Reclutas de cuatro patas: los perros que sirven en el ejército
2 de abril de 2015
Alexánder Korolkov, para RBTH
En el centro de adiestramiento de perros auxiliares N.º 470 se prepara la élite de las tropas caninas. Actualmente, hay más de 400 futuros expertos en la última etapa de preparación militar. Es es necesario estudiar seis meses, superar un curso de preparación militar general y veterinaria.
Fuente: Ria Novosti / Egor Eryómov
La especialización en cinología, estudio relativo a los perros, es una de las más prestigiosas dentro del ejército, de ahí que el Ministerio de Defensa prefiera que estos tengan una especialización asociada en el ámbito civil, como veterinaria o zootecnia.
También se tienen en cuenta las cualidades personales del candidato: las posibilidades de convertirse en cinólogo son mayores entre las personas pacientes, dóciles, cumplidoras y capaces de soportar trabajos monótonos, pues el adiestramiento de perros implica la repetición constante de órdenes y actividades.
La elección de la persona adecuada supone la mitad del éxito en este binomio laboral entre el hombre y el perro, ya que en las etapas iniciales de entrenamiento pueden producirse numerosos roces entre ellos que, sin duda, afectarán a la ejecución de las tareas.
En el criadero de perros ‘Estrella Roja’, que se encuentra en el centro de especialización 470, se desarrolló en 1954 una nueva raza: el terrier negro. A esta raza también se la conoce como ‘el perro de Stalin’.
“Lo más difícil, por raro que parezca, es la preparación inicial”, cuenta a RBTH Vadim Popov, que sirvió en el centro de especialización 470 durante el servicio militar obligatorio.
“El proceso general de adiestramiento apenas se diferencia del civil: se enseña a los perros a caminar junto a su adiestrador, se les acostumbra a llevar collar y correa, practican saltos, subida por escaleras verticales y natación. Al comienzo de la relación con el animal se cometen errores: por ejemplo se suelen dar mal las órdenes y el perro no las comprende; o bien, se sobrestima la capacidad del animal y se le dan órdenes demasiado exigentes”, afirma.
“Sin embargo, al principio del curso de preparación militar el progreso del animal es ya evidente y resulta más fácil enseñarle a realizar tareas realmente complejas, como no reaccionar a los fogonazos de los disparos y explosiones, a distinguir entre el frente y la retaguardia o a detener a los intrusos”.
Tecnología viviente
Actualmente, el aprendizaje en el centro N.º 470 se centra en dos áreas principales: la detección de minas y el servicio de guardia.
La misión de un perro guardián es oler al infractor cuando se encuentra a una distancia larga y dar la voz de alarma para advertir a los centinelas de la presencia de un extraño. El perro decide de forma independiente si debe atacar al intruso y puede asaltarlo en caso necesario.
Actualmente, la detección de minas desempeña un papel más importante que el de la vigilancia, lo cual se debe a la presencia de amenazas terroristas.
Además, los perros detectores de minas son insustituibles, pues superan a cualquier dispositivo desarrollado con esta finalidad.
Durante la Segunda Guerra Mundial los perros del ejército sacaron a 700.000 soldados heridos del campo de batalla y los condujeron a los hospitales de campaña, destruyeron más de 300 tanques y entregaron 200.000 mensajes urgentes.
Según el capitán Dmitri Karachevski, aún no se ha inventado nada mejor que el olfato de un perro. Incluso los detectores de minas más modernos podrían no reaccionar ante una mina con carcasa plástica, mientras que un perro —al estar preparado para captar el olor de los explosivos— siempre la encontraría.
Los cinólogos experimentados aseguran que un perro encerrado dentro de un edificio es capaz de oler un explosivo que se encuentre, por ejemplo, dos plantas más arriba. La especialización laboral depende de la raza. Quienes mejor se adaptan a los entrenamientos para la detección de minas son los spaniel y los labradores, mientras que todos los tipos de pastor alemán, los rottweiler o el perro guardián de Moscú son ideales para las tareas de vigilancia, ya que son más corpulentos, fuertes y, lo más importante, agresivos.
Propiedad del ejército
A veces los perros vienen para un servicio activo junto con su dueño, trabajan los dos juntos durante un año y después se vuelven a casa. Aunque esto no es algo habitual. En general, el recluta y el perro se conocen en el centro de adiestramiento, donde los animales sirven de media unos ocho años (tras el periodo de adiestramiento se envía a los perros al ejército) y los reclutas un año. De modo que los perros cambian de dueño unas siete u ocho veces.
A menudo, los instructores están muy vinculados a sus perros, pero no se permite a los soldados llevárselos a sus casas. Los perros soldados son propiedad del Ministerio de Defensa, igual que los tanques y los aviones.
No obstante, cuando los ‘cuadrúpedos de la guerra’ se retiran, una comisión especial los envía a las casas de los militares para garantizarles una ‘jubilación’ digna.
http://es.rbth.com/cultura/technolo...as_los_perros_que_sirven_en_el_eje_48711.html