La creación de una constructora aeronáutica brasileña fue estudiada por el gobierno de Brasil durante los años 40 como parte del plan para impulsar el desarrollo tecnológico del país, que se asentaría sobre tres entidades: el Mando General para la Tecnología Aeroespacial (CTA), el Instituto de Tecnología Aeronáutica y Embraer.
El primer paso para el desarrollo de la industria aeronáutica brasileña estaba en la creación del
IPD - Instituto de Pesquisas e Desenvolvimento (Instituto de Investigación y Desarrollo), actual IAE (Instituto Aeronáutico y Espacial) y fundado dentro del CTA el
1 de enero de
1954. En los años siguientes, el IPD desarrolló varios proyectos, tales como el helicóptero Beija-Flor. Aunque estos proyectos no tuvieron repercusión comercial, fueron vitales para el avance del desarrollo de la industria aeronáutica brasileña.
El cambio más importante tuvo lugar el
29 de marzo de
1965, cuando el IPD recibió una propuesta para diseñar un biplano turbohélice. El proyecto adquirió una escala mayor y acabó convirtiéndose en el IPD-6504, o
EMB-110 Bandeirante, que voló por primera vez el
26 de octubre de
1968. El IPD quería que el 6504 fuese producido en serie, pero la falta de interés por parte de las constructoras privadas lo impidió, haciendo evidente la necesidad de fundar una constructora de propiedad estatal.
Finalmente, el
29 de julio de
1969, el Ministerio de Aeronáutica creó
Embraer. En aquel momento la compañía contaba con unos 500 empleados, incluyendo a los ingenieros procedentes del CTA y del ITA, y se planeaba construir dos Bandeirante al mes. El ingeniero Ozires Silva, miembro del equipo que creó el Bandeirante, se convirtió en el presidente de la nueva compañía.
Las tres primeras series del Bandeirante fueron entregadas en febrero de
1973 a la Fuerza Aérea Brasileña. En el mismo mes, Transbrasil compró el primer Bandeirante para uso comercial, que voló por primera vez el
16 de abril de
1973. Las exportaciones comenzaron en
1975, y el proyecto Bandeirante resultó ser un gran éxito en el mercado internacional de la aviación, eclipsando a otros aviones de prestaciones similares. En total se vendieron unos 500 Bandeirante, los que fueron exportados hacia 36 países diferentes.
El Ministerio de Aeronáutica de Brasil hizo grandes esfuerzos para contribuir al crecimiento de Embraer. Dos proyectos existentes, el
planeador Urupema y el fumigador
EMB-202 Ipanema, fueron transferidos a la nueva empresa. Asimismo aceptaron un encargo para montar 122 aviones de entrenamiento
Aermacchi MB-326 (posteriormente llamados Xavante). El Ipanema sigue produciéndose con más de 1000 unidades vendidas, mientras que el Xavante fue fabricado durante 11 años, con 186 unidades vendidas.
En agosto de
1974, Embraer estableció un consorcio con
Piper Aircraft para fabricar algunos tipos de aeronaves bajo licencia, incluyendo los modelos
PA-28 Cherokee,
PA-34 Seneca y
PA-31 Navajo. Estos aviones recibieron respectivamente los nombres de EMB-712 Tupi, EMB-810D Seneca y EMB-820C Navajo. Todos estos productos, junto al Ipanema, fueron transferidos a la subsidiaria
Industria Aeronáutica Neiva en marzo de
1980.
El
22 de octubre de
1975, realiza su vuelo inaugural el primer avión de cabina presurizada de la empresa, el
EMB-121 Xingu. Este avión era más pequeño que el Bandeirante, de forma que no se convirtió en su sucesor; se construyeron unas pocas docenas de Xingus, de los cuales la mayoría fueron entregados a la Fuerza Aérea Francesa en
1981. Por orden del Ministerio de Aeronáutica, Embraer desarrolló su primer avión de combate, el
Tucano, que realizó su vuelo inaugural el
16 de diciembre de
1980. Este avión se convertiría en el turbohélice de entrenamiento militar más exitoso jamás construido, con más de 650 unidades vendidas en todo el mundo.