?....pienso que en general eso es para facilitar un contraargumento y descalificar sin mayores bases el "comentario/punto de vista" de la contraparte con la que se mantiene una discusión.
La verdad que el argumento que usa el Gobierno de turno para devolver estos trofeos, lo veo "oportunista" y de cabotaje...es decir para la tribuna local.
Decir que Paraguay fue víctima de una "conspiración" de las Potencias del momento.... porque era una "potencia industrial" emergente, y que los Gobiernos de la triple alianza sólo fueron unos títeres de estas Potencias (aprovechando a pegarle a La Nación...por su Creador)..., más allá de que sea cierto o no (de lo cual tengo muchas dudas, ya que de la bibliografía que hay sobre ambas opiniones, no veo nada concluyente ni para un lado ni para el otro), ni siquiera lo justifica. Paraguay, no fue una víctima, el Mariscal Francisco Solano López tampoco fue un adalid de la Democracia y la Libertad..., y por sobre todas las cosas, ese déspota antepuso sus propios intereses (Nacionales y Personales) sobre la vida de miles de ciudadanos Argentinos, y luego prefirió la casi extinción de su Nación antes que reconocer el fracaso de su estrategia (cualquier paralelismo con la realidad Argentina....se los dejo a su criterio).
Puedo aceptar que se devuelvan trofeos porque se quieren sanar heridas entre las partes (que hoy ni siquiera existen), aunque no lo comparta, pero devolveros para sacar un rédito "argumentativo" para tribuna local...., es inaceptable para mí.
Nada tiene de comparación lo de 1982 a lo de la Triple infamia
Nada tiene de comparación lo de 1982 a lo de la Triple infamia
¿A que se remonta la guerra del 82? . A la invasión de las islas Malvinas por parte de los ingleses en 1833.Nada tiene de comparación lo de 1982 a lo de la Triple infamia
¿Alfonsín? ¿No fue Perón el que devolvió los trofeos de guerra al Paraguay?Y la ideología del que escribió la nota?
Nada, bien echo lo de la devolución, continuando los pasos de Alfonsin.
Saludos
Todos no los devolvieron....hasta ahora¿Alfonsín? ¿No fue Perón el que devolvió los trofeos de guerra al Paraguay?
OK, gracias por la aclaración, pero según estoy viendo, el que comenzó con la devolución fue Perón, no Alfonsín. No sé por qué lo menciona.Todos no los devolvieron....hasta ahora