Malvinas, de pelicula

Iconoclasta

Colaborador
Yo creo que la identificación va a ser espontanea, porque los hombres que fueron a Malvinas, no eran distintos a vos o a mi. Argentinos. De todos los puntos del país.

Hombres que estuvieron en una situación extrema, nadie ama las guerras, pero supongo que todos somos leones a la hora de defender a nuestras familias, y este es el valor que se pone sobre la mesa. Esta es la identificación y el paralelismo.

Yo estoy juntando las historias que van poniendo, después hagamos entre todos una selección y vemos que sigue. No puede ir mal.
 

Andrew_93

Forista Permanente
Yo creo que la identificación va a ser espontanea, porque los hombres que fueron a Malvinas, no eran distintos a vos o a mi. Argentinos. De todos los puntos del país.

Hombres que estuvieron en una situación extrema, nadie ama las guerras, pero supongo que todos somos leones a la hora de defender a nuestras familias, y este es el valor que se pone sobre la mesa. Esta es la identificación y el paralelismo.

Yo estoy juntando las historias que van poniendo, después hagamos entre todos una selección y vemos que sigue. No puede ir mal.

Pero ahí ya tenes que mostrar que hacían en su vida diaria para que se sientan identificados con una persona común que termina en las islas, pero si la idea de la película seria destacar acciones y ya están en situación de guerra... yo creo que la gente no sabe lo que es realmente la guerra, de hecho si no estuviste en una, solo podes imaginar como seria, y puede que no sean distintos a vos o a mi o a muchos otros argentinos, pero nosotros 2 estamos en un foro militar y tenemos contacto con los veteranos y tenemos la suerte de ver que son personas ademas de soldados, quizás tenemos un sentimiento mas cercano que otras personas que no están informadas por eso no nos costaría identificarnos al final no somos tan "comunes". Todos somos leones para defender a nuestras familias pero ellos fueron por sus familias y por las del resto de los argentinos esa creo que es la diferencia.
Nunca viste películas de guerra yanquis en la que solo te encariñas con el personaje pero no te identificas? Eso es lo que no me gustaría que pase :/

La clave (para mi) de relatos salvajes es que eran situaciones cotidianas, multas de autos, separaciones, furia de carretera, que te enteres que tu pareja te engañaba, encontrarte con alguien que arruino a tu familia entre otras, si bien después se llevaban a un extremo violento la gente se identificaba con la parte cotidiana de esas situaciones y con cosas que se le podían llegar a pasar por la cabeza en el momento como poner una bomba en el playon donde dejan los autos remolcados, pero no con los personajes (quizas solo con bombita), la novia de la ultima escena es Maria Elena de casados con hijos, quien se acuerda del nombre de la piba en la pelicula, una guerra por suerte no es cotidiana. (al menos aca)
 
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FerTrucco

Colaborador
Personalmente, creo que para abrirle la cabeza a mucha gente que hoy ignora el tema primero hay que llegarle. Y para llegarle, conviene que sea algo "masivo" (llámenlo "hollywoodense", o "industrial", o lo que fuere). ¿Ejemplos? Whisky Romeo Zulu (durante unas semanas la gente "común" escuchó hablar de flaps, rudders, etc.). La historia fue contada de manera ágil y entretenida.
En lo que respecta a Malvinas, hay ejemplos de sobra sobre la manera de encarar una buena película de guerra: Rescatando al Soldado Ryan, El Francotirador (la de Clint Eastwood, me refiero), o incluso Fuimos soldados (aclaro que no estoy calificando individualmente cada película, sino distintas maneras de contar historias -en este caso- de gente que participó en episodios de guerra).
Entonces, se puede tomar "individualmente" la historia de Estévez (por ejemplo), o del RI 25 en su conjunto, tanto desde la óptica de un protagonista real como de una persona de ficción (tomo como ejemplo en este último caso el relato que Bóveda hace en La odisea del Submarino Santa Fe, desde la óptica de un personaje que no existió). ¿Qué pasaría si se toma la vida de Estévez, contándola -por decir algo- como Piñeyro se ubica en WRZ (desde niño)? ¿O qué pasaría si se toman a dos o tres personajes separados (algún aviador, algún infante, algún helicopterista) y sus historias van confluyendo en Malvinas?
Ideas, nomás...
 
Otros temitas a tener en cuenta y que también se podrían poner algunos comentarios e imagenes informativas.
Esto me llegó a mi correo privado por el Amigo Alejandro Gallo.


Cuando el ser MILITAR no es un privilegio !!!!!!

El gobernador de las Islas Malvinas General Menendez y su hijo el subteniente Menendez quien cruzó a Malvinas con su Regimiento de Infantería 5 !!
En 1982 los militares tenian el poder de facto (Gobierno, P.E.N. y FF.AA.) , COMODAMENTE pudieron haber enviado a sus hijos militares de vacaciones a cualquier lugar en el extranjero hasta la finalización del conflicto. Militares de la mas alta graduación perdieron la vida en valerosas acciones de combate (Comodoro De La Colina - Capitán de fragata Giachino -Coronel Arevalo).De todas las jerarquías ofrendaron su vida y sus restos descansan en las heladas aguas del atlántico y en la turba malvinense. El 60% de los muertos eran militares que donaron su sangre junto a sus soldados. El teniente primero Martella murió en Malvinas (hijo del General Martella)
El subteniente Gutierrez sufrió mutilaciones de sus miembros ( Hijo del General Gutierrez)
El Coronel Dorrego perdió a su yerno en -Malvinas ( Teniente Ramos)
El suboficial Mayor Sosa Perdió a su hijo ( Teniente Sosa)
El sub-alférez de G.N. Guillermo Nasiff murió en Malvinas ( hijo del Comandante Mayor de gendarmería Nasiff)
Heridos graves : Mignone perdió una pierna hijo de militar
Peluffo : hijo de militar ...Mosquera : hijo de militar.El Almirante Anaya era jefe de estado mayor de la armada, su hijo el teniente primero Anaya piloto de helicóptero combatió hasta el último momento DELANTE DE TODOS reglando el tiro de la artillería....!!!!!El Brigadier ( R ) Osses , su hijo el teniente Osses piloto de aviones A 4 B atacó la flota inglesa en alta mar.El Comodoro ( R ) Issac, su hijo el alférez Issac piloto de aviones de combate , en una misión casi suicida con el 40% de posibilidades de regresar con vida , atacó el portaviones invencible causandolé serios daños y dejandolo temporalmente fuera de servicio.El Mayor Castagnetto estuvo al frente , no de atrás , de la heroica compañia de comandos 601 causandolés severas perdidas a los ingleses, es hijo del coronel ( R ) Castagnetto.El valiente capitán Pablo Marcos Carballo piloto de cazabombardero A4B Skywauk, es hijo del Capitán ( R ) del la Fuerza Aerea Pablo R. Carballo navegador militar ( entrerriano).y asi muchos casos más que sería muy largo de enumerar....!!!


"Morir por la patria no es una triste suerte, es inmortalizarse con la mejor muerte"

Se me ocurre que también se podría hacer algo con estos datos!!!

Saludos al Foro!!!!
Ofrendaron lo más preciado que tiene un padre.
Guardiamarina Emilio Torlaschi , muerto el 2 de mayo en el hundimiento del CRUBE, hijo del Almirante Torlaschi.
Si hay peli de Malvinas los 323 héroes del Belgrano tienen merecido sitio.
 
Última edición:
Estimados Foristas,
Muy interesantes los hechos y personajes que proponen incluir.
Sin desmerecer otras misiones aéreas considero que la misión de la escuadrilla Nene el 13 de Junio de 1982 tendría que formar parte de la película.
Las palabras del Comodoro (R) Aldo Escudero resumen esta acción:
El desprendimiento del guía, teniente Cervera, que llega a la base con mínimo combustible por renunciar a recargar su avión y cederle el lugar a un numeral, con mayores dificultades.
También se destaca la proverbial sangre fría y habilidad de un joven alférez Dellepiane que, primero ataca un helicóptero, esquiva las PAC, y luego llega hasta el reabastecedor con cero combustible y vuela enganchado a la canasta 55 minutos hasta el aterrizaje en San Julián.
Por último, el gran sentido del deber del comandante del C-130 que no dudó en ingresar en una zona peligrosa para buscar al Halcón en problema, y efectuar maniobras de gran riesgo para posibilitar el acople del A4 y llevarlo hasta San Julián.


Más de una vez intenté imaginar la emoción que habrá sentido la tripulación de Piedra 1 cuando Piano conectó a la manguera, y también la emoción de todos aquellos que esperaron esta misión de Los Nene en San Julían.

 
Sin dudas estimado Nicolás, no fue intención omitir los nombres de tan valorosa tripulación del TC-69:
Los entonces vicecomodoro Luis Litrenta (comandante), capitán Guillermo Destéfanis (copiloto), mayor Francisco Mensi (navegador); mecánicos de vuelo: cabos principales Juan Perón y Juan Tello; auxiliares de carga: suboficiales auxiliares Hugo González y Vicente Reynoso; y pararescate: suboficial auxiliar Manuel Lombino.
 
Les dejo una historia que escribí no hace mucho y me atrevo a hacerlo porque el relato aborda un combate aeronaval (qué perfectamente puede cambiarse por cualquier tipo de combate ocurrido) desde una óptica que muestra a Malvinas como una usina de valores capaz de enlazar a las generaciones pasadas con las futuras. Quizá sume a la idea de la película.

NO FUE EN VANO

Mi abuelo Rafael es un tipo duro, de esos que no son fáciles de conmover, que no se emocionan. No obstante, nunca pudo terminar de contar la historia del Primer Teniente José Jaramillo sin el quebranto de su voz. Una historia que mi abuelo dejó volar, una y otra vez, en reemplazo de los cuentos de hadas, llenando mi niñez de sueños… y pesadillas.
Fue su manera de mostrarme cómo vivir con ideales que no sientan vértigo de asomarse a la terraza del universo.

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Apenas habían transcurrido algunas semanas desde el inicio de la guerra y el Primer Teniente José Jaramillo volaba un Skyhawk A4C de la Fuerza Aérea Argentina rumbo a su objetivo: una fragata inglesa.
El cielo lucía amenazante su oscura rebeldía y el océano Atlántico parecía irritarse al compás de los vaivenes impuestos por un viento sur de gélida prepotencia.
Cada pantalla, cada indicador en el tablero de instrumentos del A4C, brindaban información precisa y vital, pero insuficiente para impedir que algo llamara la atención en medio de tanta rigurosidad tecnológica: debajo del altímetro, pegada con cinta adhesiva azul, una estampa de la Virgen de Luján. Su presencia alimentaba otros músculos, donde los de carne no alcanzaban para salir airoso de todas las batallas. Lejos de ser casualidad, el Primer Teniente José Jaramillo, ya había ganado varias. La estampa no estaba sola en su obstinación por ofrecer esa fuerza que no tiene el cuerpo ni la mente. En el bolsillo del buzo, del lado izquierdo del pecho, el Primer Teniente José Jaramillo, llevaba dos fotos: una de sus padres, la otra, de su esposa Estela, embarazada de su primer hijo.
En la cabina del avión, todos los sentimientos estaban bien despiertos, menos el miedo, que había sido entrenado para dormir la siesta, cada vez que la Patria susurraba al corazón del Primer Teniente José Jaramillo, su pedido de justicia.
Por eso el vuelo al ras, sin titubeos, en esa delgada franja donde, entre el peligro de terminar abrazado a las olas y el de ser detectado por los radares si tomaba altura, el coraje era infinito.
El Primer Teniente José Jaramillo, en un silencio de radio necesario como el oxígeno y en la más acompañada de las soledades, ingresó a la zona en que no había lugar para los recuerdos ni las angustias: únicamente para la pericia de los halcones. Una zona donde la muerte buscaba con quién bailar su danza de infelicidades, sin importarle el motivo de la disputa. Inglés o argentino, le daba igual.
La figura de la fragata apareció en el horizonte y comenzó a agrandarse con la misma velocidad con que sus cañones vomitaban el temor por la osadía detectada, trayendo al Primer Teniente José Jaramillo, la urgencia irrenunciable de cumplirle a su Patria y regresar a casa.
Nada diferente a las anteriores batallas que había ganado: firme el pulso, serena la conciencia y certera la puntería. Primero disparó 200 proyectiles de 20 milímetros… un instante después, atravesando la tormenta antiaérea, levantó la nariz de su avión para recibir la imagen que había esperado desde que se alejara del continente: la cubierta del navío. Ésta surgió, de pronto, como jardín brotado de acero donde sembrar las bombas. Ese era el momento que daba sentido a tanto vuelo, a tanto riesgo disfrazado de pájaro inmortal. El Primer Teniente José Jaramillo, soltó tres semillas de 250 kilogramos que penetraron profundo por popa, para convertirse en flores de destrucción, con 12 segundos de retardo.
El deber estaba cumplido, sólo quedaba el escape. Una serie de maniobras donde la fuerza G se multiplicaba en el intento por darle a la máquina alada estatus de inalcanzable ante el fuego enemigo. En la última de ellas, una explosión cambió el color de la escena por un amarillo rojizo de estremecedora consistencia. La vista, el oído… todos los sentidos castigados por un demonio desconocido. El Primer Teniente José Jaramillo no tuvo tiempo de pensar. Aferrado a los comandos, su instinto ensayó un viraje todavía más extremo, a lo que siguió la caída de un telón negro. Milésimas de segundo en las que pareció haberse desconectado su cerebro, tal vez, producto de la fuerza G desmadrada en semejante acción. Sólo eso, milésimas de segundo que pronto quedarían atrás junto con la explosión y la fragata hundida. Atrás, el horror de la guerra, un escarnio de hierros retorcidos y vidas deshechas. Adelante… la esperanza de reencontrarse con sus compañeros de escuadrilla, la ansiedad por darle un abrazo a sus viejos, el deseo incontenible de besar la panza de Estela. Para entonces, ya no necesitaba volar bajo, lo hizo alto, tan rápido como pudo, hasta finalmente alcanzar a los otros tres Skyhawk A4C que, en impecable alineación, volvían a tierra firme. El Primer Teniente José Jaramillo tuvo un acto reflejo: romper el silencio y establecer contacto.
No pudo.
No había cómo accionar la radio, no había comandos ni tablero de instrumentos, tampoco manos ni garganta con que emitir sonido alguno. Su avión descansaba en las profundidades del Estrecho de San Carlos… y su cuerpo también. En ese momento empezó a comprender lo que realmente sucedía. De inmediato, le rezó a la Virgen de Luján… por su familia, sus compañeros y también por sí mismo. Después… después siguió su instinto de halcón, supo que su destino era seguir volando alto, cada vez más alto…

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Ahora, yo también soy piloto de avión, y sé que mientras vuele un modesto Cessna, no podré experimentar las mismas sensaciones que el Primer Teniente José Jaramillo con su cazabombardero. No lo voy a negar, me encantaría hacerlo, pero como yo no vuelo para ser piloto de combate, hay otras cosas que me motivan más, por ejemplo, imaginar que el Primer Teniente José Jaramillo me ve surcar el cielo, que presta atención para examinar mis destrezas, incluso, que las aprueba con satisfacción. Aunque, si lo pienso bien… algo me motiva por encima de todo, algo verdaderamente da sentido a mis ganas de ser piloto, y es que, cuando vuelo, siento el mayor de los orgullos… por ser su hijo.

El paso de los años, trajo luz al porqué de la dureza de mi abuelo y de su voz ahogada cada vez que contaba la historia de mi padre.
Se había dejado secar por fuera como si esa costra hubiese podido condenar al olvido su corazón extraviado en los túneles del dolor.
No lo juzgo. Se hizo duro para soportar, para mellar el filo de cada abrazo vacío.
Así logró sobrevivir… y muy de a poco asumir su nueva realidad…
Con un halcón allá arriba… y un pichón en su regazo.
 

FerTrucco

Colaborador
Somos un país pródigo en héroes. Malvinas nos dejó miles. Pero desde el punto de vista cinematográfico, creo que una trama basada en Estévez casi sale sola, y permite además abarcar muchos de los momentos más emblemáticos de la gesta. Tiene todos los ribetes para un guión atractivo, y encima para dejar un mensaje de la gran siete.
 
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